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Capítulo 22

Dipper

15 de abril.

Debía confesar, que no estaba acostumbrado a esta clase de situaciones.

Estaba haciendo algo que no creí hacer con alguien alguna vez en mi vida... consolarlo mientras lloraba.

William llevaba sollozando sobre mi hombro durante un muy buen rato ya, y ninguno de los dos se había atrevido a decir ni una sola palabra desde que habíamos regresado, el único sonido perceptible en la habitación eran unos pequeños sollozos que salían de él.

Hace un rato habíamos regresado del cementerio, habíamos entrado a su casa en silencio, y lo había acompañado hasta su habitación, algo preocupado por Will ya que en todo el camino a casa y durante nuestra estadía ahí, no había dado ni una señal de querer llorar, y siendo Will como era, estaba empezando a considerar que en cualquier momento las cosas podrían salirse de control, así que decidí quedarme un rato a checar que todo estuviera en orden, incluso si yo tenía poco tiempo antes de que fuera hora de irme para el espectáculo.

Y cuando comenzó a llorar, no me sorprendió en absoluto. Hoy se cumplía un año de la muerte de su madre.

Por eso lo había acompañado, él dijo que simplemente quería dejarle unas flores. Y así fue, un pequeño ramo de flores blancas, el recuerdo de una promesa y unas cuantas palabras dichas con una sonrisa fueron dejados en aquella lápida de mármol blanco y, varios susurros que no me atreví a prestar atención para entender... no quise invadir ese momento.

Durante el trayecto él parecía bastante estable. Sin ninguna lagrima, simplemente miradas tristes.

Y no fue hasta que llegamos a su casa y subimos a su habitación, para que me dé el regalo que Bill había cambiado por el oso de peluche que había conservado porque me recordaba a William; que por algún motivo, que no sabía, no me había dado aún, así que ambos subimos a su cuarto, tomó un pequeño rectángulo envuelto en un sencillo papel café, y se sentó junto a mí en la cama.

Y fue ahí cuando empezó a llorar.

Primero fueron unas pequeñas lagrimas silenciosas, apenas perceptibles que se deslizaron por sus mejillas. Luego se convirtieron en fuertes sollozos, mi corazón se encogió ante eso. Will era llorón, era un saber común incluso en la escuela, cuando lo conocí él tenía como 12 años y seguía llorando por todo. Sin embargo, hace cómo un año que no lo había visto llorar... hasta ahora.

Y debía reconocer... que me dolía verlo así.

Fue cuando lo abracé, sin pensarlo ni una vez, lo rodeé instintivamente con mis brazos, abrazándolo con fuerza, quería darle a entender que estaba ahí para él.

—Will —susurré tratando de calmarlo—, tranquilo.

Más sollozos habían comenzado a salir, y él escondió su rostro en mi cuello, estaba mojando mi playera, pero honestamente no me importaba, sólo quería hacerlo sentir mejor.

Seguimos así un largo rato... Will derramando algunas lágrimas calientes y yo sujetándolo con fuerza esperando a que aquel dolor que tenía saliera lentamente de su organismo.

—La extraño —consiguió decir entre lágrimas tiempo después.

No estaba particularmente relacionado con esa clase de afecto que tienen algunas personas por su familia, no entendía del amor familiar y mucho menos maternal, a penas y veía a mi madre unas cinco veces al año... y eso era mucho decir.

—Prometí que no lloraría... —debo admitir que eso me encogió el corazón.

—¿Es por eso que ya no lloras como antes? —pregunté curioso, él asintió en mi pecho y se separó ligeramente de mí, tratando de controlar su respiración.

—Antes de que muriera habló conmigo, ella sabía que Bill y papá eran muy similares —rió ligeramente—, y pensaba que todo el tiempo tendrían sus problemas así que le dije trataría de mantener las cosas en calma, al principio fui un fracaso con eso, Bill tuvo serios problemas con el alcohol durante un tiempo, pero ya ha mejorado, y papá, bueno a él casi no lo he visto desde lo que paso.

—Sí, recuerdo eso —comenté—, fue cuando dejo de ir a clases de esgrima un tiempo.

—Y bueno —continuó mucho más tranquilo—, todos saben de mi fama por llorar por todo, creo que incluso tú eras consciente de eso.

—Honestamente sí —traté de sonreírle.

—Ella siempre decía que, aunque llorar no es algo malo, son momento que perdemos para sonreír —soltó una pequeña risa—, papá y Bill siempre la molestaban por ser una cursi y decir esa clase de cosas, y yo me prometí que no me la pasaría llorando como antes, por ella.

Ahora entendía porque había dejado de llorar todo el tiempo.

—Pero aquí estoy —continuó con la voz temblorosa—, llorando otra vez.

—William...

—Perdón, no deberías estar aquí soportando esto —me sonrió tristemente—, yo no sé porque me puse a llorar, sólo... perdón —se cubrió el rostro con las manos, siempre hacía eso cuando estaba avergonzado.

—¿Por qué te disculpas? —tomé sus manos y las aparte, le sonreí dulcemente—, está bien llorar Will, no tienes que disculparte por ello, no tienes que disculparte por nada —tomé su rostro entre mis manos mientras más lagrimas amenazaban con salir por sus ojos.

Pasé una mano por su mejilla, secando una de sus lágrimas y me sentí algo extraño. ¿Qué tanto hacía ese chico en mí que provocaba que actuará de ese modo con él?

—Ya, ya, está bien llorar, ¿sí? —dije mientras él me dirigía una mirada confundida, supongo que para él también le resultaba extraño que fuera tan... comprensivo en esos momentos—, todos lloran en algún punto de sus vidas.

—Tú nunca lloras —al menos ahora ya no William, pensé.

—Porque me acostumbraron a no hacerlo —respondí sintiéndome algo incómodo...—, y te aseguro que no soy alguien que se vería bien llorando —intenté bromear.

—No me gustaría verte llorar —respondió tratando de calmarse—, probablemente si te viera llorar yo también lloraría —dijo bromeando y reí ligeramente ante eso.

—Puedes apostarlo —le sonreí y bese su frente lentamente.

Debía admitir que William después de llorar se veía adorable con las mejillas rojas, nariz roja y sus ojos brillosos.

—Gracias —murmuró mirando hacia abajo, con la voz algo temblorosa.

—¿Por qué? —pregunté volteándolo a ver.

—Por estar conmigo hoy —contestó tímidamente—, y por ya sabes soportar esto —alzó la mirada y me abrazó, pasando sus brazos alrededor de mi cuello—, te quiero —dijo en un susurró casi imperceptible, al que no supe responder.

Mi corazón latió con fuerza al estar así con él, sus brazos rodeaban mi cuello, era extraño... porque a pesar de que nos besábamos demasiado pocas veces teníamos esa clase de contacto. Pase mis manos por su espalda, abrazándolo de vuelta y pegando el menudo cuerpo de Will más a mí.

Había estado con chicos antes, había besado e incluso hasta me había acostado con alguien más. Pero ninguno me había hecho sentir como me sentía en este momento con Will ¡y sólo lo estaba abrazando!

Debía reconocer que eso era algo atemorizante.

Realmente me aterraba que Ford se enterará y arruinará todo, me aterraba no seguir estando con William de la misma manera en la que estaba ahora. Me aterraba la idea de perderlo.

Mis brazos presionaron la espalda de Will, con fuerza. Y su rostro siguió escondido en el hueco de mi cuello, su respiración se hacía cada vez más lenta, los sollozos fueron desapareciendo, pero yo seguía aferrándome a él con fuerza, y cerré los ojos, sintiendo la colonia que usaba entrar a mis fosas nasales.

Mi corazón latía con demasiada fuerza... y podía sentir como el de él lo hacía de igual manera.

Quería decirle todo lo que estaba pensando, quería decirle que me importaba. Qué era la primera persona que realmente me importaba. Porque me importaba. Quería hacerlo sentir mejor. Quería abrazarlo toda la noche. Quería decirle que no me importaba haber estado con otras personas antes, él era la primera persona que quería. Quería decirle todo eso.

Quería decirle que lo quería.

Pero las palabras se quedaban atoradas en mi garganta, temiendo salir, nunca le había dicho algo de ese estilo a nadie en toda mi vida. Ni siquiera a Mabel.

Por ese motivo mi última pareja y yo terminamos, él creía ser "sólo un juguete para mí" y no estaba tan equivocado.

Pero con Will era diferente, con él realmente sentía algo. Pero no sabía cómo dárselo a entender, y yo quería que el supiera.

Sólo atiné a abrazarlo con más fuerza... e intenté que todo el orgullo que había formado en 17 años de mi vida, traté de olvidar el hecho de que era un Gleeful y que tenía prohibido estar con alguien, traté de deshacerme de la idea de que decirlo en voz alta me haría lucir débil, que estaba bien decirlas porque era Will y era una buena persona; las cosas eran distintas que con mi familia. Intenté armarme de valor y arriesgarme a pronunciar esas simples palabras.

Y aun así... no pude.

El "Yo también te quiero, Will" se quedó atorado en mi garganta.


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Bebésssss, esto debía estar desde el sábado pero tuve un montón de inconvenientes y soy de lo peor ajshsd, pero posiblemente haya otra actualización pronto a más tardar el domingo para compensar (?).  -K

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