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Ꜥꜥֶָ֢🍪ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo 15

JungKook estaba en la cocina de su casa preparando algo de comer junto a su madre. TaeHyung iría ese día y quería preparar algo rico para él, así que le pidió un poco de ayuda a su madre, que realmente era muy buena cocinando.

— ¿Entonces van en serio? — Preguntó KyuYoung mientras revisaba el pollo en el horno.

— Sí, digo, no tengo ninguna intención de alejarme de él, mamá. Además... Al igual que él, yo también siento a veces lo que siente.

KyuYoung le sonrió y soltó un suspiro.

— Recuerdo que así me pasaba con tu padre recién que empezamos a salir — Habló, con la mirada pensativa — Todo sigue siendo muy lindo.

— Espero formar algún día algo igual de bonito con TaeHyung.

Agachó la mirada cuando sintió sus mejillas arder. Era un efecto que el Omega tenía en él y que amaba, a pesar de que se avergonzaba un poco cuando lo veían así.

— Verás que sí, cachorro. Además, parece que el cortejo le encantó, por eso te pidió ser su novio.

Cortejo.

JungKook dejó de picar la verdura y se quedó pensando. Él nunca le había pedido de tal manera a TaeHyung que lo dejara cortejarlo, pero suponía que fue algo inconsciente que ambos hicieron. De igual manera, ya estaban juntos, y eso era lo que importaba.

— Sí, sí. Me alegro de eso también.

Puso todo en un bowl al centro de la mesa y se limpió las manos en el delantal para luego quitárselo y colgarlo en el perchero.

— Mamá, iré por TaeHyung, ¿puedes vigilar el pollo por mí?

— ¿Es una excusa para no quemarlo?

— Eh... sí, también.

Ella le hizo un ademán con la mano.

— Ve tranquilo, yo lo cuido.

JungKook le dio un beso en la frente y salió de su casa rumbo a su auto para ir a recoger al Omega a casa de Ryu-Jin. Pensaba en llegar a comprar algo para él antes, pero no postres, porque después no comería llegando a casa. Así que compró un pequeño ramo de flores blancas y sutiles y llegó directo a casa de la Alfa.

TaeHyung salió segundos después de que él llegó, con un atuendo de ropa delgada y para nada abrigadora. JungKook se bajó de inmediato mientras se quitaba su chaqueta.

— Omega, ¿por qué no traes suéter? — Le besó la frente y se la puso encima de los hombros después de que le quitó la mochila.

— Fue mi culpa, JungKook — Salió Ryu-Jin de su casa, con el suéter del menor arrugado — Le derramé agua encima.

JungKook sintió una presión en su pecho, pero no dijo nada y solo tomó el suéter húmedo. Aún se ponía celoso de ella.

— Sí, Alfa, pero fue un accidente — Dijo el castaño — Además, fue muy gracioso.

Ryu-Jin asintió estando de acuerdo y luego se despidieron con algunas palabras que JungKook no pudo escuchar.

Entraron al auto y TaeHyung se hizo bolita en el asiento.

— Te traje estas flores, Tae — Le tendió el ramo, y TaeHyung las tomó entre sus dedos fríos.

— Alfa, ¡me encantan! — Se acercó a besarlo en los labios y luego volvió a su asiento.

JungKook le puso una mano en el muslo y empezó a conducir. Nunca había hecho tal cosa, y fue un gesto tan íntimo que hizo a TaeHyung sonrojar y acercar un poco más su pierna a la mano del Alfa.

— ¿Terminaron el trabajo? — Preguntó.

— Ujum, salió bien — Asintió, y luego recordó algo — Por cierto, ¿tu madre ya te dijo lo de la granja?

— Sí, hace un rato. Estoy emocionado por conocerla, Omega.

— Oh, te va a encantar. Hay cabañas también, haremos muchas cosas ahí.

— ¿Sí? ¿Como cuáles? — Preguntó, mirándolo con una sonrisa coqueta.

— Podemos montar caballos, ir al lago y comer algo, ¡y ver las cabras bebés!

JungKook frunció el ceño y levantó sus labios en una sonrisa cuando el Omega no había entendido el doble sentido de sus palabras, pero quedó satisfecho con eso.

Llegaron a casa del rubio y olvidaron el tema cuando el delicioso aroma de la comida horneada los golpeó.

— Huele muy bien, Kook, ¿qué es?

— Pollo con verduras y espaguetis.

TaeHyung se encaminó a la cocina, donde estaba KyuYoung sirviendo los platos junto al padre de JungKook. El castaño los saludó a ambos y se sentaron a comer entre pláticas y anécdotas de los mayores, los cuales querían demasiado a Kim y estaban contentos de que su hijo estuviera con él.

Luego de comer, KyuYoung y JiCheol se ofrecieron a lavar los platos, a lo que ni el Alfa ni el Omega rechistaron y subieron a la habitación del mayor.

JungKook se recostó en la cama y palmeó su lado, pero TaeHyung se recostó encima de él mientras lo abrazaba por el torso. Jeon le acarició las hebras.

— Alfa...

— ¿Sí?

— Quiero un besito.

JungKook bajó la mirada para verlo mejor.

— ¿Uno?

— Muchos.

El Alfa se giró para dejar a TaeHyung sobre la cama, ambos acomodados sobre sus costados y con sus piernas entrelazadas.

— ¿Sin galletas a cambio, verdad? — Preguntó el Alfa sosteniendo la mejilla del menor con su mano.

— Ujum — TaeHyung ya tenía sus ojos cerrados y acercaba su rostro al del Alfa.

JungKook sonrió y sus labios no fueron a los de TaeHyung, sino al lóbulo de su oreja, al cual le dio un pequeño lametón. El menor se estremeció y se encogió en su lugar.

— ¡Alfa, no hagas eso! — Sonrió aún con los ojitos cerrados — Me dan cosquillas.

JungKook repitió la acción más veces, incluso le hizo cosquillas en el estómago, haciéndolo reír, pero deteniéndose cuando el menor comenzó a enojarse.

— Vamos, Tae, un besito.

— No quiero.

— Bebé.

Lo giró por la cintura ya que le estaba dando la espalda y vio su rostro serio, luego sus brazos cruzados.

— Te quiero, Omega — Le acarició la mejilla, y TaeHyung hizo el mejor esfuerzo por aguantar una sonrisa — Una sonrisita, Tae, vamos, no te enojes —Comenzó a mimarlo y fue entonces que el menor sonrió y besó al Alfa.

La puerta se abrió y en segundos subió un Bam alborotado a la cama, empezando a dar vueltas y pidiendo atención. TaeHyung por poco se desmaya del susto, pero estuvo tranquilo cuando el cachorro no le gruñó.

— Oh, casi muero — Acarició su pelaje y Bam se dejó, acostado en medio de ambos.

— Bien, Omega, vamos progresando.

TaeHyung lo miró mal.

— Eso no quita que antes quería comerme.

— Yo también quiero comerte.

— ¡Alfa!

JungKook rió y ambos se quedaron toda la tarde jugando con Bam y enseñándole que TaeHyung no era malo... y que no siempre traía galletas con él.


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