Capítulo 4
Dipper
28 de septiembre.
—Fuiste tan inmadura ayer, ¿qué rayos pasó contigo? —pregunté en la mañana, ya que anoche apenas habíamos llegado se había encerrado en su habitación y no volvió a salir hasta en la mañana.
—Eso no es de tu incumbencia, imbécil —replico irritada.
—Generalmente eres estúpida pero no a tal grado —dije molesto—, está bien que pretendas ser amable para mantener la imagen de la empresa, pero no jodas Mabel, te humillaste demasiado.
—¿Qué te importa? —contesto con desinterés—. No es asunto tuyo.
—Lo es si tiene que ver con avergonzar el apellido de la familia —replique—, especialmente si es por un estúpido capricho adolescente.
—Cómo sea —respondió con indiferencia.
—Aparte no creas que me trago tu cuento de que estás loca por Gideon —agregué—, algo me dice que tienes algo bajo la manga.
—No sé de qué me estás hablando —se tensó y rápidamente se recompuso tomando su característica actitud—, y honestamente no me interesa ya me voy, no tengo tiempo para perdedores, el chofer de repuesto me llevará.
—Bien, yo llevaré mi auto —conteste.
—Felicidades —respondió irónica, tomó su bolso y se fue.
Fui a buscar las llaves de mí auto, generalmente usábamos el de la familia cómo ayer, y me dejaba que el chofer me lleve a la escuela, pero cómo hoy William vendría a hacer la tarea tomaría mi auto para no tener que ir con Mabel, especialmente con cómo se comportó ayer.
No sabía porque Mabel se había comportado así, pero no creía que realmente sintiera algo por Gideon, mi hermana era estúpida, pero no lo suficiente como para comportarse así con un chico, y dos porque mi hermana no tenía sentimientos.
La primera mitad del día pasó sin ningún inconveniente, tal cómo me gustaba, pero para mí mala suerte no duro tanto mi tranquilidad a la hora del almuerzo.
—Dipper —dijo una voz femenina interrumpiendo mi lectura—, soy Megan, estoy contigo en la clase de biología —no tenía ni idea de quién era.
—Claro, Megan —sonreí, era una chica de cabellos negros y ojos azules intensos era bonita, pero no era mi tipo, por dentro sólo quería que me dejará en paz.
—Bueno, yo... yo —balbuceo nerviosa, ya tenía una idea de por donde se dirigía esa conversación, genial... otra admiradora—, quería invitarte a salir hoy saliendo de la escuela.
—Megan, lo lamento —dije gentilmente, odiaba ser así—, pero tengo que hacer un proyecto hoy saliendo de la escuela y estaré ocupado con este toda la semana.
—Oh, entiendo —contesto desanimada—. ¿Tal vez en otra ocasión?
—Seguro —sonreí y regresé mi mirada a mi libro.
Odiaba ser la imagen de la compañía de mis padres, porque siempre tenía que mantener una actitud apropiada y cortés por mucho que lo detestará, ya que me mis tíos me impedían dar una mala imagen a la familia, desde pequeños a mí y a mi hermana nos había exigido demasiado para ser "perfectos", y eso implicaba que no podíamos hacer nada que no les pareciera apropiado, cómo salir con la gente que nos gustará. Eso lo había descubierto a la mala. Traté de alejar el recuerdo de mi mente, no era algo que me gustará recordar.
La jornada había llegado a su fin, el día pasó sin ningún otro contratiempo, me dirigí a la entrada de la escuela a esperar a Will, pero para mi sorpresa ya estaba ahí esperando, había sido más puntual de lo que esperaba, estaba de espaldas, pero era imposible no reconocerlo, era la única persona con el cabello azul que había en la escuela.
—William —dije tomándolo ligeramente por sorpresa—, has llegado a tiempo.
—Ah sí —contesto—, dijiste que no te gusta esperar y yo... llegue antes —se sonrojo un poco.
—Perfecto así no perderemos el tiempo —comenté y comencé a alejarme sin siquiera fijarme si me seguía.
El camino a casa fue en silencio, William estaba evidentemente nervioso pero la verdad es que no me importaba el porqué. Cuando llegamos note que no estaba el auto familiar, lo que quería decir que mi hermana no estaría, tendría la casa sola con un Cipher y los empleados, la mejor tarde de todas, pensé irónico.
—Linda casa —comento Will cuando entramos.
—Sí, sí, como sea —contesté con desinterés, con él no tenía la necesidad de pretender ser amable o educado, había visto cómo era de grosero y desinteresado cada vez que hablaba con su hermano, aparte no me importaba mantener una imagen delante un Cipher—. Empecemos de una vez, así acabemos antes y tengo otras cosas que hacer.
—Se-seguro —balbuceo, detestaba que hiciera eso. Nos dirigimos a la sala y nos sentamos en el piso alrededor de la mesa de té que había en el centro—. Traje algunos libros que podrían ayudarnos.
—Señor Gleeful, ¿se le ofrece algo de comer para usted y su amigo? —pregunto una de las empleadas.
—No es mi amigo —replique, Will bajo la mirada avergonzado, patético—, trae lo que sea, me da igual.
—Está bien —la empleada se retiró dejándome con Will en la sala.
Comenzamos a hacer el proyecto, William me sorprendió no era un total incompetente como su hermano, a decir verdad, hacer la tarea con él había sido algo favorable, no era irritable, no hacía plática incomoda y hacia lo que le indicaba, solo hablaba para aportar cosas favorables al trabajo, con razón siempre pasaba desapercibido en clases, era demasiado común.
—Ya está la comida señor Gleeful —dijo otro empleado—, pueden pasar al comedor.
—Torpe, Ford llamo al rato tenemos que —se interrumpió al notar a Will—, ¿podemos hablar a solas por un momento? —se dio la media vuelta y comenzó a subir las escaleras.
—William, puedes ir al comedor y empezar a comer si quieres, iré a ver que quiere mi torpe hermana —dije y me retiré de la sala, dejando a Will solo.
Subí al segundo piso, y me encontré a Mabel de brazos cruzados.
—¿Qué hace ese aquí? —preguntó irritada.
—¿Por qué te importa? —pregunté inquisitivo.
—¡No me importa! —replico.
—Como digas —respondí—. Ahora, ¿qué es tan importante como para interrumpirme?
—Ford llamo a mamá y ella me llamó a mí, suvisita se adelantó una semana, o sea que vendrán antes.
—¿Qué? ¿Por qué? —pregunté irritado, si había alguien que en verdad odiaba era a mi tío Ford, era un verdadero bastardo.
—Por el aniversario de la Tienda de la Telepatía idiota, quieren montar un buen espectáculo así que tendremos que empezar a practicar desde ahora —contestó igual de irritada, ella lo odiaba de igual manera.
—Pero aún falta más de un mes, el aniversario es el 15 de noviembre y apenas estamos en septiembre —replique.
—No lo dije yo, no me digas a mí —respondió molesta—. Eso es lo que quiere Ford, dice que tiene que salir perfecto, también vendrá Stan.
—Genial tendremos al perdedor y al controlador abusivo durante más de un mes en nuestra casa —contesté—, ¿cuándo llegan exactamente?
—Mañana en la tarde —iba a contestarle algo más cuando el sonido del piano de la sala de estar me llego, ¿quién diablos estaba tocando?
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Perdón por la hora, quería publicar más temprano y bueno la cosa se complico, perdí un montón de capítulos y tarde casi dos horas en recuperarlos, gracias al cielo había una copia de seguridad así que todo esta bien.
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