Ꜥꜥֶָ֢🍪ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo 11
Tres días sin ver a TaeHyung habían sido una tortura. Pero ahora estaba recuperándose de su repentino celo, y en cuanto despertó, lo primero que hizo fue enviarle un mensaje de texto a su castaño. Dejó su celular después del mensaje y se levantó de la cama, estirando su cuerpo y tomando aire. Habían sido tres días muy pesados.
Miró el desastre que era su cama e hizo una mueca, quitando todas las sábanas de un jalón. Entre ellas, salió volando la sudadera de TaeHyung, la cual recogió de inmediato y apretó entre sus manos, llevándola a su nariz y respirando profundo. Sonrió, su Omega era el mejor. Le había ayudado bastante tener su olor cerca, y sin duda, no fue tan malo como anteriores veces.
Puso sábanas nuevas y las sucias las llevó a la lavadora, luego las lavaría. Entró a su pequeño baño de la habitación y se dio una larga y relajante ducha, quitando los restos de sudor y destensando sus músculos. Cuando salió, se sentía como nuevo. Se puso solo unos shorts y se acercó a la ventana, secándose el cabello con una toalla. Sonrió cuando vio a TaeHyung salir de su casa y cruzar la calle en pijama. Escuchó la puerta de entrada ser abierta y luego movimientos en la cocina.
"No debí haberle dicho sobre el pan", pensó.
Hubo unos segundos de silencio y frunció el ceño, dejando de lado la toalla. Luego escuchó correteos por toda la sala y pisadas fuertes en las escaleras. TaeHyung entró a la habitación corriendo y agitado, cerrando la puerta de la habitación y recargándose en ella. Traía un trozo de pan de vainilla en la mano y la otra estaba sobre su pecho. Entendió lo que pasaba cuando al otro lado se escucharon los rasguños y ladridos de Bam.
— JungKook, tu perro me correteó por la sala — Habló, con el labio temblando.
JungKook apretó los labios para no dejar salir una carcajada.
— Oh, mi bebé, ven aquí.
TaeHyung se acercó de inmediato y lo abrazó por el torso, sollozando un poco. Jeon respiró profundo y, al no aguantar más, soltó una risa. Kim lo miró mal.
— ¡No es gracioso! Casi me mata del susto — Se separó de él y se dio la vuelta, limpiando sus lágrimas.
— Tae, él solo está jugando — Lo giró y vio un puchero en sus labios; ahí dejó de reír.
— No quiero jugar con él, me da miedo.
JungKook le dio un besito en donde se formaba el puchero y luego lo abrazó.
— Ya, Omega, lo siento, voy a corregir eso de él, lo prometo.
TaeHyung asintió y luego le puso atención por primera vez al mayor. Su aspecto de recién bañado le daba el toque más atractivo. Fijó su vista en su abdomen descubierto, apenas marcado, y luego aspiró su olor, tan delicioso.
— ¿Me extrañaste, pequeño? — Le preguntó el Alfa al ver cómo lo miraba.
— Mucho — Se colgó de su cuello para besarlo, lento y necesitado.
JungKook le apretó las caderas y gruñó en medio del beso. Estaba perfectamente bien, pero aún algo sensible, así que dio unos pasos hacia adelante, haciendo que el menor retrocediera y cayera de espaldas en la cama. Se acomodó sobre él sin aplastarlo.
— Hola, Omega — Dijo, dejando de besarlo.
— Hola, Alfa.
JungKook sonrió y TaeHyung le tocó las mejillas y la frente con la mano.
— ¿Te sientes mejor?
— Ujum — Masculló, y giró su cabeza para besarle la palma de la mano.
— ¿Te sirvió lo que te mandé? — Preguntó, sacudiendo sus pestañas.
— Bastante, devoré todo en un segundo, y esa sudadera, ahora es mía.
JungKook se estiró un poco para alcanzar la sudadera cerca de las almohadas, y se las arregló para ponérsela a TaeHyung.
— Te la dejaré cuando me vaya — Dijo el castaño, con una sonrisa con arruguitas en la esquina de sus ojitos. Jeon lo besó.
— Pues no te dejaré ir.
Volvieron a una importante sesión de besos, y en medio de eso, terminaron con las manos de JungKook metidas entre la ropa de TaeHyung, acariciando su abdomen y con las piernas del castaño apretando el cuerpo del Alfa entre sus piernas. JungKook bajó los besos al cuello del Omega, donde su olor había aumentado. Lamió desde la base del cuello hasta la mandíbula, escuchando un jadeo por parte del Omega y sonriendo.
Levantó un poco más las prendas que cubrían su torso y fue dejando besos ahí, en el pecho y en la abultada pancita.
— Kook...
— ¿Uhm? — Respondió, demasiado concentrado en el torso suave del menor.
TaeHyung olvidó todo cuando le lamió alrededor del ombligo, haciendo círculos y succionando partes de piel, dejándola rojiza. Sus dedos se aferraron a los bordes del pantalón de pijama del menor, y los bajó un poco, dejando al descubierto el hueso en su cadera, lo que lo hizo salivar. Levantó la vista y vio el rostro del Omega, los ojos cerrados y los labios entreabiertos, dejando salir pequeños sonidos que no quería dejar de escuchar nunca. Su abdomen se contraía y levantaba sus caderas en discretos movimientos.
— Eres tan precioso, Tae.
Decidió no bajar más la pijama del Omega y seguir besando su torso, haciendo más marcas. En un segundo, un sonido proveniente del estómago del menor lo hizo sonreír y al menor abrir los ojos al tope para ponerse rojo después.
— ¿Escuchaste eso? Creo que hay un león aquí dentro — Acarició la piel con su nariz y luego dejó un beso.
— Cállate — Se tapó la cara con las manos, lleno de vergüenza.
— ¿Tienes hambre, cariño? —Le le preguntó. TaeHyung asintió, aún con las mejillas rosas.
— Un poco.
— ¿Un poco? ¡Por poco y me comes a mí! — Se burló.
— Basta, Kook, no digas más — Le tapó la boca con la mano y JungKook la retiró suavemente. Luego cubrió el torso del menor, no sin antes echarle un vistazo a las marcas que había dejado ahí.
— Ya, cariño, vamos a llenar esa pancita con comida.
El Alfa se levantó de la cama y le tendió la mano a TaeHyung. Luego, de asegurarse que Bam estaba por otro lado de la casa, fueron a la cocina, donde hicieron más acto de besarse que de cocinar.
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