Capítulo 9
Will
20 de noviembre (aniversario de la Tienda de la Telepatía).
Hoy necesitaba ir a la Tienda de la Telepatía.
Después de mi cumpleaños Dipper y yo éramos un poco más cercanos, casi podía considerarlo un amigo sin tener miedo a que me llame patético, no me ponía terriblemente nervioso cuando a su lado e incluso debía reconocer que me sentía muy cómodo a su lado, de cierta manera me era fácil hablar con él, ¡había días en los que hasta bromeábamos! Pero eso no implicaba que le dejaría saber mis sentimientos por él, eso sería una completa locura.
Y yo aún estaba cuerdo.
Había logrado convencer a Pacifica que me acompañará, no podía siquiera pensar en asistir solo en esa ocasión, era el Aniversario de la Tienda de la Telepatía y definitivamente necesitaría apoyo, y por supuesto Bill jamás me acompañaría ahí, debido a lo mucho que odiaba a los Gleeful.
Él estaba totalmente en contra de mi reciente amistad con Dipper, aunque claro, él nunca me decía nada, pero no tenía que hacerlo, las miradas asesinas que le lanzaba al mayor de los Gleeful cuando estaba en la casa estudiando o pasando el rato eran más que suficientes para dar a entender su mensaje: aléjate de mi hermano.
—¡Will! —grito Charlotte abrazándome en la salida—, hace tiempo que no te veía.
—¡Lottie! —la abracé de vuelta—, ¿dónde te habías metido?
—Pacifica me había escondido en su sótano y me había prohibido salir —respondió la rubia mayor.
—Eso no es cierto —replico Pacifica—, no es mi culpa que vivas lejos, boba.
—Pero sí es tu culpa que no me visiten tanto —le saco la lengua Charlotte a Pacifica—, en fin, cariño, no sabes como he extrañado a mis tesoritos.
—¡No somos tus tesoritos! —dijimos Bill y yo al unísono, ella sabía que odiábamos que nos llamará así.
—Sí lo son —respondió, ella era un par de años mayor que nosotros, no se le notaba, pero aun así ella nunca desaprovechaba la oportunidad de tratarnos como a unos bebés.
—Bueno deberíamos salir esta noche —dijo Bill emocionado, hacía un par de meses que no veíamos a la prima de Pacifica, a pesar que de pequeños solíamos salir todo el tiempo, o al menos hasta que se mudó a una ciudad lejana.
—Pacífica y yo no podemos esta noche —comenté tratando de no delatarme.
—¿Van a salir esta noche? —pregunto mi hermano evidentemente confundido, él sabía perfectamente que no me gustaba salir para nada, los viernes eran "mi día de dormir", aunque la mayoría de las veces me escapaba para ir a ver el espectáculo de la Tienda, pero eso era algo que Bill no sabía... por ahora.
—Sí... Paz y yo saldremos por ahí —respondí nervioso.
—Tiene algo que ver con los Gleeful, ¿verdad? —Bill alzó una ceja y me lanzó una mueca—, eres demasiado obvio cuando se trata de él.
—¿Él? —preguntó Charlotte—, ¡William no me habías dicho que ya habías encontrado pareja! —me reprimió la rubia mayor, todos ahí sabían perfectamente mi orientación sexual, nunca había sido un secreto para ellos.
—Primero que nada, no es mi pareja —me sonroje furiosamente ante las miradas de los presentes, Bill estaba irritado, mientras que ambas rubias me miraban con ternura y emoción, ¿cómo no sonrojarse con eso?—, y segundo... ¿qué tiene si es algo con los Gleeful? —replique, no quería tener esta conversación ahora.
—Sabes mi opinión respecto a tu... —Bill se interrumpió—, lo que sea que tengas con ellos, no me agrada Dipper.
—Pero a mí sí me agrada —dije.
—Agradar no es el término que yo usaría en tu caso —respondió Pacifica, me sonrojé aún más.
—¡Déjenlo! —Charlotte me abrazó sobreprotectoramente—, ¿qué no ven que avergüenzan al pequeño Willy? Pobrecito, no sabe cómo reaccionar a su primer amor.
—No ayudas en nada Charlotte —respondí.
—Lo sé tesoro —comenzó a reír—, pero no pude evitarlo, tienes que presentármelo.
—No, no te lo presentaré porque primero que nada no es mi pareja —me solté de su abrazo frustrado—, y segundo, eres una loca acosadora y de seguro lo asustarías —me lanzó una mirada ofendida, abrió la boca para replicar, pero no la deje—. Aparte no iré con él a ningún lado, simplemente iré con Pacifica a ver unas cosas —no era una total mentira.
—Cómo quieras William —respondió Bill, pocas veces usaba mi nombre y no una de sus derivaciones, era obvio que estaba molesto—, cuando llegues un día llorando porque termino mal, no digas que no te lo advertí.
—No te preocupes Bill, yo estaré pendiente de él —dijo Pacifica.
—Eso no va a pasar —rodé los ojos—, ahora vamos a la casa que se está haciendo tarde, Charlotte —me dirigí a ella—, ¿qué te parece si salimos los cuatro mañana?
—Suena perfecto —respondió y me abrazó, luego abrazo a Bill y se fue junto con Pacifica, todos nos encaminamos a nuestro hogar.
Cuando dieron las 8 ya estaba listo, muy nervioso pero listo.
Salí de la casa, el chofer ya me estaba esperando afuera, acababa de cumplir la edad legal para conducir, pero aun no sabía, así que tenía que seguir usando al chofer de la familia un poco más.
Llegamos a la casa de los Pines y Paz ya estaba afuera esperando por mí.
—Will, qué bueno que llegaste, Gideon ya estaba a punto de cambiar de opinión y no cambiarme de turno —sonrió ampliamente.
—Entonces llegué justo a tiempo —reí.
Estaba demasiado ansioso por ir y Pacifica lo había notado, sujeto mi mano y le dio un leve apretón.
—¡Hey! Tranquilo, no hay peligro, no tiene porqué ser diferente a los demás viernes.
—No lo sé Paz, no me gustaría que me viera y se enojará o me dejará de hablar o algo por el estilo.
—No creo que eso pasé, cualquier cosa venimos por el aniversario y ya —me lanzó una sonrisa reconfortante—, además estaré contigo en todo momento para apoyarte.
—Eso si Mabel no te secuestra de nuevo —soltamos una risa, no era del todo mentira, la menor de los Gleeful últimamente intentaba pasar mucho tiempo con Pacifica—, pero gracias, por eso eres la mejor.
El resto del camino fue en silencio, sentía mi estómago alterado y los nervios en la punta de mi piel, estaba muy preocupado por lo que podría pasar, pero Pacifica tenía razón tenía la excusa perfecta para asistir hoy, y si no me había cachado antes ¿por qué me vería ahora?
Por fin llegamos y había muchísima gente alrededor, así que ¿cuáles eran las probabilidades de que me vea? Casi ninguna, pero con mi suerte... no estaba tan seguro de ello.
—Sí, te lo estoy diciendo en serio —dijo una chica detrás de mí—, Dipper Gleeful va a salir conmigo apenas termine esto, créeme lo tengo en la palma de mí mano —volteé discretamente y vi a una chica pelinegra, se me hacía algo familiar...
—No te creo nada Megan —respondió su amiga, y supe de donde la conocía, era una chica que siempre le hablaba a Dipper en los almuerzos... la odiaba, pero al menos ahora sabía su nombre—, él nunca sale con nadie.
—Ya verás, después de que acabe el espectáculo vamos a ir a una cita —respondió con orgullo—, él me lo prometió.
Las chicas se alejaron riendo, no me creía para nada lo que la chica acababa de decir, pero tampoco le di mucha importancia al asunto, tomé a Pacifica del brazo y la jalé lo más lejos que pude de esas dos bueno tal vez sí me importaba, pero solo un poco.
Entramos a la "Tienda de la Telepatía" y me posicione en el lugar de siempre, al fondo porque por mucho que me hubiera gustado sentarme al frente no podía arriesgarme a que me notará, en esta clase de situaciones eran la únicas donde detestaba mi cabello azul que resaltaba, sólo rogaba que nada demasiado raro pasará.
Dipper se posiciono en el centro del escenario y... me perdí por el resto de la noche.
—Eso... fue interesante —murmuro Pacifica saliendo de la Tienda, el espectáculo había terminado.
—Sabe que vine —contesté aturdido, estoy jodido, jodido, JODIDO.
—No puedes estar seguro de eso Will, habían muchísimas personas —respondió tratando de subirme el ánimo—, aunque la señora haya gritado a nuestro lado... tal vez no te vio.
—No, no lo entiendes —negué con la cabeza rápidamente—, yo soy el chico que siempre llega tarde y que no le responde al maestro, es algo estúpido, siempre estoy distraído y el maestro me pregunta algo, generalmente no puedo responder y el responde por mí, suele pasarnos seguido, siempre me mira y se ríe de eso, y me molesta todo el tiempo por llegar tarde... es tan vergonzoso —tapé mi rostro con mis manos.
—Oh, ¿entonces a ti te dedico la canción? —rió—, eso es tierno.
—¡No! No es tierno, es otra de sus bromas, ya sabes cómo es —sentía mis mejillas calientes a más no poder—, me quiero morir.
—Si mueres no podrás alejar a esa chica de tu hombre —dijo y quité mis manos del rostro.
—No es mi hombre —respondí, pero aun así miré hacia donde la rubia veía, era la misma tipa de hace rato.
—Y no lo será si no haces algo respecto a eso —comentó divertida.
Me paralicé totalmente cuando Pacifica comenzó a empujarme hacia donde estaba Dipper hablando con la chica de cabello negro de antes, no podía verle el rostro al castaño ya que éste estaba de espaldas, pero la expresión en el rostro de la chica me hizo sentir mejor.
Estaba evidentemente ofendida.
No tardo ni dos minutos en darse la vuelta e irse totalmente indignada, Dipper se volteó y me vio siendo empujado por Pacifica, sonrió y comenzó a acercarse, demonios.
—¿Qué hacen ustedes dos aquí? —preguntó Dipper cuando llegó frente a nosotros.
—No estoy seguro de cómo terminé aquí —mentí.
—Eso no es cierto —me interrumpió Pacifica—, venimos a verlos, supimos que era el aniversario de la Tienda y no podíamos perdérnoslo —sonrió ampliamente, traidora.
—Pacifica —murmuré avergonzado—. Nosotros sólo estábamos de pas-
—¡Encanto! —me interrumpió una voz—, pero ¿qué haces aquí cariño? —una chica de cabellos castaños se había acercado a Pacifica y la estaba abrazando.
—Yo... eh... nosotros venimos a verlos —respondió la rubia, Mabel la soltó.
—¿Y qué te pareció cielo? —dijo Mabel y comenzó a llevársela por otro lado.
—Supongo que nos vemos luego Will —Pacifica me sonrió y se alejó junto a Mabel, doblemente traidora.
—Eso sigue sorprendiéndome —murmuró Dipper.
—¿Qué cosa? —pregunté.
—Lo mucho que cambia la actitud de mi hermana cuando esta con alguno de los Pines —se encogió de hombros—, usualmente debemos ser educados y eso, pero con ellos... se vuelve tan... bueno tú lo has visto.
—Sí, especialmente por cómo se porta cuando voy a tu casa y cómo se comporta luego, parecen dos personas diferentes.
—Sí, sí... —respondió—, ahora vayamos al grano, si te soy totalmente honesto, jamás me esperé verte por aquí —sentí el calor tratando de subir a mis mejillas—, nunca creí que Bill te dejaría venir.
—Yo no necesito pedirle permiso de nada a Bill —repliqué, me lanzo una mirada sorprendida—, bueno... eh... él en realidad... no sabe que estoy aquí —dije en apenas un susurro, avergonzado—, me mataría si se entera.
—Pues supongo que tendremos que ver que no se enteré —sonrió, ¿era normal que me derritiera por dentro con esa sonrisa?—, eso no responde que haces aquí William, eres bueno desviando las preguntas, pero yo lo soy más recuperándolas.
—Emm... sí... yo pasaba por aquí y... me acordé que hoy tenían show... y supongo que me dio curiosidad así que entré... lo siento —soltó una carcajada, casi me desmayo ahí mismo, demonios.
—Eres la única persona que se disculpa por asistir a un show —me sonrojé furiosamente.
—Lo siento —volví a decir y bajé la cabeza.
—Deja de disculparte idiota —alcé la cabeza para verlo, me sonrío—, ¿entonces vinieron porque no tenían nada mejor que hacer?
—En realidad —respondí y por un minuto me armé de valor—, vine a verte.
—Me alegro de escuchar eso.
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Perdonen el retraso, sorry pero mi día estuvo super loco, los quiero, bye.
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