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|La fiesta|


A la mañana siguiente -luego de la charla nocturna con Sesshomaru que me dejó en blanco y casi no pude pegar ojo- me levanté como una zombie. Por suerte no tengo muchas ojeras y el poco maquillaje que me apliqué en la zona las cubre por completo.

La señora Irazue entra a la cocina y nos ve a mí y a la abuela Kaede con una sonrisa. Rin extrañamente no ha venido. Ni siquiera la vi en el cuarto cuando me levanté a las 5 de la mañana. Se me hizo sumamente raro que ella no estuviera aquí.

La señora Taisho nos ayudó a preparar el desayuno. Hoy no íbamos a hacer algo del otro mundo, una cosa simple: waffles, jugo de piña, unas galletas —que ya estaban casi listas— y huevos revueltos con tocino para el señor Toga ya que a él no le gustan los waffles.

En media hora ya todo estaba listo. Me senté a la mesa de la cocina a desayunarme mis waffles mientras las demás chicas iban a preparar la mesa del jardín para la familia Taisho. La nana Kaede se fue de vuelta a la habitación ya que no tenía nada que hacer y, según ella, le apetecía leerse un libro.

Al terminar mi desayuno me puse a fregar. Detesto hacerlo pero me toca. Escucho la puerta de la cocina abrirse y de reojo veo como Jacky entra todo glamuroso. Se baja un poco las gafas de corazón que trae puestas y me mira raro.

—¡Niña! ¡¿Qué coño haces?! ¡Ve a cambiarte que nos vamos de shopping!. — cierra el paso del agua y me empuja escaleras arriba.

—Pero aún tengo cosas que hacer... — intento frenarlo. Todos mis intentos de detenerlo se desvanecen cuado de repente veo a Sesshomaru salir todo glamuroso de su hábitat.

Jacky le silva y se le acerca contorneado sus caderas.

Y con razón lo hace. Si me hubieran dicho que también se viste de esa manera yo jamás lo creería. Usa nos bermudas ajustados de color celeste, una camisa ancha desmangada de color amarillo pastel, Converses blancos y de accesorios un reloj inteligente negro, arete y una cadena de oro a juego. El pelo suelto y un par de gafas negras que acomodaba un poco su flequillo rebelde. Se veía muy guapo, encantador y menos amenazante.

—¿A dónde vas tan guapo, Sesshy?. — se le acerca para abrazarlo.

—Te recuerdo que somos primos, Jackotsu. Sepárate.

—Lo somos pero estoy dispuesto a recibir condena sólo por ser tuyo una noche... — Sesshomaru le da un leve empujón.

—No me apetece y tampoco soy gay. — se pasa una mano por el pelo. Luego acomoda las gafas circulares negras que trae sobre su cabeza y nos vuelve a mirar. —Mi madre me ha pedido que valla a recoger los trajes para la fiesta... Y también quiere compre un vestido "especial" para alguien. ¿Te vienes conmigo, Jack?.

—De hecho, Kagome y yo nos íbamos de compras. Pero ya que tú nos invitas... — me toma del brazo.

—Kagome está trabajando. No puedes llevártela así como así. — vuelve a acomodarse las gafas. —Pero como soy su jefe, nos la traemos también.

—Hablan como si fuera un objeto sin vida o como si no estuviera aquí escuchando. — los miro a ambos.

—No lo niegues. Tú también quieres venir. — asiento en respuesta al comentario de Jackotsu.

—Okey... Vallan a prepararse. Si no están listos en 10 minutos los dejo. — Sesshomaru pasa con mucha calma por nuestro lado y de inmediato Jacky y yo salimos corriendo a nuestras respectivas habitaciones.

Me encierro en la habitación. La abuela Kaede me mira extrañada sentada desde su cama con libro en mano. Respiro profundamente y comienzo a revisar que ropa ponerme.

—¿Saldrás otra vez con Sesshomaru?. — me pregunta con un tono muy suave.

—También iré con Jackotsu. Van a comprar algunas cosas y me llevan con ellos... Lo siento.. Quería ayudarla en algunas cosas y...

—No importa, mi niña. Ve a divertirte y disfrutar de tu juventud. Cuando llegue la vejez no podrás hacer mucho.

Le sonrío tiernamente. Es encantadora esta mujer. Agarro unos minishorts deportivos de color negro, un crop top de tirantes azul y unos zapatos addidas negros. Me meto corriendo al baño, sacándome el uniforme y poniéndome la ropa para la salida. Al minuto salgo del baño y voy directo al tocador a rociarme con perfume, peino mi cabello, aplico brillo labial sobre mis labios y un poco de rubor en mis mejillas.

Le doy un abrazo a la señora Kaede y salgo de mi habitación corriendo. En la pequeña maratón Jacky me alcanza con un nuevo vestuario puesto. Siendo gay corre demasiado rápido. Me entrega, aún cuando andamos corriendo, una cartera negra de cadena larga y se adelanta.

Bajamos las escaleras casi dando saltos y al estar fuera vemos a Sesshomaru apoyado a un auto deportivo descapotable de color naranja. Despega sus ojos ambarinos de su celular y nos ve sonriente. Jacky se recuesta al auto sin aire y yo me apoyo con mis manos puestas en mis rodillas.

—Nuevo récord: 8 minutos. Casi enciendo el motor. — suelta una suave carcajada y se sube al asiento detrás del volante. —Súbanse muchachos.

Suelto un gran suspiro y abro una de las puertas traseras del coche. Jacky se sienta a mi lado y se coloca las mismas gafas de corazón que tenía antes. Sesshomaru hace lo mismo con las suyas y luego de arreglarse y verse un poco en el espejo enciende el motor.

Luego de unos 10 o 15 minutos ya estábamos por las hermosas calles de la ciudad, sobre un auto muy elegante y llamativo. Jackotsu miraba a todos lados con algo de curiosidad, Sessh sólo conducía. Me arreglé un poco el top que estaba usando —ya que creía que se me iban a salir las tetas en cualquier momento— y de repente escuché a mi lado el sonido de un beso seguido de un silbido.

—Amiga, esas tetas necesitan condena.. Uy.. — hace movimiento de arriba y abajo con sus cejas. Eso me hizo poner una cara de duda.

—¿No se supone que no te gustan las tetas? ¿Qué haces vacilando a Kagome?. — preguntó Sesshomaru. El auto se estacionó frente a una tienda de tres pisos.

—Sólo me dio curiosidad... Además, seguro que tú también la has acosado con la mirada, primo. — él se levanta sus gafas de corazón y baja del coche. —Seré algunas veces muy estúpido pero en realidad no lo soy.

Sesshomaru y yo nos bajamos del coche al mismo tiempo. Él se apoya un momento sobre el carro y saca su celular. Tal parece que está revisando algo ya que pasea su dedo de arriba abajo sobre la pantalla.

—Mi madre quiere que selecciones un vestido más pequeño. Si tienes dudas llámala. — Jacky asiente y Sesshomaru va entrando a la tienda. Seguidamente vamos nosotros. —Compren lo que quieran, niños. Hoy los invito.

—Seguro te dieron la tarjeta más pobre que tenían. — se ríe Jacky.

—Tal vez... ¿Te gustaría revisarla?. — Sesshomaru le entrega una tarjeta negra a Jacky. Rápidamente sale corriendo hacia la caja y nos deja solos.

—Así que.... ¿Lo que sea?... — pregunto para romper el hielo entre los dos.

—¿Quieres algo en específico?.

—No sé.. Es la primera vez que vengo a una tienda... Tal vez debería reestablecer mi maquillaje.

—Y también te compras algunas prendas para vestir. Venir a la ciudad como tú estás vestida es cosa de valientes... — me ve desde la cabeza hasta las piernas sin ningún tipo de disimulo.

—¿Te incomoda mi vestimenta?.

—No. Sólo es algo... Atrevida.. Digámoslo así.

—Entiendo...

—Kagome, podemos gastar toda la plata que queramos. Este idiota tiene más de ocho millones en la tarjeta. — Jacky se me pega e informa.

Al teléfono de Sesshomaru le llega una notificación. Revisa otra vez el aparato y luego lo guarda.

—Ahora son más. Mi madre me acaba de transferir 12.000000.

—Mal nacido te amo.. — le lanza un beso y me lleva corriendo con él. —Escoje sin pena lo que quieras. Sesshomaru tiene demasiado y debemos gastarle mucho. Tú por allá y yo por aquí. — y sin que le dijera algo él de esfuma de mi rango de visión.

Me quedo sola en la sección de ropa de invierno. Apenas estamos en primavera, así que el verano  vendrá en uno o dos meses. Tal vez más. Aún así me gustaría comprar algún abrigo.

Tomo una bolsa y me pongo a buscar cualquier cosa que me guste. Me recuerdo mentalmente que debo comprar más maquillaje y también alguna crema para la piel para la nana Kaede. Le llevaré un pequeño regalo por ser tan buena.

Horas más tarde

Hace una hora que terminé de comprar. De los tres tal vez sea la que menos cosas ha comprado. Reviso la hora en el reloj que adorna una pared: 12:45 PM. Ya es hora de almuerzo y ya tengo hambre. Me sobo el estómago y suspiro.

—¿Esperaste mucho?.

Giro mi cabeza y Sesshomaru está a mi lado. En su mano trae únicamente una bolsa que parece no estar muy pesada. Apenas se le nota llena. Eso ya me hace sentir que compré mucho.

—No creo... Tal vez un par de minutos. — miento mostrándole una sonrisa.

Él asiente con su cabeza y se sienta a mi lado sobre el sofá en el que estoy. Mete la mano en su bolsa y yo llevo mis ojos a otro lado. No quiero ser una chismosa o interesada en saber que se ha comprado. Ese es su problema, no el mío.

—Ten. Lo he comprado para ti. — dice. Al volverlo a ver trae en su mano un mini peluche de hámster muy tierno.

—Que lindo. Muchas gracias, Sesshomaru. — tomo el peluche y comienzo a abrazarlo. —Se llamará Míster Bombón.

—Que raro nombre le has puesto.

—Cállate. A él le gusta. — aprieto más fuerte el juguete.

Después de unos minutos llega Jacky con varias bolsas pesadas. Las deja al lado de los pies de Sesshomaru y nos mira jadeante.

—Listo. Ya podemos ir a almorzar. No te vas a salvar de pagarnos el almuerzo, Sesshomaru. — Sesshomaru sonríe levantándose y toma todas las bolsas, incluida la mía y la suya y se va a la caja registradora. Después de pocos minutos vuelve y nos hace una señal para salir detrás de él.

Él deja las bolsas en el asiento de atrás del auto. Jacky se apresura y se acuesta sobre el asiento, colocando sus pies sobre la puerta para no aplastar las bolsas. Mi amigo saca su teléfono y comienza a hacerse selfies y algunas fotos a nosotros. Me siento en el asiento del copiloto junto a Sesshomaru, abre la cajuela del auto que está frente a mi y saca unos paquetes de gomitas. Me ofrece un paquete y el otro se lo lanza a Jacky en la cara.

—Gracias... — digo abriendo el paquete y empezando a comer los ositos engomados.

—Ya que estás en el asiento del copiloto, encárgate de la música. — me da su celular ya desbloqueado y con la app de Spotify cargándose.

—¿Qué gustan escuchar?. — pregunté

—¡Rihanna!. — gritó rápidamente Jacky. Sesshomaru puso en marcha el auto a toda velocidad.

—Muy bien.. Escuchemos Rihanna. — comienzo a descargar el mejor álbum de la cantante y su música comienza a reproducirse.

Estiro los pies en el poco espacio que tengo y suspiro algo incómoda. Me duelen un coñazo los músculos de mis piernas y el poco espacio que hay no me ayuda mucho. Intento imitar la pose en la que está acostado Jackotsu pero tampoco me sale.

—Colócalos sobre mi regazo. — me dice Sesshomaru. Lo miro subiendo una de mis cejas. —Súbelos. No tengas pena.

Me giro un poco, apoyando mi espalda a la puerta, y coloco cuidadosamente mis pies sobre los suyos. Él los acomoda de una mejor manera en la que se sienta cómodo, o eso es lo que creo. Continúo comiendo mis gomitas mientras veo unos vídeos de gatitos en mi teléfono.

Todo para mi estuvo bien en todo el viaje hasta que a él se le ocurrió la gran idea que poner una mano sobre mis pies y acaricialos. Lo miré algo asombrada, buscando que él también me mirara y me explicara lo que hacía, pero ni siquiera quitó su vista de la carretera.

Jacky estalló en emoción e hizo una foto a lo que pasaba. Por supuesto que tuve una pequeña discusión con él para que no publicara la foto, sin embargo lo hizo muy rápido e incluso nos etiquetó a ambos en el post de su Instagram.

Dejé de comerme los ositos y se me ocurrió recostar mi cabeza sobre la puerta. Como estaba algo acolchada la zona se me hizo muy cómodo. Escuché como Jacky me hacía fotos, seguramente me veía bien para él, pero lo ignoré y estuve así hasta que el auto se detuvo.

—Llegamos.— informa Sesshomaru. Bajo mis pies y salgo del coche. Jacky me toma del antebrazo y seguimos a Sesshomaru hasta dentro del lugar. —Esperen aquí. — nos señala la barra de bebidas y él se cuela a lo que supongo que es la cocina.

Jacky pide dos limonadas para nosotros. El chico rubio detrás de la barra le sonríe tiernamente y en minutos las bebidas están servidas. Tomo mi limonada y me pongo a caminar por todo el lugar dándome cuenta de que tiene una vista preciosa hacia las grandes montañas.

Al rato escucho unas risas detrás de mí y veo a Sesshomaru hablando con un señor mayor. Me acerco rápidamente a él y los veo con curiosidad.

—Que jovencita tan linda. ¿Es tu novia, Sesshomaru?. — menciona el señor. Me sonrojo en el acto bajando mi mirada hacia el suelo.

—No. Es una amiga. Totosai, ella es Kagome. Kagome, él es el chef principal de este restaurante y dueño, Totosai.

—Encantada de conocerlo. — ofrezco mi mano en forma de saludo.

—Lo mismo digo. Lamento haberte incomodado antes. — le sonrío tiernamente.

—Sessh.... Muero de hambre... — Jacky se le tira a sus brazos dramáticamente.

—La pizza ya está en camino. Seguro no tarda en ser servida.

—Ya debe estar casi lista. Siéntense atrás. Pediré que les lleven la pizza de inmediato. — el señor se va y nosotros tres nos vamos a una mesa de atrás.

—¿Pidieron algo para tomar?. — Sesshomaru levanta el menú y comienza a leerlo.

—Dos limonadas. Quiero una Coca-Cola. — murmura Jacky. Me río de él. —Zorra.

—¿Qué quieres tú, Kagome?.

—Un Sprite.

—Pediré lo mismo. — deja el menú a un lado y saca su celular.

A los segundos llegan unos meseros con una pizza enorme. La colocan cuidadosamente sobre la mesa y uno de ellos toma la orden de las bebidas. Jacky comienza a comer y al llegar el mismo mesero con las bebidas abre rápidamente su Coca-Cola.

Agarro un trozo de pizza y comienzo a comer tranquila. Sesshomaru deja el teléfono a un lado, estaba encendido, así que lo tomo rápidamente y veo vídeos de gatitos en su celular. A él no pareció molestarle y siguió comiendo.

Minutos después nos quedaban cinco pedazos de pizza y un Jacky casi dormido de tanto comer. Sesshomaru pagó la cuenta, se despidió de su viejo amigo y luego nos fuimos de vuelta a la mansión.


Una hora después
Mansión Taisho

Jacky me abrazaba del brazo. Se tambaleaba de vez en cuando ya que estaba dormido en el carro y aún estaba adormilado. Sesshomaru caminaba detrás de nosotros con las bolsas, me ofrecí a cargar unas cuantas a lo cual él se negó. Dejó la bolsa que contenía los trozos de pizza sobrantes y me ayudó a subir a Jacky a su habitación.

Estando cerca del hábitat de Sesshomaru se nos cruzó un hombre alto y moreno, con el cabello negro trenzado y una sonrisa. Jackotsu abrió sus ojos y corrió rápidamente hacia él.

—¡BanBan!. — gritó. Mi cerebro hizo corto circuito y me acordé de que así es como llama Jacky a su hermano mayor.

—Hace mucho que no te veía, Sessh. Me dijeron que le ganaste a este bobo. — mi mejor amigo se apartó de él y se acercó a mí, abrazándome. La mirada del moreno calló sobre mí. —Que hermosa chica te has buscado. Espero que me la compartas como lo hiciste con la última. Pobre de ella.. Le rompimos el corazón al doble. — él se ríe.

—No te atrevas  a tocarle ni un pelo a Kagome, Bankotsu. Estás advertido. — se acercan con una expresión seria ambos y los puños muy apretados.

Jackotsu y yo nos abrazamos temiendo de la tormenta que se avecinaba.

Continuará...

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