Capítulo 39: Ganamos
Ya ganamos.
«¡Ataque supremo!» Vociferó todo lo que pudo resonando su voz. Entonces lo hizo.
Mi padre se quedó en blanco luego de ese movimiento secreto que ningún ser puede soportar.
Lucifer, rey del infierno ha caído al suelo gracias al ataque supremo:
Cascanueces.
Una sonoramente dolorosa patada a las pelotas, ningún hombre es capaz de soportarlo.
—¿Pero qué mierda? —los ojos de Ko parecen estar en blanco también, de hecho todo se sumió en un completo silencio.
—¡Huida! —gritó Lu aprovechando que todo estaba callado.
Tomamos nuestras armas y empezamos a correr como alma que lleva… literalmente el diablo nos quiere llevar. Ja, ja, ja, qué irónico. En fin, Ko se queja de que es lo más ridículo que ha visto en una guerra, sin embargo funcionó.
—¡Kai! ¡Ko! —ladró mi padre con desprecio— ¡Ni crean que ustedes van a salir de aquí! —se levantó como caballito recién nacido— ¡Y tú menos te vas a escapar! ¡Maldita chaparra!
Todos quienes conocemos a Lu nos detuvimos petrificados ante eso último. Vaya, hasta Ko está detenido con sudor y no es por la batalla. Miramos atrás, Lu está cabizbaja y la oscuridad oculta sus ojos.
—Kai —chillé al escuchar mi nombre con voz perturbadora—, la katana.
—Lu… va-vamos, no vale la pena… —volví a chillar cuando sólo un ojo se mostró porque la mitad de su cara la tapa el cabello.
¡Da miedo! ¡Diosito! ¡Ampáranos!
Le entregué sin más la espada y más rápido todos huimos porque así lo ordené yo con profundo miedo. Aunque me detuve al ver cierto lugar e irme a allá para hacer algo.
Pero pude escuchar a mi padre decirle a Lu—: ¿Qué crees que podrás hacer, pequeña?
Esto se va a poner feo.
×~×~×~×~×
Luke
Estoy volando con Try en mis brazos, voy a dejarla a la salida con los demás para así volver por Lu. No voy a dejarla así nada más. Pedí a Trevor cuidar a la duendecilla una vez bajé con algo de dificultad y demora porque algunos demonios no paran de atacarnos, quería regresar rápido por Lu ya que se puede apreciar desde lejos que hay explosiones en su punto.
—¿A dónde tan rápido? —sin embargo Kai se apareció en un instante.
—¿A dónde crees? Voy por ella —estaba extendiendo mis alas para volar cuando fui sujetado por el cuello de mi camiseta por detrás—. ¡¿Qué haces?!
—Ella vendrá en un momento, mientras tanto disfruta el reencuentro —alzó su alegría de forma risueña.
—¿Qué? —le miraba extraño, fue entonces que noté a la persona a su lado— No… —mi voz tiembla— No puede ser…
Su barba y bigote están crecidos al igual que su cabello que llega hasta la cintura, algo alborotado, con ropa hecha casi harapos. Ese hombre de piel morena se acercó a tomar mi rostro mientras lloraba para luego abrazarme con fuerza y temblor, y no puedo mentir, yo también me uní a sus brazos llorando.
—¡Papá! —dije con un hilo aferrándome a lo que pensé no volvería a ver o sentir, a alguien de mi familia.
—Luke, mi hijo —su voz ronca es tan dulce como siempre.
Estoy hecho un mar de lágrimas, hasta me arden los ojos costándome abrirlos. Agradecí mucho a Kai, me dijo que sabía dónde estaba porque le conocía y le había platicado de mí, pero que fue dándose cuenta de nuestro relación luego de escuchar mi historia con Ivy.
—Bien, esto es perfecto —Kai se puso recto mirando al punto donde está Lu como si fuera el horizonte—. Reencuentro, unión familiar y fuegos pirotécnicos —rió raro, su hermano se puso a su lado con brazos cruzados, yo también secando mis lágrimas.
—¿Está bien dejarla allá? —cuestionó Ko con cara molesta.
—Claro que no —repliqué exasperado a Kai—, hay que ir por… —me vi interrumpido por una enorme explosión cuya onda expansiva nos hizo sentir su ráfaga de aire caliente— Esto… ¿Q-Qué ha pasado?
—Ahora sí nos podremos ir tranquilos —Kai ríe.
Todo ese destrozo ha capturado la atención, lo cual nuestro bando aprovecha para huir, excepto los que somos los comandantes de las legiones, pues esperamos a que ella regrese. Y prontamente lo hizo, su cara endurecida por el enojo, su ropa rota y rasgada, lleva polvo y algo de sangre… ¿Pero qué ha hecho?
Los sirvientes de Satán le abren el paso mientras camina a nosotros empuñando su espada, al igual que ellos también nos apartamos pero se detuvo frente a Kai, a quien tomó con una mano de su nuca y lo atrajo a pegar sus frentes.
—Vuelve a irte como antes y entregarte así, y te juro que a la próxima le echo chile a tus hotcakes.
—Es un trato —dijo con sonrisa divertida.
Ella le soltó y ordenó que nos fuéramos, así lo hicimos.
×~×~×~×~×
Llegamos a la casa quedándonos tirados en donde nos dejamos caer, incluso los amigos de Kai y mi padre, Ko igual. Estamos abatidos, demasiado cansados como para importarnos terminar dormidos en el piso. Lu está en el medio de Kai y yo, nuestras espaldas están recostadas del sofá, pero su cabeza cayó a dormir en mi hombro y yo en su cabeza.
No sé cuánto pasó pero ya era de día cuando desperté, de hecho, el único que lo hizo en ese momento porque todos los demás seguían dormidos, menos mi padre, a quien divisé en la cocina preparando algo.
Olfateé aire dándome una agradable esencia cautivando mis receptores olfativos y activando de inmediato mi hambre.— Arroz y carne —musité al recordar que esa era una especialidad que papá preparaba cuando era niño.
—Buenos días hijo —él volteó apagando la estufa para colocar los platos vacíos en la mesa—. Ve despertando a tus amigos, el desayuno ya está listo.
Qué no sea un sueño. Recé con sonrisa aliviada.
Sin embargo mi atención fue robada por la presión en mi brazo, cuando miré a un lado Lu estaba abrazada a mí… Siento mi cara calentarse, a mi garganta tragar dificultosa y el corazón latir frenético.
—Tu novia es linda —casi me da un paro con esas palabras—. Mientras huíamos algunos me contaban que todo ese desastre lo presidió ella, es una mujer excepcional.
—No es mi novia —mi voz fue bajando conforme terminaba la frase—. Ella ya tiene pareja, es un humano que la trata como merece —bajé la mirada un momento antes de verla dándole una sonrisa.
Papá emitió un «Uhm» como si no estuviera convencido de algo, luego dijo que era hora de desayunar para que despertará a todos. No fue tan difícil sacarlos de sus sueños, excepto al par de hermanos que están muy acaramelados durmiendo.
—Arriba ustedes dos —moví a Kai con algo de brusquedad, es como un niño pequeño.
—Otro rato más… —se aferró a su hermano. Tomé una foto y guardé para la posteridad.
Ambos abrieron sus ojos encontrándose cerca, gritaron alejándose mutuamente.
—¡¿Por qué sigues aquí?! —espetó Kai empuñando la espada poniéndose frente a Lu aún dormida.
—¡¿Tú qué crees?! —también le desafía con cara endurecida— Tenía sueño, además mi paga es lo que me va a mantener aquí.
—¿Tu paga? Estás loco si piensas que dejaré que le hagas daño a Lu.
Ko se relajó bajando su arma, sabe que nadie aquí permitirá que la toquen.
—¡Cállense por una vez! —y despertó furiosa arrojando los cojines a las caras del par de hermanos— ¡Es temprano para gritar! ¡Quiero dormir! —parece que captó el olor de la comida porque aspiraba su aroma— ¡Qué rico huele! —su mal humor se deshizo para reincorporarse hasta hacerse un espacio en la mesa y tomar un plato— ¡Está delicioso! —papá le agradeció el gesto y también rió por su forma de ser, al igual que los demás.
—¡Lu! —rabió Kai tomándola de los hombros, pero aprovechó para probar una cucharada de arroz— Ay sí está bueno, ¡pero eso no importa ahora! —apuntó acusador a su hermano— ¡¿Por qué Ko está aquí?!
—Hicimos un trato —tiene la boca llena.
—¿Qué clase de trato?
—Ayudarnos a sacarte del infierno a cambio de hacerle de mosquito.
—Oye —Ko se quejó por la comparación—, pero es verdad. Si estuve viviendo aquí era por eso, además la protegí en la guerra, así que hice más por el trato.
Kai le mira dedutivo —Porque te convenía—. Su hermano rodó los ojos fastidiado pasando a tomar su plato e irse a comer solo en la sala. El tiempo que él ha pasado con nosotros fue así, no se relaciona con nadie y prefiere quedarse apartado porque según él, no está aquí para hacerse amigo de nadie.
El ambiente en el desayuno se había vuelto uno un poco incómodo.
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