|Libertad|
Ocho años después
Ocho años pasaron de la nada y en ese tiempo ocurrieron varias cosas. Algunas buenas y otras malas pero todas me sirvieron de algo.
Desde el primer momento que empecé a llevar todo el imperio Taisho por mi cuenta los señores Taisho se mudaron de la casa y la dejaron a mi nombre. Les prometí que la casa la pondría a nombre de Sesshomaru o Inuyasha, sea cual sea que venga primero a mí. Aprendí a llegar la gran fortuna y a distribuirla de la mejor manera: desde donaciones a hospitales, escuelas, centros de personas discapacitadas, orfanatos y el mismo hospital en el que estuvo Sesshomaru hasta la compra de nuevos terrenos para hacer este tipo de instituciones y la inversión en nuevos hoteles en varios países, lo anterior también lo empecé en países con subdesarrollo como África.
Las empresas se me daban bien ya que era con lo que había comenzado y llevar los hoteles me llevó un tiempo. La línea de hoteles "Taisho Moon Palace" se distribuye en varios países de Latinoamérica, Asia y Europa. Y la mayoría son categorizados entre cinco y seis estrellas. Algunos críticos me han dicho en cara que el lujo de estos a disminuido por mi culpa y eso ya sido como una patada al orgullo. Por ellos me he esforzado más y más en hacerlos mejores.
Por último, y lo más reciente que he adquirido, la marca de modas de la señora Irazue perteneciente al apellido familiar. El sector de diseño me es curioso y complicado. Nunca en mi vida había diseñado o modelado algo. Hace cuatro años quise empezar con eso, la señora Irazue me ha ido guiando y yo misma he estado tomando clases de dibujo y he ido diseñando. Para mi suerte la primera colección que lancé hace cuatro años en la temporada de invierno de Chicago. Y hasta ahora me encuentro entre los cinco mejores diseñadores en el ranking de la moda.
En resumen, me ha ido bien pero con mucho esfuerzo y trabajo.
Jacky hace unos meses se vino a vivir conmigo. Diciendo que estaba muy solitaria aquí. Sango y Miroku vienen de vez en cuando y salimos de fiestas en la noche; a veces vemos a Kikyo o a Inuyasha por la ciudad de vacaciones. Nada especial: cuando nos vemos nos contamos todo. Él se ha convertido en un segundo mejor amigo para mí.
-¿Que hay de cena?. - pregunta Jackotsu detrás mío. Usa sólo una camiseta púrpura que le llega a mitad de muslo, por debajo sólo trae la típica tanga masculina que él asegura que son muy cómodas.
-Curri. - respondo mirándolo.
-Que raro que cocines tú. ¿Dónde está la servidumbre?. - se va a la nevera y agarra una bol con helado de vainilla y bombones.
-Le he dado vacaciones a todos hasta agosto.
-Uhm.. La más amable con sus criados.. - él ríe.
-Yo fui una de ellos antes. - le digo haciendo un puchero.
-Cierto... - escuchamos la puerta de la entrada abrirse y cerrarse. Jacky hace una cara de asco y me mira. -Que mal pene tiene. Nunca más lo llamo.
-Es un chico muy lindo..
-No necesito belleza. Necesito un pene grueso y largo que me duela cuando lo meta. - aclara.
-Suerte buscándolo. - me giro para apagar el curri y dejarlo reposar un rato.
-¿Y tú qué? ¿No piensas tener novio?.
-Sabes cuál es mi situación...
-¿En serio crees que saldrá un día? Sesshomaru apenas lleva cinco años preso. Aún falta mucho para que salga y tú estás aquí desperdiciando tu belleza y probablemente tu virginidad.
-No soy virgen, Jacky. - aunque si creo que lo soy.. No me meten una polla desde la última vez que fui violada por mis padres.
-¡Da igual! Mereces disfrutar. Él está preso y tú estás aquí, libre. ¿Quieres que llame a un amigo stripper? Hace bien su trabajo.
-No, gracias.
-Kag.... - dice en todo disgustado.
-Amo a tu primo y hasta que él diga lo contrario le seguiré siendo fiel a ese amor.
-Por eso odio las relaciones largas y profundas... Son un asco. - deja el helado a un lado y busca un plato para servirse.
-Y por eso tienes a miles de hombres buenos buscando una oportunidad contigo.. - le saco la lengua. -Cenaré luego. Iré a ver mi novela.
-Odio esa novela. No aparezco yo. - nos reímos. -Por cierto, me iré de fiesta hasta mañana en la madrugada. Ten cuidado esta noche.
-Supongo que será maratón de películas para mí. - encojo de hombros y subo a mi habitación.
Me ví dos capítulos seguidos de mi novela preferida. Jacky se fue hace un rato y me recordó la hora en la que volvería. Me ha enviado fotos de la placa del taxi y del conductor por si acaso. Bajé a comer y cuando terminé no me dieron ganas de fregar. Sólo me di una ducha corta y seguí viendo pelis románticas y clichés sin sentido alguno y con personajes tan tontos que me hacen vomitar.
-Por dios... ¡Jackson, ella te ama! ¡Ella es la niña que te regaló una curita para tu rodilla en el parque!. - le grito al televisor.
Odio que la historia de tantos giros para acabar en el final que desde un inicio imaginé. Busco otra película que me guste y me decido cambiar de género. Elijo algo de ciencia ficción y pauso la película un rato después de comenzarla: se me han acabado las palomitas.
-Iré a hacer más... - susurro. Agarro el paquete de franjas rojas y blancas y me voy a la cocina. -Haré las de mantequilla.. Combinan más con la película que voy a ver. - dejo el paquete de palomitas dentro del microondas y le doy los minutos necesarios.
En ese tiempo veo toda la cocina: he remodelado toda la casa, excepto la cocina y el viejo cuarto de Sesshomaru, esa habitación se encuentra aún vacía hasta que su dueño vuelva. Me quedo pensando un rato hasta escuchar la campanita del micro avisarme que ya están listas mis palomitas.
Saco con cuidado el paquete y vierto todas esas palomitas dentro del embase rayado de antes. Desecho el viejo paquete de palomitas usado y me voy a subir las escaleras. Antes de llegar a la mitad de la escalinata escucho el timbre de la casa sonar. Me giro: es imposible que Jacky halla vuelto tan pronto. El tintineo vuelve a hacerse presente.
Dejo las palomitas sobre la mesa de estar de la sala y de esta misma agarro una pequeña botella de gas pimienta, sólo por si acaso. Abro lentamente la puerta y se hace presente un hombre alto vestido completamente de negro, con una gorra cubriendo su rostro y una maleta en su mano.
-¿Puedo ayudarlo en algo, señor?.
-Oye sí, ¿de casualidad te olvidaste de mí en prisión?.
-¿Disculpe..?.
El tipo tira la bolsa en el suelo y se quita la gorra. Cae un hermoso cabello gris que se distingue entre su ropa y logro ver su rostro. Ojos dorados y perfil de Dios griego. Alto y musculoso. Cabello gris y ahora se ve mucho más varonil.
-Que mala eres, señorita Taisho.
-¿Qué haces aquí..?. - aún me encuentro en shock. Él saca un papel de uno de los bolsillos de su abrigo y me lo entrega.
-Buen comportamiento y el cumplimiento de cinco años en la cárcel de vampiros, además de resistir a los castigos y hacer trabajos duros como presidiario.
-¿Estás libre..?
-Se puede decir que sí.
Comienzo a llorar y salto a sus brazos. Lo extrañaba demasiado y tenerlo aquí conmigo. Sus brazos me envuelven fuertemente y me alzan hacia arriba. A mis fosas nasales llega su olor natural con un poco de sudor y el calor que su piel emite. Sigue estando igual de suave. Aunque sus manos sobre mis glúteos me demuestran lo difícil que le ha ido: están rasposas y algo callosas.
-¿Tienes hombre, Sessh?.
-Sólo quiero dormir en paz a partir de ahora.. Si es posible contigo en la misma cama.
-Sube a la habitación de tus padres, ahora mis mi habitación. Prepárate la bañera y yo te llevo la cena.
Lo dejo entrar. Él me hace caso y sube a las habitaciones de arriba, se lleva consigo el bolso grande que trae. Entro a la cocina y caliento un poco el curri que hice para la cena, suerte que ha sobrado un poco. Al terminar coloco un plato con la comida y un vaso con sumo de uvas y subo a la habitación.
Antes de llegar a mi habitación veo la puerta negra entreabierta. Dejo la charola de madera sobre una mesa que sostiene una decoración y entro al cuarto. Las ventanas al final están abiertas y en el balcón está Sesshomaru apoyado. Se da la vuelta y camina hacia mí: su mirada recorre la recámara vacía y sin vida. Con sus paredes negras descascarándose por los años sin retocar la pintura y un olor a humedad un tanto picoso para mi nariz humana. El piso y algunas paredes mantienen los rasguños que él mismo causó en una noche.
-No compraron nuevos muebles... - susurra despegando su vista del techo a mis ojos.
-Tus padres querían que tu mismo remodelaras todo cuando volvieras.
-¿Dónde están ellos ahora mismo?.
-En Barcelona. Supongo que ellos aún no se han enterado de que estás libre.
-La prisión lo sacará a la luz mañana... - toma mi mano y me saca de esa habitación. Cierra la puerta con el seguro de afuera y agarra la charola. -Me encargaré de la remodelación.
-¿Que hay de la herencia?. Ya puedes tomar todo el imperio.
-Aún no. Analizarán otra vez mi caso y enviarán mi expediente en unos días. También tengo que sacar una identificación y permiso de conducción nuevos.
-¿Pero ya estás libre, cierto?.
-Sí. He cumplido con todo. Incluso me llevaron a rogar frente la tumba de Rin una disculpa. Ni siquiera sé para que hicieron eso.
-Para hacerte pasar una vergüenza..
-No me avergüenzo de nada. - él me sonríe. Entramos a mi habitación y Sesshomaru mira todo a su alrededor. -Y pensar que mis padres dormían aquí hasta hace poco...
-Quisieron que me quedara con su habitación... Y también la casa. Hasta que tú volvieras.
-Quieren que la casa sea mía, ¿no?.
-Te conocen. Saben que no vas a tomar toda la fortuna. Dijeron que al menos la casa fuera completamente tuya, sin tener que compartirla con nadie. Puedes desalojar a quien quieras cuando esté a tu nombre.
-No ví sirvientes. ¿Duermen?.. - mientras hablaba se iba quitando la ropa. Hasta que terminó por despojarse de una camisa ajustada de color blanco, logré verle el pecho ancho y trabajado. Con algunos bellos grises y minúsculos raspones.
-Les he dado vacaciones hasta agosto.
-Que buena niña eres. - me guiña un ojo.
-Ya no soy mejor de edad... - me acerco a él. Acaricio su pecho y le sonrío. -Ahora soy una mujer adulta de 25. - él suelta una pequeña carcajada.
-Y yo un vampiro mayor de 34. - me da un beso en la frente y se va hacia el baño.
-Pasaron ocho años de nada..
-Es bueno verte de nuevo, Kag. - entra al baño y cierra la puerta.
-No se me olvida que me debes una respuesta. - recalco y me lanzo a la cama con una sonrisa.
-Aún lo estoy pensando.. - responde. Es un mentiroso, por supuesto que ya ha tomado una decisión.
Continuará...
Aclaración:
Al inicio de esta historia Kagome tenía 17 años igual que Rin, por ello se menciona en el primer cap que tienen ambas la misma edad. ¿Por qué no saqué esta información antes? Ni idea, se me olvidó creo.
Sesshomaru tenía 26, eso si lo mencioné. No se preocupen que no ha cambiado tanto desde los 26 a los 34. Sólo se ha convertido en un hombre maduro en sus cabales.
(estoy planeando hacer segunda parte de esto) que piensas? ;)
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