🍪 ꒰ ocho ꒱
Los seis chicos se encontraban ya en la entrada del acuario al que habían decidido ir, los menores estaban encantados con la idea, a Félix y Jeongin se les hacía algo romántico, mientras que Jimin pensaba en que era la única oportunidad que tendría de visitar uno. Debido a que no gastó el dinero que iba a usar con sus amigos el día de cine, tenía un poco más para gastar.
ㅡEntonces nos encontraremos aquí al terminar el díaㅡdijo Chan mirando la hora en su celularㅡCualquier cosa nos estaremos hablando.
ㅡMe parece perfectoㅡsonrió Hyunjin, tomando la mano del pelirosa para adentrarse al acuario sin siquiera despedirse.
Chan y Félix imitaron tal acto, dejando a Jimin y JungKook solos otra vez, pero el castaño se sentía un poco más confiado, decidió que no debía sentirse intimidado por el mayor a su lado.
ㅡ¡Vamos!ㅡexclamó emocionado, teniendo el atrevimiento de tomar la muñeca de JungKook para llevarlo dentro del lugar.
ㅡ¿Hacia dónde vamos? ¿Conoces el lugar?
ㅡPara nadaㅡsonrió con mucha emociónㅡPero cualquier lugar estaría bien, ¿no crees? Hay muchas cosas que ver.
ㅡSupongoㅡse encogió de hombros, vio la mano de Jimin alrededor de su muñeca y se soltó.
ㅡLo sientoㅡdijo Jimin, pero se sorprendió al sentir que JungKook había entrelazado sus manos. Lo miró confundido.
ㅡNo quiero que vayas a perderte, después tendría que buscarte y de seguro te encontraría llorandoㅡafirmó su agarre, quitándole la posibilidad de que quitara su mano.
Jimin no se opuso, simplemente escondió una pequeña sonrisa que se escapó de sus labios, sintiendo su corazón golpear con fuerza y su estómago revolverse por la emoción. ¿Cómo un chico tan guapo como JungKook quería tomar su mano? No lo sabía, pero una cosa estaba clara: No iba a soltarse.
Durante el recorrido, JungKook se dio cuenta de que Jimin era un chico que se sorprendía fácilmente, no paraba de emitir sonidos de sorpresa por cada pasillo, asombrado con todo a su alrededor, y era entendible, de seguro no salía mucho y no tenía la posibilidad de visitar muchos sitios, pero le gustaba la sensación de estar con él en ese momento, viendo como descubría el lugar.
ㅡ¡JungKook, mira!ㅡseñaló un bonito pez a través del cristal, estaba nadando de un lado a otro mientras Jimin lo seguía casi pegado al cristalㅡEs tan bonitoㅡmurmuró con fascinación.
ㅡMuy bonito, siㅡrepitió JungKook, pero con la diferencia de que no estaba viendo lo que el menor le señalaba, sino que lo estaba viendo a él, sintiendo sus manos cosquillear ante el tacto de ambas manos entrelazadas.
Jimin lo miró y se dio cuenta de que lo estaba viendo, se sintió avergonzado porque quizás pensaba que era un chico raro que se emocionaba con cosas simples.
ㅡLo siento, te he estado arrastrando a todos lados y no has decidido tú hacia donde quieres ir.
ㅡVoy hacia donde tú quieras, no te preocupesㅡsonó cálido, como si estuviera bajo el efecto de algún tranquilizante.
El menor lo miró con sospecha, nunca actuaba de esa manera, por lo menos no con él, pero no iba a decirle nada, no se arriesgaría a que sacara su lado gruñón de nuevo, ese JungKook le gustaba un poquito más.
Pasó alrededor de una media hora cuando el estómago de Jimin empezó a rugir con hambre, echó un vistazo a su alrededor con la esperanza de encontrarse con algún tipo de vendedor de dulces o algo que pudiera comer mientras tanto, pero no encontró nada.
ㅡ¿Por qué el puchero?ㅡpreguntó JungKook al fijarse en su expresión.
ㅡNo es nadaㅡnegó, ignorando los rugidos de su estómago.
ㅡNo te creoㅡentrecerró sus ojos hacia el menor, acercándose tanto a él que sus narices casi se rozaronㅡDime la verdad.
ㅡY-Yo... Tengo hambreㅡsoltó bajo la mirada del mayor, sintiendo sus mejillas ardiendo por la repentina cercanía, podía jurar que sus labios pudieron tocarse en cualquier momento.
JungKook sonrió con suficiencia al verlo tan nervioso, pareciéndole la cosa más tierna que sus ojos habían visto alguna vez, sus mejillas sonrojadas y su mirada pasando de sus labios a sus ojos y viceversa, como si quisiera decir algo más. Es que era imposible no dejar de admirar cada lindo gesto que hacía, y eso lo hacía sonreír a cada momento.
ㅡVamos a comer entoncesㅡle dijo aún muy cerca para luego alejarse, tomar su mano y seguir caminando hacia las afueras del acuario.
Jimin respiró con normalidad cuando por fin se alejó, ¿por qué JungKook le hacía eso? Era como si quisiera avergonzarlo todo el tiempo, no era justo para él ni su pobre corazón que se aceleraba con cada cosa que hacía.
ㅡInnieeeeeee, ¿te gusta aquí? ¿te sientes bien? ¿quieres ir a otro lado?
Jeongin empezó a reír. En todo ese tiempo que estuvo con Hyunjin se dio cuenta de más cosas en cuanto a su personalidad, por ejemplo, que era alguien demasiado enérgico, que le gustaba hablar mucho y que le gustaba hacer gestos tiernos para conseguir lo que quería. Cualquiera pensaría que el que debería tener esa actitud, era Jeongin, pero Hyunjin era un caso especial, nunca había visto un chico tan adorable y atento como él.
ㅡTranquilo, Jinnie, todo está bien, me gusta estar aquíㅡle sonrió de manera cariñosa.
Ninguno entendía como es que los sentimientos habían crecido tan rápido entre los dos, era como si desde el momento en que se vieron tuvieron química, y aunque no habían dicho nada, era evidente, y ambos lo sentían.
ㅡMe pones muy nervioso, Innieㅡconfesó Hyunjin de repente, mirándolo a su lado, ambos sentados en una pequeña banca frente a un enorme cristal con peces nadando al otro lado. Una hermosa vistaㅡEs que eres tan adorable que quisiera estar a tu alrededor todo el día y no me aburriría de verte.
ㅡNo me soportarías tanto tiempoㅡrió, conmovido por sus palabrasㅡTú también eres muy adorable.
ㅡTendría que intentar, ¿no lo crees?ㅡlo miró con ojos brillantes, dejando claras sus intenciones.
ㅡYa no digas esas cosasㅡrió nerviosoㅡBusquemos algo de comerㅡse levantó y le extendió la mano al mayor que muy gustoso la agarró, dejándose llevar por su agitado corazón.
Félix se estaba odiando enormemente, no hacía nada más que sonrojarse y sentirse tímido con todo lo que Chan le decía o hacía. Chan intentó agarrar su mano, pero la apartó porque no podía con los nervios, después trató de abrazarlo por los hombros y terminó huyendo con la excusa de que iría al baño. Desde su punto de vista, todo estaba siendo muy desastroso, no estaba sucediendo como él quería a pesar de que se sentía emocionado con la salida desde el principio.
Se encerró en uno de los cubículos del baño y sintió sus lágrimas de frustración aparecer, siempre odió ser de esa manera, había sido un milagro conseguir que Jimin y Jeongin fueran sus amigos, desde el principio fueron comprensivos y pacientes con él. No es como si Chan le dijera algo, pero se sentía apenado con él, sabía que el mayor solo quería ser amable, quería acercarse, pero no hacía nada más que seguir apartándolo por su estúpida timidez.
ㅡ¿Félix?ㅡllamó Chan al entrar al baño un tanto preocupado porque ya había tardado muchoㅡ¿Sigues aquí?
El mencionado limpió rápidamente sus lágrimas, aunque era inútil, notaría sus ojos al momento de salir.
ㅡ¡Aquí estoy! ¡Salgo en un momento!ㅡintentó que su voz sonara normal, y agradeció que no se quebró en ese momento.
ㅡSeguiré esperando entoncesㅡdijo antes de salir del baño.
Félix se miró en el espejo al salir del cubículo, sus ojos y su nariz lo delataban, se veía muy rojo, pero no podía dejar esperando por más tiempo al pelimorado, así que solo lavó su rostro, aclaró su garganta y salió como si nada, encontrándose rápidamente con la mirada de su acompañante.
Chan notó al instante que algo pasaba, tomó el rostro de Félix entre sus manos un poco preocupado, limpiando las gotas de agua que le quedaron.
ㅡ¿Estás bien? ¿Qué te pasa?ㅡsiguió sobando su rostro con sus pulgares.
ㅡS-Siㅡrespondió más nervioso por la cercaníaㅡEs solo que no me siento muy bien, no te preocupes, ya se me pasaráㅡno apartó sus ojos de los de Chan en ningún momento, haciendo que su pecho se llenara de calidez y seguridad.
ㅡ¿Puedo abrazarte?ㅡpidió sin dejar de tocar su rostro.
Félix simplemente asintió, dejándose llevar por la seguridad que el mayor le transmitía, y al sentir los brazos de Chan rodearlo, supo que ese sería su lugar seguro, en el que podía dejar de lado sus temores, sus miedos e inseguridades, un lugar en el que podía ser como él era sin tener miedo a ser dejado de lado.
Chan se estaba convirtiendo en su lugar especial.
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