TaeHyung estaba terminando de pintar la maqueta de JungKook mientras él se arreglaba. Estaba bastante corto de tiempo para llegar y presentar su proyecto, por lo que tuvo que acudir a la ayuda de su Omega.

Era temprano, el menor bostezaba de a ratos, pero había acudido de inmediato al llamado de su Alfa.

— JungKook, deja de caminar, me pones nervioso — Regañó TaeHyung, cuando estaba pintando una parte delicada de la maqueta y el Alfa no dejaba de revolotear a su espalda.

— Lo siento, Omega. ¿Has visto... cielos, mi corbata?

— En el baño.

JungKook corrió al baño y suspiró cuando la vio encima del lavamanos. Regresó a su habitación y se la puso frente al espejo, dándose un último retoque en el cabello. TaeHyung se giró cuando terminó y le sonrió.

— Wow — Se acercó a él — Serás el arquitecto con traje más guapo.

Le acomodó la corbata y le dio un corto beso en los labios.

— Que no se te haga fetiche, Omega.

— Tarde, ya se me hizo.

JungKook sonrió mientras escondía su rostro en el cuello del Omega, respirando su olor tranquilizador.

— Todo va a ir bien, Alfa, tranquilo, eres el mejor.

JungKook se irguió para mirarlo y asintió.

— Gracias, Tae... te amo.

— Te amo también.

Se dieron un último abrazo, y TaeHyung marcó a JungKook con su olor en su cuello. Luego de acompañarlo a su auto y dejar la maqueta fresca en la parte de atrás, lo vio irse.

Suspiró y cruzó la calle para ir a su casa. Tendría que ir solo a la escuela ese día.

JungKook estaba conduciendo algo rápido para llegar al lugar donde tenían que presentarse. HoSeok lo había llamado diciéndole que ya estaban todos en sus lugares y solo faltaba él, eso lo hizo estresarse aún más.

Bajó corriendo de su auto junto a la maqueta, cuidando que la pintura fresca no se le manchara, y fue al auditorio, donde todos sus compañeros estaban con sus proyectos en las mesas.

Vio a HoSeok alzándole la mano en una esquina y fue hacia él.

— Llegué, estoy aquí — Dijo agitado, mientras su amigo le ayudaba a acomodar su lugar.

— Justo a tiempo, JungKook. Empieza en tres minutos.

— Cielos, creí que no llegaba.

Jeon se relajó y empezó a ver los proyectos de sus demás compañeros. "Son mejores que el mío, tal vez", pensó. La mayoría traía edificios hechos con trozos de vidrio o materiales verdaderos de construcción, tenían nombres inventados de empresas que montarían o eran demasiado lujosas, demasiado imposibles.

JungKook miró su maqueta y luego la de HoSeok, que era más sencilla que las demás, pero igual de bonita.

— Bienvenidos a la feria de arquitectura anual número sesenta y dos. Espero que todos cumplan con los requisitos y podamos sacar a los tres mejores proyectos para unirlos a nuestra empresa — Habló un presentador al centro de todos. JungKook y HoSeok se miraron.

Los jueces comenzaron a pasar por los lugares, dejando que los alumnos explicaran cortamente su proyecto. Todos decían lo mismo. "Una empresa dedicada a esto, una empresa dedicada a aquello..."

Los jueces estaban ahora con HoSeok, y JungKook se puso nervioso.

— Es un albergue para perros y gatos de la calle... — Escuchó hablar a su amigo — Tengo en los planos dividir grandes terrenos para que tengan buena comodidad sin afectar los recursos naturales de la tierra y los árboles, podemos aprovecharlos también...

Dejó de escuchar y poner atención cuando uno de los jueces se paró frente a él, esperando. JungKook quiso vomitar.

— Yo... Es una casa — Señaló su proyecto y tragó saliva. ¿Por qué estaba nervioso? TaeHyung le había ayudado en ese proyecto y le había dicho que todo estaría bien, así que le creería.

— Adelante — Dijo el juez, esperando la explicación.

Tomó aire.

— Es la casa que pienso tener para mi Omega, y Bam, que es mi perro — Abrió los planos de su maqueta y el tipo se acercó, interesado en ellos — Dijeron que hiciéramos algo con lo que siempre hemos soñado tener... así que hice esta casa. Sería perfecta, y es del color de los ojos de mi Omega, es realista, hice buenos planos y medidas y sé que es perfecta.

El juez dejó de mirar los planos y lo miró por debajo de sus lentes. Anotó algo en una libreta y pareció encantado con los planos en las hojas, perfectamente trazados y con medidas exactas. Luego le sonrió.

— Es realista — Comenzó por decir el juez — Tienes planos perfectos y equilibrados...

Le echó un último vistazo a la maqueta y luego le tendió una carpeta amarilla con contratos dentro.

— Bienvenido a Arplane.

JungKook abrió los ojos en grande y miró a HoSeok, que también estaba recibiendo el mismo folder que él. Así de fácil.

— ¿De... de verdad? Es decir... ¿Trabajaré para ustedes?

— Corrección, muchacho, trabajarás con nosotros.

Él le tendió la mano y JungKook la aceptó, corriendo a los brazos de HoSeok cuando los jueces se fueron.

— JungKook, lo logramos — Habló su amigo con la voz quebrada. Jeon ni siquiera podía formular la suya.

TaeHyung iba camino a tomar el autobús para regresar a casa, pero el auto de JungKook se puso a su lado y él se detuvo, viendo a su novio bajar y correr a sus brazos.

— ¡Alfa! — Enrolló sus piernas en su cintura cuando JungKook le dio vueltas en el aire — Estás muy feliz. ¡¿Qué pasó?!

— Entré, Omega — A TaeHyung le brillaron los ojos — Entré a la maldita empresa.

JungKook lo besó eufórico y TaeHyung se dejó mover por el Alfa hasta el auto. El ojiazul respiró estando dentro y los dos se quedaron en un silencio agradable.

— Por la luna, Alfa, no sé qué decir — Sintió adrenalina por el cuerpo — ¡Lo lograste! ¡Te lo dije! Si... es que eres el mejor, Kook.

— HoSeok también entró, estaremos juntos ahí.

— Me alegro por él también... ¡Pero tú entraste, Alfa!

JungKook empezó a conducir bastante feliz y empezó a imaginarse demasiadas cosas en su mente. Ya quería decírselo a sus padres.