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Capítulo 13

Han

Mi cerebro parecía haberse desconectado por completo de mi sistema. Las imágenes que mis ojos captaban no se retenían en ninguno de los hemisferios de mi memoria. Era como una película a la que no habías prestado atención y cuando querías centrarte no podías retener nada de lo que estaba sucediendo.

Así era como me sentía mientras observaba el cuerpo de June entre los brazos de Hyunjin. Lo que había sucedido... ¿Qué había sucedido exactamente? Dos tipos en su habitación, reteniéndola y tratando de abusar de ella. Miembros de la manada WolfGang. Chan y Seungmin drenando la sangre de su sistema. Dos cadáveres en una habitación. ¿Qué clase de broma de mal gusto era esta?

Todo había sido demasiado de dirigir viviéndolo en primera persona. La angustia y la desesperación se habían adueñado de mi sin haber sabido que hacer para poder ayudarla. Ninguno de nosotros había podido reaccionar.

—June —Hyunjin seguía sacudiendo ligeramente el cuerpo de June, tratando de que reaccionara.

Sus ojos se habían cerrado y la sangre de su nariz se había secado, empezando a formarse una costra sobre su piel. ¿Cómo debería de haberse sentido ella? ¿Desesperada? ¿Angustiada? Tanto ella como su loba habían intentado liberarse por sus propios medios, pero el tipo que la había retenido había estado jugando con ella, torturándola en nuestra presencia.

—Vamos, June. Joder —la estrategia de Hyunjin pasó de mover suavemente sus hombros a darle sendos golpecitos en sus mejillas, moviendo su cabeza de un lado a otro.

Minho, todavía junto al escritorio, se acercó hasta June, empezando a liberar sus manos y pies de las cuerdas que las mantenían prisioneras. Las tiró sin miramiento alguno a cualquier parte de la habitación. El mayor subió las mangas de su jersey dejando a la vista de todos nosotros el color violeta que habían adquirido sus muñecas. La cara de Minho se contrajo en una mueca cabreada.

—Si no estuvieran muertos ya iba a hacerles pasar por lo mismo que June ha tenido que sufrir —la amenaza velada del mayor silenció cualquier ruido de la habitación. No estaba seguro si alguno de nosotros estaba siquiera respirando o todos estábamos aguantando la respiración.

—Vuelve a salirle sangre de la nariz —apuntó Innie señalando el cuerpo de June.

Mi vista se desvió de Minho hacia June. Hyunjin le estaba retirando el pelo negro de la cara después de que este se hubiera desperdigado por todos lados debido a sus sacudidas. Efectivamente, su nariz estaba volviendo a sangrar y una primera gota estaba decorando su jersey junto con otras ya secas.

—Felix, ve al baño a por una toalla mojada y papel —le indicó el mayor a su primo y este desapareció en el baño privado de June antes de que hubiera termino de hablar—. Tumbémosla en la cama, estará más cómoda allí.

Hyunjin se alzó del suelo, teniendo cuidado de no mover demasiado la cabeza de June que todavía seguía descansando sobre su brazo. Pasó su mano por debajo de sus rodillas y, alzándose con cuidado del suelo, la acomodó contra su pecho hasta llevarla a su cama. Changbin coló un cojín sobre la almohada para que la cabeza June no estuviera demasiado inclinada hacia abajo puesto que la sangre seguía saliendo, en una cantidad más reducida, de su nariz.

El menor de los Lee volvió a salir del baño portando lo que su primo le había pedido. Se lo entregó a Minho y este le agradeció con una inclinación de cabeza. Cortó dos trozos de papel y los empezó a enrollar hasta formar una especie de tapón con ellos. Se acercó a June y taponó la fosa nasal sangrante con él, cortando la pequeña hemorragia.

El papel en su nariz se pintó por completo de rojo, así que Minho tuvo que cambiárselo dos veces más antes de que pareció que la sangre había dejado de manar.

Todos nos quedamos en silencio por varios minutos hasta que la voz del mayor se hizo presente.

—Muchas gracias, Chan. Por salvarla —Minho se dio la vuelta para ver al nombrado. El vampiro se sorprendió al principio, luego simplemente asintió con la cabeza.

—Ya no podía soportarlo más. Ella no se merece esto. Siento no haber actuado antes —la mirada de Chan se desvió hasta June, tendida sobre su cama sin moverse.

De verdad nos habíamos comportado como unos auténticos cabrones con ellos cuando llegaron. Los habíamos juzgado por lo que eran y no nos habíamos parado siquiera un momento en tratar de conocerlos. Les amenazamos y asustamos a primeras estancias. Y ahora, si no hubiera sido por ellos, no podía siquiera pensar en lo que le podría haber sucedido a June. Era la segunda vez que nos ayudaban y ni siquiera nos habían pedido nada a cambio, ya fuera una disculpa de nuestra parte o cualquier otra cosa. Me sentía como una mierda.

—Han, ¿puedes llamar a tu madre? —escuché que preguntó Hyunjin, pero mi cerebro parecía no haberlo registrado.

Mi mirada seguía fija en June. Su piel, blanca de por sí, parecía mucho más pálida. Sus largas pestañas descansaban sobre sus altos pómulos decorados con miles de pecas. Parecía tan frágil. Cómo una muñeca de hielo que podría romperse ante el menor contacto.

Sentí un ligero pinchazo en el pecho, seguido por un sentimiento de angustia. No podía verla así. Hubiese dado lo que hubiese hecho falta para haberme cambiado por ella. Ojalá hubiese sido yo al que la manada WolfGang quería matar y no a ella.

—¿Han?

Sacudí la cabeza alejando cualquier pensamiento ante la mención de mi nombre.

—¿Eh? —pregunté a todos en la habitación, no sabiendo a quien debía dirigirme.

—¿Podrías llamar a tu madre para que la revise? Parece que la nariz se le está poniendo morada y sería bueno comprobar que no tiene alguna otra herida.

Asentí a la pregunta de Hyunjin, recriminándome mentalmente por no haberlo pensado antes. Saqué el teléfono de mi bolsillo y entré en mis contactos. Inicié la llamada con mi primer numero de emergencia, que se correspondía con mi madre.

Dieron varios tonos antes de que la llamada se descolgara.

—¿Han? —escuché preguntar a mi madre. Odiaba llamarla solo cuando teníamos problemas y no solo porque quisiera hablar de ella y tener una charla normal madre e hijo. Extrañaba para tiempo en familia con mis padres, pero entendía que sus trabajos les robaban todo el tiempo del que disponían.

—¿Podrías venir a casa de June?

—¿A casa de June? ¿Por qué? ¿Qué le ha pasado? —la voz de mi madre fue intensificando su preocupación a medida que ella sola se hacía más preguntas.

—Luego te informo, pero ven cuanto antes —le solté de forma escueta. Si tenía que explicarle todo lo que había sucedido en la tarde de hoy, pasarían una hora antes de que mi madre viniera—. Y trae tu maletín de doctora.

Escuché las últimas palabras que dijo mi madre antes de colgar la llamada y volver a guardarme el teléfono en el pantalón.

—Llegará en unos diez minutos —les comuniqué a los chicos.

Mi mirada entonces captó los cuerpos de los dos hombres, sin vida. Tenían los ojos abiertos debido a conmoción que se llevaron cuando nuestros dos amigos vampiros les empezaron a drenar la sangre.

Fruncí la boca en una mueca.

—Creo que deberíamos deshacernos de estos dos antes de que llegue mi madre.

Los chicos asintieron. Changbin y Minho junto con la ayuda de Chan y Seungmin cargaron cada par a uno de los dos tipos. ¿Los cuerpos sin sangre pesaban lo mismo que con ellos? Era una pregunta que había asaltado mi mente. Solo a mi se me ocurría pensar chorradas en momentos como este.

Los cuatro salieron de la habitación, teniendo ningún cuidado con los cuerpos que cargaban. La cabeza del que cargaban Changbin y Minho cochó con fuerza contra el marco de la puerta, produciendo un sonido horrible, pero ninguno de ellos le tomó importancia. Total, ya estaba muerto, no podía quejarse.

Escuché sus pasos descender por las escaleras y luego el portazo de una puerta al ser cerrada. La habitación volvió a sumergirse en un incomodo silencio. Nadie sabía que decir o hacer. La situación nos había superado a todos.

—¿Se pondrá bien? —Innie se acercó hasta la cama y se sentó en el suelo sobre sus piernas. Acarició tiernamente la mano de June con sus dedos.

—Con varios días de descanso se pondrá bien —le contesté, sabiendo que eso sería lo que diría mi madre.

—No me refería a eso. Digo si conseguirá reponerse de lo que le ha sucedido hoy. Cosas como estas pueden dejar un gran trauma de por vida y cambiar a la persona —se explicó. A veces me sorprendía que fuera el más pequeño de nosotros. Cuando hablaba parecía todo un adulto.

—Esperemos que no se así. Pero, si se diera el caso, la ayudaremos en todo lo que podamos. No la volveremos a dejar sola —respondió Hyunjin, acercándose al menor y apoyando una de sus manos sobre su hombre mientras la dirigía al pelo oscuro de June, acariciándoselo y dando mayor credibilidad a sus palabras.

🌕🌗🌑🌓🌕

Chan y Seungmin habían vuelto a la habitación hacia un par de minutos. Cuando les preguntamos por Changbin y Minho nos dijeron que se habían quedado en el porche para esperar a que mi madre llegara. Quise preguntarles que habían hecho con los cuerpos de aquellos dos tipejos, pero estaba seguro de que, lo más probable, eran que los hubieran dejado tirados por el bosque. Si alguien los encontraba era probable que pensarán que había sido algún animal. O, pensándolo mejor, esperaba que la manada WolfGang los encontrara y vieran que no volverían a tenerlo tan fácil con nosotros. Era nuestro momento de atacar.

Al poco de haber llegado ellos, escuché la puerta principal de nuevo cerrarse y varios pares de pisadas dirigirse de nuevo hacia donde estábamos. Los dos chicos entraron a la habitación de June seguidos por detrás por mi madre, vestida con su uniforme blanco y cargando con ella su maletín médico.

—Hola, mamá —la saludé, alegrándome de verla. Ella abrió la boca para devolverme el saludo cuando su mirada se quedó fija en los dos chicos que había detrás de mí—. Son amigos mamá, no te harán nada —quise explicarle pues sabía que se había quedado conmocionada al ver a dos vampiros con nosotros.

Mi madre asintió con la cabeza y entonces se acercó a abrazarme. La estreché entre mis brazos y luego le indiqué a June, quien no había abierto los ojos en todo el rato que habíamos estado con ella. Se acercó hasta la cama y tanto Hyunjin como Innie se apartaron de allí, para dejarle espacio.

Primero la revisó de forma superficial antes de abrir su maletín y sacar una pequeña linterna. Abrió cada uno de los parpados de June con cuidado y paseó la luz por sus ojos, comprobando que estuvieran bien. Luego de eso, guardó la pequeña linterna en el bolsillo de su bata y observó su nariz. Extrajo el pequeño papel de su orificio nasal y me indicó que lo tirara a la papelera.

Así lo hice y cuando salí del cuarto de baño vi que mi madre estaba tocando suavemente el tabique nasal de June. Varios segundos después se dio la vuelta para vernos a todos.

—Tiene una leve contusión nasal.

Volvió de nuevo a revisar a nuestra amiga, captando el color morado de sus muñecas y luego inspeccionó su cabeza. Palpó por distintas zonas, hasta que vi que se estaba centrando en una de ellas. Algo me decía que eso no era bueno.

—Tiene un pequeño bulto en la zona trasera, pero si los instrumentos necesarios no puedo hacer mucho más. Sería conveniente que la lleváramos al hospital de la ciudad para que la revisen —dictaminó finalmente, consiguiendo que toda mi piel se erizara—. Pero, antes de eso quiero que alguien me explique que le ha pasado y porque se encuentra así.

La mirada de mi madre estaba centrada en mí. Rompí ese contacto observando al resto de los chicos quienes paseaban la mirada de unos a otros, decidiendo quien iba a hablar. Incluso en momentos como estos éramos incapaces de ponernos de acuerdo para ver quien sería nuestro portavoz. Algo me decía que era mi obligación hacerlo, puesto que era mi madre quien estaba pidiendo las explicaciones, pero Minho se me adelantó.

—Había dos tipos de la manada WolfGang en la casa de June. No sabemos cómo entraron, pero, para cuando llegamos, la habían atado. Estaban tratando de matarla —el mayor había decidido omitir el detalle de todo lo que le habían hecho frente a nuestros ojos, y estaba agradecido con él por ello.

Mi madre se quedó en silencio, de seguro procesando todo lo que Minho le había contado. Finalmente, guardó la linterna de nuevo dentro del bolso y se puso en pie.

—Sería mejor avisar de todo esto al Alpha —todos asentimos con la cabeza. Yo ya me había propuesto hacerlo—. Pero, por ahora, voy a llamar al hospital avisando de que llegaremos dentro de poco y que tenga preparado todo para poder revisar a June. Os espero abajo.

Agradecí a mi madre todas las molestias que se estaba tomando. Salió por la puerta de la habitación sacando su teléfono y empezando a buscar el contacto que necesitaba.

Mi mirada se dirigió de nuevo a June. Parecía estar durmiendo tan plácidamente. Mi madre había dicho que tenía un pequeño bulto en la parte trasera de su cabeza. ¿Esos malnacidos también la habían golpeado? Cerré las manos a mis costados formando puños. No había caso que siguiera pensando en esos dos tipos cuando ya estaban muertos, pero no podía evitar que la furia bullera en mi interior solo de pensar en ellos.

Por el rabillo del ojo capté como Hyunjin se acercaba de nuevo a la cama y, con la misma delicadeza que había empleado anteriormente, pasó sus brazos bajo el cuerpo de June y la alzó de su cama, cargándola cómo una princesa. ¿Por qué no había tenido yo la iniciativa?

Los pasos del rubio se encaminaron fuera de la habitación para luego bajar las escaleras. El resto de los chicos lo siguieron por detrás. Pero yo aún no me había movido de mi lugar. ¿Por qué Hyunjin siempre parecía adelantárseme con relación a June? Que yo supiera él no tenía sentimientos por ella. ¿O me estaba equivocando?

—Han, ¿no vienes? —la voz de Felix, llamándome desde el marco de la puerta consiguió sacarme de mis extraños pensamientos.

Asentí con la cabeza y lo seguí de cerca. Bajamos las escaleras hasta la planta baja, donde nos encontramos todos en el recibidor. Minho se acercó hasta el mueble de la entrada y agarró las llaves del coche del padre de June junto con las de la casa. Todos salimos por la puerta y esperamos a que el mayor cerrara.

—Todos no cabemos en el coche —apuntó Minho, accionando el botón del mando del coche, desbloqueando sus puertas.

—Han, tu y Changbin pueden ir conmigo. Pero habrá que ir primero a casa —se ofreció mi madre. Miré al nombrado, quien estaba justo a mi lado, y ambos nos encogimos de hombros—. Nos vemos en la puerta del hospital —le indicó a Minho, quien asintió con la cabeza y abrió una de las puertas traseras del coche, permitiéndole a Hyunjin acomodar a June en el asiento del medio.

🌕🌗🌑🌓🌕

Mi madre detuvo el coche justo detrás de Minho. Vi como el mayor se bajaba del asiento del conductor e ingresaba a toda velocidad dentro del hospital. Nosotros, por nuestra parte, descendimos también del coche y nos acercamos al de delante. Felix estaba bajándose por la puerta derecha trasera. Al parecer había viajado junto a June y Hyunjin. El pequeño Lee, menor que yo por tan solo un día, se acercó al maletero y abrió la puerta, permitiendo que ambos vampiros descendieran.

Empecé a escuchar ruidos sordos de pasos viniendo en nuestra dirección. Me di la vuelta, justo para que a Minho encaminarse en nuestra dirección junto a un doctor y dos enfermeras, quienes traían una camilla portátil.

Hyunjin descendió entonces del coche por su lado y agarró de nuevo a June entre sus brazos. Se acercó hasta las dos enfermeras y, con su ayuda, colocaron a June frente a esta.

—Directora —el doctor se dirigió a mi madre y esta lo saludó, adentrándose con él, seguidos por las dos enfermeras, dentro del edificio mientras mi madre le informaba de lo que tenía nuestra amiga. 

No hizo falta que mi madre nos dijera que esperáramos allí. Sabía de buena mano que no podíamos pasar al interior del edificio si no éramos pacientes o familiares directos de la persona o, en casos excepcionales como los ancianos o heridos gravemente, como acompañantes.

Tendríamos que esperar donde estábamos a que mi madre volviera a salir y nos indicara que podíamos entrar a visitar a June o a ver como se encontraba. Inspiré hondo, armándome de toda la paciencia posible. Los doctores podían tardar varios cuartos de hora en revisarla como un par de horas.

Abrí la puerta trasera derecha y me senté en el asiento, dejando que mis pies colgaran fuera del coche. No me iba a mover de allí hasta que mi madre saliera con noticias.

Lo cual fue al cabo de media hora. Sentí unos leves pasos y, cuando alcé la cabeza de la acera, vi a mi madre, con sus patucos reglamentarios en su uniforme, caminando en nuestra dirección.

Abandoné mi asiento, al igual que los chicos, y nos acercamos a ella a la carrera. Todos nos moríamos de los nerviosa y deseábamos saber cuales habían sido los resultados. Mi madre se asustó un poco al vernos llegar a todos en tropa, deteniéndonos casi a milímetros de ella.

Nos mostró una sonrisa, tratando de tranquilizar nuestros nervios.

—June está bien. Tiene una leve contusión tanto en la nariz como en la zona trasera de la cabeza, pero nada de lo que preocuparse —escuché nuestros suspiros de alivio en sincronía—. Los doctores dicen que ambas pueden deberse a una fuerte caída. Me han informado antes de salir de que estaba despertando, así que podéis pasar a verla sin hacer demasiado ruido. Hay pacientes que necesitar descansar. Habitación 217.

Rodeé el cuerpo de mi madre con fuerza, repartiendo besos por toda su cara y dándole las gracias por todo. Escuché su risa al tiempo que sentía su mano acariciando la parte superior de mi cabeza.

—Id —me separó de ella, regalándome una de sus amables sonrisas—. Os esperaré aquí fuera.

No tuvo que decírnoslo dos veces antes de que los ocho echáramos a correr en dirección a las puertas de cristal de la entrada.

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