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Capítulo 26

Dipper

20 de mayo. 

Tenía está loca idea rondando por mi mente desde hacía un par de días.

Y yo usualmente no era el tipo de las ideas locas ni espontaneas, sin embargo, mis tíos vendrían la otra semana de visita y según había entendido, se quedarían el tiempo suficiente como para volverme loco.

Definitivamente necesitaba un respiro antes de eso.

Y, necesitaba a William para eso.

Sólo tenía que encontrar la manera de convencerlo. No podía ser tan difícil. Y, para mí buena suerte, Will había decidido ir al espectáculo de hoy, así que una vez que terminara podría ir y hablar con él.

¿Qué tan difícil podría ser que acepte? Sería un muy buen fin de semana, hasta debería estar entusiasmado.

—¡Eso ha sido todo por esta noche! —habló mi hermana, sonriéndole al público, como cada viernes.

—¡Vuelvan pronto! —grité y dirigí mi mirada al de cabellos azules—, ¡son los mejores! —le guiñe un ojo, tratando de que no sea muy evidente y aparente que fue a la audiencia en general, a pesar de eso, Will notó que era para él y se sonrojo con fuerza, sonreí.

—¡No olviden pasar a la tienda a ver los nuevos productos que llegaron! ¡Puedo apostar a que les encantarán! —muchos rieron ante la pequeña broma y la cortina finalmente cayó—. Al fin, juro que unos minutos más y vomitaba.

—Hoy fueron más que de costumbre —simplemente contesté.

—Sí, entre ellos tu pequeño noviecito —dijo infantilmente—, deberías ir a atenderlo, debe estar muriendo por verte.

—Calla —y no pude evitar sonreír, no me molestaba en absoluto esa idea.

Salí de la parte de atrás de escenario y me quité la estúpida ropa que me obligaban a usar en el espectáculo, entre ello el amuleto familiar, de generaciones atrás y lo deje asenté en el lugar de siempre, me puse mi ropa normal y salí para buscar a William entre las pocas personas que aún quedaban después de terminar el show.

El resto debía estar en la tienda de recuerdos o ya se habría retirado por completo, sin embargo, a pesar de no haber tanta gente no podía encontrar a Will entre la multitud.

—¡Dipper! —escuche detrás de mí y voltee, encontrándome al chico de cabello azul a unos pocos metros atrás.

Tenía una amplia sonrisa en su rostro, y definitivamente algo en mi interior se derritió ante eso.

Debía admitir que me encantaba como William era muchísimo más confiado cuando estaba conmigo ahora.

Si comparaba al chico con él que comencé a hablar a principios de año, aquel que vino para el aniversario de la Tienda de la Telepatía, o incluso el chico de San Valentín... definitivamente tenía que reconocer que había un gran cambio.

Will ya no era el chico tímido que tartamudeaba a cada rato, o que estaba nervioso todo el tiempo, ya ni siquiera era él que cuidaba sus palabras al contestarme, ahora estaba totalmente relajado a mí alrededor.

Y eso lo había hecho demostrar partes de su carácter que antes no eran tan perceptibles en un principio. Ahora era capaz de contestarme y replicarme, bromear con total naturalidad, podía incluso regañarme, cosa que había sido más evidente en el último mes.

Se había convertido en la única persona que me contestaba cuando era grosero y que me ponía en mi lugar... y debía reconocer que esa faceta era de mis favoritas.

—Will —contesté acercándome a él.

Y la sonrisa burlona que tenía cuando me acerque a él, era precisamente las acciones de las que me refería.

Me encantaba.

—Debo decir que lo han hecho mejor en otras ocasiones —bromeo y viré los ojos.

—No tenía muchos ánimos para hacerlo —respondí encogiéndome de hombros—. Y no te vi hasta el final, así que tampoco fuiste de mucha inspiración para que salga mejor —soltó una pequeña risa tímida.

—A veces eres tan imposible —respondió algo sonrojado y no pude evitar soltar una carcajada.

Aunque había algunas manías que no se perdían...

—Eso me han dicho —contesté y comencé a caminar a su lado, tenía que dirigirlo hacia mi automóvil.

Sólo así podía poner en marcha mi plan, y si quería que William aceptará fácilmente y rápido tenía que darme prisa, sujeté su mano y prácticamente lo arrastré hasta mi auto.

Will me siguió sin preguntar. —Sí, bueno —le quité el seguro al coche—, pero ya te has acostumbrado a ello, y no tienes otra opción —dije antes de subir.

—Supongo que no —después de subir el también.

—Hablando de cosas que no tienes opción... —encendí el coche, sólo tenía como 15 minutos para que acepte.

—No me gusta hacia donde se dirige esta conversación —murmuró, sólo sonreí.

—Quiero que vayamos a la playa... —solté sin más.

—¡Oh! —contestó de inmediato, bastante emocionado—, ¡eso suena genial!

—Ahora mismo —y acelere el coche—. Y nos vamos hasta el lunes.

—¡¿Qué estás loco?! —gritó, bastante alterado, de acuerdo a cómo lo había previsto—, ¡Dipper no podemos irnos ahora! ¿en qué estás pensando? ¡Estás yendo muy rápido! —aceleré más, sin importar lo que decía, provocándolo—. ¡Detén el auto! —acelere un poco más, retándolo de cierto modo—, ¡DIPPER GLEEFUL DETEN EL JODIDO CARRO DE UNA VEZ O JURO QUE...!

Solté una fuerte carcajada, interrumpiéndolo. —¿Me juras qué, mi amor?

—¡No lo sé! —gritó molesto, ignorando por completo mi apodo, sin embargo, estaba algo sonrojado.

Esto sería más fácil de lo que pensé.

—Está bien —contesté "rindiéndome" y frenando el auto.

Me estacione en un costado de la calle, habíamos llegado a nuestro destino—, gracias —tomó una gran bocanada de aire—. ¡Acaso estás loco! Ya estás peor que Bill, ¿cómo querías que vayamos ahora a la playa? ¡Está cómo a dos horas en automóvil! ¡Y no tengo nada más que la ropa que traigo puesta y mi billetera! ¿Cómo esperabas que...? —no le di tiempo de seguir replicando porque tomé su rostro entre mis manos y lo besé con fuerza, Will no se resistió durante mucho tiempo.

—Bueno, bueno, lo siento —lo solté y traté de controlar mi risa ante su expresión.

Me alegraba que los sonrojos fueran una de las costumbres que no se habían perdido.

Lo más gracioso de todo, era que ni siquiera se había fijado de hacía donde había manejado

—Soy un idiota impulsivo —dije acomodándome de nuevo en mi lugar—, ¿feliz?

—No —simplemente respondió, aún con el rostro ligeramente rojo.

Reí, ya no pude evitarlo, parecía un niño haciendo un berrinche y él hizo lo que parecía un puchero. Adoraba esa faceta de Will, una que hasta hace poco había empezado a demostrar delante de mí. —Pero, William tú ganas, no iremos a la playa ahora... —me miró por primera vez desde que detuve el coche, realmente serio, expectante, realmente quería ver hacia dónde llegaría esa conversación—, porque iremos mañana.

Will parecía a punto de empezar a replicar, pero no lo dejé.

—Así que toma todas tus cosas, ya le avisé a tú padre y dijo... bueno, fuera del comentario sobre el uso de protección, está de acuerdo —comenté, recordaba esa platica y vaya que había sido incomoda por unos minutos—, así que haz tus maletas rápido, porque pasaré por ti mañana a las 8 de la mañana si queremos llegar a las 10 y aprovechar el día.

—Pero... ¿a dónde iremos? ¿dónde dormiremos? No he terminado mi proyecto que se entrega el martes y me falta más de la mitad...

—¿En serio preguntas dónde dormiremos? Por dios William, es la playa, hay como 500 hoteles en la costa y otros 500 más el pueblo.

—Pero... —lo miré, y por primera vez quité mi sonrisa burlona desde que habíamos subido al coche.

—Pero nada, me lo debes, ¿recuerdas? Es mi manera de cobrarte mis asesorías —Will sólo me miró durante unos segundos—, realmente quiero ir a la playa.

—Supongo que puedo desvelarme el lunes para terminar mi proyecto.

—¡Esa es la actitud Will! Ya estaba a punto de decirte que cierres la boca y pararás de quejarte —me lanzó una mirada molesta y volví a sonreír—, simplemente haz tu maleta que mañana pasaré por ti y no quiero oír ni un pero.

—¿Cuándo volveríamos? —preguntó.

—El domingo al mediodía —no podríamos volver más tarde, aunque quisiera.

Tenía entendido que mis tíos vendrían el lunes en la mañana, así que tendría que estar aquí mucho antes de eso si no quería que algo me delatará y... bueno, no estaba seguro de qué pasaría exactamente si se enteraban.

—Supongo que no tengo alternativa —dijo finalmente, derrotado.

—No —respondí tomando su mano—, te lo dije apenas te subiste.

—Bueno —sonrió ampliamente—, ir a la playa suena divertido.

—Te puedo asegurar que lo será —sonreí de vuelta—, yo me encargaré de eso.

—Pudiste avisarme un par de horas antes, ¿sabes? —suspiró frustrado—, probablemente olvidaré algo guardando todo a esta hora... y ni siquiera estoy seguro de dónde está mi ropa de playa, así que ya llévame a mi casa, tengo muchas cosas que hacer.

—Ya estamos en ella —volteó la mirada y efectivamente estamos enfrente a ella, ¿realmente creía que iríamos a la playa ahora? A veces era demasiado fácil de manejar.

—Eres un idiota —soltó, y debo admitir que me sorprendió un poco, pero eso no impidió que soltará una ligera risa—, en serio pensé que jamás te lo iba a decir, pero te lo has ganado.

—Gracias William —respondí—, y tú eres demasiado manipulable, ¿en serio creíste que iríamos a la playa a estas horas? No soy tan impulsivo —sonreí con autosuficiencia—, pero sabía que aceptarías ir mañana con mayor facilidad si empezaba diciendo que iríamos hoy.

—Eres de lo peor, ¿qué paso con el Dipper que era serio conmigo? —suspiró—, supongo que lo he perdido —dijo con un aire dramático.

—Lo perdiste por siempre, ya no hay marcha atrás —soltó un suspiró antes de intentar bajar del coche.

Lo besé una vez más, impidiendo que se baje —Hasta mañana, William.

—Hasta mañana —respondió sonriendo, esta vez logrando bajar del auto.

—Mañana a las 8 —grité desde mi lugar.

—Adiós —dijo cerrando la puerta y alejándose del auto.

Realmente tenía muchas ganas de una pequeña escapada.


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No pondré excusas... lo siento y bueno ahora sí, habrán capítulos más seguido.

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