Three
Todo en la base estaba tranquilo, sin misiones o algún altercado que malumorara a alguno de los Vengadores en el comedor.
Podría ser la hora por lo cual la mayoría estaba que se dormía en la mesa, abriendo y cerrando sus ojos de ves en cuando y sobretodo Tony que casi ponía el jugo en el envase con cereales.
Todos estaban agotados, a excepción de Natasha y Steve que ya estaban muy acostumbrados, y aún así debían levantarse temprano para no perder la rutina.
En resumen, volver a clases.
Quizás fue la tranquilidad del momento o el que todos estuvieran callados que fue cuando Natasha se dió cuenta que faltaba alguien en la mesa; y no era Visión porque él siendo un androide no necesitaba comer y se encontraba solamente sentado acompañándolos mientras leía un libro de álgebra.
—¿Alguien a visto a Wanda?—ante su pregunta, negaron casi al mismo tiempo, confundiéndose al no haberla visto en todo el día—Es raro que no esté aquí.
—Tal vez sigue dormida—Sam intentó tranquilizar las suposiciones que Natasha se hacía en su cabeza—o solo se está tomando su tiempo para arreglarse.
—¿O qué tal si estuviera entablando una conversación con seguramente alguien que esté de parte de los malos?—Tony habló sin despegar su vista del enorme ventanal, y todos en la mesa observaron en su dirección.
Por fuera de la base, en la zona de los jardines para ser exactos, Wanda caminaba tranquilamente por sobre el césped aún en pijama puesta, hablando animadamente con la pelinegra que tenían en custodia a la par que caminaban a paso lento; aunque era más Wanda la que hablaba mientras Lilith solo atinaba a asentir, negar, he incluso se le formaban pequeñas sonrisas interceptibles.
Natasha vió a la encapuchada, repitiendo la escena de Madame B sentada frente a ella con la mirada tan fría que la caracterizaba. Muy en el fondo comenzaba a sentir un leve rencor, pero necesitaba estar segura antes de crear historias.
La brisa golpeaba contra las chicas y a ninguna pareciera importarle, pero Lilith se preocupaba más por sus guantes y de que aquella capa con capucha incluída no llegara a salir volando de su anatomía; pero siguiendo escuchando el relato que la Maximoff le contaba.
Le narraba la historia de su vida, de como perdió a sus padres a causa de una bomba y tiempo después sucedió el sacrificio de su hermano gemelo, ella uniéndose a los Vengadores y algunas misiones de prueba que le llamaron la atención.
Lilith miró los aspectos de su rostro sin que ella lo notara.
Su cabello castaño rojizo volaba en la dirección contraria a la cual ellas caminaban a causa del viento. Sus ojos verdes como un par de ojos de árbol miraban al césped donde caminaban, su pequeña y perfilada nariz parecía ir a juego con la abierta sonrisa que llevaba sin saber el porqué, se sentía bien ser escuchada por alguien más que no fuese Visión. Pero Visión era otro caso diferente debido a su poca experiencia con humanos y a que todo lo entiende literalmente.
Pero aún así lo querían.
—Lilith, cuéntame algo sobre ti—la nombrada bajó su mirada a sus pies, escondiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón negro—¿Podrías decirme cómo llegarse a esa base al menos?
Wanda en verdad quería comprenderla, quería ayudarla y posiblemente tener una amistad con ella; apesar de ser una chica callada y reservada el tan solo conocerse hace casi doce horas eliminó la antigua fachada que tenía sobre ella.
Le importaba Lilith en el fondo.
La pelinegra tomó la iniciativa de detenerse para observar el cielo plagado de nubes, donde el sol parecía apenas salir de su escondite y los pájaros cantando y volando en la otra dirección; y Wanda también se detuvo. Respiró profundo, inhalando y exhalando el aire de la naturaleza y cerrando sus ojos ante aquello, con la mirada de la castaña sobre ella.
—Ahí me criaron...
Lilith se ocultó más si se podía en su capucha negra, ahora mirando fijamente las orbes verdes de la chica que se hallaba a su lado, prestándole completa atención.
—Crecí ahí desde que tengo...ocho o...nueve, tal vez—le era complicado recordar exactamente a qué edad fue que comenzó a vivir en aquella base desmantelada, los recuerdos de esa edad se distorsionaban y parecían variar de un escenario a otro en cuestión de segundos.
»Lo único que recuerdo bien fue...
Se detuvo a mitad de la frase, como si con aquello estuviera invocando al mismísimo Diablo.
Cuando en realidad recordaba lo único que no quería recordar.
Wanda la miró expectante esperando a que terminara la frase.
—No es importante...
La Bruja Escarlata la vió caminar con sigilo a la máquina expendedora que habitaba casi al lado de la entrada del ascensor, aún con su ropa del día anterior.
El movimiento del sillón hundiéndose a su lado le hizo apartar la mirada, observando al hombre del traje de hierro sentarse a su lado.
—¿Qué tanto hablaban ustedes esta mañana?—le preguntó mirando a la chica de reojo, la cual estaba viendo los diferentes dulces de la máquina expendedora en completo silencio.
—Más bien fuí yo la que habló, Lilith solo escuchaba.
—¿Lilith? ¿Así se llama? ¿Te lo dijo cómo si nada?
—Anoche me lo dijo—volteó para ver a la pelinegra, y esta se giró cuando fue atrapada viendo a la castaña, colocando el billete que robó de la base y decidiendo tomar un chocolate, aunque ni siquiera sabía lo que era eso.
—¿Sabes que ella puede ser de HYDRA, cierto?
—Pero podría ser como yo—Tony la miró confundido, y Wanda solo suspiró—Tal vez...no tuvo opción o fue por venganza...
Lilith escuchó esa última frase con atención, jugando con el pequeño paquete de chocolate pasándolo de mano en mano aún dándoles la espalda, viéndolos a través del reflejo del vidrio de plástico con la cabeza baja.
—Porfavor, Wanda. La encontramos sola en una base desmantelada de HYDRA, y quién sabe él porqué te salvó. Tal vez dentro de ese disfraz de chica tímida se encuentra una verdadera pesadilla...-
Se calló al no ver a Wanda por ningún lado, viendo todo a su alrededor de color negro y sin notar la presencia de nadie más que él mirando a la nada.
La atmósfera se volvió fría; pero ni vió la necesidad de usar sus brazos para cubrirse, solo siguió esta vez de pié sobre la nada observando repetidas veces a distintas direcciones.
El sonido de un llanto proveniente de una mujer se hizo escuchar entre aquella oscuridad, y mientras más comenzaba a caminar por dónde se escuchaba más lograba entender de quién era ese llanto.
Terminó corriendo con la respiración a mil, y cada vez la silueta de una rubia rojiza sentada y encorvada en el suelo se hacía más visible.
—¡Pepper!
Sus ojos marrones vieron por lo que estaba llorando, y no creía lo que veía.
Era él. Tumbado con su traje de metal puesto y destruido, con la boca y parte de sus extremidades a la vista de su destruido traje brotando sangre que se esparcía por todos lados incluyendo las temblorosas manos de Pepper Potts.
Mirada a un punto indeterminado, con el rostro cubierto de mugre y sangre mientras sus ojos no llevaban el brillo que todos los humanos llevan al vivir.
Se veía así, muerto.
La de ojos azules vió detrás de ella, con lágrimas cayendo por sus mejillas y ensuciando su rostro con la mugre y los pequeños raspones que tenían sangre z y Tony estaba que le daba un ataque de ansiedad.
Obadiah Stane estaba a las espaldas de Pepper.
—Pepper, sal de ahí—demandó bruscamente, pero ella no parecía escucharla.
Obadiah la tomó de los cabellos, y ella se quejó del dolor mientras intentaba arañarlo o siquiera detener lo que estaría por venir; suplicándole y diciendo 'porfavor' con el tono roto y quebrado, llenando las manos de Stane de sangre y mugre.
—¡Pepper, corre!—quizo correr y detenerlo, pero contra algo inexistente que no le permitía seguir, y no tuvo más remedio y golpear aquella barrera—¡Potts! ¡Pepper!
—¡Ayuda!
Y lo que vieron sus ojos después de eso, fue una de sus peores pesadillas volviéndose realidad.
O eso creía.
—¡Tony!
El nombrado se exaltó ante el grito de Wanda, y no fue hasta que la miró para darse cuenta de que estaba tirado en el suelo, temblando y sudando con lágrimas amenazando con salir.
Natasha corrió hacia ellos al escuchar los gritos de la menor, posicionándose al lado de Wanda he intentando comprender lo que había sucedido.
Ella volteó al sentir la presencia de alguien más aparte de ellos tres, viendo a la pelinegra apoyada en una esquina del lugar con sus ojos brillando debido a las lágrimas que bajaban por sus blancas mejillas, y notó un ligero movimiento de sus manos a través de la capa.
—¿Qué fue lo que hiciste?—le preguntó entre dientes sin confianza, y la castaña solo las observó con el seño fruncido.
Lilith solo las miró a ambas, tomando la inútil desición de salir corriendo en dirrección contraria, con Wanda Maximoff llamando a gritos su nombre...
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