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Four

Wanda se quedó viendo sus manos entrelazadas por debajo de la mesa, esperando que el resto de su equipo terminara su disputa sobre Lilith.

Por un lado estaban Steve y Tony comportándose como un maldito matrimonio que estaba corrompiéndose poco a poco.
Después estaba Sam y sus intentos en vano de separarlos y Rodhey intentando calmar a Stark, ya que este no dejaba de gritar sobre lo que esa chica le hizo ver; aunque casi todos creyeron que estaba solamente experimentando una pesadilla.

Visión era otro caso, miraba toda la escena sin intervenir sentado al lado de la castaña, solamente dedicándose a leer su libro de Shakespeare que Tony le sugirió leer.
Y Natasha, simplemente estaba que sacaba su arma y mataba a todos.

Los viejos hábitos.

-¡Esa idiota me hizo ver mi muerte y la de Pepper, Rogers!

-Primero; cuida tu lenguaje. Y segundo eso no es posible-Steve lo tomó de los hombros, casi obligándolo a sentarse.

-Tal vez nos oculte algo, ¿No es así, Wanda?

Ahora todos la observaban a ella ante la pregunta de la pelirroja, algunos ojos acusatorios como los de Tony y otros curiosos y severos como los del resto.
Wanda carraspeó con incomodidad, apoyando sus manos en la mesa.

Los diferentes pensamientos de sus compañeros y amigos de equipo viajaban desde armas nucleares escondidas es la base hasta ser un robot proveniente del futuro con metal en su esqueleto enviado para matarlos a todos.

Enserio, a Anthony Stark le está afectando el ver Terminator.

-Lilith no habla mucho, per...-

-Espera ¿Lilith?-la ojiverde menor rodó los ojos, no comprendiendo la sorpresa de los demás.
Y aunque tenga la habilidad de leer sus mentes, hay cosas que a ella le gustaría conservar en esos momentos.

Y en primer lugar, era tener una conciencia limpia por el momento.

-Ella me lo dijo, no se cuál es el misterio.

-El misterio es que no a hablado con nadie más que contigo-el coronel Rhodes se hizo escuchar en la sala, y ahora todos le prestaban atención-¿Te dijo alguna otra cosa?

-Me sentiré mal si les cuento-Wanda paseó su mirada por todos, y al parecer a nadie le importaba en ese momento-Bien...solo me dijo que a ella la criaron en esa base desmantelada desde que tenía ocho o nueve.

-¿Lo que significa...?

-Que hay todavía más bases escondidas-completó el rubio, frunciendo sus cejas al final-Un momento...¿Dónde está?


Cerró sus párpados lentamente, implorando desde su mente que aquellos indeseables susurros y murmullos desaparecían.

Dejó caer bruscamente la capucha que cubría su cabeza, y su melena negra salió libre de aquella prisión.
Apretó sus dientes y apoyó una de sus manos en una de las columnas que sostenía la salida hacia los jardines, temblando de pies a cabeza pero no de frío, de miedo.

«Hail HYDRA»

«iras al infierno donde perteneces»

«Te encontraré»

Podía recordar el hedor nauseabundo proveniente de su boca, combinación de cigarrillos, vodka y distintos tipos de alcohol. Lo sentía chica contra su oído y parte de su cuello.
Sus dientes blanquesinos y amarillentos no salían de su cabeza, y contando su horrible sonrisa de triunfador y maniático que se había quedado grabada para siempre.

«te hice un favor, Lilith»

«Vas a pagar»

«Eres igual a tu madre»

Sus manos tiraron de su cabello con fuerza, no logrando impedir que sus lágrimas cayeran y que aquella voz tan despreciable se detuviera de una vez por todas.

Cayó de rodillas al suelo, sollozando y repitiendo 'lo siento' cada vez que podía, los guantes se empaparon con las lágrimas y el pánico comenzó a apoderarse de su cuerpo sin saber el porqué.

Un par de brazos la abrazaron por la espalda, y ella forcejeó para liberarse aún con el llanto presente.

-Tranquila, soy yo-el acento sokoviono que conocía la hizo detenerse de golpe, y continuó sollozando en el pecho de la menor-Todo estará bien, tranquila.

Wanda decidió colocar su barbilla en la cabeza de la pelinegra, y sin poder evitarlo captó el aroma proveniente de su cabello; para estar en una base desmantelada tenía un buen olor a moras azules.

Una vez calmada no quiso separarse de Wanda, y sin entender ese motivo solo continuó disfrutando el calor que ella le proporcionaba, y le gustaba.

-Ellos te dejarán vivir aquí-habló una vez notó la respiración calmada de la chica-Pero quieren que les digas todo lo que sabes sobre esa base, solo...-

-No se casi nada-la cortó con voz ronca, limpiándose cualquier rastro de lágrimas en sus mejillas-nadie me decía nada.

-Si les dices eso irás a la cárcel de máxima seguridad, tienes que confiar en mí.

»Te llevaré a tu habitación.


La castaña ya se encontraba en pijama, había terminado de guardar unas cosas alrededor de las once de la noche cuando todos estaban dormidos, y ahora ella se encontraba sumamente cansada.

Apagó la luz del baño y se sentó en la punta de la cama, suspirando al escuchar toques en su puerta.
Se levantó con pereza, abriendo la puerta y sorprendiéndose al ver quién había tocado.

Vestía uno de los pijamas que Wanda le había prestado, solo que tenía su capucha negra puesta y parecía temerosa de lo que estaría sucediendo en su cabeza y jugando con sus guantes negros.

-¿Lilith?

-¿Puedo dormir contigo?-fue directo al grano, pronunciándolo rápidamente que incluso a la Maximoff le sorprendió.

-¿Qué?-cuestionó su creerlo, viendo que el pasillo se encontraba solitario y sin ningún alma vagando en pena.
Sin contar a Tony claramente.

-T-tengo...pesadillas y...m-me asusto mucho y...-las palabras no parecían querer salir de garganta, y a eso Wanda le preocupó-O-olvídalo solo...-

-Si puedes dormir conmigo.

Lilith abrió sus ojos como platos, y la castaña logró ver una pequeña y casi interceptible sonrisa que se asomaba por sus labios, y una chispa en sus ojos avellana como... esperanza.

Se hizo a un lado, dejándola pasar y cerrando la puerta con su espalda. Comenzando a arreglarse para acostarse.

-¿Dormirás con eso?-le preguntó al ver sus intenciones de dormir con su capucha puesta, y recibió un asentimiento de cabeza -Puedes quitartelo, nadie más te verá sin el.

Lilith permaneció callada, aunque lenta he insegura de acción retiró la capucha de su cuerpo, dejándola a un lado de la cama.
Se sentía extraña al quitársela por completo, era un recuerdo de lo que era y había permanecido con ella durante mucho tiempo, que se sentía vacía sin tenerlo puesto.

Aunque en el fondo, le había gustado quitásela.

Recostó su cuerpo de medio lado, viendo como la chica de ojos verdes apagaba la luz de su lámpara he imitaba su acción, ambas viéndose entre la oscuridad.
Wanda notó que todavía llevaba los guantes puestos, pero no quería incomodarla.

-¿Por qué me salvaste?-quizo saber, aún confundida por como se habían conocido.

-La pregunta es...¿Por qué no lo haría?

Y como si de un interruptor se tratáse, Lilith cerró sus párpados.
Wanda aprovechó ese momento no solo para procesar sus palabras, sino para detallar su rostro entre la escasa luz que la luna le brindaba desde su ventana.

Su piel parecía más pálida ante la luz de la luna, parecía estar en paz y tranquilidad.

Algo que Lilith no tenía desde temprana edad.

Quiso seguir admirando su rostro, pero se dejó llevar por el momento y cayó en los brazos del morfeo.
Pero con una pregunta rondando por su cabeza.

¿Por qué diablos su corazón palpitaba tan rápido?

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