Ꜥꜥֶָ֢🍪ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo 1O
TaeHyung estaba bajando del autobús en la parada cerca de la escuela. Había amanecido de buen humor y muy alegre; incluso había despertado más temprano para prepararle unos muffins a JungKook. Sin embargo, todo se vino abajo cuando el Alfa no apareció fuera de su casa para llevarlo a la escuela. Tampoco había abierto la puerta de su casa y mucho menos respondido el teléfono.
Tenía su mente llena de pensamientos tristes, preguntándose si había hecho algo mal o si tal vez estaba enojado con él, pero no llegaba a ninguna conclusión. Ahora estaba triste y desprendía un olor opaco. Vio a su mejor amiga cerca de la entrada y ella alzó la mano para que la ubicara. TaeHyung se acercó a ella.
— Hola — Dijo con una voz baja, que incluso a Ryu-Jin le pareció raro.
— ¿Qué te pasa, castañito? Estás muy apachurradito — Le pellizcó una mejilla y TaeHyung soltó una respiración pesada.
— No he visto a JungKook — Respondió, con la voz baja y entrecortada.
— Oh — Masculló la Alfa — ¿Qué ha pasado?
TaeHyung levantó la mirada. Tenía sus mejillas rojas y los ojos algo irritados por el llanto que estaba conteniendo.
— ¡No lo sé! — Dijo exasperado — No salió hoy de su casa y tampoco responde mis llamadas.
Ryu-Jin le sobó la espalda, intentando tranquilizarlo.
— Estoy preocupado, no quiero que le pase nada — Cubrió su rostro con sus manos y empezó a llorar de verdad.
— No, Tae, ven aquí — La Alfa lo abrazó y dejó salir feromonas tranquilizadoras, pero no funcionaron.
TaeHyung seguía llorando e hipando por la repentina ausencia de su Alfa. Lo necesitaba tanto.
— Tranquilo, Tae, debe haber alguna explicación. Tal vez saliendo de la escuela esté aquí o te llame al rato. Vamos a clase, ¿sí? Prometo invitarte yo el postre en el receso.
TaeHyung se limpió las lágrimas, y aún sollozando un poco, asintió. Ambos fueron a sus salones.
Pero JungKook tampoco lo llamó, y no apareció por él en la salida. Para entonces, ya había pensado en todo lo que le podría haber pasado, pero cada opción lo hacía llorar aún más.
Llegó a casa temprano, saltándose un par de clases y agradeciendo que sus padres no estuvieran en casa para darse cuenta de eso. Se asomaba repetidamente por su ventana hacia la casa de JungKook, pero no se veía movimiento alguno.
Movió su teléfono entre sus manos, dudoso de llamarlo otra vez, pero la angustia pudo más, así que lo hizo. Uno, dos, tres, y al cuarto tono, respondió.
— Omega — Habló al otro lado de la línea. Su voz era rasposa y más grave de lo usual; también se escuchaba agitado.
— ¿K-Kook? — Titubeó — ¿Estás bien?
Hubo movimiento del otro lado y después un gruñido.
— Lo siento, cariño, n-no pude avisarte.
TaeHyung mordía sus uñas y sentía una presión en el pecho.
— ¿Qué pasa? ¿Estás en casa? Iré, Alfa, dime dónde estás.
— Tranquilo, Omega, estoy bien... Mi, mi celo se adelantó unos días.
TaeHyung se quedó sin habla. ¿De todo lo que había pensado, jamás se le ocurrió eso?
— Oh — Fue lo único que atinó a decir.
— Omega...
— ¿Estás bien? ¿Estás... — Su voz tembló un poco — ¿Estás con alguien?
— ¿Qué? No, cariño — Se escuchó un gruñido y luego un jadeo — Estoy en casa, creo que... he tenido mi minuto de consciencia.
TaeHyung suspiró, más aliviado, y sus sentidos despertaron de inmediato al escuchar a su Alfa así.
— Tú quieres... digo, podría ir y... uhm, ayudarte — Ofreció, tembloroso.
No escuchó la voz del Alfa responderle con claridad, solo simples alaridos y carraspeos.
— No, Omega — Respondió al cabo de unos segundos — Estoy bien.
TaeHyung se sintió un poco decepcionado. ¿No le gustaba en ese aspecto?
— Y antes que digas algo — Continuó el Alfa — No quiero que la primera vez sea así, ¿entiendes? — Le dijo con un tono juguetón. Joder, lo iba a matar.
TaeHyung se sonrojó y asintió, luego se dio cuenta de que JungKook no podía verlo y respondió.
— S-sí, sí, Alfa.
— Uhm, sígueme llamando Alfa, pequeño.
El castaño tapó su boca y sonrió, luego se mordió el labio inferior.
— Alfa.
JungKook gruñó al otro lado de la línea y luego su respiración se volvió más agitada.
— T-Tae, te llamaré luego, pequeño, ¿bien?
— Bien, Alfa... Te quiero.
— Y yo a ti.
La línea se cortó y TaeHyung subió a la habitación de sus padres para asomarse por la ventana, la que daba a la habitación de juegos. Sus cortinas estaban cerradas, así que no podía ver nada del Alfa.
Suspiró y volvió a bajar. Decidió hacerse un poco de chocolate caliente para beberlo y comerlo con los muffins que había preparado en la mañana para el rubio. Escuchó un auto afuera, y cuando se asomó, vio a la señora KyuYoung estacionándose. Luego se le ocurrió algo.
Subió corriendo a su habitación y rebuscó en su armario hasta que encontró una sudadera azul, la cual le pareció perfecta. Comenzó a pasarla por todo su cuello, donde desprendía su aroma. Luego, cuando se aseguró de que oliera bastante a él, bajó a la cocina, buscó un termo para vaciar algo del chocolate y, en un tupper, puso dos muffins de los más grandes.
Tomó un papel y una pluma y escribió:
"Espero te ayude, Alfa. Te quiero mucho, muchooo.
─ TaeHyung ♡"
Salió corriendo con las cosas en mano y vio a la mamá de JungKook abriendo la puerta.
— ¡Señora Jeon! — Le gritó, y ella se dio la vuelta.
— TaeHyung, hola, cariño. ¿No deberías estar en la escuela?
— Sí, lo sé. Solo que... JungKook me dijo por qué no ha podido verme, entonces quería pedirle si puede darle esto.
Le extendió la sudadera doblada con el tupper y el termo encima. KyuYoung las tomó.
— Claro, TaeHyung, yo se lo daré. Muchas gracias — Le sonrió, y el castaño asintió satisfecho, volviendo a casa.
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