Ꜥꜥֶָ֢⛓️ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo O5
Todos quedaron paralizados, observando al misterioso hombre que emergía por la puerta. TaeHyung permanecía en el suelo, con los ojos clavados en el apuesto desconocido frente a él. Vestía unos ajustados jeans rotos que destacaban sus perfectos muslos, una chaqueta de cuero que realzaba su figura, un piercing reluciente en la comisura de los labios y un tatuaje serpenteador que se asomaba por el cuello. La luz de la tarde filtrándose por la ventana resaltaba los tonos oscuros de su cabello, añadiendo un aire de misterio a su presencia.
JiMin sonreía con satisfacción al ver a su amigo cautivado por aquel hombre, mientras SeokJin lo examinaba minuciosamente, observando cada detalle desde la distancia. NamJoon y YoonGi presagiaban que algo trascendental estaba por ocurrir con la llegada de JungKook.
— JungKook... — Murmuró NamJoon, con un deje de preocupación en su voz.
JungKook no respondió; sus ojos estaban clavados en TaeHyung, cuyas emociones eran un enigma para todos los presentes. El menor de los Kim sintió escalofríos ante esa mirada intensa, una sensación extraña se apoderaba de él. Ambos parecían mantener una conversación silenciosa, comunicándose únicamente a través de sus miradas.
De repente, JungKook se puso en marcha hacia TaeHyung, su fragancia masculina y levemente amaderada llenando el aire a su paso. Una oleada de miedo invadió a TaeHyung a medida que JungKook se acercaba; desconocía la razón, pero la mirada del hombre de cabello oscuro le resultaba inquietante, como si pudiera leer sus pensamientos más profundos.
— H-hyung, llévame a casa — Tartamudeó TaeHyung, tirando del pantalón de SeokJin con manos temblorosas.
Cuando JungKook aumentó el paso hacia ellos, TaeHyung tiró furiosamente del pantalón de SeokJin, sintiéndose como presa de un depredador que se acercaba sigilosamente.
— ¡Hyung! — SeokJin se apresuró a ayudarlo a levantarse, notando la tensión que dominaba el ambiente. TaeHyung se refugió detrás de él, aferrando su mano con fuerza mientras intentaba ocultarse de la intensa mirada de JungKook.
— Tae, cálmate, estoy aquí — Lo tranquilizó SeokJin, tratando de disipar el pánico que se apoderaba de su hermano — ¿Puedes dejar de mirarlo así? — Le espetó seriamente a JungKook, cuya expresión permanecía imperturbable.
— JungKook, detente y utiliza palabras — Dijo YoonGi, desplazando a JiMin a un lado mientras se aproximaba a su amigo para apoyarlo, intentando calmar la situación.
— Herida — Declaró JungKook con seriedad en su rostro, señalando la rodilla ensangrentada de TaeHyung.
— ¿Podrías ser más específico, por favor? — Solicitó SeokJin, intentando mantener la compostura a pesar de la tensión palpable en el ambiente.
— Está sangrando — Señaló, con la mirada fija en TaeHyung, cuya reacción le intrigaba más de lo que quería admitir.
— Oh, cierto, vamos adentro, no deberías dejar que se infecte — Dijo rápidamente NamJoon, tratando de disipar la tensión con una nota de ligero humor.
— Mi casa está al lado, por si lo olvidaste — Respondió SeokJin sarcásticamente, aunque en su tono se percibía una leve tensión.
— Adelante — Reiteró JungKook, su tono de voz firme y decidido.
— Sí, deberíamos entrar, o de lo contrario saldrá un gusano de eso — Bromeó JiMin, intentando aliviar la atmósfera con un toque de humor, aunque era consciente de que la situación era seria.
— ¡Gusano! No me ayuden — Exclamó TaeHyung, saliendo de su caparazón protector y avanzando con dificultad, pasando junto a SeokJin. Finalmente, perdió el equilibrio y JungKook lo atrapó sin esfuerzo, optando por llevarlo como si fuera su pareja en una danza improvisada.
Todos observaron mientras JungKook, sin apartar la vista de TaeHyung, ingresaba en la casa. El menor se aferraba a la chaqueta contraria, sintiéndose seguro pero también incómodo en sus brazos. Estaba confundido, todavía pensaba que JungKook era como Bunny, quien solo le hacía daño, pero algo en la mirada del hombre frente a él le hacía dudar de esa creencia.
JiMin carraspeó y TaeHyung se dio cuenta de que había estado mirando demasiado a JungKook, lo que lo hizo ruborizarse intensamente. Aunque Jeon mantenía una expresión seria con su mirada penetrante, encontró adorable la reacción de TaeHyung, pero no estaba seguro de cómo interpretarla.
NamJoon rápidamente agarró la medicina, pero JungKook se la arrebató y se sentó frente a TaeHyung, mostrando una determinación en su rostro que no pasó desapercibida. Cuando tocó la pierna del rubio, sus ojos se abrieron de par en par, revelando una mezcla de sorpresa y temor que no pasó desapercibida para los presentes.
"No es él, no es él, no es él. Si fuera Bunny, se habría marchado sin preocuparse por mí", se repetía una y otra vez en su mente, tratando de convencerse a sí mismo de que debía confiar en aquel hombre desconocido.
JungKook tomó el algodón con la medicina y lo presionó sobre la rodilla, provocando un siseo de dolor en Kim, quien inconscientemente puso su mano sobre el hombro del azabache, apretándolo con fuerza mientras cerraba los ojos con fuerza. JungKook observó la reacción con atención, notando cómo su mano temblaba ligeramente sobre su hombro antes de apartarla rápidamente.
— Lo siento — Murmuró, desviando la mirada hacia el suelo mientras aplicaba la medicina con cuidado, su voz resonando en el silencio tenso de la habitación.
NamJoon se mordía el labio inferior nervioso, observando la interacción entre los dos con una mezcla de preocupación y curiosidad. SeokJin, por su parte, mantenía una mirada penetrante en JungKook, como si tratara de descifrar sus verdaderas intenciones. Era evidente que la presencia del recién llegado había alterado el equilibrio del grupo de alguna manera.
YoonGi permanecía en segundo plano, observando la escena con una expresión impasible, pero sus ojos avellana reflejaban una preocupación que no lograba ocultar del todo. Para él, la llegada de JungKook no significaba solo un cambio en la dinámica del grupo, sino algo más profundo, algo que estaba conectado con el pasado de todos ellos.
Mientras tanto, JiMin intentaba desviar la atención hacia algo más liviano, tratando de romper la tensión con un chiste oportuno, pero sus intentos caían en oídos sordos mientras el grupo permanecía absorto en la escena que se desarrollaba frente a ellos.
En medio de ese silencio cargado de emociones encontradas, TaeHyung se sentía atrapado entre la confusión y el miedo, luchando por mantener la compostura mientras JungKook continuaba curando su herida con manos firmes pero suaves. Cada roce de los dedos de JungKook en su piel desencadenaba una oleada de sensaciones contradictorias en TaeHyung, haciéndolo cuestionar sus propias percepciones y sentimientos.
Finalmente, cuando JungKook colocó la última curita en la herida, el silencio que había envuelto la habitación se rompió con un suspiro colectivo de alivio. Aunque la tensión aún flotaba en el aire, parecía haber un leve destello de esperanza en los ojos de cada uno de ellos.
— Gracias por ayudarlo. Soy SeokJin, y ellos son JiMin y TaeHyung — Se presentó SeokJin, con una sonrisa amigable, señalando a cada uno con un gesto amable.
JungKook apenas desvió la mirada hacia TaeHyung, quien continuaba absorto en su propio regazo, visiblemente nervioso. Sus dedos jugaban ansiosos con el borde de su camisa, una costumbre que revelaba su inquietud.
— No te preocupes por él, es reservado al principio, no se adapta fácilmente a nuevas personas — Explicó YoonGi, apoyando la barbilla en el hombro de JiMin, mientras su mirada tranquila se posaba con complicidad en TaeHyung.
— Entiendo. TaeHyung solía ser así antes de... — SeokJin se detuvo abruptamente, notando miradas confusas a su alrededor, excepto la de JungKook, fija en TaeHyung. Parecía estar esperando que admitiera algún error, como si estuviera molesto por algo que había sucedido.
— Hyung, ¿por qué estabas discutiendo con NamJoon? — Interrumpió JiMin, sintiendo la tensión en el aire. Mentalmente, TaeHyung agradeció a su mejor amigo por romper el silencio incómodo.
— ¡NamJoon dijo que no le gusta el rosa! ¿Cómo puedes no amar un color tan genial como el rosa? — Exclamó SeokJin con indignación, sus ojos brillaban con pasión por el tema.
— ¿NamJoon, en serio? — JiMin arqueó una ceja con una sonrisa juguetona, provocando que el mayor de todos se ruborizara, y NamJoon sonriera tímidamente, mostrando sus hoyuelos.
— Bueno, eh... Yo... Me empezó a gustar el rosa — Interpuso NamJoon con sinceridad, haciendo que SeokJin se sonrojara aún más, desviando la mirada con timidez.
Mientras los demás estaban absortos en la conversación, JungKook finalmente rompió su silencio, hablando en voz baja.
— La próxima vez que haya una pelea, mantente al margen — Aconsejó JungKook, su voz profunda y calmada, mientras se inclinaba ligeramente hacia TaeHyung, quien sintió un escalofrío recorrer su espalda ante la cercanía del azabache.
— Está bien — Asintió con un ligero temblor en su voz, sintiendo su corazón latir más rápido ante la presencia imponente.
— Bien — Murmuró JungKook con un asentimiento de cabeza, dándose la vuelta con elegancia cuando JiMin lo llamó con una sonrisa.
— JungKook, ¿te gustaron las galletas?
El mencionado miró hacia abajo con una expresión pensativa y luego se volvió hacia TaeHyung, quien se sintió nervioso, bajando la mirada ante la intensidad de su mirada.
— Me encantaron — Respondió con una sonrisa suave, haciendo que TaeHyung se ruborizara nuevamente, su corazón latiendo con fuerza. Luego, JungKook entró en su habitación sin decir nada más.
Pronto, se escucharon golpes desde la habitación de JungKook, y NamJoon tragó saliva, sabiendo exactamente lo que estaba sucediendo.
— No se preocupen, es su saco de boxeo — Comentó YoonGi con calma, señalando a NamJoon para que no subiera. Este último solo asintió con la cabeza con una mezcla de alivio y preocupación, mientras los demás se quedaban confundidos por lo que estaba pasando.
Era de noche cuando TaeHyung salió de la ducha, vestido solo con unos bóxers y una camiseta blanca, larga y holgada, que se deslizaba por su hombro izquierdo. La luz tenue del baño hacía resaltar su piel morena y sus músculos definidos, mientras una fina gota de agua caía por su pecho.
Un sonido de notificación lo sacó de sus pensamientos, y vio un mensaje de Bunny.
«J💢: Bebé, ¿me estás extrañando?».
Los ojos de TaeHyung se abrieron de par en par al leer el mensaje, su corazón latía con fuerza en su pecho.
«J💢: Ignora mis mensajes y te arrepentirás».
Rápidamente escribió una disculpa, mirando a su alrededor con nerviosismo, esperando no ver a Bunny aparecer de repente.
«J💢: No iré esta noche, pero me encanta ver esa carita asustada tuya».
El corazón de TaeHyung dio un vuelco ante el mensaje, preguntándose qué significaba exactamente.
«J💢: Ve al balcón y quédate ahí durante veinte minutos. Es tu castigo por lastimarte. Haz lo que te digo o, ¿quieres desobedecerme?».
TaeHyung protestó rápidamente, escribiendo que hacía frío afuera.
Bunny era despiadado, no importaba lo que TaeHyung hiciera, sería castigado sin importar si tenía razón o no. No le sorprendía que Bunny supiera que estaba herido, después de todo, siempre parecía estar al tanto de todo. Excepto una vez. Una vez en la que no estuvo al tanto de algo doloroso que le había sucedido.
Con resignación, solo asintió, sus ojos azules brillando de tristeza. «Lo estoy haciendo», respondió, luchando contra las lágrimas que amenazaban con caer.
Se dirigió hacia su closet, donde la luz tenue apenas iluminaba los rincones oscuros, y tomó un suéter con manos temblorosas, sintiendo el tejido suave bajo sus dedos. Sin embargo, un nuevo mensaje lo detuvo en seco, haciendo que su corazón se hundiera un poco más en su pecho.
«J💢: No uses nada más».
Con frustración, se revolvió el cabello, sus mechones rubios cayendo desordenadamente sobre su frente, y salió al balcón. El aire frío de la noche le mordió la piel expuesta, provocando un estremecimiento que recorrió su cuerpo. Agradeció internamente que la camisa larga cubriera sus muslos, protegiéndolo del frío penetrante. Observó cómo su aliento se condensaba en el aire gélido, formando pequeñas nubes blancas que se disipaban rápidamente. Incluso en medio de su desasosiego, encontró una extraña belleza en ese momento efímero.
Sus mejillas, ligeramente rosadas por el frío, contrastaban con su tez, y sus labios, rosados y húmedos, temblaban levemente. Como de costumbre, no dejaba de humedecer sus labios con la punta de la lengua, un gesto nervioso que revelaba su ansiedad.
Se llevó las manos a la boca e inhaló profundamente, tratando de atrapar el vaho con los dedos, sabiendo que era una tarea imposible pero encontrando cierto deleite en el juego. Pronto vio cómo la pequeña nube de vaho se desvanecía en el aire, como si nunca hubiera existido. "¿Me desvaneceré así?" pensó mientras una triste sonrisa se dibujaba en sus labios entreabiertos. Pero sus pensamientos se vieron abruptamente interrumpidos cuando notó la presencia de JungKook en el balcón contiguo.
"¿Cuánto tiempo ha estado ahi?" se preguntó, ruborizándose al darse cuenta de que JungKook lo había visto todo, desde su atuendo hasta sus acciones más íntimas.
Desesperado por esconderse, intentó bajar su camisa con torpeza, pero solo logró exponer más de su piel al frío cruel de la noche. Sin embargo, sabía que no podía moverse; desobedecer a Bunny solo empeoraría las cosas.
Mientras tanto, JungKook lo observaba fijamente con sus penetrantes ojos negros, lo que solo aumentaba la incomodidad de TaeHyung. Para empeorar las cosas, recibió otro mensaje de Bunny, exigiendo una selfie.
"¿Cómo puedo hacer esto con él mirándome?" se lamentó TaeHyung, sintiendo la frustración arder en su pecho. Suspiró lastimeramente, pero Bunny no mostraba signos de detenerse, enviando mensajes cada vez más provocativos.
«J💢: Quisiera apretar tu trasero con fuerza o quizá, estar dentro de él».
Los ojos de TaeHyung se agrandaron y temblaron, escudriñando su entorno con temor, preocupado de que Bunny lo estuviera observando en la oscuridad. Sus ojos se desviaron hacia JungKook, quien descansaba ahora la barbilla en la palma de su mano, los codos apoyados en las rodillas, sus labios iluminados por la luz de la lámpara. Desvió la mirada, sumido en pensamientos sobre qué hacer.
«J💢: Selfie, no me hagas repetirlo».
TaeHyung se sintió nervioso, asustado, confundido y enojado, sin saber cómo reaccionar ante la solicitud de una selfie. Reuniendo su coraje, sin mirar a JungKook, se tomó una selfie con dedos temblorosos y se la envió a Bunny.
«J💢: Buen bebé».
La expresión de TaeHyung reflejaba tristeza y resignación. Se agarró a la barandilla de vidrio para mantener el equilibrio, sus ojos observando el cielo estrellado en busca de respuestas que no llegaban. "¿Por qué todo tiene que ser tan difícil? ¿Por qué tú tuviste que morir? ¿Por qué él no murió?" se preguntó en silencio, dejando que las lágrimas rodaran libremente por sus mejillas. Cerró los ojos y, al abrirlos, vio a JungKook de pie como él, las manos en los bolsillos, auriculares alrededor del cuello, mirándolo intensamente con el ceño fruncido.
— ¡¿Quieres una foto?! — Gritó desde su balcón, lleno de ira y frustración.
— No — Respondió JungKook, su voz resonando en el aire frío de la noche.
TaeHyung quería entrar, pero le faltaban cinco minutos más antes de poder refugiarse en el interior de su hogar.
— ¡Entonces deja de mirar, es incómodo! — Gritó de nuevo, su voz temblorosa por la emoción contenida.
— Son mis ojos — Respondió JungKook, de manera típica y desafiante. TaeHyung puso los ojos en blanco, sintiendo molestia por el hombre en el balcón contiguo.
— Psicópata, extraño y arrogante — Murmuró, volteándose y mirando hacia su izquierda, buscando desesperadamente una distracción en el oscuro horizonte nocturno. Revisó su teléfono y vio que le quedaban dos minutos más antes de que pudiera regresar a la calidez de su hogar.
Se frotó los brazos, sintiéndolos helados por la brisa nocturna, y sus piernas se encontraban igualmente entumecidas. Se sentó en el suelo de madera del balcón, recostándose contra el vidrio frío, y juntó sus piernas a su pecho, abrazándose a sí mismo en un intento de conservar algo de calor. Tiró de la camisa con fuerza, tratando de cubrirse lo más posible, sintiendo el tejido áspero rozar su piel sensible.
— TaeHyung, eres tan inteligente — Se alabó a sí mismo con un tono sarcástico, pero rápidamente se levantó al recordar que debía estar de pie, desafiando el frío y la incomodidad.
Finalmente, el tiempo terminó, pero el alivio no llegó de inmediato. Miró a JungKook, quien de repente lo saludó con una expresión espeluznante, sus ojos oscuros brillando con una luz intensa en la oscuridad de la noche. Lo miró con temor, devolviendo el saludo con cautela, sorprendido por su repentina amabilidad que parecía más una fachada que una verdadera muestra de afecto. Rápidamente corrió a cerrar la cortina, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda al percatarse de que JungKook aún lo observaba desde la oscuridad.
JungKook observó a TaeHyung al entrar, suspiró y ladeó la cabeza con una sonrisa siniestra, como si estuviera disfrutando de algún tipo de juego retorcido. Luego, desvió la mirada hacia su teléfono, sus dedos ágiles deslizándose sobre la pantalla con una destreza casi mecánica.
— Buenas noches, bebé — Dijo, acariciando la pantalla de su teléfono con una expresión peculiar, que parecía más propia de un villano de película que de un joven ordinario. Su voz resonó en la oscuridad del balcón, dejando a TaeHyung con una sensación de inquietud que se negaba a desaparecer.
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