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Ꜥꜥֶָ֢⛓️ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo 12

TaeHyung estaba en su habitación, la luz del atardecer se filtraba a través de las cortinas, bañando la habitación en un resplandor dorado. Los pósteres en las paredes y la colección de discos sobre una estantería mostraban su amor por la música. Estaba sentado en su cama, revisando mensajes en su teléfono cuando la puerta se abrió de golpe.

— ¡Tae! ¿Estás listo para mañana? — Gritó JiMin, entrando con la energía de una tormenta. Su cabello castaño se movía con cada paso mientras se lanzaba sobre TaeHyung, aterrizando pesadamente en sus muslos.

— ¡No me saltes así, no eres ligero! — Protestó, empujando a JiMin con suavidad. El peso de su amigo no era insignificante, y su estómago aún resentía el impacto.

Miró rápidamente hacia la puerta del balcón, como si esperara ver una figura conocida. Al no encontrar a la persona con tatuajes y piercings que temía, suspiró aliviado, permitiéndose relajar un poco.

— Sobre esta noche... — Comenzó TaeHyung, su voz disminuyendo en volumen mientras se mordía el labio inferior, un hábito que delataba su nerviosismo. JiMin, con su expresión alerta, no tardó en fruncir el ceño.

— ¡No me digas que no vas a ir! — Exclamó, sacudiéndolo con vehemencia. Sus ojos avellana brillaban con decepción.

— En realidad no me siento bien y sabes que ir a clubes no es lo mío — Respondió, desviando la mirada. Sabía que estaba mintiendo, pero no encontraba el valor para enfrentar la verdad.

JiMin dejó escapar un suspiro de frustración.

— ¡Tae, por favor! Necesito que vayas conmigo. Eres mi mejor amigo y estoy muy molesto porque mis padres se fueron. Como siempre, me dieron muchas lecciones sobre mi educación y luego me dejaron con una tarjeta de crédito — Su risa fue breve y amarga, y sus ojos reflejaban una tristeza profunda.

TaeHyung observó a su amigo, sintiendo una punzada de culpa. Su mente estaba dividida entre el temor a desobedecer a JungKook y la lealtad hacia JiMin. Sabía que su amigo nunca lo abandonaba, siempre estaba a su lado sin importar la situación. Decidió que no podía abandonarlo en un momento como ese.

"No soy tan débil, puedo hacer lo que quiera, que se joda" pensó TaeHyung, una sonrisa amplia iluminando su rostro. JiMin, al verlo, le devolvió una sonrisa auténtica que iluminó la habitación.

— Bien, iré — Declaró TaeHyung, su decisión siendo firme.

— ¡Sí! — JiMin gritó de alegría, saltando una vez más sobre la cama, aunque esta vez TaeHyung se preparó para el impacto. Aun así, un leve temor seguía latente en su corazón — Vamos, vamos, tengo que practicar — Añadió JiMin, tirando de él con entusiasmo.

TaeHyung, sin nada mejor que hacer, decidió seguirlo, dispuesto a apoyar a su amigo en lo que fuera necesario.

Mientras tanto, en otra parte de la ciudad, el ambiente era completamente diferente. En el acogedor restaurante de SeokJin, la atmósfera era cálida y relajada. El aroma a comida recién hecha llenaba el aire, y las mesas estaban decoradas con pequeños arreglos florales. El dueño, con su cabello rubio perfectamente peinado y ojos azules brillantes, colocaba un plato de canelones dulces frente a su amigo Lee JaeHwan, quien estaba esperando con evidente anticipación.

— Entonces, ¿cómo estuvo tu cita? — Preguntó JaeHwan, un hombre de cabello castaño y sonrisa traviesa, mientras cortaba un trozo del canelón y lo saboreaba con deleite.

SeokJin suspiró, sentándose frente a él.

— No hables de eso — Dijo, con un tono que intentaba ser despreocupado pero que no lograba ocultar la frustración.

JaeHwan levantó una ceja, disfrutando del postre.

— ¿Por qué? ¿Era tan horrible? — Inquirió, mientras una sonrisa juguetona se asomaba en su rostro.

— Primero rompió mis lentes, luego casi me ahogo por sus comentarios pervertidos, y para colmo, tiró su vaso de agua sobre mí... No preguntes, ni siquiera sé cómo puede hacer eso — Explicó, dejando escapar un suspiro exasperado. Sin embargo, una pequeña sonrisa se formó en sus labios al recordar los eventos.

JaeHwan se inclinó hacia adelante, interesado.

— Esa sonrisa no me dice que no disfrutaste tu cita. Y ni siquiera estás negando que fue una cita, como lo hiciste por teléfono.

SeokJin se sonrojó, recordando cómo insistió que era solo un almuerzo.

— Como sea... Me gustó la cita un poquito. Es torpe, pero su sonrisa, su amabilidad, y especialmente el ser un idiota lo cubren todo. ¿Y sabes cómo me llama? Príncipe. No me gusta que me pongan nombres así, pero que él lo haga no me molesta — Confesó, una sonrisa cariñosa iluminando su rostro, mientras sus orejas se tornaban rojas.

JaeHwan le dio una palmada en la mano, sonriendo.

— Estoy feliz por ti, Jin. Te lo mereces.

En el campus de la universidad, el ambiente estaba animado. Estudiantes corrían de un lado a otro, algunos practicando deportes y otros simplemente disfrutando de la tarde. TaeHyung observaba a JiMin desde una distancia prudente.

— JiMin, ten cuidado — Advirtió al notar la presencia imponente de ChanYeol en el campo.

El campus estaba abarrotado de estudiantes, algunos practicando diversos deportes mientras otros simplemente observaban a los chicos más atractivos.

— No te preocupes, lo haré — Respondió con una sonrisa antes de empezar a practicar.

TaeHyung observaba cada movimiento de su amigo, su corazón apretándose al ver cómo los otros jugadores lo ignoraban y se centraban en complacer a Park ChanYeol.

— Hey, TaeHyung — Una voz familiar interrumpió sus pensamientos. Se giró y vio a BoGum acercarse con una sonrisa.

— ¡Oh, BoGum Hyung! ¿Qué estás haciendo aquí? — Preguntó, sorprendido pero complacido por la compañía.

— No mucho, acabo de terminar mi proyecto, así que con el permiso del maestro, lo guardé en la sala de presentación — Respondió con una sonrisa tranquila. BoGum tenía otras intenciones más allá de la simple amistad, se sentía atraído por TaeHyung.

— Oh, entiendo — Murmuró, sin apartar la vista de JiMin.

BoGum, aprovechando la distracción, tocó el muslo de TaeHyung. Este se tensó y apartó la mano rápidamente, tragando saliva con nerviosismo. Se levanto y caminó hacia JiMin.

— ¿Qué pasó, Tae? — Preguntó JiMin, deteniendo su práctica.

— Tienes suerte de que no tenga trabajo hoy. Entonces seré el portero — Respondió con una sonrisa, intentando levantar el ánimo de su amigo.

— Tae, no tienes que hacerlo — Replicó, aunque su sonrisa mostraba agradecimiento.

— Vamos, muéstrame lo que el gran Park JiMin puede hacer — Insistió, colocándose en su posición. JiMin, con una sonrisa juguetona, se aseguró de que usara protección en las rodillas y codos antes de continuar.

El juego comenzó con una intensidad renovada. Park estaba exultante mientras jugaba, y Kim jadeaba pero sonreía, a pesar de caerse repetidamente al intentar detener los tiros.

— ¡Wow, Minnie, eres el mejor! — Aplaudió con entusiasmo, sus manos aun cubiertas por los guantes.

De repente, una voz interrumpió su momento de diversión.

— ¡Ahora di quién es el mejor! — Se escuchó a ChanYeol justo antes de que una pelota golpeara a TaeHyung en la cara con fuerza, haciéndolo caer pesadamente al suelo.

— ¡TAE! — Gritó JiMin, corriendo hacia él con preocupación. Se agachó junto a TaeHyung, quien se agarraba la frente con una expresión de dolor. El castaño, con los ojos llenos de ira, lo sostuvo con cuidado — Tranquilo, Tae, estoy aquí — Murmuró, mirando alrededor con furia contenida. Sabía que alguien pagaría caro por haber lastimado a su amigo.

Park JiMin, enfurecido, no era algo que quisieran ver. La habitual dulzura de su rostro había desaparecido, sustituida por una expresión de pura ira. Sus ojos avellana centelleaban peligrosamente mientras se lanzaba hacia ChanYeol, quien se reía sin control.

— ¡Jirafa de mierda! — Gritó con toda la fuerza de sus pulmones. Su voz resonó en el aire, atrayendo la atención de todos a su alrededor. Saltó, con la determinación de un felino, y propinó un puñetazo a ChanYeol, alcanzando su mejilla con un impacto resonante.

Los otros estudiantes, que habían estado observando la escena, parecían dispuestos a unirse a la pelea, formando un círculo tenso alrededor de los combatientes. Sin embargo, YoonGi se adelantó, su mirada severa recorriendo el grupo.

— Tóquenlo y todos ustedes están muertos — Dijo, su voz deteniendo en seco a los posibles agresores. La amenaza implícita en sus palabras era palpable, y nadie se atrevió a desafiarlo.

Por otra lado, JungKook acababa de bajarse del auto, su rostro reflejando la irritación por la larga y tediosa conversación con HoSeok. Sus ojos negros, normalmente brillantes y curiosos, estaban ahora cargados de impaciencia. Al alzar la vista, la escena que se desplegó ante él lo dejó helado: primero, TaeHyung recibía un pelotazo en la cara, su expresión de dolor clara incluso a la distancia. Segundo, BoGum se acercaba para ayudarle justo cuando JiMin comenzaba a pelear.

Sin perder un segundo, con una actitud posesiva y casi psicópata, avanzó decidido, sus tatuajes y el piercing en su labio subrayando su aura intimidante.

— ¡Quita tus jodidas manos de él! — Exclamó JungKook, empujando a BoGum con tal fuerza que este tropezó hacia atrás, tragando saliva asustado al encontrarse con la mirada mortal del contrario.

— ¡Oh, Dios mío, Tae! — HoSeok, preocupado, corrió hacia TaeHyung. Su cabello negro ondeaba mientras se movía rápidamente, pero sabía que JungKook no lo dejaría tocarlo, así que se dirigió a YoonGi en busca de ayuda.

— D-duele — Sollozó, sosteniendo su cabeza con ambas manos. Sus cabellos rubios estaban desordenados, y sus ojos azules se llenaban de lágrimas.

JungKook rápidamente lo tomó en brazos, levantándolo en estilo nupcial, una imagen que provocó suspiros y envidia entre las chicas presentes. Colocó a TaeHyung en un banco cercano con una delicadeza sorprendente para alguien con su apariencia ruda. Mojó un pañuelo en un grifo cercano antes de ponerlo con cuidado en la frente de TaeHyung, quien se quejaba del dolor.

— Mírame — Ordenó JungKook, su voz firme y exigente. TaeHyung, aún con la mirada baja, seguía sosteniendo su cabeza — Tae — Insistió.

Las mejillas húmedas de TaeHyung y sus labios temblorosos con un puchero hicieron que el corazón de JungKook se suavizara, pero el bulto rojo en la frente del joven lo volvió a enfurecer. Puso el pañuelo en la frente de TaeHyung, quien siseó ante la presión.

— Está bien, deja de llorar — Dijo con voz cálida, sus ojos negros ahora llenos de preocupación genuina. TaeHyung finalmente dejó de llorar y lo miró, estaba concentrado en su frente, sus dedos largos y tatuados trabajando con precisión.

Mientras tanto, ChanYeol, recuperándose del golpe, se levantó tambaleándose y gritó, su voz teñida de rabia y arrogancia.

— ¡¿Sabes quién soy?! ¡Mi padre es dueño de la famosa compañía petrolera aquí!

— ¿¡Me veo como si me importara, pedazo de mierda!? — Gruñó YoonGi, sus ojos brillando con una furia contenida.

— ¡Oh, por eso pareces familiar! — HoSeok se dio cuenta de la conexión al igual que YoonGi, pero no dijo nada.

— Minnie, quédate atrás — Ordenó YoonGi, su voz firme.

— Pero yo...

— JiMin, simplemente hazlo — Insistió YoonGi, y JiMin, a regañadientes, obedeció, dando un paso atrás pero sin dejar de vigilar a ChanYeol con una mirada asesina.

YoonGi se lanzó hacia ChanYeol, sus movimientos precisos y llenos de fuerza. Un solo golpe bastó para que ChanYeol comenzara a sangrar por la nariz, tambaleándose por la sorpresa y el dolor.

— Oh, no lo haría si fuera ustedes — Advirtió HoSeok a los otros chicos que se preparaban para pelear contra YoonGi. Su tono era serio, una advertencia que no debía tomarse a la ligera. Sin embargo, no lo escucharon y se lanzaron — ¡Maldito imbécil! Ser tu mejor amigo siempre termina así — Suspiró, sus ojos llenos de resignación mientras comenzaba a lanzar golpes y patadas con una precisión y fuerza que revelaban su entrenamiento.

— ¡Bueno, maldito idiota, deberías haberlo pensado antes de tomar la posición de ser mi mejor amigo! — YoonGi puso los ojos en blanco y miró a ChanYeol, quien nuevamente estaba agachado, su nariz sangrando profusamente — Escucha con atención, mantente alejado de JiMin y no estoy bromeando. ¿No quieres estar en la lista negra de Suga de BTS? — ChanYeol abrió los ojos como platos, el miedo evidente en su rostro — Si alguna vez te escucho o te veo deambulando o sin respetar a mi JiMin, entonces no dudaré en revelar qué pasa en esas fábricas de petróleo de tu familia — Sonrió, una sonrisa fría y calculadora.

— L-lo siento, no lo tocaré — Tartamudeó, el miedo transformando su voz en un susurro. Sus ojos buscaban una salida, cualquier escapatoria de la amenaza inminente.

BTS estaba en la cima de la jerarquía, el grupo más peligroso y hábil en el país. Todos lo sabían, y pocos se atrevían a desafiar su dominio.

— Oh bien, tendria que llamar a BaekHyun y decirle lo que está haciendo su dulce novio — Añadió, su tono casual pero lleno de amenaza.

— ¡No! ¡Él me torturará! Te prometo que nunca lo tocaré — Asintió ChanYeol, temblando ante la perspectiva de enfrentar la ira de BaekHyun. La idea de que su novio descubriera que estaba intimidando a alguien era más aterradora que cualquier cosa que YoonGi pudiera hacerle.

Con un último vistazo a TaeHyung, asegurándose de que estaba a salvo en los brazos protectores de JungKook, YoonGi se giró hacia HoSeok, asintiendo en señal de misión cumplida.

JungKook observó con atención a TaeHyung, notando cada gesto de incomodidad en su rostro. Con voz suave, preguntó:

— ¿Te duele mucho? — TaeHyung apartó la mirada rápidamente, sintiendo el rubor subir por sus mejillas mientras asentía tímidamente. La preocupación en los ojos de JungKook era evidente mientras continuaba: — Estará bien, descansa aquí un momento. — Con cuidado, lo acomodó en un banco, deslizando sus dedos con ternura por la frente del rubio, quien se ruborizó intensamente bajo su contacto reconfortante.

JungKook se volvió hacia ChanYeol y YoonGi con determinación. Sin pronunciar una palabra, avanzó hacia ellos con pasos firmes y decididos. Antes de que ChanYeol pudiera reaccionar, un puñetazo lo alcanzó, seguido de una serie de golpes persistentes mientras expresaba su furia con cada movimiento.

— ¿¡Por qué le lanzas una pelota a TaeHyung!? ¿¡Qué esperabas que sucediera!? — La voz de JungKook resonó con firmeza mientras golpeaba a ChanYeol, sus ojos centelleando con indignación y desaprobación.

— JungKook, por favor, déjalo ir — TaeHyung intervino, su voz temblorosa tratando de calmar la situación mientras se acercaba para detener la confrontación. El peso de las miradas de los presentes lo obligó a detenerse, arrastrando a JungKook lejos de la escena con un gesto apresurado.

Con un silencio pesado, todos se acomodaron en el auto, con JungKook tomando el volante, YoonGi en el asiento de coopiloto y los demás ocupando los asientos traseros. El ambiente tenso se mantuvo, interrumpido solo por el tono de llamada estridente de HoSeok que resonó en el interior del vehículo.

Antes de que HoSeok pudiera siquiera pensar en responder, una mirada fulminante de JungKook lo silenció instantáneamente, obligándolo a apagar rápidamente su teléfono. JungKook no estaba dispuesto a tolerar distracciones en ese momento.

Mientras tanto, en las calles adyacentes, SeokJin se despedía de JaeHwan cuando se encontró con NamJoon afuera, recostado con desenfado contra su auto.

— ¿Qué haces aquí? — Preguntó, desconcertado por la presencia inesperada de NamJoon.

JaeHwan, siempre juguetón, observó la interacción con una sonrisa traviesa.

— Oh, así que este es el famoso NamJoon, ¿eh? — Bromeó, disfrutando del momento incómodo.

SeokJin, visiblemente incómodo, intentó liberarse del abrazo de JaeHwan cuando NamJoon lo rodeó con sus brazos, demostrando su posesividad de manera sutil pero evidente.

— NamJoon, déjame, por favor — Pidió, sintiendo el rubor subir por sus mejillas ante la cercanía repentina de NamJoon.

— Hola, soy amigo de Jin, Lee JaeHwan — Alzo su mano para darle un apretón de manos. NamJoon le sonrió y gustoso acepto el gesto.

— Soy NamJoon, el novio de Jin — Dijo orgulloso, aunque su declaración fue interrumpida por un golpe en la cabeza cortesía de SeokJin, quien negó vehementemente cualquier compromiso no confirmado.

— ¿¡Novio!? ¿¡Cuándo acordamos eso!? — Exclamó, cruzando los brazos sobre el pecho mientras lo miraba fijamente, desafiante y confundido.

— Lo siento, eso me salió sin pensar, pero definitivamente... me gustaría... que... — NamJoon tartamudeó, sorprendiendo a SeokJin con su sinceridad y confianza, aunque su expresión era una mezcla de sorpresa y desconcierto.

Mientras eso, JaeHwan se retiraba con una sonrisa cómplice, NamJoon hizo un esfuerzo por impresionar a SeokJin, mostrando sus hoyuelos con una sonrisa nerviosa.

— Parece que has ganado su aprobación — Comentó, finalmente relajándose ante la actitud determinada de NamJoon.

Con una sonrisa complacida, NamJoon asintió, sintiéndose más seguro de sí mismo a medida que JaeHwan se alejaba, aunque la incertidumbre seguía latente en su interior.

Después de recuperar su cerebro del romántico país de las maravillas, preguntó con una expresión entre sorprendida y molesta: — ¡Ya tiene pareja y deja de mirarlo así! ¿¡Y qué estás haciendo aquí!? — Sus ojos azules destellaban con una mezcla de incredulidad y preocupación.

— Oh, no te preocupes Jinnie, solo te quiero a ti, eres demasiado guapo y estaba cerca, así que pensé en recogerte.

— Primero que nada... Sé que soy guapo y segundo tengo un auto — Replicó con firmeza, anticipando la respuesta y entrecerrando levemente los ojos.

NamJoon asintió felizmente, con una chispa traviesa en sus ojos.

— Oh, tengo una solución para eso, te dejaré aquí mañana entonces.

— Buena idea pero, ¿Por qué voy a ir contigo? — Preguntó con un deje de curiosidad y desafío en su tono.

NamJoon sonrió, revelando una hilera perfecta de dientes blancos.

— Tengo un macaron rosado en mi auto especialmente para ti.

— ¿¡Qué estamos esperando!? Vamos — Exclamó SeokJin emocionado, incapaz de resistirse a la tentación de la comida rosa y lanzándose hacia la aventura sin dudarlo.

NamJoon conducía a casa, con una sonrisa satisfecha en el rostro.

— Estoy feliz de que te guste — Comentó mientras giraba el volante.

— Yo también estoy feliz y... ¿por qué están todos reunidos allí? — Preguntó SeokJin, señalando su casa y viendo a los chicos amontonados en la entrada.

Sin perder tiempo, se bajó del auto y corrió hacia la escena. Siempre protector con TaeHyung, encontró a JungKook sosteniendo a su hermano menor, que tenía la frente hinchada.

JiMin, aún sorprendido, no esperaba ver a YoonGi aparecer en ese momento. Tampoco podía asimilar rápidamente la idea de que él, JungKook y HoSeok, hubieran golpeado a ChanYeol y sus secuaces.

— Oh, Dios mío, ¿qué te pasó, Tae? — Exclamó SeokJin, tomando a su hermano en sus brazos mientras JungKook lo soltaba.

— Fue golpeado por una pelota — Explicó HoSeok.

Entraron rápidamente a la casa y sentaron a TaeHyung en el sofá. JungKook lo observaba atentamente mientras JiMin traía hielo para que lo pusiera en la frente de TaeHyung.

NamJoon miró a HoSeok e hizo una señal para que le explicara la situación más tarde.

— ¿Quién fue el idiota que hizo esto? — Preguntó SeokJin, visiblemente enojado y listo para pelear, pero se detuvo cuando TaeHyung lo abrazó.

— No te preocupes, YoonGi Hyung, Hobi y Kook se encargaron de eso — Respondió JiMin, recibiendo una mirada de JungKook por llamarlo "Kook"

NamJoon recibió una llamada y salió a atenderla. Luego regresó.

— SeokJin, tenemos que irnos. TaeHyung, cuídate. Chicos, vamos — Dijo NamJoon con una dulce sonrisa para TaeHyung, quien le devolvió la sonrisa. SeokJin asintió, todavía luciendo enojado — Príncipe, no frunzas demasiado el ceño o te saldrán arrugas — Le ssusurró, besando su frente.

Una vez en su hogar, YoonGi se acomodó en el sofá, ocupando la mayor parte del espacio y dejando a HoSeok en un pequeño rincón.

— Entonces, ¿quién era? — Preguntó YoonGi, queriendo más detalles.

— El jefe, todo está listo y confirmado. El objetivo estará allí. Solo tenemos que prepararnos — Dijo NamJoon mientras abría su computadora portátil.

— Estoy listo — Afirmó JungKook, lo que hizo que los demás asintieran en acuerdo.

— Woow, parece una de esas películas de acción... — Se rió HoSeok, mirando la situación.

— ¡Cállate! Y dame el mando — Exigió YoonGi.

— Hey, YoonGi... ¡está al lado de ti! — Señaló HoSeok, frustrado pero divertido por la situación.


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