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Capítulo 5


Will

28 de septiembre.

Era un manojo de nervios. Eso era bastante evidente, no sabía cómo mantener todas mis emociones en orden, incluso aunque ayer había pasado algo de tiempo con él seguía nervioso.

No era lo mismo estar con él en público, que a solas...

Estaba en la sala, Dipper y Mabel habían salido de la habitación hacía un par de minutos y no tenía ni idea de donde estaba el comedor, pero moría de hambre, me había saltado el almuerzo junto con Pacifica para buscar libros que ayudarían con el proyecto y para que me diera consejos y no arruinarlo todo completamente, para ser honestos había cometido casi la mitad de las cosas que me dijo específicamente que no haga.

Me levanté y me dispuse a encontrar el comedor, después de todo Dipper me había dicho que me adelantará, pero la casa era enorme. Me topé con una habitación que creí que sería el comedor, resulto ser otra sala, había un piano en ella.

Me acerqué al piano, era hermoso, uno de cola negro, parecía que había sido utilizado hace poco. Yo también tenía uno en casa, era el instrumento que más amaba después de todo, simplemente no pude resistir y toqué una nota, temblé, sonaba muy bien.

Comencé a juguetear con algunas teclas, no era nada malo tocarlas un poco, ¿verdad? Simplemente me gustaba el sonido de aquel instrumento, escuché con atención las notas tocadas al azar, aun así, sonaba hermoso.

—Se puede saber, ¿qué estás haciendo? —me detuve de golpe, el sonrojo subió a mis mejillas, diablos.

—Yo... em... lo siento —tartamudeé nervioso—, estaba buscando el comedor, cuando me encontré con el piano y... no pude evitarlo, lo siento —bajé la mirada esperando un regaño, un insulto, irritación, cualquier cosa... menos eso.

Dipper estaba riendo.

—¿A eso le dices tocar? —dijo divertido—, yo te enseñaré que es tocar —me quite del piano algo extrañado, ¿en serio esto le parecía divertido? Me esperaba una reacción total diferente en él, simplemente sentó y sus dedos empezaron a moverse sobre el teclado.

Empezó a tocar, al principio la canción era lenta y delicada... hasta que empezó de verdad. Sus dedos se deslizaban por el piano con agilidad, delicadeza y una destreza impresionante, podría haberme quedado viéndolo todo el tiempo del mundo, era casi hipnotizante, abrumador...

—Entonces, ¿te gusta la música clásica? —pregunté interesado, esa era otra cosa que no sabía de él, y tenía que aprovechar cada dato que pudiera conseguir.

—Oh sí, siempre me ha fascinado —contesto con desinterés—, algo me dice que a ti también.

—Sí, cuando era niño mis padres solían poner música clásica todo el tiempo, me encariñé tanto con la música que decidí ser parte de ella —contesté sin pensar, no creía que eso le interesará.

—A mí me obligaron a aprender —contesto indiferente levantándose del piano—, pero a la larga termino por gustarme.

Nos dirigimos al comedor, el cual resulto estar en la habitación continua, comimos hablando de música, compositores, y al final terminamos hablando de otras cosas, nada fuera de lo ordinario, pero para ser él... lo era todo.

No habíamos terminado el trabajo, era bastante extenso y, a decir verdad, incluso con la eficiencia con la que trabajábamos, nos tomaría mínimo tres sesiones más, y ya se estaba haciendo tarde, tenía que irme a mi casa.

—Bueno, ¿te parece si continuamos mañana? —pregunté guardando mis libros, él asintió—, ¿de nuevo en tu casa o...?

—Seguro... —se detuvo un instante—, ¡no! Mañana aquí no —soltó algo alterado.

—Entonces, ¿en mi casa? —pregunté un poco sorprendido por su cambio de actitud.

—Mmm... seguro, sólo espero que el imbécil de tu hermano no estorbe —contesto irritado ¿tan poco soportaba a Bill?

—Lo más seguro es que no esté... últimamente nunca está en las tardes —desde que había empezado a salir con "Pino" como le decía, ya que no había querido decirme su nombre, siempre estaba afuera con él, sino ya vería como sacarlo—, sólo que no muy a la salida, ¿puede ser cómo a las 5 de la tarde?

—Sí, como sea —se encogió de hombros—, nos vemos mañana, el chofer de la familia te llevará a tu casa.

—¿Ah? —pregunté.

—No planeas irte a pie ¿o sí? —negué con la cabeza y sentí las mejillas calientes—, bueno él te llevará, nos vemos mañana.

Dipper se quedó en la mansión mientras que yo subía al automóvil de los Gleeful y me iba a casa, probablemente Bill estaría esperándome, eso si es que estaba.

Cuando llegué agradecí al chofer y entré, Bill estaba en la sala hablando por teléfono, me saludó con la cabeza y, a juzgar por la sonrisa que traía en el rostro, lo más seguro es que estaría hablando con el chico ese que conoció en la fiesta, después colgó el teléfono porque los empleados ya tenían lista la cena.

Bill y yo cenamos solos cómo cada noche, después cada quien se fue por su lado, tener mucho dinero no lo era todo, porque a pesar de que íbamos a una de las escuelas más prestigiosas, exclusivas y caras del país, de que teníamos sirvientes y cosas de ese estilo, siempre estábamos solos en la inmensidad de nuestra mansión, nuestro padre nunca estaba papá había recurrido a encerrarse en el trabajo para alejar el recuerdo de mamá y no teníamos más familiares, desde la muerte de nuestra mamá, siempre estábamos sólo él y yo, junto con muchos extraños que sólo eran nuestros empleados, no les importábamos en absoluto.

Era de noche y sólo tendría que estudiar un poco para un examen, fuera de eso no tenía más tarea, ya que la mayoría la había adelantado en el almuerzo o durante mi modulo libre, Esa era la razón por la que llegué antes, para mi buena fortuna mi maestro de la última clase no había asistido así que me dediqué a adelantar tarea y cuando faltaban 10 minutos para tocar fui a esperar, llegando antes que Dipper. No quería que mi reputación de llegar tarde lo hiciera enojar, así que decidí ir lo más temprano posible.

Mi día había sido un torbellino de emociones... Dipper Gleeful estaba metido en mi sistema más de lo que me había percatado hasta hoy, probablemente me iba a volver loco.

Así que me encerré en mi habitación, tome mi libro y traté de concentrarme lo mejor que pude, intenté estudiar lo más que podía, pero no se me quedaba casi nada, no me iba a ir nada bien en ese examen, no podía concentrarme en absoluto ni retener algún dato... pero ¿quién podría? Si sólo podía pensar en Dipper Gleeful y sus endemoniadamente lindos ojos.

Suspiré frustrado y cerré el libro, no iba a servir de nada, así que tomé mi teléfono y busqué el número de la persona que necesitaba en ese momento...

—¿Bueno? —preguntó una voz al otro lado—, Will, ¿cómo te fue en casa de Gleeful?

—Creo que estoy enamorado —contesté a modo de broma, la rubia soltó una carcajada.

—Cariño, eso ya lo sabía —me recosté en la cama y miré al techo fijamente.

—¿Puedes venir mañana saliendo de la escuela? —pregunté, quería contarle a detalle todo el día de hoy y nunca me gusto hacerlo por teléfono y menos en la escuela—, es que él va a venir en la tarde y te necesitaré antes para prepararme mentalmente.

—Las cosas que hago por ti, Cipher —contesto divertida—, pero está bien, diría que primero pediré permiso... pero mis padres te adoran y no me dirán que no.

Eso era cierto, Bobby Pines y Priscila Pines (antiguamente Southest) me adoraban, me llevaba muy bien con ellos y, aunque al principio habían creído que Pacifica y yo terminaríamos juntos, luego se dieron cuenta que éramos más cómo hermanos, eso y que se enteraron que me gustaban los chicos, fue una situación graciosa... pero fue hace muchos años.

—Entonces saliendo de la escuela, paso por ti a tu salón y nos vamos juntos —pregunté.

—Está bien, hasta mañana, me contarás a detalle cómo te fue hoy —me senté precipitadamente.

—¿Tengo alternativa? —dije riendo, sólo con ella y con mi hermano tenía la confianza suficiente para no estar nervioso o balbuceando todo el tiempo, al contrario, hasta hacia bromas y los molestaba, pero a ese nivel de confianza llegaba después de un muy buen tiempo.

—No, no la tienes —soltó una risa al otro lado del teléfono y colgó.

Salí de mi habitación y me dirigí a la sala donde estaba el piano de mamá, empecé a tocar una de sus canciones favoritas, solía tocármela todo el tiempo cuando yo era niño, la verdad la extrañaba mucho... ella era la razón por la que había empezado a tocar, ella lo adoraba... y yo terminé amándolo también.

La canción que ahora tocaba no era clásica ni de lejos, era una romántica de los 90' aunque la versión que a mí me gustaba era una más reciente, "Make you feel my love" era la canción que mi papá le había dedicado a mi mamá en su primer aniversario de bodas, cuando éramos niños Bill y yo solíamos mirar la cinta todo el tiempo, mamá amaba a Bob Dylan y papá haría cualquier cosa para hacer feliz a mamá... Bill siempre solía bromear diciendo que esa noche fue concebido, cosa que si hacías las cuentas podría ser totalmente cierta.

Desde que mamá había muerto hace un año nunca sonaba aquella canción en la casa, pero por algún motivo mis dedos sólo atinaban a tocar esa canción esa noche, no me sabía muy bien la letra, pero me sabía a la perfección cada nota... recuerdo haber aprendido a tocarla sólo por mamá, ella se había enamorado por completo de la canción.

—Basta —dijo un susurro a mis espaldas.

—Lo siento —murmuré algo apenado, no quería que Bill se enojará—. Pensé que habías salido.

—No, no te disculpes —contesto Bill serio, a él le había afectado demasiado la muerte de mamá, durante los primeros meses había sido un total desastre, salía todas las noches, bebía demasiado, y desaparecía por días aún lo hacía, pero ahora era un poco más moderado—, simplemente aún no estoy listo para escucharla.

—Mañana vendrá Pacifica saliendo de la escuela —comenté levantándome del piano.

—Está bien —contestó y dio un sorbo del refresco que traía en la mano.

—También Dipper... —Bill escupió su refresco con sorpresa.

—¿¡Qué!? ¿Por qué? —grito algo irritado.

—No hemos terminado el proyecto —contesté tímidamente.

—Y ¿por qué no van su casa?

—Yo que sé, no puede —contesté encogiéndome de hombros—. Vendrá cómo a las 5 de la tarde, así que de preferencia haz planes con alguien y no estés, no quiero que estén peleando cada 2 minutos.

—Ni que quiera estar con ese imbécil en el mismo espacio —contestó molesto—, ya veré que hacer.

Mañana sería un día pesado.

***
Finamente decidí que ya no serán actualizaciones dobles, sino que subiré los martes y sábados, porque así me da mas tiempo de revisar ambos capítulos y no se quedan tanto tiempo sin actualización.

Así que el martes subiré el siguiente capítulo.

También me di cuenta que los últimos capítulos han quedado muy largos con las correcciones, este llego a 1700 y tantas palabras y usualmente llegan a 1200, no es relevante, pero quería comentarlo.



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