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Ꜥꜥֶָ֢⛓️ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo 26

TaeHyung se encontraba de pie frente a la tumba, una expresión de tristeza pintada en su rostro mientras observaba las rosas que había colocado con cuidado sobre la lápida. Era sábado y tenía que trabajar, pero había decidido visitar primero el cementerio.

— Hey, Soo, ¿Cómo estás? Te extraño — Murmuró, deslizando los dedos sobre el nombre grabado "Kim Soo"

El aire del cementerio era sereno y silencioso, solo interrumpido por el susurro del viento entre los árboles cercanos.

— L-Lo siento, no pude salvarte — Sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas.

— TaeHyung, ¿Quién es Soo? — Preguntó JungKook con curiosidad, frunciendo el ceño al acercarse por detrás. TaeHyung se sobresaltó al oír su voz, tragando saliva antes de responder.

— ¿Qué estás haciendo aquí? — Se giró hacia el azabache, más sorprendido por su presencia que molesto. JungKook simplemente se encogió de hombros con naturalidad.

— Te seguí, por supuesto — Admitió, observando a TaeHyung con atención. Recordó haberlo visto tomar una ruta inusual hacia el cementerio y decidió seguirlo para asegurarse de que estuviera bien — Continuaré siguiéndote, TaeHyung, porque eres mío y no puedo arriesgarme a que te pase algo malo — Dijo con sinceridad, acercándose para abrazarlo cuando vio las lágrimas en sus ojos.

TaeHyung se apartó un momento, tocando la tumba con reverencia antes de explicar en voz baja:

— Soo era mi cachorro — Dijo, la voz temblorosa por la emoción contenida. JungKook frunció el ceño, confundido por la existencia de una tumba para un animal entre las de los humanos.

El sol comenzaba a filtrarse entre las nubes, creando una atmósfera dorada sobre el campo de lápidas y las flores cuidadosamente colocadas. JungKook observó a TaeHyung luchar contra las lágrimas y se agachó junto a él con gesto compasivo.

— ¿Por qué tiene una tumba? — Preguntó suavemente después de un momento de silencio respetuoso.

— Le pedí a Jin Hyung que hiciera esto. Me dijo que aunque fuera solo un pequeño cachorro, su ausencia me dolería cada vez que viniera aquí. Soo estuvo conmigo en momentos de soledad, incluso si nunca me respondió cuando hablaba con él, su presencia fue reconfortante. Nunca me hizo sentir solo — Confesó con voz entrecortada, dejando que las emociones fluyeran libremente.

JungKook sintió cómo su corazón se rompía al ver a TaeHyung así. Instintivamente, lo abrazó con más fuerza, ofreciéndole su apoyo silencioso.

— ¿Cómo murió Soo? — Preguntó JungKook suavemente después de un momento de silencio respetuoso.

— Lo atropelló un auto — Respondió con dificultad, dejando que las lágrimas fluyeran libremente.

— Está bien, Tae, no llores más por favor. Te regalare otro cachorrito que te haga compañía, pero no llores mas, por favor — Pidió JungKook con ternura, dándole un beso en la frente para reconfortarlo.

— No creo que puedas — Murmuró TaeHyung mientras se apartaba, limpiándose las lágrimas antes de ponerse de pie con determinación. Miró a JungKook con seriedad — Llego tarde al trabajo, así que me iré ahora.

— Te acompañaré — Respondió de inmediato, poniéndose de pie junto a él antes de lanzar una última mirada a la tumba de Soo, sintiéndose triste pero decidido a apoyar a TaeHyung en todo lo que necesitara.

— NamJoon, ¿Ara se puede quedar en mi casa este fin de semana? — SeokJin preguntó emocionado, interrumpiendo la tranquilidad del desayuno de NamJoon en el restaurante.

El moreno apartó la mirada de su comida y sonrió ante la entusiasmada solicitud.

— Por supuesto, nene — Respondió con las mejillas ligeramente sonrojadas por la dulzura de SeokJin.

— Oh, gracias, bebé — SeokJin se inclino y le proporciono un beso fugaz en los labios.

El restaurante estaba lleno de vida, con el aroma tentador de la comida flotando en el aire y el murmullo de conversaciones animadas entre amigos. YoonGi mordisqueaba su pan con gesto tranquilo, observando la escena con una sonrisa irónica.

— ¿Me llamaste bebé? — NamJoon sonrió ampliamente, disfrutando de la atención.

— Lo hice — Se encogió de hombros con aire despreocupado antes de notar la llegada de JungKook y TaeHyung al restaurante — Por cierto, YoonGi, ¿No has estado demasiado aquí? — Preguntó con una ceja arqueada, observando al otro chico.

— Bueno, es un restaurante, no es como si tuviera prohibido estar aquí, rey dramático — YoonGi respondió con una sonrisa burlona.

El ambiente entre los amigos era jovial y bromista, cada uno con su propia dinámica única. SeokJin le lanzó una mirada traviesa a YoonGi mientras bromeaba sobre envenenar la comida, provocando una reacción juguetona de todos los presentes.

— Espero no poner veneno en tu comida como en Blancanieves — Bromeó con una sonrisa traviesa, haciendo que YoonGi dejara de masticar abruptamente para mirarlo con sorpresa.

— ¿Hablas en serio? — Preguntó con los ojos entrecerrados, evaluando la seriedad en la expresión de SeokJin.

— Solo di que estás aquí porque attention seeker trabaja aquí, Hyung — Intervino JungKook con una sonrisa mientras se sentaba junto a YoonGi.

— Hola, thin lips — JiMin apareció de repente, trayendo la bebida para YoonGi y provocando una mirada fulminante de JungKook.

— Sabía que eras un demonio — Dijo JungKook con voz baja, mirándolo con sospecha.

El intercambio de bromas y risas continuó mientras TaeHyung regresaba con su uniforme de trabajo y se acercaba a la mesa, dispuesto a tomar la orden.

— ¿Puedo tomar tu orden, Kookie? — Sonrió ampliamente a JungKook.

— Te quiero a ti

— ¡Kookie, hablo en serio! ¿Qué vas a tomar? — Los ojos de TaeHyung se abrieron de par en par ante la pregunta, y sus mejillas adquirieron un tono rosado mientras se preparaba para tomar la orden de JungKook.

JungKook se inclinó hacia él con una sonrisa juguetona, provocando que se sonrojara mientras apartaba la mirada. El sol de la tarde filtraba a través de las ventanas del restaurante, pintando pequeños destellos dorados sobre sus rostros.

— Pero hablo en serio, te quiero a ti — Murmuró, lamiéndose el labio con expresión traviesa, sus ojos negros brillando con complicidad.

TaeHyung sonrió, su cabello rubio cayendo suavemente sobre la frente. Respondió con una ligereza inesperada:

— Entonces, seran panqueques con sirope y jugo — Se alejó rápidamente, dejando a JungKook riéndose entre dientes mientras sus amigos los observaban con curiosidad.

— Sabes que todavía estamos aquí, ¿verdad? — Dijo YoonGi, con una ceja levantada, sin comprender del todo la situación.

— ¡Justo cuando estoy desayunando, amigo! — Exclamó NamJoon, con una mueca de disgusto, su voz resonando en el acogedor restaurante.

Pronto la tarde había llegado, tiñendo el cielo de un anaranjado cálido mientras el sol comenzaba su descenso. Después de su desayuno en Worldwide Eatery, cada quien se dirigió a realizar sus respectivas labores.

El restaurante estaba teniendo un día ajetreado; los camareros se movían con rapidez entre las mesas, los cocineros trabajaban frenéticamente en la cocina y el murmullo constante de las conversaciones llenaba el ambiente. El olor de la comida recién preparada flotaba en el aire, una mezcla tentadora de especias y aromas que hacían agua la boca de cualquiera que pasara cerca.

TaeHyung seguía trabajando diligentemente, con la esperanza de hacerlo bien y superar las expectativas de su hermano. Después de llevar un pedido a unos comensales, notó a alguien familiar en la entrada: era SunMi y HoSeok. Su presencia trajo un rayo de alegría a su agotadora jornada. Con una sonrisa radiante, ambos avanzaron con gracia hacia una mesa y se sentaron, mirando alrededor con curiosidad y encanto, como si buscara a alguien o algo específico en el bullicioso restaurante.

— ¡Hola, chicos! — Saludó TaeHyung animadamente al verla, su voz llena de entusiasmo juvenil.

— ¡Oh, hola TaeHyung! — Respondió la chica con una sonrisa luminosa.

— Nunca te había visto aquí antes.

— Oh, sí. Hobi me trajo y me encantó tanto la comida que decidí venir a almorzar aquí — Explicó entre risas melodiosas, su cabello negro brillando bajo las luces del restaurante.

TaeHyung tomó la orden con su habitual amabilidad y se retiró ágilmente hacia la cocina, moviéndose con una gracia natural.

— Hobi, estoy preocupado por ellos. TaeHyung es tan dulce e inocente — Comentó SunMi, con una expresión de genuina preocupación, sus ojos verdes parpadeando con ternura.

— No te preocupes, nena. Todo estará bien. Los ayudaremos — HoSeok le acarició la mano suavemente, su voz tranquilizadora resonando en el espacio del restaurante.

La sonrisa de la chica se desvaneció al divisar a un hombre entrando al restaurante y sentándose en una esquina apartada, su gesto esquivo y ocultando algo en la mano. Era un hombre apuesto con el cabello teñido de blanco, su presencia inesperada interrumpiendo la atmósfera relajada del lugar.

— Hobi, ese hombre parece que le está tomando fotos a TaeHyung — Señaló con una ligera fruncida de ceño, mientras HoSeok observaba al hombre con intensidad, su mente calculando rápidamente las posibilidades.

— Oh, mierda, ese es TaeMin — Exclamó, ajustándose rápidamente el cubrebocas como medida de precaución — SunMi, llama a JungKook ahora mismo. Dile que TaeMin está aquí — Instó.

Pronto se paro de su asiento, tomando su batido y se acercó con decisión hacia el hombre sospechoso.

— ¡Oh! ¡Lo siento, fue un accidente! — HoSeok actuó con teatralidad mientras "accidentalmente" derramaba su batido sobre el lugar donde TaeMin tenía su cámara, una estrategia improvisada para detener cualquier intento de fotografía no autorizada.

— ¡Qué m- — TaeMin se quedó en silencio al sentir las miradas fijas sobre él, especialmente la de TaeHyung, sus ojos azules fríos y curiosos.

HoSeok rápidamente le ofreció algunas servilletas con una sonrisa falsa de disculpa.

— Es ilegal tomar fotografías sin permiso — Declaró con firmeza, su tono autoritario resonando en el restaurante silencioso. TaeMin lo miró con hostilidad antes de esbozar una sonrisa inocente.

— ¿Oh, en serio? Soy nuevo aquí, no lo sabía. Me gusta la decoración del restaurante — Respondió TaeMin con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos, sus palabras cargadas de una falsa cortesía.

— Ahora que lo sabes, deja de tomar fotos. Y una vez más, lo siento mucho — Añadió HoSeok, manteniendo su mirada firme, evaluando cada movimiento del hombre misterioso.

— Oh, claro. No pareces lamentarlo en absoluto — La sonrisa falsa de TaeMin no pasó desapercibida para HoSeok, quien mantuvo su compostura mientras observaba cada gesto del intruso — Lo siento, voy tarde. ¡Adiós! — Se despidió con una sonrisa forzada y echó un último vistazo a TaeHyung antes de retirarse en un auto negro que parecía esperarlo afuera.

HoSeok observó con ojos fríos la figura de TaeMin alejándose. El hombre solía llamar la atención, pero esta vez, sus movimientos insinuaban algo más que simple curiosidad.

— Hobi, ya le avisé a JungKook. ¿Ese hombre es peligroso? — Preguntó SunMi, observando la partida de TaeMin con una mezcla de preocupación y curiosidad.

— Antes no lo era, pero esta vez parece lo contrario — Suspiró, sus pensamientos ocupados mientras consideraba las implicaciones de la presencia de TaeMin en el restaurante.

Poco después, llego JungKook apresurándose a estacionar su motocicleta y corriendo hacia el restaurante con una expresión de urgencia y preocupación evidente en su rostro.

— ¿Dónde está? — Jadeó, visiblemente agitado, buscando respuestas mientras miraba a su alrededor, sus ojos oscuros recorriendo rápidamente el lugar.

— Se fue en un auto negro sin placa visible — Informó HoSeok rápidamente, su voz tranquila contrastando con la urgencia de la situación — Probablemente TaeMin lo dejó en algún lugar cercano después de salir del restaurante.

— ¿Lograste tomar la cámara? — Preguntó, su voz tensa con preocupación mientras buscaba cualquier pista que pudiera indicar la ubicación de TaeMin.

— No, pero le eché todo mi batido. Seguro que se estropeó — Dijo HoSeok, tratando de tranquilizar a JungKook, quien suspiró aliviado al escuchar las palabras de su amigo.

— Gracias, Hyung. Y gracias también, SunMi — Sonrió con gratitud, sintiéndose aliviado de que la amenaza pareciera haber sido neutralizada temporalmente.

— Somos familia, Kook. Nos protegeremos mutuamente hasta el final — Aseguró HoSeok, devolviéndole a SunMi una sonrisa radiante en señal de acuerdo y apoyo.

— Kookie, ¿por qué volviste? — Preguntó TaeHyung, dirigiéndose a JungKook.

— Oh, Hobi, se me está haciendo tarde. Llévame al trabajo, por favor — Pidió SunMi con una sonrisa comprensiva antes de despedirse y partir.

— Um... Sólo quería verte, bebé — TaeHyung se sonrojó ante el apodo cariñoso, su rostro iluminado por una sonrisa tímida y genuina.

— Deja de ser tan cursi, ya te lo dije antes — Bromeó, lamiendo sus labios.

— ¿Por qué no puedes resistirte? — Susurró JungKook con una expresión juguetona y provocativa, sus ojos oscuros brillando con deseo mientras disfrutaba de la complicidad con TaeHyung.

— No, no puedo — Respondió con un toque de coquetería, besandolo en los labios antes de apartarse, sus caderas moviéndose con gracia y jugueteo.

— ¡Dejen de hacer eso en mi restaurante! — Exclamó SeokJin desde la entrada, saliendo brevemente de su oficina para regañarlos con una sonrisa divertida antes de desaparecer nuevamente.

JungKook se quedó estupefacto por un momento, sorprendido por la audacia juguetona de TaeHyung. Se apresuró a secarse la boca al darse cuenta de que había estado babeando sin darse cuenta. Suspiró, observando a los clientes que los miraban con diversión, algunos sonriendo cómplicemente mientras otros simplemente los observaban con curiosidad.

JungKook condujo de regreso a casa, notando a NamJoon riéndose suavemente mientras lo observaba, ya sabiendo cuál sería el tema de conversación.

— Amigo...

— Hyung, una palabra y verás volar tu mixtape por la ventana. Ahora, deja de acechar ese restaurante y dime si has logrado rastrear a TaeMin — Interrumpió con firmeza mientras entraba a la cocina en busca de algo de agua para calmar su agitación.

— ¡Tráeme jugo! ¡Y estoy trabajando en eso, pero aún se está cargando! No olvides que TaeMin también es un hacker; no es fácil rastrearlo — Gritó NamJoon desde la sala de estar, sus palabras resonando con un tono de concentración.

— De acuerdo, avísame cuando tengas algo — Le entregó el jugo a NamJoon antes de retirarse a su habitación, su mente centrada en resolver el misterio que TaeMin representaba.

La noche había caído, envolviendo la casa de los Kim en una penumbra inquietante. El interior estaba en un estado de caos, con objetos desperdigados por el suelo y un aire de urgencia palpable. TaeHyung llevaba un par de horas sintiéndose mal, y tanto su hermano como su amigo no sabían qué hacer; la preocupación se reflejaba en sus rostros tensos y en sus movimientos apresurados.

— ¡TaeHyung, tenemos que ir a casa de JaeHwan ahora! — Exclamó SeokJin, su voz cargada de angustia resonando en el pasillo vacío de la casa. La desesperación era evidente en cada palabra, y su mirada buscaba una solución.

TaeHyung intentó responder, pero antes de que pudiera articular palabra, se inclinó sobre el váter, su rostro palideciendo con cada arcada violenta. JiMin, su amigo leal, le frotaba la espalda con preocupación, su expresión llena de culpa y desesperación.

— Déjalo salir, Tae — Susurró su amigo, visiblemente atormentado — Creo que es por el pescado de ayer. Lo obligué a comer.

El sonido de las arcadas llenaba el pequeño baño, y el olor acre de bilis impregnaba el aire. SeokJin, con una determinación renovada, se acercó y ayudó a su hermano a levantarse.

— Vamos, llevémoslo a la clínica — Dijo con firmeza, sosteniéndolo mientras le indicaba que se enjuagara la boca y la cara en el fregadero.

TaeHyung, con movimientos lentos y temblorosos, siguió las instrucciones, el agua fría sobre su rostro brindándole un leve alivio en medio del tormento que sentía.

El tiempo parecía ralentizarse mientras los tres se movían con rapidez, SeokJin y JiMin intercambiando miradas de preocupación y apoyo. Sabían que debían actuar rápido, cada segundo era crucial, y la salud de TaeHyung dependía de ello.

— ¿Encontraste algo sobre TaeMin, NamJoon? — Preguntó HoSeok con genuino interés, sus ojos avellana brillando con curiosidad.

NamJoon frunció el ceño, sumergido en sus pensamientos y en la tarea a mano.

— Buscar a TaeMin es como buscar un pequeño cangrejo en el mar. El tipo asegura bien sus cosas. Pero confía en mí, Kim NamJoon, lo encontrará.

— ¿Entonces envió a TaeMin? — Preguntó YoonGi y recibió un asentimiento de HoSeok.

— ¡Oh, mierda! ¡El jefe quiere una videollamada! — NamJoon interrumpió de repente, su tono de voz cambiando a uno más serio mientras los alertaba.

— Respondela, idiota, ¡JungKook baja ahora mismo! — Exclamó YoonGi, con una urgencia palpable en su voz.

JungKook bajó las escaleras a toda prisa, aún sudando por el ejercicio reciente, vestido con una camiseta negra sin mangas y jeans rotos.

NamJoon respondió la llamada con rapidez, mostrando a un hombre sonriente en traje, probablemente en su oficina.

— Buenas noches, jefe — Saludó NamJoon, colocando la computadora portátil sobre la mesa de café, donde los cuatro se reunieron frente a la pantalla.

— Oh, todos están ahí... Bien.

— ¿Por qué llamo jefe? — Preguntó YoonGi, sin expresión alguna en su rostro.

— Oh, no los veo desde hace mucho tiempo, los extraño — El hombre sonrió ampliamente, lo cual resultó un tanto inquietante para todos, excepto HoSeok, quien manejó la situación con diplomacia.

— También lo extrañábamos — Rió nerviosamente HoSeok, tratando de suavizar el ambiente tenso.

— Seria bueno vernos pronto — Comentó el hombre — JungKook, mi hijo, ¿no extrañas a tu padre?

JungKook lo miró con frialdad, sus ojos oscuros revelando poca emoción mientras enfrentaba la cámara.

— No, solo eres mi jefe, debilucho — Respondió con desdén, su tono cortante y directo.

— JungKook, ¿cuántas veces te he dicho que me llames padre? — Protestó el hombre con un puchero que incomodó a todos en la habitación.

— ¿Por qué realmente llamaste? Vamos al grano.

— Todavía eres grosero con tu padre, JungKookie.

— No me llames así — La voz de JungKook se llenó de ira, sus palabras retumbando con una mezcla de dolor y furia — ¡Mi verdadero padre está muerto! — Gritó, su rostro contorsionándose por la emoción.

El hombre dejó de reír, sus ojos se oscurecieron mientras se inclinaba hacia adelante, apoyando las palmas de las manos sobre la mesa. Con un codo en la superficie, esbozó una sonrisa escalofriante que helaba la sangre.

— ¿JungKook, está todo bien ahí? Pareces bastante agitado — Dijo con una suavidad fingida, sus palabras impregnadas de una amenaza implícita.

JungKook lo miró en silencio, sus ojos llenos de desafío.

— No pasa nada — Dijo con una calma forzada, intentando mantener su compostura.

— ¿Estás seguro, hijo?

— Sí — Respondió, aunque su voz temblaba ligeramente.

— Ok, nos vemos pronto — Se desconectó después de dedicarle a JungKook una sonrisa falsa que no alcanzaba sus ojos, una sonrisa que prometía problemas.

JungKook se levantó de su asiento, su rostro todavía pálido y su cuerpo tenso. Los otros lo miraron confundidos, tratando de entender la gravedad de la situación.

— Él lo sabe... — Murmuró, su voz apenas un susurro.

La atmósfera en la habitación se volvió densa, cargada de una ansiedad palpable. Todos sabían lo que eso significaba: el peligro se cernía sobre ellos, y lo que iba a pasar pronto era inevitable.

—  Entonces, JaeHwan, ¿qué le ocurre a TaeHyung? — Preguntó SeokJin, visiblemente angustiado.

A su lado, los más jóvenes estaban igualmente preocupados, sus expresiones ansiosas buscando respuestas en el rostro serio de JaeHwan, quien los miró con seriedad antes de responder, su voz calmada pero cargada de seriedad:

— TaeHyung está mostrando estos síntomas debido a... — Hizo una pausa dramática, sopesando sus palabras antes de continuar — Intoxicación alimentaria.

— ¡Dios mío, me asustas! Por tu expresión, pensé que era algo más grave. No vuelvas a bromear así, idiota — SeokJin suspiró aliviado, pero aún visiblemente tenso por la situación.

JaeHwan soltó una carcajada antes de continuar, disfrutando del efecto sorpresa en el grupo:

— ¡Ja, era broma! ¡Está embarazado!

Los tres quedaron boquiabiertos, con SeokJin cerrando la boca lentamente, sus ojos muy abiertos reflejando su sorpresa y confusión. Giró lentamente la cabeza hacia TaeHyung, quien tragó saliva nerviosamente, sorprendido y temeroso por la reacción que vendría.

— ¡Kim TaeHyung, me dijiste que usaste protección — Exclamó indignado, su voz elevándose con una mezcla de incredulidad y enojo.

— ¿Soy el único sorprendido de que pueda quedar embarazado? — Preguntó JiMin, todavía aturdido por la noticia, su voz temblorosa mientras procesaba la nueva información.

— ¡JiMin, cállate y corre! — Gritó TaeHyung desesperadamente, intentando desviar la atención del asombro generalizado hacia otra parte.


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