Capítulo 37: Por él
Familia… Si trato de recordar cuándo esa palabra ha significado realmente lo que es, creo que no lo lograré. Es verdad que con Ko había tenido una conexión, y con mi padre…, a él lo recuerdo siempre lejos, aunque pasara a mi lado para alborotar mi cabello, pero nunca me sentí como que fuéramos una familia en realidad. Tal vez por eso, aquel animal fue lo más cercano que tuve.
—Muy lindo, muchacha —dijo mi padre aplaudiendo bajo con intervalos largos—, pero me temo que hasta aquí llegaste.
—Cállese viejo —un tic en el ojo de papá. Mi hermano y yo chillamos con sonrisa nerviosa.
Así como Lu tiene un complejo con su estatura, mi padre lo tiene con la edad. ¿Cuál es el problema con estos dos? Son tal para cual. A mí no me molesta que me digan demonio de chiste, pero no, a estos les afecta esos comentarios.
En serio que yo no los entiendos. Ese fue mi intento por hacer la voz de Abdul de los Simpson, déjenme en paz.
—Pequeña —aun con el ceño fruncido dibujó una sonrisa forzada—, voy a darte una oportunidad a ti y a tus amigos de que se vayan sin represalias por haber traído a mi segundo hijo.
—Me importa un carajo lo que quieras, Lucifer —apuntó con la katana al frente—. Kai se viene conmigo y punto.
Papá sonrió con manos atrás, ilumina sus ojos rojos dando a entender que su paciencia se le va a acabar. Mi hermano se pone serio, avanzó a quedarse al frente amenazando con iniciar la pelea.
—Tú encárgate de sacarlo, yo me ocupo de retenerlo.
—De acuerdo.
Mi padre extendió su mano materializando una espada con hoja ondulada, su rostro sonriente refleja lo confiado que está para enfrentarse a mi hermano y hacerle daño a Lu. Gritaba a ellos dos que se fueran, que no tenía caso hacer nada pues no me iría de aquí, sin embargo, aunque me cueste creerlo, ellos no vacilan en nada y parecen estar dispuestos a trabajar en equipo.
¡¿Por qué ellos dos hacen esto?!
La pelea empezó, mi padre y Ko se ensañaron en una furiosa batalla de fuerza y velocidad que hacía sonar y chispear sus filosas armas, sin embargo, aunque mi hermano le daba el frente al mismo rey del infierno, éste no dejaba de prestarle la atención a Lu, pues si estaba acercándose a mí él le lanzaba un viento capaz de cortar el grueso suelo, algunos arañazos le daban pero ni así se detenía, ella seguía corriendo hacia mí esperando tomar mi mano y escapar. Estoy tan anonadado que ni siquiera logro moverme un milímetro, sólo observo pensando que es un sueño lo que presencio.
—¡Ya es suficiente! —espetó mi padre captando mi atención. Golpeó a Ko fuertemente en el estómago para así tomar su cabeza y estrellarlo contra el suelo, agrietando el piso y aturdiéndolo, luego, lanzó otro viento en el cual Lu quedó atrapada.
—¡Lu! —bramé levantándome de inmediato, se ve que está gritando dentro del espacio que la atrapó, cubre como puede su cabeza con sus brazos mientras está encorvada recibiendo esos cortes, sin embargo, su voz no se alcanza a escuchar por el ruido de ese viento.
—Ninguno va a salir de aquí. Cómo se quieren mucho y están dispuestos a sacrificarse, se quedarán en el infierno.
Lu cayó al piso con cortes una vez la esfera de viento se detuvo, mi padre iba a dar una última estocada.
—¡Déjala en paz!
No iba a soportar que siguiera hiriéndola, así que tomé la katana de Lu y yo mismo empecé a atacar a papá sin tregua, rempujaba con fuerza, las ráfagas creadas por el impacto de nuestros aceros eran más potentes que las que con Ko hacía. Nuestra pelea se extendió afuera de la habitación, donde mis poderes ya habían vuelto, si bien no por completo, lo suficiente para incendiar la hoja de la espada envolviéndola en llamas, y a mí, algunas flamas se me formaban en mi cuerpo.
—¿En serio? Odias tanto las peleas y las guerras, pero ¿te atreves a levantar la espada por esa miserable humana?
Apreté la empuñadura del arma, las flamas se avivaron hasta hacerlo brillar como si estuviera al rojo vivo, mis ojos ya habían cambiado a negro y blanco, mis colmillos caninos se pronunciaron, y las flamas cambiaron a un negro.
Espero que esté feliz ahora, voy a enfrentarlo como el hijo del diablo que soy.
Ko
La puta cabeza me da vueltas por ese jodido golpe que mi maldito padre me propinó contra el suelo, jamás ha sido considerado ni siquiera con sus propios hijos. Nos entrenaba más duro que a cualquier otro soldado y personalmente, a Kai en especial le destrozaba el cuerpo hasta que le hizo el mejor demonio de todos, pues no tiene problemas para desatar su poder de una y aprovechar las llamas negras, las cuales son capaces de consumir todo hasta que no queda ni rastro de lo que quemó, apenas y un poco de tizne queda.
Con dificultad me erguí a ver a esa chica que Kai tanto valora, está llena de cortadas. Chasqueé la lengua con fastidio para acercarme con la poca fuerza que tengo. Pelear con ese maldito vejestorio me dejó molido.
Observo esa sangre que le escurrió y las heridas que se cierran con velocidad dado que mi hermano ya está afuera, lo que significa que los lazos que tiene con nosotros se han activado de nuevo.
Gruño llevando una mano pasando su cuello, sería tan fácil tomarla ahora.
—Hey, perra, despierta —sin embargo la muevo con brusquedad por el hombro.
—¡¿Dónde está Kai?! —ladra reincorporándose en un santiamén como si estuviera poseída.
—Afuera, peleando con la maldita momia conservada.
—Qué manera de expresarte de tu padre —se levantó ofreciendo su mano, la cual manoteé para pararme por mi cuenta.
—Ese no es tu problema —tomé mi arma de nuevo—. Bien, hay que salir de aquí en una pieza.
Empezamos a caminar hasta salir de la habitación, todo estaba destrozado, más de lo que dejamos nosotros, algunas flamas negras estaban consumiendo las cosas, eventualmente se apagarán. La perra casi las toca, sin embargo tomé su mano evitándolo.
—A no ser que realmente te quieras morir, te aconsejo no las toques. Esas llamas no son algo que se pueda apagar con agua —ella asentía como una niña.
—¿Y qué son? —comenzamos a caminar de nuevo a la salida, demonio que veía lo cortaba al instante.
—Las llamamos Ignis esuriens —me quedé cayado mirando escondido tras la puerta principal, veo mucho movimiento de las tropas demoníacas.
—Yo no hablo Taka Taka —la miré mal, la señalé acusador, fue entonces que me di cuenta que no había soltado su mano en ningún momento—. Y estaría genial que devolvieran mi mano.
—¿Y por qué tienes la mía? —fruncí el ceño irritado.
—Pero si tú la tomaste.
—¡Suéltala!
—¡Llevo rato tratando de hacerlo!
—¡Ahg! ¡¿Qué te pasa?!
¡Me pateó! ¡La maldita perra me ha pateado!
—Como sea, vamos por Kai y salgamos de aquí. Aún no sé cómo vamos a vivir tranquilos después de esto.
—Puedes matar a quienes vengan por ti —ambos nos asomamos, aprovechamos que todos estaban distraídos en sus cosas para escabullirnos atrás de una barda.
—Jamás he matado a nadie y no quiero empezar.
—Aburrida y tonta, eso es básicamente una idea suicida si tienes en cuenta que a) Eres la perra de Kai…
—Imbecil —la ignoré.
—b) Descendiente del mismísimo Dios, y c) Has sido la incitadora y cabecilla del ataque al infierno… ¡Abajo! —exclamé arrojándome sobre ella para apartarla y cubrirla con mi cuerpo, pues un escombro con llamas negras impactó la barda dónde estamos.
—¡Ko! —gritó ella y yo maldije cuando unas flamas tocaron mi camisa, me alejé de ella para quitarla y deshacerme de la prenda antes de que las llamas me consuman a mí— ¿Estás bien?
—Sí, mierda —me quedó una quemadura—. ¿Qué? —noté que su mirada entristecida se posaba en todas las cicatrices que mi cuerpo posee— Los premios que recibí por ser su hijo, nada que me importe, así que conmigo no uses esa cara de perrita.
Resopló molesta mirando a las telas ya casi extinta. —¿Y qué me decías que son?
—Las llamas de la gula. Devoran todo lo que tocan, es el último y más poderoso nivel al que un demonio puede acceder. Solo dos seres han sido capaces de manifestarlo —miramos a las estelas de fricción y sonidos del acero—. Lucifer y Kai.
×~×~×~×~×
Luke
Oscilo mi espada creando ondas que impactan y mandan a volar a nuestros enemigos, hay múltiples demonios que no dejan de venir, por supuesto, estamos en su territorio y mientras más me acerque al centro de todo donde puedo visualizar a Kai y su padre pelear, más demonios concentrados habrá, sin embargo me preocupa que Lu se haya ido con Ko, pues él estaba de acuerdo en cooperar en esto hasta que su hermano hubiera sido liberado.
Extiendo mis alas emprendiendo el vuelo hasta llegar al centro, pero noto que no solo yo. El ejército que aceptó participar en esto también. Tenemos a siete legiones en total, cada uno está liderado por uno de nosotros, es decir, yo tengo el mío que vino conmigo hasta aquí, Zafiro, Trevor, Ko, e incluso Try y el chófer de la rubia comandan uno, y por supuesto Lu tiene el suyo, pero ella es la líder de todo este movimiento.
Sonreí orgulloso al recordar cómo ninguno estaba de acuerdo en dejar que una simple medio humana se parara a su frente con según ellos, aires de grandeza.
—Me importa una mierda lo que te guste o no —Lu se posó frente a lo que es un tipo de dos metros y medio, sus ojos los había iluminado con ira—. No te estoy pidiendo devoción ni lealtad para mí, estoy pidiendo unir fuerzas para rescatar a Kai. No busco ser el presidente ni rey. ¡Quiero salvar a mi familia!
El gigante se agachó a enfrentarla con la mirada, su aspecto de piel rojiza, colmillos caninos inferiores sobresalientes de su boca y un solo ojo es suficiente para intimidar, pero no logró hacer nada contra Lu, quien siempre está dispuesta para salvar a quien puede. El grandote rió y se unió a su legión.
Ahora está presente destrozando todo con su mazo mientras carcajea de manera estruendosa, haciendo que Kai y Lucifer se detuvieran para ver a más de medio millón de seres constituidos entre demonios, ángeles, duendes, mestizos, entre otros, haciendo frente a los que hay en el infierno.
Me alivié al ver que Lu parece estar bien y miré mal a Ko que me levantó el dedo medio, sin embargo aterricé junto a ellos para ver todos juntos a un Kai consternado de la presencia, de aquellos que lo siguen y estamos dispuestos a dar la cara por él.
×~×~×~×~×
Holis ( ╹▽╹ )
Según San Google Traductor, Ignis esuriens significa Fuego hambriento.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro