Capítulo 3: No lo hice
Risas y bromas es lo que había de regreso a la casa mientras Kai y yo caminábamos con tranquilidad, o bueno, yo caminaba, pues él viene montado en su peluche gigante, en serio que no me creo que sea un demonio.
–¿No quieres probar a subirte a Mike? Es muy divertido.
–No, gracias, me gusta mantener mi dignidad.
–A-bu-rri-da. –y siguió con su sonrisa divertida.
Continuamos hasta llegar a la puerta a la que abrí y me aparté para dejar a Kai entrar primero con Mike. Frunció el ceño porque se tuvo que parar para cargar su muñeco y subir con él por las escaleras.
–Hay que poner un ascensor. –espetó con un gruñido hasta su cuarto, yo por mi parte reí mientras quitaba mi chaqueta y subía también.
–Buenas noches, Kai
–¡Buenas noches, Lu!
Entré y me tiré en la cama sonriente mientras el sueño me vencía. Pero a veces odio eso…
Recuerdo sus voces llamándome con alegría, el camino de hojas secas y el alrededor de árboles, recuerdo sus espaldas mientras más se alejaban, esas sonrisas felices antes de que un sonido resuene haciendo que me levante de golpe a ver que el día ya había llegado. Mi respiración agitada era acompañada de un pequeño temblar, la luz pintaba mi habitación, los pájaros cantando y los niños jugando en el vecindario. A veces odio dormir.
×~×~×~×~×
Me levanté saliendo de la habitación para asomarme por la puerta de Kai y verlo profundamente dormido en su cama abrazando a su muñeco. Agradezco que al menos me haya dejado dormir sola esta noche y despertar más tarde. Supongo que está rendido luego de divertirse anoche. Jared me dio la semana libre luego de lo del asesino, le dije que no era necesario, pero no me hizo caso y me ordenó tomarlas, además de darme paga.
Bufé y me dirigí abajo para preparar el desayuno… ¿Qué carajos?
Kai
Paz y tranquilidad en mi mundo de ensueño montando a Mike mientras saltamos de nube en nube, felicidad absoluta llena de colores.
–¡Kai! –¡Una endemoniada Lu gigante con cuernos, dientes y uñas filosas, su lengua de serpiente sisea por fuera mientras sus ojos están completamente rojos y su cabello flota como las víboras de Medusa! ¡Me está persiguiendo!– ¡Me lleva la mierda! ¡Despierta de una puñetera vez intento de diablo!
–¡Ah! –Lu jaló mis sábanas haciendo que diera una pirueta en el aire y caer de cara al piso– ¡¿Qué te pasa?! ¡¿Por qué te metes en mi sueño y lo transformas en pesadilla?!
–¡¿De qué hablas?! ¡Ahhh! ¡Olvídalo y explícame por favor lo que hiciste allá abajo!
–¿Lo que hice? ¿Qué hice?
–No te hagas el gracioso conmigo ahora Kai.
Ambos bajamos a la planta baja mientras veo como Lu está rabiosa por no sé qué, o al menos hasta que llegamos a la sala. Sus muebles están apilados al igual que las sillas. Al sofá individual lo dejaron hasta arriba como si fuera un trono y encima está su… ¡microondas!
–¿Cómo hiciste eso? –pregunté sonriendo sorprendido, me fulminó con la mirada– ¿Qué?
–No estoy para bromas. ¿Por qué lo hiciste?
–Yo no hice nada.
–Ajá, sí, lo admito, yo fui quién desordenó acomodando mis muebles de esa forma poniendo en peligro mi microondas.
–Ah, entonces fuiste tú, es impresionante. ¡Ay! –me dio un sape en mi nuca, por lo que la miré mal– No hice nada, lo juro.
–No jures en vano. –se cruzó de brazos, eso sólo significa una cosa.
–Ya, ya, lo arreglaré… –algo cayó… Tragué nervioso cuando algunos trozos de eso que se rompió brincaron a nuestro campo de visión haciendo que giráramos la cabeza a ver el electrodoméstico totalmente roto– Lu… –mi voz salió chillona y temblorosa.
Chillé, Lu está sonriendo, y eso es peor a que cruce los brazos, en este punto no sé si intentar huir sea buena idea o mi regreso al infierno. Así que opté por el camino con mejores posibilidades. Me arrodillé y supliqué perdón por mi vida. Temblé, está tronando uno a uno sus huesos de los dedos de la mano ensanchando sus labios hasta mostrar sus dientes, creo que alucino porque creo que veo dientes puntiagudos. Suspiré, ¿será muy tarde para rezarle a Dios?
×~×~×~×~×
Y, aquí me tienen limpiando todo este desastre que no sé cómo ocurrió, porque en verdad no tengo la culpa. ¡Lu es muy mala al no creerme! Me dijo que no va a prepararme más hotcakes para el desayuno hasta que pague y compré otro microondas, pero yo no tengo monedas humanas para eso.
–Lu idiota. –musité terminando de acomodar el sofá individual en su sitio al igual que todos los demás muebles.
Hablando de ella, no está, fue a caminar por ahí para desestresarse por lo que “hice”. ¡Al diablo todo! –ja, que gracioso se oyó eso– Dejé las cosas así y llamé a Zafiro para avisarle que iría a su casa. No voy a quedarme a seguir pagando por algo que yo no hice. Me cercioré de que todo en casa estuviera cerrado antes de cruzar la puerta e irme a divertirme.
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Luar
Estoy caminando de nuevo a casa luego de mi discusión con el tonto de Kai. No puedo creer que haya apilado todo de esa forma y aún así se haga el inocente.
Bufé molesta mientras abría con mis llaves la puerta principal. Miré por todos lados y es verdad que limpió y acomodó todo bien, es lo menos que pudo hacer luego de ese desastre que hizo.
Pasé buscar a Kai, pero al parecer no está. Fui a tomar agua a la cocina para luego dirigirme a la sala y sentarme en el sofá individual encendiendo la tele.
Algo anda mal aquí. Siento que hay alguien dentro de casa, pero Kai no está definitivamente…
Lu mala –bien, palidecí ante esa voz distorsionada atrás de mí. Volteé con miedo y sonrisa nerviosa para ver que no hay nadie, o eso creí… ¿Desde cuándo mi sofá parece que tiene una cara aterradora?
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Kai
Alcé mis puños victorioso luego de ganar una partida a Zafiro en este videojuego de disparos. Ella es una chica de cabello rubio y rizado, tienen un brillo único y sus ojos son como el color zafiro, su piel es blanca y le encanta vestirse con ropa femenina y bonita, parece tener 17 años, pero la condenada es muy vieja. Sin mencionar que su casa es una mansión que básicamente es un mini castillo, ni qué decir de su habitación que parece toda una versión de princesa de Disney con ese color crema en las paredes y la cama de realeza.
–¿Y ahora por qué te peleaste con la humana?
–¡Me acusó de algo que no hice! Alguien apiló sus muebles y dejó su microondas nuevo en la cima, luego este cayó y se destruyó por completo… ¡No me mires así! ¡Yo no lo hice!
–Tranquilo, te creo. –me guiñó el ojo un par de veces, chasqueé la lengua haciendo una mueca de ofensa.
–En verdad no hice nada, en todo caso si lo hubiera hecho, estaría presente para ver su reacción ante la broma. Pero ese tipo no es mi estilo, además de que jamás me metería con sus cosas de esa forma.
–¿Por qué?
–Porque adoro su comida… –me interrumpió.
–No, pregunto por qué decidiste vivir con ella. Siendo quién eres y lo que eres, sobretodo tu linaje te preside y te fuiste a vivir con una don nadie y simple mortal.
–Semi-mortal. No olvides que le salvé la vida.
–A mí no es a quien se lo tienes que recordar. Solo contesta mi pregunta.
–No es de tu incumbencia.
–Oh vamos…
–Zafiro, vamos a jugar ¿sí?
–Oh no, estás peleado con ella y te conozco bien, vas a querer quedarte aquí hasta que se te pase la molestia. –giré mi cabeza para mostrarle una cara de ofensa fingida junto a mi mano al pecho para dramatizar más la situación.
–Ella debe disculparse conmigo. Me culpa de algo que no he hecho.
–Entonces solo aclara las cosas con tu mascota. Vamos ¿quieres?
–No. –me crucé de brazos, cosa que no impidió que ella moviera su dedo haciéndome flotar.
Ella sabe usar magia, nació con ese don, su descendencia es mitad demonio y mitad maga, por lo que las leyes de los brujos no la limitan como tal. Suspiré vencido y acepté con tal de que me bajara. Pero no me disculparé con Lu por nada del mundo.
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Luar
¡Te voy a matar Kai!
Esto es una pesadilla hecha realidad, y la peor de las cosas que pudo haber pasado tenía que hacer esto. Estoy detrás de la puerta del sótano con cuchillo en mano porque el maldito sofá está golpeando la entrada para venir por mí. ¡¿Cómo demonios matas a algo de puro cojín, tela y madera sin corazón?!
Tranquila Luar, tranquila, has pasado por cosas peores… ¿Peores? Enfrentarse a humanos es una cosa, pero sofás malditos es otro puto nivel.
Los golpes han cesado, con cuidado y nerviosismo me asomé por la cerradura. Chillé y retrocedí al ver el puto botón de mueble que es su ojo mirándome por ahí.
Bajé con prisa las escaleras y me encaminé hasta la ventana que sobresale del sótano. La abrí y aquí agradezco mis miserables 1.53 para poder salir por ahí y empezar a correr a la bodega que tengo en el jardín. Arranqué la cadena sin necesidad de aplicar fuerza y tomé lo que usaré como arma contra es cosa… ¡Que ya está atrás de mí!
–¡Te llegó tu hora maldita porquería! –me volteé tirando de la cuerda y encendiendo la sierra mientras reía como lunática. De esa forma me encaré contra…
–¿Vecina? –giré mi vista a la cerca que se divide mi casa de otra visualizando a un hombre con un poco de calvicie en la base de su cabeza, lentes de botella y un poco de bigote– ¿Le ocurre algo? –sonreí inocente.
–Todo bien señor Torner. Solo… me deshago de cosas que no necesito.
–Bueno, si quiere, puedo ayudarle. Quizá puedo llamar a un camión de basura.
–No, no, gracias, estoy bien, vuelva a dentro. Por favor.
–¿Segura? Porque no hay ningún problema.
–Muy segura.
–Bien… entonces, tenga buenas tardes. –levantó la mano para despedirse y se fue.
Resoplé y viré a volver a sonreír maliciosa a ese sofá que ya me tenía harta, alzando también mi sierra para rebanar a la maldita y quizás a Kai cuando lo vea.
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¡Wenas! (◕ᴗ◕✿)
¿Qué tal el capítulo?
¿Cuántas cosas raras no?
Es que aún no supero esa película.
¡Hasta la próxima! (。•̀ᴗ-)✧
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