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Ꜥꜥֶָ֢⛓️ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo O3

Con una sonrisa traviesa, TaeHyung observaba a su hermano mayor, mientras este preparaba con esmero sus famosos brownies en la acogedora cocina. La luz tenue del atardecer se filtraba por las cortinas, tiñendo el ambiente de tonos cálidos que realzaban los reflejos dorados en el cabello rubio de TaeHyung. JiMin, en cambio, estaba sentado en el mostrador de mármol blanco, disfrutando del chocolate que SeokJin había dejado a su alcance, con una expresión de puro éxtasis en su rostro.

— Tienes que estar bromeando — Comentó TaeHyung, sus ojos azules brillando con complicidad a la luz tenue.

— Sí, ayer casi lo matas y hoy quieres darle brownies — JiMin exclamó incrédulo, su mirada avellana llena de diversión.

— Oh, ya sé — Interrumpió TaeHyung, con una chispa traviesa en su mirada, mientras SeokJin cruzaba los brazos, observándolos con atención, su cabello rubio cayendo en suaves mechones sobre sus hombros.

— ¡Los envenenaste! — JiMin bromeó, con los ojos abiertos de par en par, y TaeHyung se cubrió la cara avergonzado, revelando sus mejillas ligeramente sonrojadas.

— No los envenené, JiMin. Si seguimos así, cada día será un infierno y no quiero arrugas, aunque... — Hizo un gesto de fastidio — ¿Por qué sigues aquí? — Preguntó a JiMin, con una mueca juguetona.

— Escuché que le darías brownies y quiero ver a YoonGi — Explicó encogiéndose de hombros, su cabello castaño cayendo en suaves ondas sobre su frente.

— Tú también vas, Tae, llevarás las galletas que hiciste ayer. Y JiMin, por favor, no coquetees frente a mí con ese abuelo, o juro estrangularte — Advirtió SeokJin, con un brillo desafiante en sus ojos.

JiMin puso los ojos en blanco mientras TaeHyung suspiraba, su aliento visible en el aire tranquilo de la cocina.

La música empezó a resonar fuerte en la casa, y los dos amigos miraron a SeokJin, quien intentaba mantener una sonrisa fingida para ocultar su irritación, sus ojos centelleando con una mezcla de diversión y exasperación.

— Vamos entonces — Dijo el mayor, quitándose el delantal con un gesto elegante, revelando los músculos tensos de sus brazos.

— ¿Estás pensando lo que estoy pensando? — JiMin miró a TaeHyung con expresión intrigada, mientras jugaba con su barbilla, simulando ser un inspector.

— Habrá drama — Respondió TaeHyung, su sonrisa ampliándose con malicia, revelando sus dientes blancos y parejos.

— Inspector, creo que tendremos que detener al hombre mayor nuevamente — Dijo JiMin con un tono teatral, su voz resonando en la cocina.

— Estoy de acuerdo, inspector — Asintió TaeHyung, su voz llena de conspiración, mientras ambos reían, el sonido musical y claro en el aire tranquilo.

— Dejen de reír y vámonos — Ordenó SeokJin, regresando con los brownies y galletas en sus manos grandes y hábiles.

Cargados con las delicias caseras, se dirigieron hacia la casa ruidosa, el aroma tentador de chocolate flotando a su alrededor. TaeHyung llamó a la puerta mientras SeokJin sostenía los brownies con gracia y JiMin estaba absorto en su teléfono, sus ojos brillando con entusiasmo. Nadie respondió, aunque la música seguía sonando a todo volumen, retumbando en sus oídos con una energía palpable.

— Toma esto, te mostraré cómo se hace — Dijo el mayor, entregándole el plato a TaeHyung con un gesto elegante y una sonrisa amistosa, sus ojos centelleando con determinación.

SeokJin comenzó a golpear la puerta frenéticamente, haciendo que tanto JiMin como TaeHyung se alejaran, sus corazones latiendo al compás de la música atronadora.

— A veces me pregunto si está bien de la cabeza — Le murmuró a TaeHyung, su voz suave y llena de preocupación.

— Es mi hermano, respeto... Pero a veces me lo pregunto también — Admitió, su tono de voz bajo y reflexivo, su mirada azulada fija en la puerta cerrada.

— Bueno, voy a tener que usar más fuerza — Declaró SeokJin, arremangándose las mangas con determinación, sus músculos tensos bajo la tela de su camisa.

— Hyung, no vayas... — TaeHyung no pudo terminar su advertencia antes de que su hermano, con una expresión desafiante, se posicionara para lanzar una patada.

Pero justo en ese momento, la puerta se abrió de golpe y NamJoon irrumpió en la escena, con los ojos abiertos de par en par al presenciar la situación. Rápidamente, actuó con un movimiento ágil, agarrando la pierna de SeokJin justo cuando este perdía el equilibrio. NamJoon lo atrajo hacia sí con un gesto protector, rodeándolo con un brazo por la cintura y sosteniendo su pierna con la otra mano, evitando así una posible caída.

TaeHyung y JiMin intercambiaron miradas sorprendidas, asombrados por el repentino silencio de SeokJin y la situación que se desarrollaba frente a ellos. JiMin aprovechó la oportunidad para sacar rápidamente una foto, capturando el instante con su cámara.

De repente, la música que sonaba de fondo cesó abruptamente, llenando la habitación de un silencio tenso.

— Ahora estás en mis brazos, príncipe — Sonrió NamJoon con suficiencia, su mirada chispeando con diversión mientras provocaba un leve rubor en las mejillas de SeokJin, dejándolo momentáneamente sin palabras.

— JiMinie, ven, vamos adentro — YoonGi apareció detrás de NamJoon, con una sonrisa cálida, y este último simplemente tomó su mano y lo condujo hacia el interior de la casa.

— ¿Estás bien, príncipe? — Preguntó, mostrando una mezcla de preocupación y curiosidad.

— En realidad, vinimos a darles la bienvenida. SeokJin Hyung hizo estos brownies para ustedes tres y yo hice galletas — Respondió TaeHyung, mientras su hermano aún estaba aturdido por la situación.

Con una sonrisa agradecida, TaeHyung observó cómo NamJoon aceptaba los brownies con entusiasmo y agradecimiento. En ese momento, SeokJin se percató de la posición en la que se encontraban y, reaccionando rápidamente, se apartó bruscamente, recuperando su compostura.

TaeHyung extendió el cuenco frente a NamJoon, quien optó por tomar un brownie en lugar de una galleta.

— Está delicioso. Me pregunto cómo sabrás, Jinnie — NamJoon dijo con coquetería, provocando una leve sonrisa en SeokJin.

— Yahhh, tú...

— TaeHyung, ¿puedes guardarlo en la cocina, por favor? La estructura de la casa es igual a la tuya. Y por favor, dale algunas a JungKook y YoonGi, están arriba — Pidió NamJoon, mostrando un gesto de gratitud.

— Por supuesto, déjamelo a mí — TaeHyung asintió sonriendo y entró en la cocina en busca de platos. Mientras tanto, recordó que todas las casas del vecindario tenían la misma construcción, lo que le hizo sentirse más familiarizado con el lugar y con una sensación reconfortante de hogar.

Tomó dos platos llenándolos con las delicias, dejando un poco más en el tazón pensando que podrían disfrutarlas más tarde.

Mientras subía las escaleras de madera, notaba el crujido bajo sus pies, el sonido resonando en la atmósfera silenciosa de la casa.

— Suena espeluznante, como si estuviera en una película de terror — Murmuró para sí mismo, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda mientras avanzaba con cautela.

A medida que ascendía, el perfume dulce y envolvente volvía a invadir sus sentidos, intensificando su inquietud. Trató de calmar sus nervios, recordándose a sí mismo que era solo el perfume familiar de la casa.

Al llegar a un cruce en el pasillo, decidió su ruta de acuerdo a un curioso método: si tocaba las galletas, iría a la izquierda; si tocaba los brownies, a la derecha. Después de un breve juego de elección, optó por seguir hacia la izquierda, el aroma tentador de la repostería lo guiaba, y los pasos ligeros resonaban en el silencio del pasillo apenas iluminado.

Al llamar a la puerta, no recibió respuesta, por lo que asumió que no estaban allí. Sin embargo, al girarse para irse, la puerta se abrió repentinamente, sumiéndolo en la oscuridad de la habitación.

— JiMin — Llamó, sin obtener respuesta, su voz apenas un susurro en la tensa atmósfera, mientras sus ojos se adaptaban lentamente a la penumbra.

Entonces, una figura emergió de las sombras, causando que se sobresaltara, aunque logró mantener el agarre de los platos.

— Dios mío, me asustaste — Respiró aliviado, dejando los platos con cuidado en una mesa cercana — No me asustes así, podría tener un ataque al corazón.

Se encontró con un hombre en una sudadera negra con capucha, cuya presencia seguía siendo intimidante en la penumbra, su figura delineada por la débil luz que se filtraba por la ventana.

— Um, lo siento, soy TaeHyung, tu vecino. Encantado de conocerte. Debes ser JungKook — Dijo, extendiendo su mano con una sonrisa, intentando romper la tensión con un gesto amistoso, aunque sus dedos apenas se rozaban en la fría oscuridad.

Sin embargo, en un giro inesperado, JungKook lo empujó hacia adentro y lo sujetó contra la pared, sumergiéndolo en la oscuridad y el miedo, su agarre firme como un grillete invisible.

— ¿Q-qué... Estás e-estás haciendo? — Balbuceó TaeHyung, su voz temblorosa reflejaba su creciente ansiedad, mientras su corazón golpeaba con fuerza en su pecho.

La tensión en la habitación era palpable, y TaeHyung no podía ver el rostro de JungKook en la oscuridad, lo que aumentaba su nerviosismo, sus sentidos agudizados por la incertidumbre.

— Fuera — Susurró JungKook cerca de su oído, su aliento agitado acentuando la tensión, cada palabra como un eco siniestro en el vacío.

Retrocediendo, TaeHyung salió de la habitación, jadeando y con el corazón palpitante, su mente aturdida por la experiencia desconcertante, mientras sus pasos lo llevaban lejos de aquel lugar sombrío.

— Tae, ¿qué pasó? — Preguntó JiMin al salir de la otra habitación, seguido de cerca por YoonGi, preocupación reflejada en sus rostros.

— Les v-vine a dar g-galletas y brownies — Logró decir, tomando rápidamente los platos, su voz aún temblorosa mientras trataba de recuperar la compostura. Pero una mano salió del cuarto contiguo y le arrebató su plato de galletas, metiendo rápidamente una en la boca de TaeHyung antes de cerrar la puerta en su cara, dejándolos perplejos, la ráfaga de movimiento dejando un eco fugaz en el pasillo.

— ¿Era un fantasma? — Preguntó JiMin, con una mezcla de incredulidad y nerviosismo en su voz, sus ojos aún amplios por la sorpresa, mientras su mente luchaba por encontrar una explicación racional.

— Es JungKook, lo siento, TaeHyung, es un poco extraño. Él... Él no está interesado en socializar con la gente — Explicó YoonGi, tratando de calmar las preocupaciones de TaeHyung, su tono comprensivo buscando disipar la confusión en el aire.

— No te preocupes por eso, bajemos — Agregó JiMin, rápidamente tomando el plato de TaeHyung y dándole de comer a YoonGi, intentando desviar la atención del incidente, su gesto amistoso como un intento de restaurar la normalidad en la situación.

TaeHyung simplemente rodó los ojos ante la actitud despreocupada de JiMin. Mientras descendían las escaleras, el joven no pudo evitar detenerse para mirar nuevamente hacia la habitación donde había tenido aquel encuentro inquietante, su mirada fija en la puerta cerrada como un recordatorio ominoso de lo que acababa de experimentar.

"¿Por qué siento como si él fuera a volver?" se preguntó, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda mientras tragaba saliva nerviosamente, la sensación de inquietud persistente en su mente.

Al llegar abajo, TaeHyung vio a JiMin limpiándose la boca y a YoonGi con una expresión confundida, la atmósfera cargada de emociones mientras se reunían en la sala.

— ¡Está riéndose! — Gritó TaeHyung al ver a SeokJin riendo con NamJoon, su voz llena de incredulidad y asombro, mientras señalaba la escena con un gesto exagerado. JiMin le dio un golpe en la cabeza, y TaeHyung gimió mientras se frotaba la zona adolorida, su queja ahogada por el sonido de la risa.

— Eso te pasa por hablar tan fuerte — Explicó JiMin.

— ¡Chicos! ¡NamJoon tambiéntiene figuras de Mario! — Exclamó SeokJin, mostrando las figuras con entusiasmo, su voz llena de emoción mientras agitaba las pequeñas figuras en el aire como un niño en Navidad.

— Tan predecible — Dijeron JiMin y TaeHyung al unísono, compartiendo un momento de complicidad ante la ocurrencia de su hermano, una sonrisa cómplice iluminando sus rostros mientras se unían a la diversión.

La tensión del encuentro con JungKook se desvaneció gradualmente en la atmósfera relajada de la sala, reemplazada por la camaradería y el calor de la amistad.

TaeHyung se dejó llevar por el ambiente, aunque una parte de él seguía atormentada por la sombra de la habitación oscura y el misterio que la rodeaba.


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