Dipper

10 de junio

Estas últimas dos semanas habían sido horribles.

—... y eso será todo por hoy —el profesor terminó de explicar lo que estaba en la pizarra, mismo a lo que no le había prestado ni un poco de atención, miró hacia el reloj en su muñeca—, faltan 15 minutos, así que pueden retirarse de una vez... que tengan buen fin de semana.

Toda la clase comenzó a guardar sus cosas y maldije mentalmente, no había podido concentrarme en toda la clase de hoy, así que tendría que averiguar por otro lado todo lo que habíamos visto si quería poder responder correctamente a los exámenes finales, que empezarían la próxima semana.

Aunque eso no era algo que me preocupará demasiado en esos momentos, honestamente... tenía otras prioridades.

Estaba demasiado absorto en mi situación con Will, y en el hecho de que no lo había visto, ni hablado con él desde... bueno, en realidad desde que volvimos de la playa.

Estaba bastante molesto con William por eso, puede que la primera semana no nos hayamos visto porque había faltado prácticamente toda la semana, después del castigo de Ford no había sido capaz de ir a la escuela hasta que los moretones más evidentes por fin pudieron ocultarse, y cuando intenté hablar con él la semana siguiente, no había sido capaz de encontrarlo en ninguna parte.

Will me estaba evitando.

Y eso me ponía furioso, ¿acaso era el único que quería resolver nuestra pelea? Además, quería hablar con él sobre la universidad, él tenía razón, yo quería disculparme y arreglar las cosas, ¿y él me estaba evitando?

Lo peor de todo es que Ford me había quitado mi teléfono y cualquier dispositivo con el cual pudiera comunicarme, y no podía salir de la casa sin supervisión, era una de mis múltiples y nuevas prohibiciones.

Después de haber intentado hablar con él sin éxito durante una semana y media, había terminado por rendirme, si él no quería hablar conmigo y resolver las cosas, bien por él. No le hablaría.

Sin embargo, aún no podía sacarlo de mi mente.

Con paso determinado me dirigí hacia la entrada de la escuela, dónde debía esperar al menos unos 10 minutos a que Mabel salga y el chofer (al que habían re-contratado ya que también había perdido mis derechos sobre el carro) nos recoja y nos lleve finalmente a casa.

Era poco más del medio día, el calor empezaba a sentirse, no era de extrañar pronto sería verano, pronto terminarían las clases y después vacaciones... aunque honestamente no había diferencia alguna.

Los espectáculos vivientes no tienen descanso.

Eventualmente, el timbre sonó y los estudiantes comenzaron a salir todos aglomerados, realmente esperaba que Mabel no tardará mucho. Aunque sabía que era mucho pedir.

Pronto la entrada de la escuela se llenó de adolescentes desesperados por salir, y tan rápido cómo aparecieron, así de rápido se vació, al parecer todos estaban desesperados por llegar a casa... todos menos Mabel, que de seguro estaría por algún lado tonteando con Pacifica.

Aprovechando que Ford no sabía lo de ella y que no tenía tantas restricciones como yo.

Ya estaba hartándome de esperar, habían pasado 15 minutos más después del timbre y no había señales ni de ella ni del chofer por ningún lado, y yo estaba empezando a irritarme bastante... últimamente me irritaba más seguido.

Y fue en ese momento cuando lo vi...

William estaba enfrente de la calle.

Estaba lo suficientemente lejos como para que él no me notará, pero su cabello azul era inconfundible, sentí mi corazón palpitar con fuerza y el impulso de ir a hablarle me golpeo lo suficiente como para dar un paso inconsciente, pero no estaba solo, había un chico de cabello castaño con una gorra de Pino riendo fuertemente junto a él.

Me hizo sentir nauseas, a decir verdad.

La ira creció nuevamente en mí al recordar que me había estado evitando por dos semanas, pero al parecer se divertía bastante con ese chico... finalmente opté por quedarme en donde estaba.

—¿Celoso Gleeful? —preguntó una voz a mi lado, sacándome por completo de mis pensamientos.

—No sé de qué estás hablando —respondí él rubio soltó una carcajada.

—Eres patético —soltó, planeaba replicarle con algún comentario ofensivo, pero no tenía ánimos de discutir.

—Esa es mi frase —simplemente dije.

—Al parecer igual tienes algo de sentido del humor —rió con sorna—, ¿quién lo diría?

—¿Qué es lo que quieres, Cipher? —pregunté con brusquedad—. No estoy de ánimos para tus cosas —resoplé.

—¿Así tratarás a la persona que viene a ayudarte?

—¿Quién dijo que necesitaba tu ayuda? —repliqué.

—Con esa actitud nunca resolverás las cosas con mi hermano —se burló.

—No quiero resolver las cosas con él —mentí y mi corazón latió con fuerza—, no podría importarme menos lo que haga —ni siquiera sé porque dije eso, simplemente no sabía que otra contestar, no quería que Bill supiera lo mucho que quería hablar con Will.

—Ambos sabemos que esa es una mentira —sonrió con suficiencia—, o ya hubieras dejado de hablar conmigo desde hace rato —solté un pequeño gruñido por lo bajo.

—Ve al punto de todo esto —hablé.

—¿Realmente quieres a Will? —preguntó sin más, tomándome por sorpresa, no tenía ninguna respuesta a esa pregunta tan directa.

—¿A qué viene la pregunta? —atiné a contestar, con algo de irritación.

—¿Por qué tienes que ser tan maldita sea orgulloso? —preguntó más como para él mismo—. Joder, sólo intento ayudarte.

—No lo sé Bill —respondí con burla—, así crecí, ¿tú por qué tienes que ser tan malditamente idiota?

—En serio no sé porque acepto hacer estas cosas —mascullo entre dientes—. ¿Vas a querer que te ayude o no?

—¿En que podrías ayudarme?

—No has respondido mi pregunta.

—No sé si realmente quiera tu ayuda —dije, sin apartar mi vista ni un solo momento de ambos chicos quienes parecían pasar un muy buen rato al otro lado de la calle.

—No me refería a esa —preguntó alzando una ceja—, sé que obviamente necesitas mi ayuda, yo hablaba de la anterior.

—Oh... —mi mente no pensaba con claridad, no sabía que contestar a eso, y realmente la escena enfrente realmente me estaba sacando de quicio, ¿quién era ese maldito chico?

Podía sentir el impulso de dar unos pasos, ir hasta ahí y hacerle entender a ese chico que era mi William. Pero eso sería demasiado patético y exagerado, además de que estaba el hecho de que no estaba seguro de que siguiera siendo mío, tomando en cuenta su manera de actuar conmigo durante la semana.

—Sigue sin ser una respuesta —habló, sacándome de mis pensamientos.

—Lo sé —respiré profundo, ¿qué más daba si le decía a Bill la verdad? Lo peor que podía pasar era que se burlará, pero que más daba, él seguiría siendo un idiota y yo seguiría estando en la misma situación, incluso la peor situación era insignificante—, sí. Sí lo quiero.

—Entonces era cierto lo que dijo Mabel —soltó un suspiró cansado—, supongo que no quería creerlo, pero sí quieres a Will —sentí algo de calor subir a mis mejillas.

—Sí —respondí y se instauró un breve silencio entre nosotros.

—Dicen que nuestros corazones nos guían a donde menos creemos —soltó de la nada.

—Esa es la cosa más idiota y fuera de lugar que he oído en mi vida —comenté, al parecer había optado por burlarse, pero no me sorprendía en absoluto, ni me importaba.

—Bueno —respondió, aparentemente divirtiéndose mucho con la situación—, que estés aquí viendo a aquel chico castaño con quien al parecer mi hermano está riendo y divirtiéndose con ganas de matarlo es más inteligente, ¿no?

—Touché.

—Como decía, dicen que nos guían a donde menos creemos y que nos hacen hacer las cosas más estúpidas del mundo por la persona que queremos.

—Ahora suena más estúpido —dije.

—¡DEJAME TERMINAR O ME IRÉ, CARAJO! —gritó perdiendo toda la diversión que había en él hace unos minutos—, y dejare que esos dos sigan y sigan hablando y mira que ese chico quién por cierto es muy lindo parece estar haciendo pasar un buen rato a Will así que te callas o te dejaré morir de celos y anhelando haber estado con mi lindo hermanito por el resto de tus días.

—Bueno —Bill había dado en el clavo, estaba celoso.

—El punto es que, yo creía que era una mierda que la gente decía —continúo recuperando la compostura—, pero es cierto... yo nunca te había visto hacer ni la mitad de las cosas que hiciste por Will, ni creía que lo vería algún día, y odio ver a mi hermano sufrir y aunque al principio iba a darte un puñetazo por lo que paso —soltó un suspiró—, sé que no es tu culpa y por eso te voy a ayudar para que al menos hablen del asunto.

—No tiene caso —dije volteando a ver si Mabel se acercaba—, es él quien me está evitando.

—Sólo porque cree que terminaste con él por mensaje.

—Ford tiene mi teléfono —solté con rapidez, como si eso fuera suficiente explicación.

—Eso ya lo sé.

—Él debió enviar el mensaje —pensé en voz alta.

—Pues duh —dijo con burla—, si él tiene tu teléfono obviamente él lo envió idiota, concéntrate.

—Eres insufrible —le dije.

—Créeme que esto es peor para mí que para ti —dijo con fingido y exagerado dolor—, pero no lo estoy haciendo por ti, así que cállate y escucha.

—Estoy escuchando —Bill viró los ojos ante mi comentario.

—Sé todo lo que hace tu tío a ti y a tu hermana, y he encontrado una manera para que te libres de él y de tu familia antes de que cumplas la mayoría de edad, pero para eso necesitas un buen abogado.

—¿Y dónde se supone que encontraré uno?

—Resulta que yo conozco uno —sonrió con orgullo— que encima te tiene aprecio.

—¿En serio? —Bill asintió—, ¿quién es?

—Mi padre.

—¿En serio? —pregunté nuevamente, sin esconder mi sorpresa, ¿el padre de Will me tenía apreció?

Ahora estaba aún más molesto con Ford.

—Sí, he hablado con él y accedió con ayudarte —continuó—, así que simplemente tienes que ir a hablar con él.

—Bueno, yo —dije—, supongo que lo pensaré.

—Mira Dipper —respondió con frustración—, no creas que tienes mucho tiempo para tomar una decisión, en cualquier momento puede aparecer un chico y enamorarse de Will —señalo con la cabeza enfrente de la calle, donde se encontraban el chico castaño y Will—, y lo perderás para siempre, así que yo que tu trataría de apresurarme tomando esa decisión —dijo mientras se daba la vuelta para irse.

—¡Eh, Bill! —lo detuve, sentí que había algo que debía decir.

—¿Sí? —preguntó.

—¿Cómo sabes todo esto? —solté algo preocupado, en serio, ¿cómo es que podía saber tanto sobre mi familia?

—Yo sé MUCHAS cosas, Gleeful —dijo mientras se alejaba riendo—, MUCHAS COSAS.

Cruzo la calle y saludó a William, y luego para mi sorpresa rodeo al chico castaño "que pretendía a Will" con un brazo y le dio un beso en los labios.

—Ese bastardo...

Había usado a su propio novio para ponerme celoso. Tal vez no era tan imbécil como creía, pero definitivamente sí era un patán.