Ꜥꜥֶָ֢🍪ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo O6
TaeHyung estaba saliendo de su casa puntual, como había quedado la noche anterior con JungKook. Traía un gorro de lana en su cabeza, pues era una mañana fría. También traía uno extra entre sus manos, este era un poco más... especial.
JungKook salió casi al mismo tiempo que él y le saludó con la mano. TaeHyung cruzó la calle con un poco de nervios, con el regalo que le tenía al ojiazul en su espalda.
— Buenos días, Kook — Saludó. El Alfa se inclinó para abrazarlo.
— Buenos días, Tae, te ves muy lindo hoy — Halago, mirando de pies a cabeza al menor, que iba vestido con un conjunto de ropa calientita gris y una chaqueta rosa junto al beanie del mismo color.
— Gracias, tú igual te ves bien — Le dio un pequeño empujón con el hombro.
— Ni siquiera me duché, Omega — Rió caminando al auto para abrirle la puerta a TaeHyung — Hace frío.
— Pero hueles muy bien — Dijo en un tono sonrojado y se apresuró a entrar al auto. Soltó un suspiro mientras JungKook lo rodeaba para entrar también.
— Te oí, Omega, tú hueles aún mejor.
Eso provocó una sonrisa en TaeHyung. Ninguno de los dos se sentía ofendido por hablar de sus olores entre ellos, solo entre ellos.
— Yo... te hice algo — Dijo el menor, aún con su mano tras su espalda. Jeon no lo había notado.
— ¿Ah sí? ¿Qué es?
TaeHyung sacó de detrás de su espalda el gorrito tejido con perfectas puntadas. Era color azul y tenía los bordes verdes. JungKook lo tomó con una sonrisa y se dio cuenta de lo suave que era.
— Es muy lindo — Lo puso en su cabeza y movió el retrovisor para verse en el espejo — ¿Cómo me veo? — Giró hacia el Omega.
— Te ves muy bien — Sonrió y acercó sus manos para acomodarle un poco el gorro — Sip, estás perfecto.
— Gracias, Omega, me gustó mucho.
TaeHyung asintió y se acurrucó en el asiento cuando JungKook empezó a conducir.
— ¿Quieres panqué? — Ofreció el menor. El rubio no se había percatado de cuándo TaeHyung había sacado un panqué pequeño y empezaba a comerlo.
— Por favor — Abrió la boca, ya que no podía dejar de conducir. Kim sonrió acercando un trozo. Cuando JungKook lo comió, le dio un beso rápido a los dedos del Omega, quien se sonrojó por el gesto.
— ¿Te gustó? También lo hice yo.
— Tae, todo lo que haces tú es genial y muy rico, ya lo comprobé — Dijo entusiasmado, saboreando los trozos de fresas que tenía el panqué.
Tardaron unos pocos minutos en llegar a la universidad del menor, pues al ser temprano casi no había tráfico y las calles estaban tranquilas.
JungKook fue el primero en bajar, de nuevo, para abrirle la puerta a TaeHyung.
— Hemos llegado — Le dijo al Omega, que se aferraba a los tirantes de su mochila.
— Gracias, Kook... Te vas con cuidado — Pidió, serio.
— Claro, Omega — Se acercó a abrazarlo y el menor se alzó un poco para enredar sus brazos alrededor del cuello del ojiazul y aspirar su aroma tranquilizador.
JungKook hacía lo mismo, solo que esta vez fue él quien decidió mover su cabeza entre el cuello del Omega para marcarlo con su olor.
— Pasaré también en la tarde, ¿bien?
— Bien.
— Bien — Recalcó el Alfa, dejando un besito en la frente del Omega antes de que se fuera, asegurándose de que entrara sano y salvo.
TaeHyung iba totalmente sonrojado por los pasillos de la escuela, girando su cabeza para disfrutar del olor del Alfa impregnado en su chaqueta.
— Hola, castañito — Habló una voz femenina detrás de él. Se giró.
— Hola, Ryu.
— Ugh — La Alfa arrugó un poco la nariz — Apesta a Alfa — Se inclinó un poco hacia el Omega — ¿Eres tú?
— Ujum — Asintió orgulloso — Tú también apestas a Alfa, por si no te habías dado cuenta.
Ambos iban entrando a su salón de clases para sentarse en su lugar de siempre.
— Pero yo huelo genial, ¿o no?
— Me gusta más el de JungKook.
— Ya veo, ¿así que JungKook, eh? ¿Tu caliente y sexy vecino? ¿O cómo era que lo llamabas? ¡Oh! Kook, es tan atractivo, que quiero que... — Imitó la voz del castaño, quien le tapó la boca.
— ¡Ryu-Jin! Cállate, te van a escuchar.
— Era justo lo que me decías, TaeHyung, no me lo vas a negar.
El Omega se sonrojó al recordar cómo anteriormente le había hablado a Ryu-Jin de su vecino. Le gustaba, pero siempre creyó que él no al ojiazul porque nunca le había hablado o ni siquiera tenía la intención, por eso ahora estaba feliz con el acercamiento que estaba teniendo con el Alfa.
— Yo no hablo así, y tampoco dije eso.
— Dijiste que querías que fuera el padre de tus cachorros — Le recordó, alzando una ceja.
— Bueno, sí, pero... No lo demás.
— ¡Ay por favor! ¿O no te parece caliente y sexy?
TaeHyung sacudió su cabeza y se negó a responder eso.
— Tomaré tu silencio como un sí.
Rodó los ojos. Su mejor amiga era imposible.
Había salido un poco temprano de clases, pero como JungKook le había prometido que pasaría por él, decidió esperar junto a Ryu-Jin en el pasto cerca del estacionamiento.
Ambos estaban platicando de banalidades. La chica hacía poner muy rojo a TaeHyung con lo mucho que lo molestaba con JungKook, pero ya se había acostumbrado.
— ¿Entonces le dirás que te gusta? — Preguntó la Alfa.
— No, no lo creo... Aún es muy pronto, llevamos solo unos días hablándonos realmente.
— Pero me dijiste que lo sientes, dijiste que es como si lo conocieras de toda la vida.
— Fue solo un dicho, solo te dije que siento lo que él siente — Arrancó pasto con sus manos, mirando hacia abajo.
— Estoy segura de que él siente lo mismo, anímate — Le pasó una mano por la espalda, sobándola suavemente.
— ¿Tú crees?
— Claro, si no, no estaría mirándome con cara de que quiere matarme desde hace rato.
El castaño la vio con el ceño fruncido y buscó con la mirada.
Efectivamente, JungKook estaba en el estacionamiento, recargado en su auto y mirando hacia ellos con una expresión indescifrable en el rostro.
— ¡¿Por qué no me lo dijiste?! — Chilló y se levantó rápidamente. La Alfa se carcajeó y se puso de pie junto con él.
— No es para tanto, es más, iré a presentarme.
— Ryu, no digas nada tonto, por favor.
— ¿Yo? Para nada, cariño.
Ambos llegaron a JungKook y TaeHyung se lanzó a abrazarlo. Sintió cómo los dedos del mayor se enterraban un poco en sus caderas.
— Hola, Alfa.
— Hola, bonito — Le dio un beso tronado en la mejilla y luego vio a la Alfa, celoso y aferrando al menor a su cuerpo.
— Soy Shin Ryu-Jin — Se presentó la Alfa, tendiéndole la mano al ojiazul.
— Jeon JungKook — Se presentó simplemente.
— Un gusto, JungKook, solo vine a acompañar a TaeHyung, es mi deber como su mejor amiga.
Jeon asintió, sin quitar su semblante serio.
— Además... — Agregó la Alfa — Yo lo conocí primero, deja de echar chispas — Le dio un golpecito en el hombro y el ojiazul gruñó.
— Ryu-Jin — Le advirtió TaeHyung, aún escondido en el cuello del mayor.
— Ya, me voy, un gusto conocerte — Se retiró unos pasos atrás — Adiós, castañito, no hagan demasiados bebés — Dijo cuando iba lejos y de espaldas.
TaeHyung abrió los ojos, desconcentrándose de su tarea de oler al Alfa y sintió vergüenza en su pecho.
— Tu amiga es un amor — Dijo JungKook.
— Yo... lo siento, ella es... algo rara.
El ojiazul rió y separó un poco a TaeHyung de su pecho.
— ¿Tú crees?
— Sí, seguro.
JungKook volvió a besarle la mejilla al menor y lo subió al auto.
— Vámonos de aquí, Omega.
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