Ꜥꜥֶָ֢⛓️ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo 15
TaeHyung abrió los ojos lentamente, sus manos automáticamente pasaron por su pecho. Sus ojos se abrieron de par en par al mirarse. "No es mi maldita cama. ¿¡Y por qué estoy desnudo con apenas una manta!?"
Gimió, pero cuando los recuerdos de la noche anterior pasaron por su mente, se sonrojó. Aunque sentía dolor, había algo placentero en esos recuerdos. Cada parte de su cuerpo dolía, pero el placer mezclado con el dolor le resultaba extraño y fascinante. Agarró la manta y se deslizó por la cama solo para no poder contener el dolor y caer al suelo, como un tritón novato que acaba de aprender a caminar.
Grito y su mirada se disparó hacia el balcón. Allí vio a JungKook fumando. El mayor solo vestía un pantalón, sus tatuajes en el cuello y brazos estaban a la vista. "¿Por qué tiene que ser tan caliente?", pensó TaeHyung, observando el piercing en el labio de JungKook que brillaba bajo el sol. Sus ojos se llenaron de una mezcla de admiración y deseo.
Al escuchar a TaeHyung gritar, JungKook se dio la vuelta y lo vio en el suelo. "Nunca podrá cambiar, no puedo cambiarme a mí mismo", pensó JungKook mientras lanzaba el cigarrillo casi terminado y caminaba hacia el menor, quien sintió un nudo de miedo en su estómago. No podía moverse debido al dolor y la fatiga, y temía lo que JungKook pudiera hacer. Todo lo que podía hacer era observarlo, su cuerpo indefenso y sus pensamientos llenos de pánico. Recordó que había desobedecido yendo al club nocturno, y temía las consecuencias de sus acciones.
El azabache seguía mirando inexpresivo a TaeHyung, mientras que el más joven solo deseaba desaparecer en ese momento. Al ver que no decía nada, JungKook lo levantó al estilo nupcial, escuchando un pequeño gemido escapar de los labios del menor. Se sentó en la cama con él en su regazo, y el joven se encogió, sosteniendo la manta apretada alrededor de su cuerpo desnudo. La vergüenza lo invadió al sentir un líquido saliendo de su entrada; la manta estaba mojada, pero JungKook parecía no darle importancia.
TaeHyung desvió la mirada, sus ojos se encontraron con el pecho duro y tatuado del adverso. Los tatuajes en su cuerpo eran oscuros y detallados, creando una imagen intimidante pero fascinante. Se sonrojó, sintiendo una mezcla de vergüenza y curiosidad. Jeon tomó un control remoto y lo presionó, haciendo que un televisor emergiera del techo automáticamente. TaeHyung se estremeció al escuchar el ruido y, de forma inconsciente, agarró el brazo firme del azabache, quien dejó escapar una pequeña sonrisa y apretó su agarre.
— TaeHyung, ¿qué quieres? — Preguntó JungKook, su voz baja y firme.
— A ti — Respondió, casi sin pensar, su voz temblorosa pero sincera.
Giró la cabeza hacia la televisión, casi rompiéndose el cuello en el proceso. Sus ojos se abrieron al ver a JungKook y a sí mismo, suplicando por el azabache. Ahora estaba completamente sonrojado, la vergüenza y la humillación inundando su mente.
— D-detente... Es vergonzoso — Murmuró, escondiendo su rostro en el pecho contrario. JungKook finalmente detuvo el video al escuchar la voz quebrada de TaeHyung.
El rubio quería preguntar por qué le había mostrado ese video. No le sorprendió la cámara, no después de haber sido secuestrado por JungKook antes. Recordaba claramente los días oscuros y aterradores en los que había sido prisionero.
— No te estoy avergonzando, te lo mostré para que no vayas y digas que abuse de ti — Explicó, su voz firme pero con un toque de preocupación.
Se levantó con TaeHyung en brazos, y este temía caer, agarrando los hombros del mayor con fuerza. Ocultó su cara ardiente, sintiéndose pequeño e indefenso. No entendía por qué no tenía miedo o temblaba como antes. ¿Era porque ahora podía ver la cara de Bunny o porque sus sentimientos estaban desarrollándose, incluso si JungKook tenía la mente jodida?
— L-lo siento, recuerdo t-todo — Susurró, incapaz de hablar fuerte después de su sesión de gritos anoche. Tenía la garganta seca y la voz más profunda, ronca.
JungKook lo llevó al baño, un espacio amplio y lujoso. Los azulejos brillaban y la iluminación suave creaba una atmósfera relajante. TaeHyung miró a su alrededor con sus grandes ojos, maravillado por el contraste. JungKook lo sentó con gentileza frente a la ducha.
— ¿No quieres usar el váter? — Preguntó suavemente.
— No — Respondió TaeHyung, sin atreverse a mirar por encima del hombro, no quería que notara su sonrojo.
JungKook asintió y, con un movimiento, lo colocó en la mesa cerca del lavamanos. TaeHyung gimió al sentir su trasero dolorido golpeando la superficie dura y, el contrario solo se rió entre dientes, disfrutando de la situación. Tomó dos cepillos de dientes y les puso pasta dental.
JungKook, todavía inexpresivo, comenzó a cepillarse. El menor se sintió avergonzado y tomó el otro cepillo, empezando a cepillarse lentamente. Sus ojos recorrieron el cuerpo de JungKook, notando lo en forma que estaba y todos los tatuajes en sus manos, cuello y pecho.
— ¿Quieres ver más? — Preguntó el azabache, levantando una ceja mientras se enjuagaba la boca.
— L-L-Lo siento — Respondió, sonrojándose rápidamente.
Se veía tan lindo que JungKook no pudo evitar sonreír, haciendo que el corazón de TaeHyung diera un vuelco. Jeon lo sacó del mostrador y también le enjuagó la boca, ambos sintiendo un extraño sentimiento de intimidad.
JungKook agarró la manta, lo que asustó a TaeHyung, haciéndole pensar que quería tener sexo en la ducha. El baño estaba lleno de vapor, y el agua caliente caía continuamente, creando una atmósfera casi surrealista.
— ¿Q-qué estás haciendo? — Preguntó con nerviosismo, sus ojos azules brillando con una mezcla de sorpresa y miedo.
— ¿Te vas a duchar con la manta? — Inquirió JungKook, arqueando una ceja, su voz teñida de una ligera burla.
— Soy tímido — Respondió TaeHyung, casi en un susurro, mirando sus pies descalzos sobre las baldosas frías.
— No lo parecías anoche — Dijo, provocando que el rubio mirara hacia otro lado avergonzado, recordando la pasión desbordante que habían compartido horas antes.
JungKook rodó los ojos y suspiró. No quería ser agresivo o enojarse con TaeHyung, especialmente sabiendo que después de cuatro rondas de sexo, el más joven sentía dolor. En cuanto al castigo, bueno, lo dejaría para más tarde, cuando TaeHyung pudiera mantenerse en pie sin tambalearse.
Jeon se quitó los pantalones, revelando que no llevaba bóxers. TaeHyung, con el rostro enrojecido, no se atrevía a mirarlo directamente. El contraste entre su piel pálida y los tatuajes oscuros de JungKook era fascinante.
— Ahora desnúdate o lo haré yo — Ordenó JungKook, su voz suave pero firme.
El corazón de TaeHyung latía rápido mientras se desvestía lentamente. JungKook lo encontró increíblemente atractivo, etéreo, con un cuerpo perfecto cubierto de sugilaciones. La forma en que la manta se deslizó por sus hermosos hombros era una visión que JungKook luchaba por no reaccionar inapropiadamente.
TaeHyung cubrió sus partes privadas con las manos, provocando una sonrisa interna en el adverso. Sacudiendo la cabeza, sostuvo al rubio, que lloriqueaba, y lo llevó a la ducha, dejándolo bajo la cascada de agua caliente. Las gotas de agua corrían por el cuerpo mas joven, resaltando cada contorno y músculo.
— ¿Por qué eres tímido? No es la primera vez que te veo desnudo. Aunque cada vez te vuelves más lindo y perfecto — Comentó JungKook, sin apartar la mirada.
A TaeHyung le gustaban los elogios, pero también sentía un pequeño aguijón en su corazón al recordar el pasado. JungKook colocó las manos de TaeHyung alrededor de su cintura para que no se cayera, sabiendo que el menor dudaría en tocarlo, aunque secretamente deseaba lo contrario. El contacto hizo que se estremeciera ligeramente.
Los ojos de TaeHyung se desviaron hacia abajo mientras JungKook se lavaba el cabello con shampoo. Lo que vio hizo que su corazón se detuviera. Sus ojos se abrieron de par en par y su boca se movía sin emitir sonido alguno. El agua que corría por el cuerpo de JungKook le daba un aspecto casi irreal.
— ¿Qué? — Preguntó, notando el comportamiento de TaeHyung. Este, aún sorprendido, señaló su parte privada.
JungKook miró hacia abajo y luego de nuevo a TaeHyung.
— ¿Que pasa? — Preguntó, sin entender la reacción del menor.
— ¡T-tienes mi maldito nombre tatuado en tu línea v! — Exclamó TaeHyung, con los ojos abiertos de par en par, sin poder creer lo que veía.
Efectivamente, en una hermosa caligrafía, el nombre de TaeHyung estaba tatuado en la línea v de JungKook. El tatuaje era una declaración audaz y permanente de sus sentimientos.
— Bebé, no deberías gritarle así a papi — Sonrió, besando los labios de TaeHyung como si nada, el último se sonrojó y escondió su rostro, sintiendo una mezcla de vergüenza y alegría.
Jeon rió entre dientes y agarró las manos de TaeHyung, tirando de ellas alrededor de su propio cuello.
— Déjame bañarte.
TaeHyung, aún sonrojado, asintió. La intimidad de la situación lo hacía sentirse vulnerable pero también profundamente conectado a JungKook.
Despues de la ducha, ambos se encontraban en la habitación bien iluminada, JungKook se preparaba para el día. Vestía una camisa blanca y pantalones de chándal, su atuendo casual resaltando sus tatuajes y piercings. Tomó una camisa blanca del armario y se dirigió hacia TaeHyung, quien estaba sentado en el sofá, observándolo con curiosidad.
— Aquí — Dijo JungKook, ignorando el brazo extendido de TaeHyung y ayudándole a ponerse un bóxer y unos pantalones cortos.
— ¿Por qué tienes mi talla? — Preguntó, sorprendido de que sus palabras salieran sin tartamudear.
— Porque lo compre — Respondió con una expresión de obviedad, como si la respuesta fuera evidente.
TaeHyung suspiró, sabiendo que era inútil seguir preguntando. JungKook siempre respondía de la misma manera, con pocas palabras.
— ¿Puedes caminar? — Preguntó el mayor, mirándolo con seriedad. TaeHyung asintió — Palabras.
— Sí.
— Bien, bajemos, tengo hambre.
TaeHyung cojeó detrás de JungKook, observando la lujosa casa a su alrededor. Los pisos de mármol relucían bajo la luz del sol que entraba por las amplias ventanas. Tropezó y, por reflejo, JungKook lo agarró rápidamente, mostrando su rapidez y fuerza.
— Ten cuidado — Dijo con tono protector.
— Lo siento — Respondió TaeHyung, agradecido cuando lo bajó al estilo nupcial, sosteniéndolo con cuidado.
El mayor lo colocó en la encimera junto a la estufa. TaeHyung se sentó con las piernas cruzadas, sintiéndose un poco asustado al estar tan cerca del fuego.
JungKook negó con la cabeza, como si supiera exactamente en qué pensaba TaeHyung. Caminó hacia el refrigerador y regresó con un tazón lleno de fresas frescas y rojas, poniéndoselo en el regazo al menor.
El más joven sonrió al ver el cuenco lleno de fresas, sus grandes ojos brillando con alegría. JungKook sonrió también, encantado al ver la felicidad en los ojos contrarios.
— Cómelas, haré el desayuno — Dijo JungKook, poniéndose un delantal.
TaeHyung solo lo miró con incredulidad, aún sorprendido de que JungKook pudiera ser tan atento y cariñoso, algo muy contrario a Bunny.
Dejó de comer sus fresas y observó con curiosidad a JungKook mientras este se mordía la perforación del labio, señal clara de que también tenía hambre. Decidió actuar como el chico dulce que solía ser y extendió su mano, que sostenia una fresa, hacia él, quien estaba concentrado cocinando una tortilla.
Jeon levantó una ceja al ver la mano extendida de TaeHyung y luego miró fijamente al chico menor, comprendiendo al instante su intención de que comiera la fresa. Con una sonrisa socarrona, se inclinó hacia él y tomó el dedo de TaeHyung entre sus labios, haciendo que este se ruborizara intensamente, casi del mismo color rojo que la fresa que sostenía. Mientras continuaba cocinando con destreza, JungKook no pudo evitar sonreír ante la reacción de TaeHyung.
— ¿D-dónde estamos? — Preguntó Kim, su voz temblorosa rompiendo el silencio de la cocina.
— En mi casa, aquí en Seúl — Respondió JungKook, sin apartar la vista de la sartén.
TaeHyung asintió para sí mismo, tratando de ignorar los latidos acelerados de su corazón mientras observaba cómo JungKook manejaba la cocina con una facilidad que no había visto antes.
— ¿Sabes cocinar ahora? — Preguntó, intentando romper la tensión.
— Cosas simples — Respondió JungKook con humildad, volteando la tortilla con un movimiento rápido y preciso.
— ¿Dónde están tus mucamas y... guardias? — Preguntó, recordando la presencia habitual de guardias en la mansión de JungKook en Daegu. La mirada furiosa del mayor le hizo preguntarse qué había dicho mal.
JungKook apagó la estufa con un gesto brusco y sirvió la tortilla en dos platos, acompañándola con pan y ensalada antes de dirigirse al comedor sin decir una palabra más.
"Oh, Dios mío, ¿dónde está? ¿Me dejó aquí solo? Ah, TaeHyung, ¿por qué tenías que abrir la boca?", se reprendió mentalmente mientras esperaba en la cocina. La súbita vuelta de JungKook, quitándose el delantal, lo tomó desprevenido, dejándolo con una mezcla de alivio y nerviosismo palpable en su postura.
— Lo-lo siento.
JungKook no dijo palabra alguna, solo lo levantó con facilidad y lo llevó al comedor, colocándolo en una silla con delicadeza antes de tomar asiento frente a él. Con un gesto silencioso, le indicó que comenzara a comer, y TaeHyung lo hizo con cautela, sintiendo la mirada intensa sobre él.
— No tengo mucamas y maté a los guardias. Aprendí una lección — Dijo JungKook, su tono serio contrastando con la sonrisa traviesa que jugueteaba en sus labios.
Casi se atraganta con el pan cuando JungKook levantó la mirada repentinamente y le dirigió una sonrisa. TaeHyung tragó saliva, intentando mantener la compostura mientras se esforzaba por procesar lo que acababa de escuchar.
"¿Por qué mataría a los guardias? ¿Qué lección aprendió?", se preguntó, sintiendo cómo su corazón latía cada vez más rápido en su pecho.
— Um... ¿Dónde está JiMin? No lo he visto desde lo del club — Preguntó, intentando desesperadamente cambiar de tema.
— Está con YoonGi Hyung — Respondió JungKook, dejando su tenedor a un lado y mirando fijamente a TaeHyung, inclinando la cabeza ligeramente y apoyándose con las palmas bajo la barbilla, una expresión que mezclaba amenaza con diversión. TaeHyung tragó saliva, reconociendo la señal de que algo no iba bien — Ahora bebé, ¿por qué me desobedeciste?
Ese fue el momento exacto en que TaeHyung se dio cuenta de que había metido la pata. Um, sí, definitivamente no debia haber mencionado el club.
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