El despertador comenzó a sonar y con pereza comienzo a abrir los ojos, veo como las cortinas de mi habitación son abiertas y cuando por fin puedo ver con claridad observo como mi madre se acerca a mi con una sonrisa.

—cariño un amigo vino a recogerte, dice que te llevará a la escuela— me quedé confundido un poco, Oliver no esperaría que mi madre me despertara, él seguro subiría y me tiraría de la cama para que despertara.

—¿amigo?¿quién?— pregunté mientras me sentaba y estiraba sobre la cama.

—me dijo que se llama Adam— me quedé de piedra muy sorprendido mirando con mi madre se encaminaba a la puerta y me decía que no tardara en bajar.

Ay dios Adam esta en mi casa, ay dios, ay dios. Me levanté lo más rápido que pude y corrí hasta bajar las escaleras y lo vi sentado en el sofá de la sala de espaldas a mi, ay dios estoy nervioso. Alto, ¿por qué estoy nervioso? Si que soy raro, solo es un amigo. Claro un amigo con el que has tenido una cita y que dice que le gustas, pero, ¿a mi me gusta Adam?

Calmé mi respiración todo lo que pude y me pare enfrente de Adam con los brazos cruzados, él levantó la vista y al verme sonrió en grande y se paró haciendo que yo tuviera su ver hacia arriba.

—Buenos días Matt, debo decirte que aún recién levantado te ves increíble.

Me ruboricé de inmediato y se me trabó la lengua, abrí la boca para hablar pero lo único que salía de ella eran balbuceos incomprensibles que hacían que Adam sonriera, dios que vergüenza.

—¿q-qué haces aquí?— cambié por completo de tema cuando por fin pude hablar con normalidad, aunque el sonrojo no cambiaba, y miraba la cara sonriente de Adam.

—la verdad es que no podía esperar para verte en la escuela, y pensé que sería buena idea pasar por ti— cuando lo dijo tomó una de mis manos, logrando descruzarlas, y la besó con delicadeza mirándome a los ojos. Dios ahora si creo que moriré, eso fue muy dulce, sonreí mínimamente cuando se enderezó sin soltar mi mano.

—bueno, no fue tan mala idea— Adam sonrió mas ampliamente mirando directo a mis ojos haciendo que mi corazón se acelerara —podemos desayunar antes de irnos— sugerí algo entusiasmado.

—me encantaría, además que de la emoción de verte yo lo olvidé por completo antes de salir— respondió algo avergonzado y llevando una mano a su nuca en un gesto de nerviosismo logrando sacarme una pequeña risa.

—puedes comenzar sin mi, yo vuelvo en un segundo — el asintió y yo corrí a mi habitación para entrar en el baño para darme la ducha más rápida de la historia.

Salí del baño y Sequé lo mas que pude mi cabello, coloqué mi ropa interior, me puse unos jeans azul marino, mis tenis y un suéter algo grande de color rojo, peine un poco mi cabello y bajé corriendo las escaleras.

Cuando llegué a la cocina ví a mis padres desayunando y  platicando sonrientes con Adam, y para que negarlo, él es alguien muy agradable, te cae bien a los pocos segundos. Cuando él me vió, sonrió un poco. Me senté a su lado y comencé a comer, mis padres hablaban con él sobre la escuela y el club de natación, Adam de momento me veía con un sonrisa y yo no podía evitar sonrojarme, sin saber la razón de esto.

Una vez terminamos, nos despedimos de mis padres, y salimos, me abrió la puerta de copiloto del auto y yo subí algo nervioso. Él se subió y comenzó el pequeño viaje al instituto

—Y entonces Matt... cuéntame de ti— seguía concentrado en la carretera mientras me hablaba con una pequeña sonrisa, que me hizo sonreír también un poco.

—¿Qué quieres que te diga?— lo miraba curioso, realmente él es alguien agradable.

—Mmmm no lo sé, dime tu color favorito— reí ante esa pregunta tan común.

—Azul— dije casi sin dudar.

—¡Genial! también, bueno me gusta el azul de tus ojos, son un color tan lindo y relajante que podría perderme fácilmente en ellos— aprovechó el semáforo en rojo para mirarme y decirme aquellas palabras. El rojo subió a mis mejillas y desvié mi vista a la ventana, realmente se me aceleró el corazón. Lo escuché reír y volví a sentir el auto en movimiento cuando se puso en verde la luz. Pero no habló en un buen rato hasta que lo oí suspirar —siento si a veces te hago sentir incómodo, pero realmente me gustas y no se cómo ocultarlo — lo miré y pude ver algo de tristeza,por alguna extraña razón no me gustó en lo absoluto verlo así.

—Y-yo no me siento incómodo, solo me dejas sin habla cada vez que me dices algo lindo— confesé tímido y con la vergüenza muy notoria, pero al verlo supe que de inmediato le alivió mi respuesta.

—Eso me alegra, ahora no me siento por completo rechazado— me guiñó un ojo y volvió sus vista a la carretera.

Una vez en la escuela estacionó y ambos bajamos, me acompañó hasta la entrada de mi clase todavía preguntando cosas sobre mi comida favorita, libro, deporte, clase, yo respondía todo lo que él me preguntaba. Y una vez sonó la campana anunciando el inicio de clases, me dispuse a entrar al salón, pero antes de lograrlo, Adam me tomó la mano y la llevó a sus boca, besó de una forma muy tierna el dorso de esta, y como de costumbre me sonrojé a más no poder. Adam me miró por unos segundo a los ojos y después se marchó, dejándome con el corazón acelerado, y a todos mirándome. Dios eso fue demasiado lindo.