Ꜥꜥֶָ֢🍪ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo 24
TaeHyung subió al auto de JungKook en silencio, con las manos escondidas en las mangas de su suéter y sus hombros caídos. Jeon odiaba verlo así, pero no podía decirle nada hasta dentro de un rato, si no, todo se arruinaría.
— ¿Estás bien? — Preguntó JungKook en algún punto del viaje.
TaeHyung lo miró solo un segundo y negó.
— Lo siento, Tae, es mi culpa — Murmuró — Pero de verdad, lo que sea que estés pensando no es verdad.
— ¿Y qué crees que es lo que estoy pensando? — Preguntó, con la voz quebrada.
El Alfa se quedó callado y siguió conduciendo. Se detuvo en un lugar que no estaba demasiado poblado, pero ninguno hizo movimiento para salir del auto.
— Bebé, te juro que no es mi intención hacerte sentir mal — Empezó JungKook, acariciando su mejilla.
TaeHyung lo miró un segundo y volvió a bajar la mirada, evitándolo.
— Quiero explicarte las cosas, pero creo que es mejor mostrártelas.
Hizo unos movimientos y sacó algo de su saco.
— Ponte esto en los ojos — Le dio una venda blanca, y TaeHyung lo miró con duda.
— ¿Para qué?
— Ya verás.
— Pero si me la pongo no voy a ver — Dijo obvio.
— Sí, bueno, es un decir, Omega, solo póntelo, te ayudaré.
TaeHyung se giró un poco, y JungKook le ató la venda. Luego le dio un beso en la cabeza, oliendo su cabello a shampoo de fresas.
El ojiazul le dio la mano una vez que estuvo fuera del auto y lo iba guiando en el camino para que no cayera. El Omega incluso había empezado a reír por los tropiezos que tuvo, y JungKook sonreía. La risa del menor era todo lo que estaba bien en el mundo.
Se detuvieron abruptamente, y TaeHyung puso atención a lo que pasaba a su alrededor. Agudizó su oído y pudo escuchar al Alfa cuchichear con alguien más.
— Kook... — Lo llamó, pero algo más captó su atención en ese instante, ese olor; era el mismo que había tenido JungKook ligeramente en su ropa los días anteriores.
Se quitó la venda de inmediato, sin importarle nada, y vio al rubio mirarlo con los ojos muy abiertos por haberse quitado la venda, y luego al Omega tras de él.
— JiHyun — Susurró.
— Ho-hola, TaeHyung — Saludó con una sonrisa.
— Es... JungKook, ¿qué es...?
— Amor, espera, no digas nada, solo... mira esto — Jeon le giró un poco, y detrás de él pudo ver una casa de dos pisos, simple y bonita, pintada de un color verde discreto y un jardín delantero precioso.
Era la casa de la maqueta de JungKook.
— Es... es tu... cielos, es hermosa — Titubeó.
JungKook se puso detrás de él y lo abrazó.
— Y es nuestra — Le dijo el Alfa.
— ¿De-de verdad? — Se giró para verlo mejor, y JungKook asintió — Pero yo creí que... es que tú, estabas muy distante y... — Bajó la mirada.
— Hey — Le alzó la barbilla — Estaba así porque estuve muy ocupado planeando todo esto, y si me acercaba demasiado a ti, iba a arruinar todo y te lo iba a decir antes de tiempo. JiHyun y HoSeok estuvieron ayudándome.
TaeHyung vio a JiHyun detrás, y él le asintió.
— Es que tu olor... no lo reconocí, JiHyun, lo siento — Dijo, apenado.
— Cuando nos conocimos usaba supresores, así que tal vez fue eso — Él se acercó y le dio las llaves a TaeHyung con una sonrisa — Que la disfruten.
Se despidió de ambos y luego se fue de ahí, dejándolos solos.
— Ven, vamos a entrar, Omega — JungKook entrelazó sus manos y entró junto a su novio.
La casa por dentro era incluso más bonita; las paredes eran blancas y había muebles de colores blanco y café, dándole un toque moderno y simple. En el piso de abajo estaba la pequeña sala y la cocina junto a un baño, y arriba había tres habitaciones, dos pequeñas y otra más grande, que era la de ellos. Allí había un nido grande con demasiadas almohadas, y se veía muy cómodo.
TaeHyung estaba ronroneando en su interior por recostarse ahí.
— Alfa, esto es... cielos, es demasiado, y es hermoso — Se aferró a él cuando estuvieron dentro de su habitación.
— Es nuestra casa, Tae. Te lo prometí, y aquí está —l
Lo tomó de la cintura y le dio un suave beso en la mejilla y otro más cerca de sus labios — Déjame marcarte, Omega.
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