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Ꜥꜥֶָ֢🍪ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo 14

A la mañana siguiente, era muy temprano cuando JooHyun fue a recoger a Dong-Pyo. Ni bien había salido el sol del todo, ella ya estaba con su cachorro en brazos, despidiéndose de JungKook, que fue quien despertó para entregárselo. Afortunadamente, el pequeño golpe que el bebé tenía en su frente ya no se notaba, así que sería una anécdota para después.

JungKook subió de nuevo a la habitación de TaeHyung, donde su Omega estaba dormido en su cama, al lado del huequito donde antes habían estado él y el bebé dormidos. Tomó al Omega en brazos, quien se aferró a su cuello, y lo llevó a su nido. Desde la noche anterior, TaeHyung había querido dormir allí, pero no cabían los tres, así que terminaron en su cama, dormidos después de un exhaustivo día.

Lo dejó suavemente y le besó la punta de la nariz fría, pero cuando quiso separarse, el Omega lo aferró aún más a él, haciendo que JungKook se recostara a su lado y los cobijara a ambos.

— Alfa — Habló entre su cuello, adormilado — Quiero galletas.

— Amor, es muy temprano aún.

— Y un té calientito — Lo ignoró.

JungKook lo abrazó por la cintura y entrelazó sus piernas con las de él. Aún estaban con la ropa del día anterior, por lo que sus jeans eran un poco estorbosos, pero no le importó.

— Deberías dormir un poco más antes de ir a la escuela.

TaeHyung negó y soltó un suspiro, aún sin abrir los ojos.

— No quiero ir.

— Tenemos que ir, Tae, es viernes.

— Pero no quiero — Se quejó — Hay que quedarnos aquí.

TaeHyung respiró en su cuello, lo que provocó un escalofrío en JungKook.

— Por favor — Pidió el Omega una vez más.

JungKook se rindió y asintió.

— Bien, pero aún no comerás galletas. Duerme.

Jeon le acarició el cabello, buscando la manera de dormirlo de nuevo, pero su Omega era muy persistente.

— ¿Y pan tostado? Hay mermelada de fresa en la alacena.

JungKook le puso una mano sobre el rostro, manteniendo los ojos del Omega cerrados.

— Duérmete, Tae.

Sintió la sonrisa del menor bajo su mano y él cerró los ojos, no quería acceder tan fácil a lo que su Omega le pedía, aunque para ser sinceros, ya había aceptado no ir a la escuela y no tardaría en decirle que sí a todo.

— ¿Ni un besito chiquito? — TaeHyung le retiró la mano del rostro.

JungKook fingió no haberlo oído y mantuvo los ojos cerrados. Luego empezó a sentir los suaves labios del Omega sobre los suyos, dando cortos y rápidos besos, que después pasaron a su mejilla.

— Alfa... Kook — Volvió a besarlo, esta vez, sacudiéndole el hombro.

JungKook gruñó.

— Dijiste que querías quedarte aquí, Omega, ahora nos quedaremos aquí.

Tomó las manos del castaño y las escondió entre sus pechos pegados, abrazándolo de nuevo y dejándolo inmóvil.

— Pero Alfa...

— Un ratito — Pidió JungKook — Hay que dormir solo un rato y luego yo te llevo a comprar un pay, ¿hecho?

No fue solo un rato. Pareciera que el cachorro había agotado todas sus energías el día anterior, y terminaron despertando casi a la una de la tarde.

La madre de TaeHyung se sorprendió cuando los vio a ambos bajar por las escaleras, pero no los reprendió por no haber asistido a clases.

— Mis niños, coman algo. JungKook, saldré con tu madre un rato.

Al rubio ya no le extrañó.

— Bien, debe estar en casa.

— Sí, iremos a ponernos de acuerdo — Le sonrió.

— ¿De acuerdo para qué? — Vio de reojo a TaeHyung, que ya bebía de una chocolatada en caja.

— Para el viaje a la granja de mis padres, ¿no te lo ha dicho?

JungKook negó.

— Seguramente lo hará pronto, no se preocupen. Los veo luego — Se despidió y salió por la puerta, dejando a los dos en la sala. TaeHyung puso la bebida en la mesa del centro.

— La granja es muy linda, Kook. Te va a encantar, hay caballos y un lago con patos y... ¿Qué haces? — Preguntó cuando sus caderas fueron sostenidas por el mayor.

— Quiero a mi Omega cerca.

JungKook enterró la nariz en su cuello y lo pegó a él, besándole el cuello en su fuente de olor, lo que hizo al Omega temblar y cerrar los ojos. Estaban cerca del sofá, por lo que el Alfa dio unos pasos atrás, sentándose con el Omega a horcajadas encima.

— Te juro que mataré a quien sea que llegue a interrumpirnos — Advirtió Jeon antes de besarlo.

TaeHyung estuvo de acuerdo, y no tardó en mover sus caderas contra las de JungKook por inercia. Su trasero fue aprisionado por las manos ajenas, y luego una mano traviesa se coló por delante de sus pantalones, desabrochándolos para poder meter las manos debajo de la tela libremente. JungKook masajeó su trasero por encima de lo que sintió: eran unas bragas. Dejó de besarlo y bajó su mirada para abrirle un poco más los jeans del frente, dejando a la vista unas bragas de tela fina color rosa. Sus ojos brillaron.

Se puso unos segundos de pie para dejar al Omega recostado en el sofá y sacarle los pantalones de un solo movimiento, quedando embelesado por sus piernas.

— Eres tan hermoso, joder.

Le besó la cara interna de los muslos y oyó al Omega jadear, empezando a oler el lubricante que salía y empapaba sus braguitas por la parte trasera. Subió de nuevo a sus labios rojos e hinchados para besarlo, y a tientas buscó la orilla de su playera para subirla, sin quitársela, y acariciar con una mano su costado, mientras que la otra se escabullía dentro de sus bragas, acariciando la suave piel bajo ellas.

— Abre un poco más las piernas, Omega.

Asintió e hizo caso de inmediato. JungKook se puso en medio de ellas y así tuvo acceso a tocar con sus dedos su entrada. TaeHyung gimió.

Sus dedos estaban húmedos, y con una facilidad exquisita, logró deslizar un dedo dentro de él. TaeHyung mordió su labio para no gritar, pero le fue imposible mantenerse callado cuando el mayor empezó a moverlo dentro de él.

— K-Kook... oh, Alfa.

JungKook se mantuvo a centímetros de su rostro, viendo sus expresiones, cómo tenía los ojos cerrados y los labios entreabiertos. Deslizó otro dedo dentro, con un poco más de dificultad, pero que igual se sintió bien para ambos.

— ¿Bien, Omega? — Preguntó el Alfa. Cuando TaeHyung asintió, comenzó con movimientos lentos, dentro y fuera.

Unos segundos más y TaeHyung estaba temblando y respirando agitado. La punta de su pequeño miembro sobresalía de entre sus bragas, sobre su abdomen, y JungKook lo acarició por encima de la tela. Flexionó sus dedos hacia arriba, y en un alarido, Kim manchó su abdomen con el líquido espeso y caliente, al mismo tiempo que JungKook mordía y succionaba su hombro, dejando una marquita temporal. Jeon sacó sus dedos y miró a TaeHyung abrir poco a poco sus orbes verdes, brillosos y con las pupilas dilatadas.

— ¿Estás bien, amor? — Preguntó el ojiazul, apartando unos mechones de cabello de su frente.

— S-sí, Alfa... Lunas, estoy hecho un desastre — Miró su abdomen y luego a JungKook, que le sonrió y le dio un beso corto en los labios.

— ¿Quieres ducharte?

— Ujum.

Ayudó a TaeHyung a ponerse de pie, quien salió corriendo al baño, lleno de vergüenza y con las mejillas rojas. JungKook rió. Le encantaba su Omega.


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