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|La fiesta| 2/2


Había pasado un minuto desde que Bankotsu y Sesshomaru se miraban fijamente con los brazos cruzados. La expresión molesta de ambos rostro no desaparecía y al parecer no iba a hacerlo. Jacky y yo nos abrazamos mucho más por miedo a que se desatara una pelea pronto y ninguno de los dos sería capaz de separarlos.

Bankotsu abrió sus puños y Sesshomaru hizo lo mismo. Los músculos de su mandíbulas dejaron de estar tensos a lo igual que sus brazos. Sólo faltaba que esa cara fea y aterradora desapareciera de sus rostros. Bankotsu continuó haciendo el segundo movimiento que nos dejó en shock a mí y a Jacko: le ofrecía su mano como saludo. Sesshomaru no dudó en darle la suya y por fin ambos rieron y se abrazaron como si fueran hermanos terminando una discusión sobre la base de un acuerdo.

—Tanto tiempo, Sessh. Mi hermano me dijo que perdió contra ti y me debe dar un beso. — sonrió el pelinegro. Sesshomaru rió bajito.

—No entiendo algo. Si sabe que es mal perdedor, ¿por qué me sigue enfrentando?.

—¡Hey!.

—Porque es estúpido. ¿No lo ves, primo?. — ambos ríen ante el comentario del tal Bankotsu. Jackotsu cruza de brazos molesto. —No te pongas así. Aún te quiero y no estoy molesto contigo, Jack.

—Mas te vale no estar molesto conmigo. No te conviene. — le saca su lengua.

—Claro, hermanito. Eres mi talismán de la suerte para conquistar mujeres difíciles.

La mirada azulina oscura de Bankotu se posó en mí. Rápidamente bajé la cabeza y me sonrojé un poco. No cualquier hombre te mira de esa manera tan atrevida. Como si quisiera desnudarte. Jacky me tomó de la mano y corrió jalándome con él hasta llegar a los dos omnipotentes hombres que sobrepasaban mi altura y podrían aplastarme con su dedo meñique.

Bankotsu siguió viéndome y sonrió. Jacky notó al parecer eso y me tocó discretamente el codo.

—Hermosa tu novia, Sesshomaru. Cuándo la dejes no olvides darle mi número. — le guiña un ojo. El mismo Sesshomaru no se ha encargado de desmentir lo que acaba de decir.

Suspiro. Tomo valor de no sé donde y abro la boca para reconstruir la frase antes dicha.

—No somos...novios. — susurro lo último.

Al parecer no le ha gustado lo que dije...

Pienso al ver la expresión seria de Sesshomaru en su rostro, viéndome. Me escondo disimuladamente detrás de Jackotsu para que deje de verme de esa manera. El pelinegro hace una expresión de sorpresa y dice:

—¡Valla! ¿Cómo es posible que tengas a semejante manjar andante en tu casa y no le has hecho nada? Esta chica es mejor que mi ex. — ¿Debo tomármelo como cumplido?.

—Ya cállate, ¿quieres?. — Sesshomaru me mira y arrebata delicadamente las bolsas que yo había tomado luego de que él las dejara tiradas en el piso e ir a enfrentarse con su primo.—Ve a cambiarte, Kagome. Come algo y luego sube a limpiar a mi habitación. — dicho así él camina un poco más y se encierra en su habitación.

Le sonreí a Bankotsu y rápidamente corrí a mi habitación. Al entrar me encontré a Rin cerrando una maleta.

—Hola, Rin. ¿Cómo has estado?. — le pregunté con una fina sonrisa.

Ella terminó de cerrar la valija con brusquedad y la dejó caer en el piso. Pasó por mi lado sin mirarme o hablarme y se fue. Parpadeo un poco. Creo no haber hecho algo que la molestara, ¿o tal vez sí?.

—¿Le habrá molestado que saliera con Sesshomaru?. —murmuré con el dedo índice posado en la barbilla.

Resté importancia y comencé lo que realmente me importaba: cambiarme e ir a limpiar el santuario de Sesshomaru. Saqué del armario un uniforme limpio y me encerré en el baño para darme una merecida ducha tibia.

Al salir ya iba con el uniforme puesto y sólo me miré en el espejo para confirmar que mi cabello se viera bien así suelto. Asentí con la cabeza al notar que estaba muy bien y bajé a la cocina para comer unas fresas y tomar las cosas de limpieza.

—¿Fue buena tu salida con los chicos?. — me preguntó la nana Kaede.

La abuela preparaba muchos dulces pero la señora Irazue, para aligerar su trabajo y no gastar tantos alimentos del hogar, ordenó un bufet completo. A pesar de que ambas tratamos de convencerla de no hacer algo ella se negó. Al final llegamos al acuerdo de que la abuela Kaede prepararía algunos dulces.

—Me divertí mucho. Hay pizza en la nevera de la que compramos; si quieres puedes comer. — le dije. Tomé un cesto blanco de ropa vacío y dentro de él puse paños y plumeros para desempolvar. —Iré a limpiar la habitación de Sesshomaru.

—No es necesario que lleves el cesto. Mientras ustedes estaban fuera yo misma llevé un cesto de ropa a su habitación. Quise traer su ropa sucia pero me fue muy pesado y tuve que dejarlo. Espero que tu puedas traerla. — me ofrece unas donas recubiertas de chocolate y sobre ellas había nueces y almendras raspadas. —Prueba y dime a qué te saben.

Sin titubear agarré una y me la llevé a la boca. El sabor delicioso y delicado del manjar acarició con suavidad mis papilas gustativas y viajó por mi garganta con mucha gracia al tragar. Sonreí. Era una de esas sonrisas bobas que decían lo mucho que te gustaban algo. Kaede sonrió e infló el pecho. Estaba orgullosa de mi reacción.

—¿Serviran esto en la mesa?. — le pregunté feliz. Ella asintió en respuesta. —Creo que me comeré todas las que vea. ¡Esto está riquísimo! Sabe a la mismísima gloria azucarada.

—Me alegra que te guste. La fiesta comienza a la hora de cenar. Si quieres tener tiempo suficiente para prepararte tienes que limpiar la habitación de Sesshomaru ahora y hacerlo rápido.

Kaede señaló el reloj de pared de la cocina y noté que eran las 5:19 PM. Dije un silencioso sí con la cabeza y subí al hábitat de Sesshomaru con las cosas necesarias.

Llegué hasta la puerta. Escuché algo de música dentro; se escuchaba algo escandalosa. Toqué tres veces la puerta y no obtuve respuesta. Volví a tocar; esta vez con más fuerza en mis nudillos y nada. Inhalé y exhalé fuerte y abrí la puerta negra. Al entrar a la habitación una música escandalosa y a todo volumen puesta. Identifiqué la canción ya que la he escuchado en mis auriculares: I Wanna Be Your Slave de Måneskin.

Vi a Sesshomaru acostado en la cama con una paleta en la boca y un mando de videojuego en la mano. Miraba fijamente el juego que se reproducía en la TV gigante sobre la mesa negra. El reproductor de música está a un lado del televisor. Dejo las cosas a un lado y me paro frente al televisor con una sonrisa. Él logra notarme y sonríe apretando el palillo de la golosina que trae dentro de la boca. Atrapa un mando más pequeño a su lado y apaga la música. Siento suspirar a mis oídos relajados luego de que el alboroto terminase.

—Vine a limpiar tu "hábitat", oso polar. — digo. Él cubre su cara para que yo no escuche su risa escandalosa.

—Comienza con el balcón. — señala la puerta corrediza de vidrio que lleva al balcón. Apaga el televisor y se saca la paleta roja de la boca.

—¿Sabes? Mi abuelita me enseñó a compartir. — señalo su dulce. Admito que cualquier tipo de caramelo envuelto me vuelve loca.

Él resta importancia con los hombros y me mete el caramelo en la boca. Saboreo su sabor a cerezas y recuerdo que Sesshomaru lo tenía en su boca antes.  Saco la paleta y se la vuelvo a dar.

—Pudiste darme una nueva. — digo inflando los cachetes.

—Mi cofre de golosinas está agotándose. No puedo compartir mucho. — mastica el dulce rojo y cruza de brazos.

—Tacaño.

—Glotona.

—No te cuesta darme una paleta nueva. — cruzo de brazos y hago un puchero.

Sesshomaru me da la espalda y entra al Walk in closet se su habitación. Me enconjo de hombros y saco un plumero para desempolvar un poco. Al minuto sale y lo veo con una pequeña bolsita rosa con lunas doradas dibujadas en la mano. Me la tiende y yo la agarro.

—¿Qué es?. — inquiero. Él me sonríe y de va a acostar en la cama.

Abro la delicada bolsa y me sorprendo al ver que es: son golosinas. Hay ositos de gomitas de muchos colores, caramelos, bombones, paletas, monedas de chocolate y y algunos anillos de caramelo. Me sonrojo un poco al levantar la vista y verlo viéndome.

—Que los disfrutes, Kagome. — dice y vuelve a encender la TV para continuar su juego.

—¿Puedes poner música? Me gusta limpiar cuando escucho algo. — el asiente y con mando de antes vuelve a poner en encendido  el reproductor de música.

Sesshomaru me señala su celular sobre la mesa del televisor y vuelve a meter los ojos en su videojuego. Imagino que puedo seleccionar la canción que quiera. Tecleo la contraseña; admito que ya la he memorizado, y busco en la lista de canciones algo que me guste. Al final selecciono Señorita de Shawn Mendes y Camila Cabello. La hermosa voz de la cantante me hace cerrar los ojos y empezar mi labor.

6:03 PM.

—Listo. — suspiré y limpié con mi antebrazo el sudor de mi frente.

Iba a desempolvar y limpiar con trapos algunos lugares de la alcoba. Sin embargo quise hacer más y cambié la toalla, cortinas, sábanas, alfombras y otras cosas por limpias. Con un poco de agua y un paño lustré el espejo, las ventanas del balcón y los espejos del gigantesco closet de Sesshomaru.

Cuando me dispongo a salir de la habitación de ropas, al abrir la puerta, escucho una voz femenina y la voz de Sesshomaru alterada. Casi estaba gritando. Me asomo a la puerta y por fin logró descubrir la dueña de esa voz delicada y llena de dolor. Se trata de Rin.

La pequeña Rin lleva su uniforme sólo que este esta algo abierto y se puede ver un poco más del inició de sus pechos, no tan pequeños, pero aceptables. Rin le toma la mano a Sesshomaru mientras llora; él aparta su mano abruptamente y señala la puerta.

—¿Por qué haces esto? ¡Dijiste que estabas enamorado de mí!. — gritó la pequeña. Sesshomaru negó.

—Estaba ebrio esa noche. Ya te lo dije: lo que siento es simple amistad.

—¿Simple amistad?. ¿Y cuando te colabas en mi habitación y lo hacíamos también era simple amistad? ¡No seas canalla, Sesshomaru Taisho!.

—Baja la maldita voz.

—¡No quiero! ¡Quiero que todos en esta casa sepan lo podrido que estás! ¡Eres un mentiroso, un canalla, un pervertido sin escrúpulos! — chilló.

Si Jacky estuviera aquí estaría jalándose del cabello y riendo como un psicópata.

Pienso. La verdad esto de ser una chismosa me está gustando. Me entero de cada cosas que en ninguna otra página de Facebook para chismes vas a encontrar.

—Lárgate. Ya no solo te quiero en mi habitación; ahora quiero que te vallas de mi casa. — sentenció Sesshomaru.

—¿O qué? ¿Qué harás? ¿Vas a matarme como lo hiciste con Kanna? ¿Eso harás? No soy ni ella ni Kagome para montarme en una moto contigo. Aún no estoy loca.

—Yo no la maté. Un auto chocó con nosotros y la moto calló sobre ella. Es todo. Piérdete. — abrió la puerta del baño. Sin embargo lo siguiente que dijo Rin lo dejó de piedra, no sólo a él, a mí también.

—Estoy embarazada, Sesshomaru. Con el único que me he acostado en toda la vida eres tú.

—Nunca dejé de usar protección contigo. ¡No seas mentirosa, Rin Yoirichi!.

—No miento. ¿Quieres que me haga una prueba de embarazo? Cuándo quieras y si no estás convencido me la hago en un hospital.

—Es imposible... — susurró. Sus ojos dorados estaban abiertos como platos.

Rin se acercó a él con pasos felinos. Acarició el rostro masculino aún estando aterrado. La pequeña mano recorrió el camino de su cuello hasta su pecho y terminó cerca de la entrepierna de Sesshomaru.

—Si me hechas de la casa le diré todo a tus padres y haré énfasis de los jueguitos que te gustaba practicar conmigo. — sonrió y dando carcajadas salió de la habitación.

Sesshomaru calló de rodillas al suelo y con las manos se tapó la cara. Salí disparada hasta donde él estaba y me arrodillé frente a él.

—¿Seguías aquí?. — sonrió. Sus ojos se veían cristalizados. —¿Nos escuchaste?.

—Sí... Lamento mucho haberlo hecho. — acaricié su rostro. Siento un poco de lástima por él. Él negó con la cabeza.

—Ya te has enterado de todo sobre mí. Bienvenida al lado oscuro de Sesshomaru Taisho. — lágrimas salieron de sus ojos. —Si se enteran... No sé que harán conmigo. Mi madre estará muy decepcionada de mí.

—¿Sólo te importa tu mamá?.

—Sólo ella. Nadie más ha podido comprenderme como ella lo ha hecho.

Suspiré. Abrí mis brazos y lo abracé. Sentí su cálida respiración en mi cuello y creo que me he sonrojado debido al calor en mis mejillas. Al rato de estar abrazándolo y el llorando en silencio nos separamos. Con mis manos limpio esas lágrimas amargas y acuno su rostro entre mis manos; haciendo que él me viera a los ojos.

—Yo no pude embarazarla, Kagome. Estoy...seguro de que nunca fallé. — sus ojos me reflejaban desesperación.

—Te creo y por eso te ayudaré a vencer a la zorra de Rin. — ¿Yo he dicho eso? No, no, debe ser mi imaginación.

Gracias, Kagome.

Acaricio su pelo. Es más suave de lo que creí. El flequillo le cubre las cejas igual de platinadas que sus hebras. Sonrió. Sesshomaru parece un pequeño ángel en manos del más cruel demonio. Un ángel que no sabe defenderse y deja que lo maltraten e hieran. Un ángel que sufre y desea ser libre.

Un ángel que yo debo salvar...

Ese último pensamiento no me lo esperaba en mi cabeza. Sesshomaru se levanta y ofrece su mano para levantarme. La tomo y me pongo de pie nuevamente.

—Ve a prepararte. Se te hará tarde. — acaricia mi pelo pero con ese gesto sólo me despeina. Reí de igual manera.

—A la orden, señor. — digo. Corro al enorme armario-habitación de él y me llevo lo que he traído para limpiar. —Nos vemos en la cena. — salgo de la habitación y corro a la cocina para dejar las cosas.

Al bajar las escaleras me topo con la señora Irazue. Le muestro una sonrisa y trato de seguir corriendo escaleras abajo hasta que su voz me detiene.

—Kagome, espera. — dice.

—¿Si?.

—¿Vas a dejar eso en la cocina?. — asiento. —Te espero en mi habitación. Quiero hablar de algo contigo. — dicho así me deja con la duda en la boca y ella sube las escaleras a pasos tranquilos.

Llegué hasta la cocina. La abuela Kaede no está así que continúo mi camino hasta dejar los trastes de limpieza en donde van. Por la puerta de atrás –la que lleva al jardín– se aparece Rin riendo y junto a ella viene una chica de ojos verdes y cabello tintado en rosa.

—Hola, Rin.

—Ah, hola. — Ni siquiera me sonríes, maldita zorra aprovechada. —Kagome ella es mi mejor amiga Nanami. Ella es Kagome, Nanami.

La pelirosa asiente con la cabeza y luego hace una pequeña reverencia. La chica es un poco más alta que Rin; sin embargo puedo notar los grandes pechos y el uniforme apretado que lleva. Sus ojos negros hacen un contraste hermoso con su piel morena. Es bonita pero Nanami pertenece a la misma raza de perros de Rin: perrus aprovechadus.

Me voy, Kagome. Dile a la abuela Kaede que no se moleste en preparar comida para mi y Nanami.

—La nana Kaede no preparará la comida en esta ocasión. Ella sólo hará los dulces. — contraataco. Siento unas inmensas ganas de tener visión infrarroja a ver si es cierto que está embarazada de Sesshomaru.

Ella suspira.

—Entonces dile que no se moleste en preparar dulces para nosotras.

—Mejor vámonos, Rin. Creo que ella no puede entender lo que dices. — dice la zorra de cabello rosa.

Se salvan que no soy fanática a la violencia pero estas dos se están ganando unos buenos puñetazos y algunas bofetadas en esas caritas lindas. Niego con la cabeza. Rin al parecer no comprende y jala a Nanami hasta salir de la cocina.

Mejor así. No puedo creer que ella fue amiga mía...

Enhalo. Abro la nevera y bebo un poco de agua antes de salir rumbo a la habitación de la señora Taisho.


6:29 PM.

A ver si la jefa descubrió que anduve saliendo con su hijo en horario laboral y también que Rin está supuestamente embarazada de Sesshomaru.

Respiro profundamente. Toco suavemente la puerta hecha de caoba y escucho un "adelante" desde dentro. Agarro la manija y penetro el la habitación matrimonial. Para ser sircera esta habitación es grande pero no tanto como la de Sesshomaru.

Irazue está sentada en un sofá beige al lado de la puerta correfiza de cristal que lleva al balcón con vista a la piscina y jardín trasero. Ella está rodeada de las mismas bolsas que trajimos de las compras.

—Siéntate a mi lado, querida. Ven. — palmea el puesto a su lado y yo asiento. Me siento lo más cómoda posible y la veo mirar algunas prendas. —Esa bolsa que está a tu lado es tuya. Puedes quedarte con todo lo que contiene.

A mi lado hay una bolsa de color blanco con cintas amarillas para agarrarla y un lazo del mismo color la decora. Abro la bolsa y su contenido me deja perpleja. ¿Es un vestido lo que veo?.

—Cuando Sesshomaru me dijo que iban ustedes dos con él le pedí a Jacky que seleccionara algún vestido y calsado para ti pero que no te dijera nada. Quería regalarte algo ya que para mi eres como la hija que siempre desee. — acaricia mis mejillas. ¿Cuándo empecé a llorar?. —Ve a probártelo en el baño. Quiero ver como te queda.

Sonrío. Me llevo la bolsa al baño –bonito y muy blanco por cierto– y me cambio rápidamente. Al terminar noto dos cosas del vestido: la primera que es muy corto y la segunda es que se adhiere a mi figura como segunda piel. Ignoro esos dos detalles del hermoso vestido blanco con tirantes y sigo para calzarme los zapatos de tacón alto de color blanco y amarrar sus pequeñas correas a mis tobillos.

Salgo del baño con torpeza. Hace mucho que no me pongo zapatos altos. Irazue al verme se levanta y me aplaude muy feliz. Yo le sonrío.

—Te ves tan linda. Quisiera que nos Preparemos ya mismo para estar listas cuando empiece la fiesta. — da pequeños saltos de alegría.

—La verdad es que quisiera darme una ducha antes de volverme a poner todo esto y maquillarme. — ella tuerce la boca.

—Hazlo en mi baño. Mi esposo no vendrá hasta más tarde cuando llegue una familia que hemos invitado. Te da tiempo.

Quisiera negarme pero ella me empuja hasta el cuarto de baño y va indicándome como se abre la regadera y de donde puedo tomar una toalla limpia. Antes de volver a decir algo la señora Irazue sale del lugar y cierra la puerta; dejándome sola.

Suspiro, resto importancia con los hombros y me saco el vestido con los zapatos delicadamente y me meto bajo los finos chorros de agua tibia de la ducha.

Ah... Esto si que es vida...

6:40 PM.

Que rápido pasa el tiempo....

Pienso viéndome al espejo. Hay una maquillista haciendo su trabajo con esmero. La señora Irazue también está siendo maquillada pero quien lo hace es nada más y nada menos que Jacky.

—¿Qué no dijiste que eres diseñador?. — le pregunto a mi amigo afeminado. Él hace una mueca de ofendido o algo parecido y sigue aplicando el rubor rosa sobre las mejillas de su tía.

—¿Y qué? ¿No puedo maquillar? Que sepas que sé hacer muchas cosas en el sector de la moda, Kagome Higurashi. — ¿Y como sabe mi apellido?.

Me gusta que lo haga mi querido sobrino. Lo hace de una manera tan delicada y siempre queda perfecto y como me gusta. — cometa Irazue.

La chica peligrosa de ojos verdes aplica brillo labial rosa sobre mis labios. Me veo en el espejo y sonrío al notar el gran cambio de imagen en mi rostro. Ella toma un cepillo y comienza a peinar mi cabello. Me saca algunos cabellos que conforman mi flequillo y noto la frentota que tengo.

—¡Sakura! ¿Qué mierda haces? ¡No destruyas su cerquilo!. — Jackotsu grita a nuestro lado y la ojiverde bufa.

—Se vería linda con unas hebillas agarrándole el fleco. — acaricia mi cabello. Esta niña yo creo que le está gustando demasiado mi melena.

—No, no y no. Se lo cepillas y ya. Con el cabello suelto se va y punto final. — sentencia.

—Jum... Con lo linda que la iba a poner. Siempre me paras en todo, Jacky.

—Shh, cállate y sigue o le doy las quejas a Sasuke-gruñón.

—Ay, ya. Sigue maquillando y cierra el pico.

7:00 PM.

A las siete pasábamos por el pasillo la señora Irazue, Jacko y yo. Los tres muy glamurosos y hermosos. Irazue llevaba un vestido rojo con falda de sirena hasta el final de los tobillos y escote de hombros caídos. Su cabello largo estaba suelto y adornado con una hebilla de diamante. Jacky llevaba un saco rosa de dos botones y unos jeans negros muy ajustados para su cuerpo.

Al pasar por la habitación de Sesshomaru el mismo ya iba saliendo junto a Inuyasha. Los dos nos observaron llegar muy sorprendidos. Inuyasha con la boca abierta y Sesshomaru con los ojos casi siendo platos.

—¿Hermoso, no? Lo sé. Soy un monumento andante. — se luce Jacky modelando un poco.

—Ni siquiera noté que caminabas junto a ellas. ¿Qué traes puesto? ¿Un traje hecho de caca de unicornio o qué?. — le pregunta Inuyasha. El menor lleva un traje de dos botones color rojo vino y un pantalón a juego. Su cabello rebelde está suelto como siempre.

—Se ven hermosas. — alaga el mayor de los hermanos. Sesshomaru lleva un abrigo que le llega a la mitad de los muslos negro y abrierto, una camisa negra de mangas largas trae por debajo del abrigo. Trae puesto unos jeans negros a juego con el saco. Parecía que iba a un velorio.

Me sonrojo ante su comentario. Desde que nos detuvimos no he dejado de sentir su mirada recorrerme todo el cuerpo. Siento que este vestido ha sido demasiado. Creo que estoy desnuda cuando en realidad no lo estoy.

—Vamos a bajar. Tu padre ya debe haber llegado con la familia Schulz. — dice Irazue. Inuyasha hace una mueca y se la lleva del brazo junto a Jacky. Yo y Sesshomaru nos quedamos frente a su habitación.

—¿Te tomaste tu medicamento?. — le pregunté con una sonrisa. El flequillo casi le cubre los ojos dorados.

—¿Ahora eres mi enfermera?. — dice introduciendo sus mano en los bolsillos de su abrigo.

—Sólo quería saber. — muevo mi pie derecho como si estuviera pateando una piedra imaginaria. Vuelvo a verle a la cara. —Deberías cortarlo. — toco su cerquillo. Se siente suave y sedoso.

—¿Sabes hacerlo?.

—Puedes ir a una peluquería.

—No confío en gente desconocida.

—Yo soy una desconocida.

—No lo eres. ¿Hay algún problema que lo cortes tú?. — niego con la cabeza. —Cuando quieras hacerlo llámame.

—¿Hacerlo? ¿Es decir que ya la tienes entre tus piernas, primo?. — una voz ronca se escucha detrás de nosotros. Un brazo moreno y fuerte se posa sobre mis hombros y los dedos acaricia mi brazo izquierdo. —Qué rápido.

—¿Desde cuando esa confianza con ella, Bankotsu?. — pregunta furioso.

—Simple confianza y nada de oposición por su parte. Ella puede apartar mi brazo cuando quiera. — contesta socarrón.

Aparto el brazo sobre mi cuerpo y camino hasta bajar las escaleras. Los pasos de ambos me sigues hasta detenerse un momento. Discuten pero a mi ya no me importa. Lo que quiero es sentarme en la mesa y tratar de comer y conocer mejor a la familia Taisho.


|Continuará|

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