Ꜥꜥֶָ֢🍪ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo O7
Habían pasado tres semanas desde que TaeHyung y JungKook comenzaron a hablar realmente, mismas semanas en las que el Alfa seguía llevando y recogiendo al Omega de su escuela. Luego lo llevaba a comer o simplemente comían algún postre en el auto mientras llegaban a casa.
JungKook estaba algo nervioso ese día, pues iría a casa de TaeHyung a preparar sus famosas galletas de chocolate y luego verían una película.
— ¡Bam, no, dame eso! — Dijo estirando su tenis del hocico de Bam. El perro estaba algo celoso, pues últimamente no jugaba tanto con él por pasar tiempo fuera con TaeHyung. Incluso le gruñía aún más al menor — Amigo, por favor, tengo que irme.
Logró quitarle el zapato y se lo puso rápidamente. Bam chilló.
— Prometo salir a pasear contigo mañana — Se inclinó a él y le acarició las orejas — ¿Qué dices, eh? A pasear, iremos al parque.
El perro dio vueltas emocionado, pues reconocía la palabra "parque", así que estuvo más tranquilo y JungKook pudo bajar.
— Mamá, iré a casa de TaeHyung — Avisó.
— Bien, cariño, cuídate — Habló desde la cocina.
Salió y frotó sus manos entre sí, calmando sus nervios. Cruzó la calle y tocó el timbre de la casa del Omega. En segundos, abrió la madre de TaeHyung.
— Hola, señora Kim.
— JungKook, qué agradable verte, cariño, eres aún más guapo de cerca — Abrió más la puerta, dejándolo entrar.
— Gracias, señora, digo lo mismo de usted — Habló sin saber exactamente si fue lo mejor.
— No me digas señora, dime solo SooJin, querido.
JungKook asintió y se quedó parado en el pasillo de entrada.
— TaeHyung vendrá en un rato, creo que se está duchando. Estás en tu casa, JungKook.
— Gracias, SooJin — Le sonrió.
— Yo saldré, así que supongo que los veré más tarde. Cuídalo, por favor, aún es un poco rebelde.
JungKook rió y asintió.
— Lo haré.
Con eso último, SooJin salió de casa, así que JungKook se paseó por la sala mientras el Omega bajaba. Veía las fotos colgadas en la pared y sonrió al ver a un pequeño TaeHyung riendo a la cámara con las mejillas llenas de chocolate. No había ninguna diferencia ahora.
— Esa foto es muy vergonzosa — Habló esa dulce voz a su espalda.
Se giró para encontrarse con el Omega en pijama y las hebras húmedas.
— Pues a mí me parece muy linda — Se acercó a él para abrazarlo y besarle la mejilla, como lo había hecho los últimos días.
— Te daré una copia pequeña, mi madre tiene como diez copias de cada foto.
— No la culpo, yo también tendría muchas fotos tuyas.
TaeHyung sonrió y se encaminó a la cocina con el Alfa tras de él.
— Bien, ahora pasará magia — El Omega alzó sus brazos emocionado y empezó a sacar todos los ingredientes que utilizaría. JungKook lo miraba atento sin borrar esa sonrisa en su rostro.
TaeHyung había acomodado todo en la mesa y abrió una bolsita que tenía chispas de chocolate para comerlas.
— Hey, deja algo para las galletas — JungKook le quitó la bolsa y luego también comió unas. TaeHyung rodó los ojos.
— ¡Kook! Dame eso, tú sí te las acabas — Se las quitó y las puso junto a otros ingredientes — Mejor ayúdame a batir esto.
Le acercó un bowl con harina y chocolate en polvo. JungKook empezó a batir con miedo de que se saliera del bowl.
— Así no, Alfa — Se acercó y lo hizo a un lado, batiendo con demasiada experiencia la mezcla. Luego le agregó huevos y azúcar.
— Lo siento, Omega, es mi primera vez haciendo galletas — Se justificó.
— Y por eso yo te voy a enseñar. Toma, continúa moviendo, encenderé el horno.
— No, lo haré yo, puedes quemarte — Dejó la mezcla y se acercó a donde estaba el Omega.
— JungKook, si alguien puede quemarse en una cocina, eres tú, no yo — Se burló.
— Estoy ofendido — Frunció el ceño y regresó a batir la mezcla.
La preparación de las galletas les llevó unos minutos y luego, después de agregar todas las chispas de chocolate de la bolsa, comenzaron a formar bolitas en una bandeja.
— JungKook, no debes comerte eso así, ¡te hará daño! — Le alejó la mano de su boca, que iba a comer otro pedazo de masa.
— ¡Solo quería probar!
— No saben igual, te lo aseguro.
— Eres gruñón, Omega — JungKook arrugó la nariz y estuvo atento cuando TaeHyung metió las galletas al horno. Luego lo cerró y suspiró.
— No soy gruñón, tú eres muy travieso.
JungKook alzó una ceja.
— ¿Ah sí? — Preguntó, sin ocultar el tono coqueto de su voz.
— Sí.
— Pues según tu madre, tú eres el rebelde aquí.
Se acercó a TaeHyung y recargó una mano en la mesa y otra en su cintura. Cruzó un pie sobre el otro y miraba al Omega con una sonrisa. A TaeHyung se le cortó la respiración.
— No soy rebelde.
— Uhm, no lo sé, tal vez sí — Le acarició el mentón con el pulgar y el índice — Tal vez necesitas algo de disciplina, Omega. ¿Tú qué dices?
— Yo n-no sé, soy buen Omega — Respondió atontado ante la cercanía del Alfa.
— Claro que lo eres — Acercó sus labios a los del menor, que cerró los ojos, totalmente sumiso. Justo cuando sus labios iban a rozarse, el timbre del horno se escuchó. JungKook gruñó.
TaeHyung se apartó de él, totalmente sonrojado, y fue hacia donde estaba el ruido.
— Oh, estaba en cinco minutos — Dijo el Omega, cambiando el temporizador y respirando un poco, ya más alejado del Alfa, que seguía en el mismo lugar — ¿Hacemos chocolate caliente?
— Claro, lo haré yo, es mi especialidad — Respondió, poniéndose en movimiento al ver el nerviosismo del Omega.
— ¿De verdad?
— Ujum, mi mamá me pone a hacerlo a veces.
— Oh, entonces te lo dejo a ti.
JungKook asintió y, para aligerar el ambiente, simplemente se acercó a besar la frente del menor.
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