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Capítulo 27

Will

21 de mayo.

Dipper podía ser un idiota. Un total y completo idiota.

Aun así, debía reconocer que ir a la playa fue la mejor idea que se le pudo ocurrir.

 Había sido un gran día hasta ahora. Especialmente porque fuimos a una playa lo suficientemente lejos de todos y lo suficientemente desconocida, para no estar preocupándonos porque alguien nos viera, habíamos tenido que viajar mucho más debido a eso, pero estaba valiendo realmente la pena.

Sin escondernos, sin vernos sólo entre cuatro paredes privadas, sin mantener nuestra distancia en público, simplemente estábamos nosotros, riendo a todo pulmón, paseando uno al lado del otro por el pequeño pueblo costero, incluso había descubierto que Dipper podía ser algo infantil cuando no estaba preocupándose por su familia... se le veía bastante feliz.

Habíamos llegado a la playa poco antes del mediodía y después de buscar un lugar donde hospedarnos no muy lejos de la costa, nos habíamos dirigido directo al mar, claro que yo quería quedarme acostado en la arena, odiaba nadar en el mar, pero alguien había ignorado todas mis quejas y lamentos, y me había hecho entrar en contra de mi voluntad.

—¡Vamos William! —dijo tras mi primera negación—, no maneje más de dos horas para que no nademos en el mar.

—No me gusta el mar —respondí mientras terminaba de ponerme el bloqueador, listo para recostarme un rato—, mejor nademos en la piscina del hotel.

—Si quisiera nadar en una piscina lo haría en mi casa así que... —contestó y para mi sorpresa me tomó del torso y me alzó sobre su hombro antes de que siquiera pueda decir una palabra—, andando.

Y así, es cómo Dipper me había cargado desde nuestro lugar en la orilla de la playa todo el camino al mar, yendo lo más lejos que pudo, luego me había soltado de golpe en el agua, mojándome por completo.

Lo cual me hizo enojar bastante, estaba a punto de regañarlo y gritarle que esta vez se había pasado... realmente no me gustaba nada en el mar, hasta que lo escuché soltar una carcajada al notar mi expresión y no pude.

No pude seguir molesto después de eso. Era imposible. ¿Cómo enojarse con alguien que por fin estaba teniendo algo de libertad?

Por primera vez desde que lo conocía Dipper estaba siendo totalmente él, sin reprimirse ni preocuparse por nada, sin sus tíos diciéndole que hacer, ni la presión de mantener el espectáculo.

Era la primera vez que lo veía tener el control de su vida.

Incluso si eso implicaba que yo era víctima de esa libertad.

Aunque no me quejaba mucho, no podía negar que me gustaba ver a Dipper así, todo el día de hoy había sonreído más veces que todos los meses anteriores.

Yo no era tonto. Sabía a la perfección que la familia de Dipper le exigía demasiado. Y aunque nunca me hablaba directamente de eso, e incluso podía hacer de todo para evitar el tema, era algo que no se podía ignorar.

Al menos yo no podía hacerlo.

Y menos cuando habían tantas cosas que me molestaban cuando estábamos juntos, tantas tan pequeñas, que fácilmente podían pasar desapercibido, yo no las había empezado a notar hasta después de ver sus heridas, no fue hasta eso que decidí prestar atención a las pequeñas pistas, esparcidas como migajas contando una historia nada agradable.

Dipper tenía muchas limitaciones, al menos yo había notado bastantes, y estaba casi seguro, que no eran ni la mitad. Por eso el día de hoy me sentía tan... ni siquiera podía pensar en una palabra exacta para describirlo.

Pero era una sensación entre tranquilidad y alegría.

Por eso, no podía enojarme. Se sentía bien ver a Dipper así, comiendo lo que él quería, diciendo lo que se le ocurría, demostrando partes de su personalidad que tenía que reprimir por la imagen que debía dar de su familia.

Realmente debíamos aprovechar todo el tiempo antes de volver.

—¡Ah! —grité y rápidamente me aferré a él, subiendo mis piernas a su espalda por debajo del agua y mis brazos a su cuello, algo (dios sabe qué), había rozado mi pie, y demonios, el mar realmente me aterraba.

Dipper soltó una fuerte carcajada, pero no me soltó, al contrario, pasó sus manos alrededor de mi piernas, sosteniéndome con firmeza —¿qué fue eso? —preguntó.

—Algo rozó mi pie —murmuré algo sonrojado, más por la posición en la que estábamos que por mi reacción, Dipper ya se había acostumbrado a mis gritos por tonterías.

—¿En serio? —dijo entre risas.

—No te rías, podría ser un cangrejo, o una medusa, o algo peor, nunca se sabe que hay en el mar Dipper, ¿sabías que sólo se conoce un 5% de especies de todas las que hay en el mar? ¡Sólo el maldito 5%!

—¿No querías entrar porque te da miedo el mar? —preguntó, sin señales bajarme en un futuro cercano—. Pudiste haber dicho eso.

—¿Habría hecho alguna diferencia? —respondí, evitando su mirada, porque sabía que sí lo veía, mi rostro ardería—. Igual me ibas a arrastrar hasta aquí.

—Cierto —rió—, pero hubiera sido bueno saberlo... así no te hubiera soltado en un principio —lo miré y me sonrió pícaramente, acercándose lentamente a mí.

Sentí el calor subir a mis mejillas, pero no, no lo dejaría salirse con la suya esta vez.

—Idiota —murmuré, escondiendo el rostro en su cuello, y él soltó una pequeña carcajada.

La brisa golpeaba mi rostro por encima del agua, habíamos caminado un poco alejándonos de la playa principal y encontrando un punto desierto, cosa que no había sido tan difícil.

El puerto al que habíamos ido era uno muy poco concurrido, lo cual me pareció inusual al principio, pero luego me percaté de que no era una playa muy conocida (una de las principales razones por las que fuimos a esa), y de que tampoco era época de vaciones, y de los pocos que habían ninguno parecía interesado en nosotros, lo cual me tranquilizó, ya que la posición en la que nos encontrábamos era bastante comprometedora.

Me bajé del agarre de Dipper y agradecí internamente cuando mi pie toco arena y no cualquier otra cosa que pudiera encontrarse ahí, era seguro... por ahora.

Estuvimos un rato en el mar, perdiendo el tiempo, nadando y salpicándonos entre nosotros... y aunque sufrí al principio, al final logré tranquilizarme y decirme que nada peligroso me atacaría, al cabo de un rato, hasta olvidé la sensación de malestar que me causaba estar en el mar.

Sin embargo, no podíamos estar ahí por siempre.

—¿Ya podemos salir? Se está haciendo tarde —y no era mentira, ya eran cómo las 4 de la tarde—, además... muero de hambre.

—Seguro —respondió encogiéndose de hombros—, yo también estoy hambriento —me sonrió ampliamente y se me ocurrió algo tonto.

—Veamos quién llega primero a la orilla —dije antes de salpicarle algo de agua a la cara y empezar a nadar, supongo que comportarse como un niño algunas veces no hacía daño, especialmente con alguien que nunca pudo hacerlo.

—¡William, eso es trampa! —grito y soltó una carcajada antes de comenzar a perseguirme.

No me iba a salir tan fácil de eso... pero lo valía, demonios... realmente lo valía.

***

Después de habernos cambiado y comer lo que habíamos llevado, decidimos dar un paseo por la playa, alejándonos por la orilla sólo un poco más.

Dipper tomó mi mano mientras caminábamos y, mi corazón palpitó con demasiada fuerza. Realmente creí que una acción así de su parte, y más en un lugar "público" sería algo que no pasaría en algún momento cercano, al menos no mientras todavía tuviera toda esa presión por parte de sus tíos, tío, aún no terminaba de entender qué es lo que realmente pasaba.

Y había aprendido a la mala, no mencionar a su familia si quería que el ambiente no se tensará, o que Dipper se enojara y se comportará incomodo, sino mencionaba nada de eso, todo marchaba bien.

E incluso a veces había empezado a mostrar distintas facetas de él que nunca me imaginé.

Durante los últimos meses, Dipper se había empezado a sentir menos como el chico inalcanzable y perfecto que fue ante mis ojos durante mucho tiempo, y se convertía más en un adolescente con defectos y virtudes, con problemas y todo, de cierto modo, lo hacía más real y menos una marioneta de su familia para un espectáculo.

Y debía reconocer que me gustaba muchísimo más eso, que el concepto idealizado que tenía de él porque ese es el verdadero Dipper y me alegraba eso. Sin embargo, aunque yo hubiera logrado ver ese lado humano y real de él, quisiera no ser el único, quisiera que él pudiera ser esa persona todo el tiempo y no sólo un espectáculo viviente.

Lo peor de todo era que cuando comenzaba a comportarse así con los demás, las cosas se complicaban, porque Dipper podía cambiar mucho ese progreso cuando le preguntaba cosas sobre su familia y su infancia, pero especialmente cuando sus tíos venían de visita.

Y por más que me mataba pensando que hacer para ayudarlo, no podía encontrar nada más que estar ahí con él.

—¿Will? ¿me estás escuchando? —habló Dipper, sacándome de mis pensamientos.

—¿Eh? ¿me estabas diciendo algo? —pregunté, aterrizando de nuevo.

—Estaba diciendo que aquí está bien, si vamos más lejos vamos el regreso se nos hará eterno.

—Oh sí, perdón, me perdí en mis pensamientos —respondí mientras me sentaba en la arena.

—Hace tiempo que no te pasaba —contestó sentándose junto a mí—, ¿en qué pensabas?

El calor subió a mis mejillas furiosamente, ¿qué debía decirle? ¿en ti? —Mhm... nada en particular.

—Ese sonrojo me dice lo contrario —habló, acercándose lentamente a mí.

—Estaba pensando que el cielo se está nublando un poco —respondí.

—¿Seguro? —dijo pícaramente, muy cerca de mí, sólo pude atinar a asentir—, bueno sí, el cielo está nublándose un poco —se alejó de nuevo, algo ¿decepcionado?

—Sí —contesté, soltando todo el aire que había contenido con su cercanía, no sabía porque todo el día de hoy me había sentido tan nervioso a su alrededor, cómo al principio—, hay fresco.

Tal vez era porque se sentía cómo una primera cita... al menos una autentica primera cita.

Él no agrego nada más y un silencio se instauró entre nosotros, no uno incómodo, era una pequeña pausa donde podía apreciarse el sonido del viento y las olas del mar.

Dipper tomo mi mano en medio del silencio y le dio un suave apretón—. Gracias por venir —susurró.

—¿Perdón?

—No lo diré dos veces —solté una pequeña risa.

—No esperaba que lo hicieras —suspiré frustrado—, pero bueno... no es como si hubiera tenido otra opción ¿o sí? —bromeé, me sentía muy extrañado, realmente no estaba acostumbrado a esta clase de naturalidad entre el contacto físico... pero me gustaba, demasiado y por dentro sólo podía desear que así fuera todo el tiempo... —, una deuda es una deuda.

—Sabes que no te hubiera obligado en serio —contestó, empezando a jugar con mi mano—, hubiera encontrado alguna alternativa para que pagues tu deuda si te negabas.

—Sí aunque debo reconocer que yo también quería venir... ha sido una interesante tarde —en todo el momento no había apartado mi mirada del océano.

—Bueno, sólo diré que realmente necesitaba un respiro de eso —habló mientras jugueteaba con mis dedos distraídamente.

—Lo sé —contesté—, me alegro de haber aceptado.

—Y yo me alegro de que lo hayamos hecho —y pude sentir como clavo su mirada en mí—, y apenas vamos por la mitad.

—¿Qué quieres decir? —pregunté, sin aún atreverme a mirarlo.

—Ya lo descubrirás al rato —y soltó una risa que altero por completo mi estómago y logró hacerme una idea bastante clara de a qué se refería.

Estábamos bastante lejos de la playa "turística" porque tampoco era tan concurrida, su mano seguía sujeta a la mía y mi corazón no hacía más que golpear mi pecho con fuerza.

—Por cierto —dijo y sin darme un instante a replicar, se posiciono sobre de mí—, no creas que dejaré pasar por alto el hecho que no me hayas dejado hacer esto hace rato.

Elcalor subió fuertemente a mis mejillas, mientras sus labios finalmenteencontraban los míos por primera vez en todo el día, y algo me decía que no losiba a soltar en un muy buen rato.


____

Bueno, puede que haya tardado un poco más de lo que planeé en un principio en actualizar... pero son 2000 palabras, así que algo es algo (?)

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