Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Ꜥꜥֶָ֢⛓️ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo O2

JiMin suavemente golpeó la cabeza de TaeHyung, quien respondió con un gemido, desviando su mirada hacia su mejor amigo. El sonido resonó en la acogedora atmósfera de la cafetería, atrayendo algunas miradas curiosas hacia ellos. El lugar estaba impregnado del aroma del café recién hecho y el suave murmullo de las conversaciones.

— Eso duele, idiota — Protestó TaeHyung, mientras se frotaba la cabeza con gesto exagerado, buscando alivio en el contacto de sus dedos. El tintineo de las tazas y el suave murmullo de fondo creaban una banda sonora informal para su interacción.

— Te llamé cuatro veces y no respondiste, así que... — JiMin se encogió de hombros con una sonrisa traviesa, como si disfrutara de la pequeña travesura. La luz tenue del lugar iluminaba su rostro, resaltando los matices de complicidad en su expresión, mientras los destellos dorados danzaban en sus ojos avellana.

A pesar de la respuesta ligera de JiMin, su mente estaba preocupada por su acosador. Se preguntaba si tal vez era alguien de su ciudad natal gastándole una broma, pero la incomodidad seguía latente en su interior, como una sombra persistente que se negaba a disiparse.

— TaeHyungie, no pareces estar bien últimamente. ¿Algo te está molestando? — Colocó su mano sobre la de TaeHyung con genuina preocupación, buscando su confort en el cálido contacto entre sus palmas. El roce suave de su piel era reconfortante, como un faro en la tormenta que amenazaba con consumir a TaeHyung.

— No... Solo un poco cansado — Respondió con una sonrisa forzada, tratando de disimular su inquietud, aunque sabía que JiMin percibía su malestar. La melodía de las palabras se deslizaba entre ellos, cargada de significados no dichos, como una danza silenciosa de emociones entrelazadas.

— Por cierto, ¿te has estado viendo con alguien, hmm? — JiMin levantó las cejas con una sonrisa traviesa, provocando un leve rubor en las mejillas de TaeHyung. La curiosidad bailaba en sus ojos avellana, centelleando con la promesa de un secreto compartido, mientras su voz se elevaba por encima del murmullo de la cafetería.

— ¡Oye! ¿De qué estás hablando? — Preguntó TaeHyung, sintiendo la repentina aceleración de su pulso mientras miraba nerviosamente a su alrededor, como si esperara encontrar una salida a su incómoda situación. El susurro de las conversaciones a su alrededor se mezclaba con el latido frenético de su corazón.

— Esto — JiMin señaló el cuello del contrario, atrayendo su atención hacia algo que TaeHyung no había notado antes. La atmósfera se cargó de expectación mientras el misterio se desplegaba ante sus ojos, como un telón que se levantaba lentamente sobre un escenario oscuro.

— ¿Qué...? — Se desconcertó, su voz apenas un susurro en la bruma de su confusión. La confusión se reflejaba en sus ojos.

JiMin tomó una foto con su teléfono y se la mostró a TaeHyung, en ella se revelaba una marca que había pasado desapercibida para él. El destello de la pantalla iluminaba sus rostros, revelando la sombra de preocupación que se reflejaba en los ojos de TaeHyung. El silencio se extendía entre ellos, denso como el humo del café recién hecho.

— No tengo ni idea de cómo tengo eso — Murmuró, su mente reviviendo el inquietante mensaje de su acosador: 'quiero marcar tu clavícula'. La incertidumbre lo invadía, ¿cómo podría haber sucedido? ¿No había estado en su casa? El misterio se aferraba a su mente, alimentando su paranoia como un fuego insaciable.

Ajeno a los pensamientos de TaeHyung, JiMin percibió la presencia de tres hombres que entraron en la cafetería. Uno de ellos, con la sudadera negra de capucha, captó su atención al sentarse a unas mesas de distancia, observándolos fijamente. La tensión se deslizaba en el aire, palpable como una melodía disonante en la tranquilidad del lugar, mientras el murmullo de las conversaciones se desvanecía ante su presencia.

— Tae, parece que tenemos admiradores — Susurró, atrayendo la atención de TaeHyung hacia los recién llegados. La sutil melodía de su voz apenas se elevaba por encima del murmullo ambiental, cargada de una advertencia silenciosa, como el eco de un peligro que se acercaba.

— ¿Qué dices? — Preguntó, buscando explicaciones en la expresión de JiMin, quien señaló discretamente a los hombres, y TaeHyung los observó detenidamente, como si pudiera descifrar sus intenciones a través de sus gestos.

Uno de ellos, de cabello azul, parecía sumido en sus propios pensamientos; otro, de cabello gris y hoyuelos, los observaba con seriedad; mientras que el tercero, con una complexión fornida y el rostro oculto bajo la capucha, también les dirigía la mirada. Se sintió incómodo ante su atención, pero trató de mantener la compostura, como un acto de equilibrio precario en el filo de la incertidumbre. Las miradas de los desconocidos parecían penetrar su piel, como dagas afiladas que buscaban perforar su semblante imperturbable.

— JiMinie, solo nos están mirando. Tal vez no les gusta tu estilo — Dijo inocentemente, tratando de restar importancia a la situación. La ligereza de sus palabras se deslizaba en el aire, como una nota discordante en la sinfonía de tensión que los rodeaba.

— ¡Oye! Mi estilo es único — Protestó JiMin con un puchero, arrancando una risa nerviosa de TaeHyung.

Los desconocidos continuaron observándolos en silencio, como espectadores silenciosos en un drama que aún no había alcanzado su clímax. La tensión entre ellos se palpitaba en el aire, como una tormenta que se avecinaba en el horizonte, amenazando con desatar su furia en cualquier momento.

Los ojos del hombre de cabello azul se clavaron en JiMin, despertando una sensación de intriga en él. Mientras tanto, otro individuo parecía descontento al ver a TaeHyung riendo con otra persona. Su mirada era intensa, como si pudiera penetrar en el alma de JiMin y leer cada pensamiento oculto.

De repente, TaeHyung recibió un mensaje en su teléfono. Al leerlo, su sonrisa se desvaneció, dejando espacio para la inquietud. Sus dedos temblaban ligeramente mientras sostenía el dispositivo, como si estuviera a punto de descubrir algo terrible.

«J💢: Te ves feliz riendo con otro hombre».

Buscó a su alrededor, pero no encontró nada fuera de lo común. Tragó saliva, mientras JiMin estaba absorto mirando al hombre de cabello azul, cuya presencia parecía no incomodarle.

«¿Cómo sabes que me estoy riendo?» escribió rápidamente. Cada palabra era un esfuerzo, como si temiera que su respuesta desencadenara algo peor.

Tartamudearía si tuviera que hablar, parecía asustado. Sus ojos azules brillaban con una mezcla de temor y ansiedad, reflejando la tormenta que se desataba dentro de él.

«J💢: Papi lo sabe todo sobre ti, bebé. Y te ves sexy cuando estás asustado, me excita más».

Un escalofrío recorrió la espalda de TaeHyung. Evitaba levantar la mirada por temor a lo que podría ver. Cada palabra del mensaje era como una gota de hielo que caía lentamente por su espalda, congelando cada centímetro de su piel.

— Hola, ¿están solos? — Una voz interrumpió sus pensamientos, haciendo que su corazón latiera más rápido. Lentamente, levantó la mirada, encontrándose con los ojos avellana del recién llegado, que parecían escrutar su alma.

— Hola, sí, estamos solos y solteros también... — Respondió JiMin con un tono coqueto, aunque la tensión se palpaba en el aire. Su voz intentaba ocultar el nerviosismo, pero una nota de ansiedad se filtraba en cada palabra.

— Soy Min YoonGi — Dijo el hombre de cabello azul, estrechando la mano de JiMin con un apretón firme. TaeHyung permaneció en silencio, observando con cautela, tratando de leer las intenciones ocultas en la expresión de YoonGi.

— Park JiMin — Se presentó, mostrando su encanto natural, aunque su sonrisa parecía forzada bajo la mirada penetrante de YoonGi — Y él es Kim TaeHyung, mi mejor amigo, más como un hermano para mí — Añadió, buscando calmar la atmósfera tensa con una introducción amistosa.

— Hola, TaeHyung. Un placer conocerte — Dijo YoonGi, sin ofrecerle la mano. Su tono era educado pero distante, como si estuviera evaluando a TaeHyung con cada palabra.

— Encantado de conocerte también, YoonGi — Respondió con una sonrisa educada, aunque sus ojos reflejaban su ansiedad. Cada músculo de su cuerpo estaba tenso, como si estuviera listo para salir corriendo en cualquier momento.

— Para ustedes dos, soy Hyung — Intervino YoonGi con una sonrisa ligera, como si estuviera compartiendo un secreto entre ellos. JiMin frunció levemente su ceño, sin comprender del todo el significado detrás de ese apodo.

— ¿Cómo puedes asumir que somos más jóvenes que tú? — Preguntó Park, tratando de desviar la atención de la incomodidad que se había instalado en el grupo.

La mente de TaeHyung giraba en círculos mientras intentaba descifrar la situación, pensaba en la posibilidad de que el fuera su acosador. Cada detalle de YoonGi parecía estar grabado en su mente, como si fuera una pieza clave en un rompecabezas que aún no podía resolver.

— Es por sus rostros, parecen jóvenes — Respondió YoonGi encogiéndose de hombros sin preocuparse, como si estuviera acostumbrado a este tipo de conversaciones incómodas.

— Vaya, acertaste entonces — JiMin rió, intentando aligerar el ambiente tenso que se había instalado entre ellos. Una sonrisa juguetona se asomó en los labios de YoonGi, revelando un destello de complicidad entre ellos.

Mientras tanto, TaeHyung sentía la mirada fija de alguien sobre él. Volvió la mirada hacia la mesa de los hombres y vio al que tenía hoyuelos observando a YoonGi con interés, mientras que el de la sudadera con capucha también dirigía su mirada en esa dirección. Sin embargo, no estaba seguro de a quién estaban mirando, una sensación de paranoia se apoderó de él, como si fuera presa de una conspiración invisible.

— Ah, por cierto, ellos son mis amigos, Kim NamJoon y Jeon JungKook.

Ambos dirigieron la mirada hacia la mesa y NamJoon les saludó con una sonrisa cálida. Sin embargo, JungKook no se movió, su presencia era como una sombra silenciosa que se mantenía al margen, observando todo con una mirada penetrante que enviaba escalofríos por la espalda de TaeHyung. Observó al otro chico, confundido por qué no mostraba su rostro, preguntándose qué secretos se escondían detrás de esa máscara de indiferencia.

JiMin y YoonGi seguían charlando animadamente cuando NamJoon se levantó y le dijo algo a JungKook, quien también se dirigió hacia la mesa de ellos, su presencia parecía una sombra que se cernía sobre ellos, llenando el aire con una tensión palpable.

— Siento molestar, pero debemos irnos, tenemos algunas cosas que hacer — Interrumpió NamJoon con su característica cortesía, rompiendo el hechizo que había caído sobre el grupo. YoonGi asintió con comprensión, mientras JiMin despedía a sus nuevos conocidos con una sonrisa.

Mientras tanto, JungKook pasó junto a TaeHyung, quien, sobresaltado, dejó caer su pastel al suelo. Un aroma evocador lo asaltó de repente, desencadenando una oleada de recuerdos que preferiría haber dejado en el olvido. Trató de discernir de dónde provenía esa fragancia, su garganta se contrajo nerviosamente mientras giraba para mirar hacia el exterior, donde la espalda de JungKook se desvanecía en la distancia. Quizás solo fue una coincidencia.

— Tae, pareces pálido. Es mejor que vayamos ya a casa — Sugirió JiMin, poniéndose de pie mientras TaeHyung asentía con gesto ausente.

Una sensación de inquietud lo acompañaba mientras abandonaban el lugar, preguntándose qué secretos y peligros acechaban en las sombras.

Los rayos dorados del sol del atardecer pintaban el interior del automóvil con tonos cálidos y acogedores mientras JiMin apretaba con entusiasmo el volante, conduciendo hacia casa con una sonrisa que iluminaba su rostro, sus ojos brillando con una chispa de emoción.

— Creo que le gusto — Declaró, su voz llena de anticipación y alegría.

TaeHyung, a su lado, arqueó una ceja con curiosidad, su mirada fija en el contrario.

— ¿A quién te refieres?

— A mi papi Yoon — Dijo, con una sonrisa traviesa bailando en sus labios, mientras sus mejillas adquirían un ligero rubor, revelando su emoción.

— ¿Acabas de conocerlo y ya lo llamas "papi"? ¿Es tu Sugar Daddy? — TaeHyung no pudo evitar rodar los ojos ante la ocurrencia de JiMin, aunque una sonrisa juguetona se asomaba en sus labios.

— Sí, me envió un paquete de Internet — JiMin respondió con una risa, como si estuviera compartiendo un secreto íntimo.

— ¿Cuándo intercambiaron números? — Preguntó, genuinamente sorprendido por la rapidez con la que se había desarrollado la relación entre JiMin y YoonGi.

— Cuando estabas ocupado mirando a... Mm, JungKook — JiMin recordó con una sonrisa, su voz ligeramente más suave al pronunciar el nombre del misterioso JungKook.

— Lo que sea... Pero parecen extraños — TaeHyung comentó, reviviendo mentalmente su encuentro en la cafetería y tratando de comprender la conexión entre los recién llegados.

— Tae, ¿no es ese Jin con su sartén? — JiMin señaló con el mentón hacia adelante, atrayendo la atención de TaeHyung hacia su hermano mayor, quien estaba parado en la calle con una expresión furiosa en el rostro y una sartén en la mano.

— ¿Qué? — Siguió la mirada de JiMin y vio a SeokJin, aparentemente preparado para lanzar su sartén a alguien en medio de la calle.

— ¡NamJoon y YoonGi! — Exclamaron juntos, saliendo rápidamente del auto y corriendo hacia la escena.

SeokJin estaba furioso y a punto de saltar sobre NamJoon, sus ojos lanzando destellos de ira contenida. A pesar del estruendo de la música que retumbaba en sus oídos, TaeHyung corrió junto a JiMin para agarrar las manos de SeokJin, tratando de contenerlo.

— Vaya, príncipe, eres un boxeador — NamJoon comentó con una sonrisa, tratando de aligerar el ambiente con un tono bromista.

— Idiota, ¿a quién llamas príncipe? — Gritaba SeokJin, forcejeando entre las manos de JiMin y TaeHyung, sus músculos tensos de rabia contenida.

— JiMin ocupado luce sexy — Dijo YoonGi, asintiendo con una sonrisa, lo que provocó que JiMin se ruborizara, sus mejillas tiñéndose de un tono rosado adorable.

— Me quieren asesinar aquí y tú estás ocupado con JiMin diciéndole que se ve sexy, ¿es en serio? — Reprochó NamJoon, adoptando un tono más serio, aunque una chispa de diversión aún brillaba en sus ojos.

— ¡Déjenme, necesito golpear a ese tonto! — Exclamó SeokJin, su voz cargada de ira y frustración, mientras luchaba por liberarse del agarre.

— ¡Jin, detente ahora! — Gritó TaeHyung, su voz resonando con autoridad sobre el bullicio de la calle, atrayendo la atención de todos los presentes — Perdón por gritar, pero ¿qué hizo NamJoon? — Preguntó, tratando de mantener la calma mientras dirigía su mirada hacia el causante del altercado.

— ¿No puedes oírlo? Le pedí cortésmente que bajara el volumen, ¡pero sigue subiéndolo!... Espera, ¿cómo lo conoces? — SeokJin lanzó una mirada confusa a su hermano, su rostro aún reflejando cierta incredulidad por la situación.

— Nos encontramos hoy en la cafetería — JiMin respondió con una sonrisa, sus ojos brillando con la emoción del recuerdo, mientras miraba a YoonGi, quien asentía con complicidad.

— No seas amigo de este imbécil y... — SeokJin comenzó a decir, pero YoonGi lo interrumpió con una risa juguetona, su mirada llena de diversión.

— Sabes que te llamo imbécil — Le dijo a NamJoon con una sonrisa traviesa, sus ojos brillando con complicidad mientras compartía una broma interna.

— Sí, pero es tan lindo cuando se enoja — Le guiñó un ojo a SeokJin, su tono lleno de afecto mientras intentaba suavizar la tensión en el aire, aunque su gesto solo logró hacer que las mejillas de SeokJin se tiñeran de un rosa más intenso.

— Soy hermoso, no lindo — Dijo, cruzando los brazos sobre su pecho con un gesto de orgullo, la sartén aún en su mano como un recordatorio visual de su frustración, mientras el grupo estallaba en risas ante la ironía de la situación.

— Lo que quieras, bebé — Sonrió NamJoon, sus ojos avellana brillaban con complicidad.

— Me ha estado molestando así durante mucho tiempo. Ahg.

— Hyung, por favor, cálmate — TaeHyung le frotó la espalda con delicadeza, sus dedos acariciando el tejido de la camiseta — NamJoon, ¿puedes bajar el volumen por favor? — Preguntó con ternura, sus ojos azules buscando comprensión en los del mayor. NamJoon miró por la ventana detrás de él, confundiendo a TaeHyung.

— Está bien.

— Gracias, Hyung — Sonrió, haciendo sonreír también a NamJoon.

— Por cierto, somos sus nuevos vecinos. YoonGi y JungKook me volvieron loco — Comentó NamJoon, su voz grave llenando el lugar con una mezcla de diversión y alivio por el cambio de tema.

— Genial, hay un tercer vagabundo — Soltó SeokJin, sorprendido, sus ojos parpadeando con incredulidad.

— Lo siento... SeokJin es así, no lo odies, tiene un gran corazón — Intentó explicar TaeHyung, sus palabras saliendo apresuradas en un intento de suavizar la tensión.

— No lo odio, me gusta un poco lo salvaje — Dijo NamJoon mirando a SeokJin, quien había fruncido su ceño y sus orejas estaban rojas, su gesto revelando más de lo que pretendía.

Algo llamó la atención de TaeHyung, una figura cerca de la ventana. Continuó mirando en esa dirección, sus ojos escudriñando el espacio con curiosidad.

— Escucha, imbécil, será mejor que dejes de ser tan raro — SeokJin se acercó a NamJoon, quien tenía una sonrisa divertida en los labios, su cuerpo relajado ante el desafío.

— ¿Me estás llamando sexy? — Preguntó NamJoon, levantando una ceja con picardía. SeokJin se sonrojó al darse cuenta de que lo habían tomado desprevenido, su mano moviéndose nerviosa por su cabello rubio.

— En tus sueños — Dijo, tratando de parecer desinteresado, su voz ligeramente ronca.

— No más sueños ahora, porque se hicieron realidad — Le guiñó un ojo y su sonrisa ampliándose con cada palabra.

— TaeHyung, vamos — SeokJin llamó a su hermano, quien parpadeó sorprendido, sus ojos buscando la respuesta en el rostro de su hermano.

— ¿Qué? — Preguntó, su voz suave y llena de confusión.

— Vamos a casa — Dijo SeokJin. TaeHyung asintió, comprendiendo sin necesidad de más explicaciones. Ambos se volvieron hacia JiMin — Ustedes dos, dejen de hablar. Vamos JiMin — Demandó, su tono autoritario pero cargado de afecto.

— Hyung, deberías relajarte un poco — Respondió JiMin, su voz melodiosa resonando en la calle.

— JiMin, para, estás siendo raro — Dijo TaeHyung, su tono amistoso pero con un deje de incredulidad, como si estuviera acostumbrado a las excentricidades de su amigo.

— ¡Cállate! Jin Hyung, tengo hambre, vámonos — Dijo JiMin, su voz infantil pero con un brillo travieso en sus ojos avellana, antes de guiñarle un ojo a YoonGi y seguir a SeokJin hacia su hogar.

— Hasta pronto, Jinnie — Añadió NamJoon, recibiendo una mirada furiosa de este último, y levantando las manos en defensa, su gesto lleno de complicidad.

TaeHyung se volvió de nuevo para mirar hacia la ventana y vio que las cortinas estaban cerradas. Había estado observando, pero no había salido nadie. Tal vez a JungKook le gustaba estar solo, fue lo que pensó mientras entraba en su casa. Sin embargo, no sabía que alguien estaba sonriendo, preparándose para regresar y reclamar lo que ya consideraba suyo.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro