Lo único que podía escucharse en la habitación del castaño desde fuera eran las voces de la televisión a todo volumen, pero dentro, TaeHyung estaba sentado encima de JungKook, recostado sobre la cama mientras se besaban con bastante intensidad. No sabían exactamente cómo habían terminado en aquella situación, pero no les incomodaba para nada.

Las manos del Alfa exploraban con bastante curiosidad las caderas del menor, robándole suspiros y jadeos cuando acercaba su cuerpo al de él, presionando su trasero.

— ¿Tus padres? — Preguntó JungKook entre besos, mientras TaeHyung trataba de quitarle la camisa.

— Acaban de salir... quita- ayúdame con esto — Se quejó, haciendo que el ojiazul se levantara un poco para que pudiera retirarle la camisa.

— Pero y si... oh, joder — El Omega había comenzado a frotarse contra él y dejar besos húmedos en su cuello. Sus aromas estaban impregnados en toda la habitación, nublándoles el juicio a ambos. JungKook hacía un poco más de presión entre ellos, levantando las caderas y logrando hacer jadear al Omega.

El castaño bajó por todo su torso, dispuesto a desabrochar el pantalón de su Alfa y hacerlo sentir bien, pero la puerta de su habitación se abrió abruptamente, y los ruidos de la televisión cesaron. TaeHyung se giró de inmediato y se quitó de encima del Alfa, avergonzado, mientras JungKook buscaba su camiseta rápidamente.

— ¿J-JooHyun? — Tartamudeó al ver a su hermana ahí de pie, con su bebé despierto en brazos.

— Por la Luna, apestan a hormonales — Arrugó la nariz — Te hablaba desde hace rato y no me escuchabas, tuve que subir.

— ¿No sabes tocar? — Preguntó el castaño, un poco molesto y aún acalorado.

— Lo hice y no me abriste. ¿Olvidaste lo de hoy?

TaeHyung frunció el ceño y luego lo recordó.

— Sí, lo olvidaste — Dijo JooHyun — Cuidarías a Dong-Pyo hoy.

— Sí, sí, ya sé. Hola, bebé — El Omega se acercó y tomó al cachorro en brazos, el cual se aferró a él de inmediato.

Vio cómo JooHyun miraba de reojo a JungKook, que estaba sentado en la cama, cruzado de piernas y con una almohada encima de ellas.

— Oh sí, Joo, él es JungKook. Mi novio — Lo presentó orgulloso. JungKook alzó la mano en saludo, sin querer levantarse del todo.

— Sí, el vecino. Qué gusto por fin verte, JungKook — Le sonrió — Bien, me voy. Pasaré en la mañana por él. No hagan cosas frente a mi bebé, ¿entendido? — Advirtió la Alfa, apuntándolos a ambos.

— Sí, JooHyun, ya vete — Dijo TaeHyung, con las mejillas rojas y sosteniendo a Dong-Pyo en sus brazos.

— Los veré luego — Ella se acercó a su cachorro y le besó las mejillas — Te veo luego, mi amor. Pórtate bien con el tío Tae.

— JooHyun...

— Ya, adiós — Mandó un último beso a su bebé y salió de la habitación.

— ¡Me saludas a WooSeok! — Gritó TaeHyung, cerrando la puerta con el pie.

Fue entonces que JungKook soltó un suspiro y se recostó en la cama, quitando la almohada de su entrepierna. TaeHyung se sentó al otro lado y dejó al bebé en medio de ambos, el cual comenzó a gatear hasta el rubio, balbuceándole cosas.

— Hola, pequeño — Se sentó y lo tomó en brazos — Qué bonito eres.

JungKook lo alzó frente a él, moviéndolo delicadamente hacia los lados, haciendo que Dong-Pyo riera con la mano en la boca.

— ¿Quién es un bebé bonito? Tú lo eres, tú lo eres — Mimaba al bebé mientras TaeHyung lo veía desde la orilla con el ceño fruncido.

— Se supone que ese soy yo — Se cruzó de brazos.

— Tu tío es un mimado — Le susurró a Dong-Pyo al oído y luego lo dejó recostado en la cama — Ven aquí, Omega — Palmoteó su regazo.

TaeHyung no tardó en estar sobre él, dejando al cachorro andar libremente por la cama.

— Tú eres mi bebé bonito — Le dio un piquito en los labios, haciendo que TaeHyung sonriera.

— Lo sé.

— Además, ¿te has visto cargando a un cachorro? Es lo más precioso que he visto.

— ¿Sí? — Le preguntó, acercando su boca a la de él, sin besarlo aún.

— Ujum. ¿Quieres un cachorro, Omega? — Preguntó, ladeando la cabeza y hundiendo la nariz en su cuello.

— Dos, tal vez.

— Entonces tendremos dos bebés — Le besó el cuello y luego lo miró con una sonrisa en el rostro.

TaeHyung asintió, más que feliz, y le dio un último beso al ojiazul antes de quitarse y ver que Dong-Pyo estaba gateando hacia la orilla. No lo alcanzó a detener, y el cachorro cayó de la cama. Ambos se levantaron de inmediato y vieron al pequeño tratando de levantarse con un puchero en el rostro. El Omega lo cargó en brazos y el bebé empezó a sollozar.

— Oh no, bebé, mira, no llores... JungKook...

— Sí, sí, mira, cachorro — El Alfa tomó un zapato que encontró en el suelo y empezó a moverlo frente a Dong-Pyo, tratando de distraerlo para que no comenzara a llorar fuerte.

— Mira, Dong, es un... zapato. ¡JungKook!

Dong-Pyo dejó de sollozar y empezó solo a balbucear, haciendo puños hacia JungKook. TaeHyung se lo dio, y el bebé escondió la carita en su cuello. JungKook lo meció en brazos y agradeció que al bebé le agradara su presencia, comenzando a arrullarlo.

— Sabes, Alfa, ahora que lo pienso, creo que es muy pronto para tener cachorros.

— Sí, pienso lo mismo — Aceptó, pálido por el susto.

Ambos se miraron unos segundos y luego rompieron en risas, las cuales hicieron que Dong-Pyo se enderezara y empezara a reír también.

— Ay no — TaeHyung alcanzó a ver una pequeña marca roja en la frente del cachorro — Tu madre va a matarme.