Esta historia participa en el Cooking Ships del Grupo Traficantes de Crack

Prompt del Martes: Picante, Picaro o Divertido

Pareja: Drarry

Advertencia: NO hay Lemon y NO habrá. Ahorrense las palabras y no lo pidan. Si no les gusta pues que mal, se pueden retirar a otra historia.

Dedicada a ScarlattaOHaran porque es Drarry, porque lo merece y por aguantarme

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Intoxicado

Harry muerde sus labios ahogando un gemido que pugna por salir, su piel sensibilizada por el constante roce de los dientes de Draco allí por dónde sus labios pasaron y el alcohol, aunque no puede culpar al alcohol de nada más que su alta sensibilidad porque no hay ningún otro lugar dónde desee estar más que ahí, en la enorme cama cubierta de seda siendo torturado por las manos hábiles del rubio. No deberían estar haciendo eso pues son compañeros de trabajo, pero maldición se sentía tan bien.

—Separa las piernas Harry —susurra el hombre sonriendo con malicia clavando sus uñas en los muslos del contrario.

El moreno obedece respirando agitadamente, sus ojos verdes apenas ven las acciones de Draco por la ausencia de los lentes, pero no necesita verlo, solo sentirlo. Cada caricia, cada beso, cada mordida y rasguño le hacen sentirse más y más intoxicado, le hacía desear quedarse allí un poco más, toda una vida en los brazos de Draco. Sus ojos se llenan de lágrimas al pensar en el ardiente deseo que quema no solo la zona más al sur de su cuerpo sino también su pecho, desea con desespero estar así con el rubio un poco más, compartir el resto de sus vidas.

Habían perdido mucho tiempo en peleas y odio innecesario.

—¿Asustado, Potter? —las palabras del rubio le hacen reír antes de dejar escapar un gemido y lo mira con ojos brillantes.

—Ya quisieras, Malfoy.

Luego regresaría a sus pensamientos, por ahora va a disfrutar de las atenciones que su antes enemigo le profiere.