Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 25: Resolución

Luar
Limpio la barra del restaurante antes de irme, mañana por fin será el día en que vaya a ese concierto y veré al imbécil. Estoy enojada, impaciente y triste, una es porque ya quiero y a la vez no me apetece verlo tan despreocupado en un escenario, y lo que me tiene triste es que Jared no podrá acompañarme ya que estará ocupado, pero bueno, Luke irá con Kai y conmigo, a Try la cuidara Zafiro. Con eso en mente terminé mis labores, me cambié y corrí deprisa a casa para encontrar que Luke preparaba la cena mientras Kai jugaba videojuegos con Try.

–Bienvenida Lu –ofreció su sonrisa serena estando frente a la olla–. La cena estará lista en una media hora.

–Bien, iré a bañarme. –corrí a subir saludando al par frente al televisor y entrar a ducharme.

No tardé mucho para cuando al salir, tomé mi computadora buscando las últimas noticias sobre el cantante que haría su concierto mañana por la noche. Podía verlo con su sonrisa posando para las fotos y dar su autógrafo a los fans. Me gusta su música, siempre ha tenido un talento para el canto y lo admiraba por eso, pero desde que Damián murió todo cambió –tomé mis audífonos, unos que me regaló con su firma diciendo que iba a ser una reliquia para cuando se hiciera famoso, reproduje una de sus canciones y cerré mis ojos entregándome a los viejos recuerdos–. Éramos tan buenos amigos, sé que él estaba presente cuando Damián y yo caímos por ese risco.

De la oscuridad emergí, como fénix resurgí –te recuperaste demasiado rápido…–, para mí el cielo no es el límite –pero yo por poco caigo en el infierno– ¡No quiero volver a casa! ¡El mundo es para mí! –pues es tiempo de que salgas de tu mundo ideal, Joshua.

×~×~×~×~×

Mala idea, es lo que fue venir con Kai y Luke, desde que llegamos están mirando mal a todos los que se han pasado cerca de mí, independientemente si me hablan o no, ya hasta nos rodean como si fuéramos una roca en el agua.

–¿Quieren calmarse ustedes dos? –gruñí acomodando mis lentes oscuros, no quiero ser reconocida por Joshua por si acaso llega a verme entre tanta gente.

–Voy a cuidarte. –Luke actuaba como un guardaespaldas mirando a todos lados, Kai por su parte… hacía lo suyo mientras comía algodón de azúcar.

–Cómo sea, sólo dejen de parecer unos locos.

Continuamos caminando por el mar de gente hasta llegar a nuestros asientos, primera fila con vista a todo el escenario, Trevor nos consiguió los mejores asientos. Estaba ansiosa por verlo, no he tenido oportunidad de estar tan cerca de él desde hace años, intenté contactarlo en nuestra juventud, pero me evitaba, huía prácticamente al verme, luego se mudó.

No supe de él hasta mis 17, cuando debutó en un concurso de canto que se transmitió por televisión y el cual ganó, a partir de ahí su fama fue en ascenso, tiene todo lo requerido para ser famoso, es atractivo, canta estupendo, viste genial y siempre se muestra con una sonrisa confiada, como si nunca hubiera sufrido por la muerte de Damián.

La música empezó, Joshua salió con micrófono en mano acercándose al frente con los reflectores siguiendo su caminar, viste pantalón oscuro, camisa blanca con chaqueta marrón, botines negros, en sus manos unos guantes que no cubren los dedos, mantiene el largo de su cabello rubio hasta las orejas con algunos mechones cayendo por enfrente, lo que hace que veas a sus ojos azules oscuros.

Su canto es fuerte, atrevida, autoritario, se caracteriza por ser alguien que impone su presencia en el escenario, lo recuerdo así, me gustaba y aún lo hace, todos esos recuerdos de cuando nos divertíamos cantando juntos golpean mi mente. Lo extraño.

×~×~×~×~×

El concierto está por terminar, sólo falta la firma de autógrafos donde podré estar más cerca de él, por eso tengo en mi cuello mi antiguo audífono de diadema y un disco en mis manos, estando formada en la fila a tan solo un par de personas para tenerlo frente a frente luego de tanto tiempo.

Joshua
Han pasado casi cuatro años desde que dejé esta ciudad, hoy he vuelto porque estaba en mi destino por las giras que he hecho. Peleé para no venir, no quería, por eso aplacé el concierto buscando una solución para cancelarlo, pero lo único que conseguí fueron tres miserables meses. Así que aquí estoy fingiendo alegría al estar en un lugar del que llevo huyendo más porque sé que Luar sigue aquí.

–Hola bella –tomé el álbum que me extendió una chica de pantalones ajustados, cinturón grueso, botas que llegan debajo de las rodillas, una camisa ceñida y encima una chaqueta negra con el largo debajo del busto, usando lentes oscuros–. ¿Para quién?

–Para mi amigo Damián. –no voy a mentir, me dolió escuchar ese nombre, pero seguí con mi falsa sonrisa.

–Aquí tienes –se lo devolví, creo que lo miraba sin expresión a pesar de no poder ver sus ojos–. ¿Pasa algo?

–Me gustaría que pudieras remarcar una firma más.

–¿Remarcar? –ella sonrió.

–Sí, verás –retiró sus audífonos blancos que colgaba del cuello, se veía algo viejo, recuerdo que tenía unos como esos, como a Luar le gustaban mucho se los regalé cuando cumplió los 14. Había dejado mi firma ahí–, ya está un poco gastado.

Lo tomé entre mis manos, mi falsa sonrisa se esfumó en un instante luego de que se quitara los lentes dejando ver sus ojos únicos, el derecho en una mezcla de verde y ámbar, el izquierdo es azul y gris. Me levanté rápido y nervioso tirando la silla, mis guardaespaldas llegaron rodeándome, vaya que si estaba siendo un cobarde, iba a irme sin más.

–No sabes las ganas que tengo de golpearte en las pelotas por imbécil –su voz me paró en corto. Mi manager preguntó si la sacaban de inmediato–. No te atrevas a tratarme como una desconocida.

–Siempre tan agresiva. –bufé tratando de ser burlón.

–Tenemos que hablar. –suspiré hastiado, la conozco bien y sé que cuando se le mete algo en esa cabecita loca hace hasta lo imposible por conseguirlo, va a empezar a pelear con todo el personal hasta llegar a mí.

–Bien, espérame en mi camerino en lo que termino esto ¿quieres? –se cruzó de brazos mirándome con ojos entrecerrados– No voy a escapar, por favor pequeña. –un tic en su ojo, ¿acaso le sigue molestando eso?

Accedió a que mi representante la guiara hasta mi camión, pero no se fue sin antes darme un golpe en el brazo como solía hacerlo cuando éramos adolescentes. Tal vez estoy loco porque creo que la vi sonreír.

Suspiré pesado prefiriendo que esta firma de autógrafos fuera eterna, pero tampoco voy a posponer lo que es obvio ya está aquí. Una vez terminé vi que dejó los audífonos en la mesa, sonreí un poco llevándomelos a mi camión donde me detuve en la puerta, tengo miedo de verla, sé por lo que vino, no se va a ir sin una respuesta. Respiré hondo abriendo con lentitud como si quisiera alargar más esto…

–¡¿Qué carajos pasó?! –ella está sepultada entre mis libros.

Cuando la ayudé a salir me contó que estaba caminando con impaciencia y se frenó de golpe para retroceder con rapidez chocando de espaldas contra mis pilas de libros, porque una araña descendió en su hilo.

–En verdad no has cambiado. –terminamos de acomodar de nuevo los escritos contra la pared del tráiler.

–Tú tampoco devora-libros. ¿Por qué no consigues un estante o los amarras para que no caigan? Tienes cientos de libros.

–Esto son solo una pequeña parte de mis colecciones, chica inculta, aún no te perdono el haber dejado la saga de Harry Potter en el primer libro sin haber llegado ni a la mitad.

–Traté, en verdad, pero me aburrió, pero hey, Resident Evil me gustó, aunque aún no lo termino tampoco –le ofrecí una cerveza que tomó enseguida mientras nos sentamos en el sofá largo–. Y bien…

–No quiero hablar, lo sabes, por algo me largué de aquí –saqué de un cajón del escritorio de al lado una jeringa que en cuanto lo vio, me miró mal–. No me veas así, antes disfrutábamos de esto. –me lo inyecté, además lo necesito para relajarme.

–Yo lo dejé.

–Bien por ti. –tiré la jeringa vacía con rabia.

–¿Bien por mí? Tú deberías dejarlo también –gruñí, no me apetecía que me regañara por eso–. Cómo sea, ese es tu problema, sólo vine a que me contaras lo que pasó el día que Damián murió.

–No quiero hablar de eso.

–Lo olvidé, no recuerdo con claridad lo que ocurrió, necesito que me lo digas…

–¡Déjalo así! –pateé la mesilla al frente– ¡Déjalo en el pasado!

–¡¿No te da rabia que el nos hizo daño, el que mató a Damián y casi me mata a mí pueda estar suelto?! ¡¿No quieres justicia?!

–Basta, olvídalo.

–¿Por qué no fuiste con la policía y contaste todo? Tú estabas presente cuando pasó.

–¿Ir con la policía? –la miré haciendo que notara lo mucho que pensaba que esa pregunta era realmente estúpida– ¿Qué querías que hiciera? ¿Qué les iba a decir? –debía parar– Oh, miren, un tipo al que no le vi la cara y que tenía un cuchillo en mi cuello –lo que me inyecté me estaba haciendo hablar de más–, me puso un arma en mis manos obligándome a elegir para salvar a uno de mis dos amigos. ¡Por favor Luar!

¡Mierda! Tapé mi boca por haber soltado eso de la peor forma posible, sus ojos se habían humedecido y continuó mojando sus mejillas, no tuve más opción que contarle lo que quería.

Mientras nos abrazaba por haberla felicitado por su cumpleaños, alguien me jaló por el cuello poniendo un cuchillo en él, estaba burlón con Luar, le hablaba demasiado familiar como si le conociera. Les ordenó a ambos que caminaran y vieran al fondo del risco, sé que a partir de ahí Luar desarrolló su miedo a las alturas. Luego ese tipo puso un arma en mis manos.

Tu amigo o ella, elige. –él estaba realmente muy divertido. ¿Cómo podía elegir? Los quería a ambos.

¡Salva a Luar! ¡Dispárame! –Damián tampoco quería que nos hicieran daño.

¡No! ¡Por favor! –Luar también suplicó, ninguno quería que dañaran a otro.

¡Josh! ¡Dispárame maldita sea!

Estaba siendo presionado por todos lados, cerré los ojos y accioné el arma, hubo silencio, miré de nuevo para enterarme que di en el pecho de Damián, él se tambaleó a caer por el risco, pero… Luar lo tomó de la mano buscando salvarlo, pero cayó con él. Escuchaba como sus cuerpos caían y luego tocaron el suelo, mis piernas no resistieron llevándome al piso, estaba en shock, creí que había matado mis dos amigos. Con respecto al sujeto, no lo vi, sólo pude notar que tomó su arma de regreso y se fue. Yo me quedé llorando.

Sí, muchas veces pensé en ir a la policía, pero no me creerían, unos minutos atrás nos habíamos drogados todos, ellos pensarían que yo sería el culpable. Por eso preferí callar incluso después de ver que Luar seguía viva, sé que intentó poner una denuncia, pero nunca procedió porque su padre intervino para que no se implicara.

–Le disparaste… –susurró dolida.

–Lo siento.

–Gracias… –le miré que trataba de tener una leve sonrisa– Necesitaba una respuesta Joshua, tú no tuviste la culpa, al menos no por eso.

–¿Qué? –me lanzó un cojín a la cara.

–¡No tenías que haberte ido así sin hablar conmigo! –está cruzada de brazos y encogida a la vez que sus ojos siguen lagrimosos.

–¿Me perdonas?

–No. –y hace como que patea mi pierna.

No creí que volvería a tener un momento así, pensé que me odiaría y golpearía hasta cansarse, pero parece que obtuve una resolución mejor de la que pensé.

×~×~×~×~×

–1 semana después–

Aquí estoy aparcado frente a su casa, hemos estado hablando desde la noche del concierto como si nunca hubiéramos estado distanciados, aunque yo fui el que puso el muro entre nosotros –suspiré irritado conmigo mismo antes de salir del auto y ver que…

–¡¿Pero qué demonios pasa contigo?! –¡Lu está colgando de la ventana del segundo piso mientras está inconsciente y dos sujetos la sostienen de una pierna!

–¡Mira lo que hiciste! –reclamó un rubio al pelinegro.

–¡No fue mi culpa! ¡Ella tropezó cayendo de espaldas a la caja y rompiendo el cristal!

–¡Te dijo que te deshicieras de las arañas! –eso me da una idea de lo que pasó.

Esos dos… –Sonreí aliviado, es claro que no hay necesidad de preocuparme.

–¡Oiga! –capté su atención saludándoles con la mano– Cuando despierte díganle que volveré siendo mejor.

–¿A dónde irás? –preguntó el pelinegro– Ella se enojará si descubre que has huido de nuevo.

–No voy a huir, voy a rehabilitación.

Ambos se miraron y luego a mí, me despedí de nuevo subiéndome a mi auto mientras reproducía una vieja canción que ella y yo cantamos. Esos dos tipos que están con ella me recuerdan a mí y a Damián. Lu decía que nosotros éramos su familia, quiero regresar a ser parte de ella.



































×~×~×~×~×
Wenas noches~ ( ╹▽╹ )

Creo que este ha Sido el cap más largo que he hecho, pero weno. XD

Nos leemos pronto (。•̀ᴗ-)✧

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro