–¡Lu! ¡Tengo hambre! –gritó mientras las hojas a nuestros pies crujían con nuestro caminar.

–¡Cierra la boca un minuto! –vociferé con eco haciendo que varios pájaros salieran de los altos árboles– Por tu culpa estamos perdidos.

–Perdidos, perdidos, perdidos. –me detuve para mirarlo con los ojos entrecerrados por esa acción de imitar un eco.

–¿En serio? –sonrió moviendo la cola mientras sus manos agarraban las tiras de su mochila de campaña.

Estamos en un bosque buscando el camino de regreso a nuestro campamento, ambos traemos puesto pantalones bombachos, botas militares, chamarras gruesas con diseño de camuflaje. ¿Qué razón hay para caminar por el bosque de esta forma? Pues Kai quiso venir. ¿Y por qué? Porque le daba curiosidad acampar luego de ver una película donde lo hacían, el problema es que nos separamos de Try y Luke, y para colmo está a punto de anochecer.

–Parecía divertido –volvimos a caminar–. El estar frente a una fogata asando bombones mientras cantamos o contamos historias de terror, bailando y haciendo como apaches alrededor del fuego…

–Los molestos mosquitos que nos van a molestar. –añadí irritada cruzando por debajo de un árbol caído, Kai se paró arriba– ¡Ih! –grité y alcé el tronco para lanzarlo luego de ver una araña bajando por su red, Kai había logrado caer de pie a mi lado sin problemas– ¡¿Por qué mejor no elegiste una playa?!

–Porque aunque quiera, no puedo ocultar mi cola.

–Cierto, pero ahora estamos perdidos y no tenemos recepción para llamar a Luke y saber si él y Try están bien.

–Seguro que sí, no te preocupes…

Ambos gritamos cuando fuimos levantados del suelo. Habíamos caído en una red oculta, pero no era una cuerda cualquiera porque no era una cuerda en si, sino que era una red de metal con campanas que sonaban con sólo movernos.

–¡¿Qué demonios pasa?! –para colmo el espacio era reducido.

–Yo no tuve nada ver. ¡Auch! ¡Me picaste el ojo!

–Ahora no, Kai. –me quedé quieta y a la vez temblando. Creo que estamos elevados a una altura de 10 metros.

–Tranquila, nos sacaremos de aquí. Esperemos a la noche.

–¿Para qué?

–Así será oscuro y no verás el fondo. –lo miré sorprendida, y lo estaba.

–Buena idea.

Y así esperamos a que la noche arribara, Kai tenía razón, el fondo no se ve y eso me hace estar mucho más relajada. Tomó la cuerda de metal con ambas manos preparado para morderla… Bueno, supongo que tiene dientes fuertes.

–¡Oh! ¡Dos por uno! –vimos que abajo aparecían algunas personas, 6 en total con antorchas y vistiendo túnicas– Está noche será algo espectacular.

Kai y yo nos vimos entre nosotros, luego esas personas raras nos bajaron con algo de brusquedad… ¡Sólo soltaron la cuerda que nos sostenía y caímos al suelo! Mi cuerpo amortiguó la caía de Kai.

–Los voy a matar… –dije con la cara hundida en la tierra.

–Tranquila, no digas nada, actúa normal –me susurró al oído–. ¿Y bien? ¿Qué nos harán? –¿hacer?

×~×~×~×~×

–¡¿Está era tu gran idea?!

Grité estando cada uno atado a un poste de madera con leña acumulada a nuestros pies. Resulta que esas personas no eran más que locos satanistas que secuestran a los que pasan por aquí para sus rituales de adoración a los demonios. Ellos están al frente con risas maniáticas, el que parece ser el líder alzó su antorcha recitando no sé que tontería frente a Kai.

–¿No vas a hacer nada? –él sonreía inocente mirando a ese sujeto, fue entonces que tiraron la antorcha a la leña comenzando el fuego que se extendió rápido.

No entiendo qué es lo que Kai pretende con esto, me pidió que actuáramos como simples víctimas cualquieras y que dejáramos que estos lunáticos hicieran lo que hicieran. Aunque estaba en contra, accedí porque ¿qué le pueden hacer a un demonio?

Grita… Kai está gritando…

–¡Kai! –vociferé asustada, ¿por qué está gritando?

Lo estoy llamando desesperada, lo están lastimando y mis lágrimas salen con fuerza.

No, no, no, no, él no, Kai no puede… ¿eh?

–¡Jajaja! ¡Ya basta! ¡Me hacen cosquillas! –ríe… Kai está… riendo… Pedazo de imbécil.

Suspiré aliviada y sonriendo a pesar de que debería estar enojada. Los tipos están que no se creen nada de lo que ven, y cómo no, si Kai está envuelto en llamas sin que su piel y ropa se quemen y que además, ríe como si fueran unas manos las que le hicieran cosquillas. Yo también tendría esa cara si no supiera lo que es.

–¡¿Qué está pasando?! –exclamó uno de los tipos atrás del líder.

–Jajaja, bueno, ya –las cuerdas de Kai se rompían fácil por lo ocurrido por el fuego, empezó a salir del lugar de sacrificio–. Necesitarán más que un simple fuego –mostró su cola ladeándola con lentitud, enseñaba divertido sus dientes al sonreír y sus ojos rojos se iluminaban– para dañar a un verdadero demonio.

–Oh Dios…

–¿Qué? –todos, repito, todos sin excepción dijimos eso al mismo tiempo observando a otro de los locos esos.

–¡Lo siento! –se arrodilló a los pies de Kai a implorar– ¡Perdóneme mi señor!

–¡¿Cómo se te ocurre?! –el líder le empezó a regañar por eso, pero Kai rió de nuevo sacudiéndose la ceniza.

Al final les ordenó que me soltaran, luego esos locos nos dirigiendo a la cabaña en la que se mudaron para ejercer rituales satánicos, pero hoy iban a iniciar… Es decir que el grupo son un montón de idiotas que se quieren meter a cosas locas y tenebrosas por moda.

–Ahora escuchen –dijo llevando una cucharada de atún a su boca–, no me interesa tener seguidores.

–¡Por favor! ¡Haremos lo que desee! Sólo díganos. ¿Un sacrificio de gallinas negras? –sacaron una reja con una gallina negra dentro.

–¡No! –Kai y yo gritamos al mismo tiempo, él le arrebató la jaula– ¡Ahora escúchenme bien! –alzó la voz siendo autoritario– No van a dañar a ningún animal a no ser que sea para defender o como alimentos.

–Comprendo, Josh. –chasqueó los dedos, luego uno de ellos tomó de nuevo la jaula, sacó al animal y ¡torció su cabeza! Kai y yo emitimos un chillido.

–¡¿Por qué hicieron eso?! –él se puso a llorar en mi hombro, yo le daba palmaditas a su espalda mientras una lágrima me recorría la mejilla.

–Vamos a hacerle un caldito de pollo, Josh es buen cocinero.

–Oh, está bien. –se le pasó rápido la tristeza.

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Estamos de vuelta en casa, ayer ese grupo loco nos guió hasta nuestro campamento donde encontramos sanos y salvos a Try y Luke, luego hicimos un convivio sano frente a la fogata asando bombones, bailando y cantando como los apaches alrededor del fuego y contamos historias de terror, esos chicos eran muy buenos narrando, ¡tanto que el maldito de Kai no quiso dejar de abrazarme por su miedo!

Y sobre esos chicos, ahora son fieles creyentes de Kai, devotos hasta la muerte, y él les dijo que para que sigan siendo de su agrado deben patear en los huevos a cada idiota que se porte como tal, si ven a alguien haciendo algo indebido, que lo expongan, que ayuden a los animalitos sin techo, a dar indicaciones correctas a alguien que se perdió, en pocas palabras, que hagan buenas acciones…

Empiezo a sospechar que lo expulsaron del infierno por no seguir el reglamento demoníaco.

Como sea, todo estaría bien de no ser ¡porque esos locos nos siguieron a casa y quieren vivir con nosotros!

–¡Lu! ¡Por favor! –Kai clamaba desde afuera.

–¡Nadie más va a vivir aquí! ¡Consigue otro lugar para tu culto o ve viendo dónde vas a vivir!

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Wenas tardes~ (≧▽≦) wow wow wow ¿tres capítulos nuevos? Pues habrá un cuarto~

Y prepárense, que ya viene viene un poco del pasado de Luar.