JungKook entró a la cabaña con las cosas en la mano. Se preocupó cuando olió en el aire el aroma de su Omega más amargo; estaba triste.

Dejó las cosas en el pequeño mueble y caminó a destapar a TaeHyung y descubrirlo llorando.

— Amor, ¿Omega que tienes? — Lo giró despacio y vio sus mejillas rojas y los ojos hinchados, un puchero en sus labios y la frente fruncida.

— Te fuiste. Me dejaste solo.

JungKook hizo una mueca y entendió que no debió dejar a su Omega solo después de su celo; estaría sensible y lo querría a él todo el tiempo.

— Bebé, ven aquí — Se recostó a su lado y lo llevó a su pecho, soltando sus feromonas para cubrirlo con su olor — Traje algo para que comas, pequeño.

TaeHyung se escondió más en su pecho.

— Es que no te vi, y creí que m-me habías dejado — Sollozó.

— Tae, no te voy a dejar, solo fui a la casa, espera lo traeré — TaeHyung lo apretó más a él, impidiéndole que se levantara — Amor...

El Omega gruñó y lo soltó, tapándose con las cobijas hasta la cabeza.

JungKook solo tomó el plato y el termo y regresó a la cama, volviendo a descubrir a su novio.

— Siéntate, cachorro, come algo.

— No quiero.

— Tae... — Bajó un poco las cobijas, viendo sus brillosos orbes verdes por encima de las telas, sonrió y le hizo cosquillas a TaeHyung en el cuello, hasta que se descubrió y se sentó.

— Ya, Alfa, estoy sentado — Dijo, cobijando sus piernas.

JungKook le dio a beber agua y la terminó casi toda, luego comió bien todo lo del plato y se lo devolvió sin nada.

— Alfa, tengo sueño — Bostezó y se volvió a recostar.

Jeon le tocó la frente.

— ¿Te sientes bien?

— Sí, creo que ya terminó.

JungKook asintió y se recostó junto al Omega después de dejar el plato en el suelo. Lo atrajo a sus brazos y después de besarle incontables veces lo dejó dormir, luego lo hizo él, descansando por fin después de un largo día.

Despertaron pasado el medio día, cuando las familias ya estaban afuera.

— Buenos días, Alfa — TaeHyung le besó la mejilla y terminó de vestirse, JungKook se desperezó y luego abrazó.

— Buenos días, Omega, ¿Estás mejor?

— Sí — Masculló — ¿Quieres ir a ver las cabras bebés?

JungKook asintió y después de vestirse tomó la mano de TaeHyung y salieron.

El día estaba muy bonito, había una ligera brisa fresca que hacía que el sol no quemara tanto y tampoco se sintiera el calor.

— Hola, muchachos — Saludó KyuYoung, sirviendo el desayuno en la carpa de la granja, donde todos estaban desayunando.

— Hola, mamá — JungKook le besó la mejilla y saludó a todos, luego se sentaron a comer tranquilamente escuchando las anécdotas de los abuelos y entre otras cosas.

— Kook... ¿Qué harás cuándo te gradúes? — Preguntó TaeHyung.

Iban caminando tomados de la mano por los alrededores del establo, viendo a los caballos y a las pequeñas cabras comer. Ambos iban comiendo un pan recién hecho por parte de su abuela y hablando de cosas.

— Uhm, buena pregunta, Omega — Lo pensó — Antes tengo que hacer un proyecto como examen final... pero creo que será un proyecto que me servirá más adelante.

— ¿De verdad? ¿Qué es? — Preguntó, interesado.

— Tengo que hacer los planos de una casa junto a su maqueta — Recordó — Si me lo aprueban me darán un trabajo con alguna empresa dedicada en la arquitectura y luego yo haré lo posible por volver realidad esos planos — Sonrió, orgulloso.

— Eso es increíble, Alfa, ¡es emocionante! — Chilló el Omega — Lo vas a conseguir porque eres muy inteligente... y muy bueno con las manos.

JungKook rió y le dio un empujón al menor.

— Deja de ser un atrevido mocoso.

— ¿Qué? Yo no dije nada atrevido — Sonrió.

JungKook suspiró y contó en su mente el tiempo que tenía para hacer ese trabajo y graduarse, solo le quedaban tres meses y tenía que comenzar, y pronto.