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Capítulo 2

Dipper

25 de septiembre.

Malditas personas, me dan asco. Era el único pensamiento que se me cruzaba por la mente mientras salía de la escuela y un grupo de personas me saludaban cuando iba por la calle, les sonreía falsamente. Tenía que mantener una imagen ante el público, después de todo tanto Mabel como yo, éramos la imagen de varias de las marcas de mis padres y de nuestro "espectáculo", y hoy el idiota chofer se había estacionado un poco lejos de la escuela por lo que tuve que caminar entre la gente común.

—Al fin llegas inútil, date prisa hoy tenemos que ensayar más y estar listos —dijo Mabel, ya en el carro limándose las uñas con fastidio.

—Sí, lo sé, me entretuve hablando con los idiotas de los Cipher —contesté una vez ya en el coche.

—Sí, mira que interesante, pero sólo quiero llegar a la casa y terminar con todo esto de una vez.

—No hay nada que quiera más que ello —respondí.

Cuando llegamos a la mansión estaba verdaderamente irritado, tenía un proyecto para el próximo viernes y tendría que hacerlo con el hermano menor de Bill Cipher, el mayor idiota que conocía; sólo rogaba internamente que Will no sea así, para estar en un curso avanzado tenía que haber un poco de esperanza en él, tal vez a él le habían tocado los buenos genes y el lunes no tendría que soportar tanta idiotez humana.

Hoy tenía que hacer otra vez el estúpido mismo show de cada viernes, la patética Tienda de la Telepatía era el primer negocio que habían obtenido mis padres, por lo tanto, habían mantenido viejas tradiciones y una de ellas era el ridículo espectáculo, que ahora estaba a cargo de mis idiotas tíos y, Mabel y yo éramos la atracción principal.

Después de mis clases de esgrima sólo tenía una hora para prepararme.

Finalmente dieron las siete y yo ya estaba listo para lo que venía a continuación. Me dirigí al escenario y tomé mi respectivo lugar de entrada. Mi hermana entraba por el otro lado, cada uno estaba en su posición, las luces se apagaron en toda la Tienda, los reflectores iluminaron el escenario, era hora del show.

Cómo siempre empezamos con unos trucos baratos de "predicciones", había gente que era tan idiota que todavía que creía que esta tontería era real.

—Alguien aquí está en problemas, al parecer unas deudas con cierta compañía, eso y uno de sus familiares está enfermo, todo eso lo está llevando a la bancarrota, ¿no es cierto? —hablo Mabel con el tono infantil que usaba en el espectáculo, ella lo odiaba.

—¡Yo! —grito un hombre del fondo, siempre caía alguien—, ¿cómo lo supieron?

—No revelamos los secretos de La Tienda de la Telepatía amigo, pero puedes comprar algún producto que te ayudé a averiguarlo —dije con una de las falsas sonrisas que debía darle al público, usando un tono animado, también lo odiaba.

—¡Somos los gemelos Telepatía y esperamos que hayan disfrutado del show, nos vemos la próxima! —dijimos Mabel y yo al mismo tiempo cuando el show llego finalmente a su fin, y como cada semana cada uno hizo una reverencia a la audiencia, sonreímos y el telón se cerró, las sonrisas desaparecieron casi al instante.

El resto de mi noche pasó normal.

27 de septiembre.

Por fin era domingo, mi único día libre para terminar con mis tareas y estudiar para un examen que tendría a lo largo de la semana, tenía un buen promedio que mantener y los sábados siempre los tenía llenos de actividades extracurriculares, desde mis clases de francés hasta equitación, para mi ventaja esta semana había acabado con todas mis tareas a tiempo y tendría el resto de la tarde libre.

—Perdedor, necesito que me hagas un favor —dijo Mabel.

—¿Ahora qué quieres? —conteste con fastidio.

—Otra vez nuestros padres no estarán en todo el día y necesito salir, el chofer llamo en la mañana, está enfermo y no me va a poder llevar.

—Eso me importa porque... —respondí.

—Necesito que me lleves, eres el único que sabe conducir.

—No es mi culpa que no hayas querido aprender —contesté irritado.

—No creí necesitarlo —dijo con fastidio—, es importante, sino sabes que no te lo estaría pidiendo.

—¿Qué ganaré a cambio? —pregunté.

—Lo que quieras, pero me llevas y me regresas —respondió grosera.

—Con esa actitud no ganarás nada —dije sonriendo con sarcasmo.

—No seas imbécil y llévame de una jodida vez —grito desesperada.

—Está bien, está bien es un favor que luego cobraré —tomé las llaves del auto—, ¿a dónde?

Era un favor que le costaría muy caro a Mabel, porque no solo tendría que llevarla, sino que primero tendría que pasar por su amigo, que patético, sería el maldito chofer del día y encima tendría que esperar por ella... pero al menos sabía que no era en vano, yo sabía cobrar muy bien mis tratos, por eso nunca nadie me los pedía, mientras más daba, más recibiría a cambio.

Al poco tiempo nos encontrábamos en la puerta de la "competencia", La cabaña del Misterio de Bobby Pines, que patético era todo, Mabel había caído muy bajo esa vez, nos bajamos del auto, ella se dirigió a la puerta y toco, me quede unos pasos atrás de ella.

—¿Qué se les ofrece? —pregunto Bobby al abrir la puerta.

—Estoy buscando a Gideon, soy una amiga y tenemos planeado salir —contesto Mabel fingiendo una sonrisa, ¿qué rayos le pasaba?

—Claro, pasen ahora debe bajar, pueden esperar en la sala mientras —pasamos, afuera había demasiado calor cómo para quedarse bajo el Sol—. ¡Gideon te buscan!

—Ya voy —se escuchó una voz desde arriba.

La sala de la cabaña era patética, algo me decía que sería un día bastante largo, la única ventaja era que la tarde anterior había terminado con todas mis tareas y estudiado lo suficiente para el examen, cómo irían a la plaza, aprovecharía para ver unas cosas que tenía pendientes.

—Es que Paz, debiste ver su cara, usualmente es un idiota, pero cuando vio a ese chico —dijo una voz bajando las escaleras—, fue otro nivel.

—Demonios —soltó una risa la mencionada—, ojalá lo hubiera visto siempre es divertido ver a tu herman-

Una chica de cabello rubio había bajado del segundo piso, claro Pacifica era media hermana de Gideon. Mabel le sonrió, pero esa sonrisa se borró casi al instante cuando vio que la chica iba con la última persona que esperaba encontrarme... Will Cipher.

—Emm... hola —saludo la rubia, la expresión en el rostro de mi hermana valía oro, estaba evidentemente molesta pero no tenía ni idea del porqué su repentino cambio de humor.

—Pacifica —saludo Mabel y luego miro a Will, este simplemente estaba parado tenso en su lugar, Mabel no dejaba de verlo.

—William —dije tratando de esconder la sorpresa en mi tono de voz.

—Hola —contesto el mencionado en un apenas un murmullo.

—Nosotros íbamos a la cocina, un placer saludarlos —dijo Pacifica y tomo del brazo a Will para llevarlo a lo que suponía que era la cocina, mi hermana no podía estar más irritada, mi hermana era muy extraña a veces, ¿acaso ella se llevaba mal con el Will?

Creí ser el único que tenía una rivalidad con uno de los Cipher, aunque no tenía mucho sentido, puesto que William parecía indiferente por la presencia de la castaña, se veía tensó cierto, pero no parecía ser por Mabel... sin embargo no habían muchas explicaciones para su repentino cambio de humor, que rápidamente trato de componer, pero no lo suficiente como para que yo no lo notará.

Finalmente, Gideon bajo y Mabel se acercó a abrazarlo, estaba muy rara hoy.

—Hola Mabel —dijo el albino cuando lo soltó.

—Hola tesoro —contesto Mabel usando la actitud dulce y gentil que sólo usaba en público, usualmente cuando no había nadie era una perra, Gideon estaba evidentemente incomodo con el apodo.

—Bueno será mejor que nos vayamos de una vez —comenté.

—¿Irás con nosotros? De saber que podíamos llevar a alguien le hubiera dicho a mi hermana que nos acompañe.

—No te preocupes cielo, aún puedes decirle a Pacifica si quieres —respondió Mabel—. Haremos todo lo que mi tesoro quiera.

—¿Decirme qué? —hablo la rubia saliendo de la cocina junto con Will, este se veía más relajado.

—Que nos acompañes a la plaza —contesto Gideon.

—Nos encantaría —respondió rápidamente.

—¿Nos? —dijo mi hermana.

—Claro, le prometí a Will pasar la tarde conmigo no veo cual es el problema que vaya, ¿verdad Will? —al parecer el mencionado iba a responder algo, pero rápidamente fue callado por Pacifica con un golpe "disimulado" con su codo.

—N-no, no veo el problema —tartamudeo.

—Genial, una excursión —comenté y todos nos dirigimos a la salida de la Cabaña, para ir a la plaza.

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Bueno, aquí esta una de las nuevas historias que tenemos planeado, pronto habrán más asdasdasd.

Las actualizaciones serán los sábados, porque regresaré a clases este lunes y tendré menos tiempo para escribir.

¡Espero que la disfruten!

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