Tori no salía de su asombro. Lo que le habían contado sobre el plan de asesinar a su padre y lo que le había sucedido a Jade era descabellado  le era imposible creerlo: que hubiera contratado a unos matones para matar a su padre, y que uno de ellos por poco matara a Jade en su intento por descubrir la verdad. Por otro lado, la impulsividad de Jade también la había sorprendido. Sin duda su Jade era una temeraria. Por supuesto que su prometida y su hermana, Alyssa, se quedarían en la mansión de los Vega para mayor protección de ambas.

David, su padre, había reforzado la seguridad, y todas irían acompañadas de guardaespaldas hasta que se encontrara a quien lo hizo. Lo del guardaespaldas para Jade había sido un punto de conflicto, pues el hecho de ir acompañada coartaba la libertad de la ojigris. Pero ante la mirada de suplica de Tori, no pudo resistirse.

Por otro lado, el hecho de que su Jade durmiera bajo el mismo techo que ella era una fuente de gran satisfacción por parte de la castaña. Mientras cenaban tranquilamente en el salón, esa era la actual conversación.

Tori: Mi Jadey se alojará en el mismo cuarto que el mío. – Dijo Tori con una sonrisa pícara.

Jade: Sí, bueno... yo preferiría algo un poco más alejado de tus inquietas manos... – contestó Jade colorada como un tomate. – Además, aún no estamos casadas... ¿qué diría tu padre? – Dijo la ojigris muy puritanamente.

David- La verdad es que no me molesta en lo más absoluto. – Dijo  interviniendo en la conversación. Habían decidido comer todos juntos, descargándose un poco de trabajo para celebrar que todos estaban sanos y salvos. – Tengo total confianza en ti, Jadelyn.

Jade- Gracias, señor Vega...

- David: te dije que me llamaras David o papa Jade... – dijo el padre de Tori con una gran sonrisa.

Jade- Gracias, David. Pero la verdad es que las buenas maneras exigen que no duerma en la misma cama que mi futura esposa...- dijo toda seria para ver si podía convenirlos de que no se acostara con el pulpo viviente que seguramente sería Tori. El cuadro de una hidra morada con muchas cabezas que había en el salón le ponía los pelos de punta, y no le gustaba nada que Tori lo hubiera pintado cuando era más joven.

Tori: ¿Desde cuando te preocupan las buenas maneras? Mira cómo atiborras el arroz de mayonesa. Eso sin duda no son buenas maneras.- Aportó David con una gran sonrisa mientras se metía en la boca un delicioso trozo de salmón.

Tori: vamos, es verdad, jadeiii... ¿desde cuándo te preocupan las buenas maneras? – Dijo  pícaramente.

Jade- Pues desde que voy a entrar en una de las familias más influyentes de todo L.A... – no quería perder la batalla tan rápidamente. Lucharía hasta el final para conservar intacta su honra.

Tori:No te preocupes. Como soy actriz, la gente piensa que cada día estoy con una... –  lo dijo como si no fuese cosa importante. Sin embargo, desde que se habían besado, Jade había empezado a desarrollar un instinto posesivo hacia su prometida.

Jade- ¿No será eso verdad? –

Tori advirtió el tonillo de celos que su amada estaba utilizando. Decidió que se divertiría un rato con ella, para ver hasta dónde llegaban sus celos.  ella y su padre se miraron brevemente y ambas se sonrieron fugazmente, sabiendo que empezaba la hora de "jugar a poner nerviosa a Jade".

- Bueno, ese tipo de cosas no se dicen sin que haya algo de verdad... – empezó a decir David.

Tori- Por supuesto, en mi juventud tuve unos años alocados... – lo cual era mentira, sólo eran personas con las que se había fotografiado, pero seguro que su cuñada le seguiría el juego.

Jade: ¿Y se puede saber qué número hago yo? – Dijo con los dientes apretados, colorada de indignación.

Tori: haber jadeii dejmae contar, haber así  la número uno. Por supuesto mi Jadeii siempre será la número uno para mí.- La sonrisa de Tori no podía ser más amplia. Era una sonrisa sincera, que fue seguida de una carcajada por parte de ambos Vega menos Jade, que no había pillado la broma.

David- La verdad, jade, eres carne de cañón para Tori. – Dijo  con una sonora carcajada. – Sólo te estaba poniendo celosa. – Todos menos Jade volvieron a reírse.

- ¿Se puede saber qué tiene tanta gracia? – Jade estaba colorada de celos y de enfado.

- Mi Jadeiii... – dijo Tori con una sonrisa apaciguadora – sólo Cat fue mi novia. Las demás sólo eran amigas o actrices con las que me han fotografiado alguna vez... sólo era broma...

- Ya veo... te gustan mucho las bromas a mi costa... – dijo Jade levantándose toda orgullosa de la mesa, fingiendo enfado. En realidad, le alivió que la larga lista que había enumerado las revistas no fuera la de sus novias. Hizo además de irse, pero Tori se puso seria y le preguntó.

- ¿Y cuántas novias ha tenido mi Jadeii? – el artículo posesivo acompañando a su nombre se había convertido en inseparable en boca de la castaña.

- Ninguna... – dijo Jade también seriamente, pero colorada ahora de timidez.

- No puede ser... – Tori no lo podía creer. Alguien sin duda tan atractiva como Jade tenía que haber tenido montones de admiradoras.

David: Bueno, chicas. Será mejor que lo dejemos por hoy. Esas conversaciones sobre los ex no van a ninguna parte. – David no quería que siguieran poniéndose celosas. Seguramente no acabaría bien la cosa.

Tori: Es cierto. No me importa que mi Jadeiii haya salido con otras personas. Lo que importa es que se va a casar conmigo... – Tori iluminó el salón con su sonrisa, y ambas decidieron enterrar el hacha de guerra.

David se fue y dejo a las dos tortolitas a solas.

- Lo de dormir juntas...- Jade empezó a decir, toda colorada, juntando los dedos índices. – Creo que mejor lo dejamos para cuando estemos casadas.

- ¿No quieres hacerme esto y aquello? – Tori estaba juguetona.

- Este bueno veras... – Jade no quería admitir que quería acostarse con Tori, pues era muy vergonzosa. Además, sabía que Tori no estaba diciéndoselo en serio. ¿O tal vez sí? – Sólo estás jugando conmigo.- Dijo finalmente la ojigris.- Pero si lo dices en serio... – quiso darle a tomar de la misma medicina.

- ¿En serio? – Tori no se lo podía creer. Sabía que la chica de ojos grises era muy tímida. ¿Tan fácil era? Casi le decepcionó. Pero, por supuesto, no perdería por nada del mundo en hacer esto y aquello con su querida Jade. - ¡Vamos a mi cuarto!

- Jajaja. Te lo has creído. – Jade se rió en toda su cara, y se fue rápidamente..

- ¡enserio! Me las pagarás.

Al final Jade no se alojó en el mismo cuarto que Tori.

Mientras en otra parte

Lindsay: muy bien sana y salva

Megan: realmente te lo agradezco infinitamente hemm

Lindsay: Lindsay Morgan
(Por que no le había dicho su apellido bueno talvez por una vez no quería influenciar a nadie para ser juzgada)

Los días transcurrían apaciblemente Sin embargo, el hecho de que se acercara el día de la boda Lindsay estaba de lo mas sonriente y amable parecía mas madre para sus hijas que lo que había sido durante años

Jade estaba ya harta de los guardaespaldas. Además, Tori no hacía nada más que acosarla. En fin, era un acoso que en el fondo le gustaba, pero no dejaba de ser enervante.

Sólo faltaba un mes para la boda, y la feliz pareja había decidido salir a cenar en un ambiente romántico. Tori se daba los últimos toques de maquillaje delante del espejo.

- No hace falta que te retoques más... – Jade estaba impaciente. Ya llevaban media hora de retraso y, aunque no era una persona puntual, no le gustaba esperar a los demás.

- Es que quiero que hoy mi Jadeiii sucumba a mis encantos. – Dijo Tori poniéndose el pintalabios.

- Hasta que no nos casemos nada... – Jade ya se sabía la respuesta de memoria. Incluso había pensado en usar una grabadora y ponerla cada vez que la tenía que usar para no gastar saliva. El número de veces que la tenía que usar aumentaba exponencialmente.

- Whatever Tori wants... – Empezó a cantar Tori con su melodiosa voz.

- ¿No era Lola? – Jade seguía apremiándola.

- De hoy no pasa... – dijo Tori levantándose.

- Ni lo sueñes... – contestó Jade cogiendo el abrigo.

- There's no exception to the rule- siguió Tori cantando. Pasó por delante de Jade y le rozó levemente la mejilla con los labios. La reacción que siguió era de esperar, pero no por ello fue menos excitante. Jade se envaró y se puso colorada.

- Vamos, Lola, que la cena ya debe de estar fría...

- I'm iresisteble oyu fool...

Y Jade siguió oyendo la canción hasta que llegaron al restaurante.