✘D I E Z✘
"Hay probabilidad de que ocurran cosas inesperadas en cada segundo de nuestra frágil existencia."
Paulo Coelho
—¿Segura que ya te encuentras bien? —pregunta Erwan desde el asiento del conductor.
—Qué sí. —insisto, poniendo cara de fastidio. Se ha pasado todo el viaje de camino a casa preguntando lo mismo.
—Si necesitas ir al hospital, solo dímelo.
—Solo tragué un poco de agua. No es un gran problema.
<Casi mueres, idiota.>
—De seguro si alguien no me hubiera atado por querer comerme una pizza con las manos, no habría pasado tanto tiempo debajo del agua. —lo fulmino con la mirada, y llego a ver como una de sus comisuras se eleva ligeramente.
—Lo dices como si nunca antes te hubieran amarrado las manos. —añade, con un tono irónico.
—¡Por supuesto que no! ¿Qué clase de gente crees que me rodea?
—Me refiero en el sexo, rubia.
Frunzo el ceño, removiéndome en el asiento.
—Pues no. —confieso.
Me mira por un breve segundo con un semblante asombrado, antes de volver la vista a la carretera.
—Eso sí que es raro. —inquiere— Casi todas las mujeres que he conocido tienen esa fantasía.
Y yo también la tengo. —quise decir, pero la frase quedó atorada en mi garganta.
Max fue mi primera vez en todo, incluso en el sexo. Todo lo que he experimentado en ese ámbito, ha sido con él. Ha cumplido casi todas mis fantasía, desde la más controversial: hacer un trío con otra chica; hasta la más sencilla: hacerlo en una playa.
Pero lo que viene siendo dominación, al estilo 50 Sombras de Grey, o incluso un poco menos, nunca lo hemos hecho porque no le atrae la idea.
—Pues yo no. —miento— Así que intenta no atarme más.
—Eso no lo puedo prometer. —ladeo la cabeza, indignada por su respuesta.— ¿Qué? Mis fetiches son mis fetiches.
Niego con los ojos cerrados.
—Rarito.
Al entrar a mi calle, estiro la mano hacia el asiento trasero para agarrar mi bolso. Cuando regreso la mirada al frente, me encuentro con la figura intimidante de Kyan, recostada en la pared de su edificio con una paleta en sus labios y con la cabeza gacha. Tiene las manos dentro de los bolsillos de su chaqueta y por alguna razón, mi ojos se desvían hacia...
—¿Leah? —Erwan mueve su mano frente a mí rostro, llamando mi atención.
—¿Mmm?
—Ya estamos en tu casa. —agrega. Ni siquiera me di cuenta del momento en que nos detuvimos.
—Oh, genial.
Antes de que pueda decir nada más, la puerta del copiloto se abre y alguien me toma del brazo, sacándome a rastras.
—¿Qué haces, Max? —exclamo al identificarlo.
—¿Qué haces tú en ese auto con... —lleva la vista hasta el chico que ahora se baja del vehículo— ese?
—Ese tiene nombre. —inquiere Erwan con una media sonrisa y los brazos cruzados sobre su pecho.
—No me interesa. —replica Max y luego fija su mirada en mí— ¿Este fue con quién te besaste en un callejón hace unos días?
Mis ojos se abren, automáticamente. No puedo creer que haya dicho esto aquí, en plena vía pública. Se suponía que eso ya estaba olvidado y que me había perdonado, pero no. Ya me extrañaba que todo haya sido tan fácil cuando se lo confesé.
Por el rabillo del ojo, logro avistar al chico en la otra acera que ahora nos mira fijamente.
—No fue él. —murmuro, avergonzada.
—¿Entonces con cuántos tíos me engañas? —ladra.
—Con nadie, joder. —gruño de vuelta, y en seguida me fulmina con la mirada por mi vocabulario, pero le ignoro— Eso fue cosa de una vez y él... —señalo a Erwan, quien está disfrutando del show— es solo un compañero de clases.
—¿Y qué hacían juntos?
—Hacíamos un trabajo. —contesto. Las personas a nuestro alrededor se han detenido para deleitarse del espectáculo que está montando— ¿Podemos subir arriba y hablar a solas de esto?
Soy consciente del momento en que el chico de la moto, lanza el palito de la paleta al cesto de basura con fuerza y se devuelve a su edificio. ¿Se habrá molestado por algo?
Max se mantiene en su lugar con la mandíbula tensa y supongo que el ego un poco herido. Lo conozco como para darme cuenta de cosas así. Como cada vez que su equipo de fútbol perdía un campeonato o ni siquiera llegaban a clasificar, en el colegio.
—Vamos adentro. —lo agarro del brazo, jalándolo hacia la puerta.— Adiós, Erwan.
Me despido del pelirrojo y logro ver como forma con sus labios la frase: Hasta luego, rubia; para luego guiñarme un ojo y subirse a su auto. Sonrío levemente. No es una mala persona, a pesar de todo.
—Veamos a qué le vas a echar la culpa ahora. —gruñe Max, nada más pasamos el umbral de mi apartamento.— La otra vez fue la adrenalina del momento y ¿esta vez?
—Qué no ha pasado nada entre Erwan y yo. Deja la paranoia.
—¿Y cómo sé si puedo confiar en ti? —pregunta con los brazos cruzados.
—¿Cómo?
—Después del beso del desconocido, ¿qué me asegura que no vas a besar a nadie más.
—Porque te lo digo yo.
—Pues no es suficiente.— suelta.
Entiendo su reacción. Yo estaría igual si descubro que ha estado con alguien más. Lo que no entiendo es ¿por qué ahora? Cuando se lo conté por primera vez, ni siquiera se vio afectado, parecía como si ni le importara.
—Por favor. —me acerco a él y lo agarro de las manos— Yo solo te quiero a ti. No agregues drama, donde no lo hay.
—No quiero que estés más cerca de él.
Lo suelto al momento y frunzo el ceño.
—¿Perdón?
—Eso. Si quieres que vuelva a confiar en ti, no los quiero ver juntos de nuevo.
—No puedo hacer eso. —aclaro, soltando un suspiro de incredulidad.
—¿Por qué no puedes? —añade con la mandíbula tensa— Si es cierto que me quieres, no dudarás en hacerlo.
—Max, una cosa no quita la otra. Él es mi compañero de clases y, aunque trate de evitarlo, siempre estará ahí a mi alrededor. Además de que tenemos un trabajo juntos...
—Dile a tu profesor que te cambie el compañero de trabajo —me interrumpe— y te sientas en el extremo más alejado al de él en clases.
—Mira. —levanto la mano en señal de pause— No quería tener que llegar a esto, pero no me das otra opción. Tú podrás ser mi novio, pero es mi vida de la que estás hablando. No puedo cambiar todos mis planes solo porque tú no estás contento con algo.
Max levanta las cejas, sorprendido.
—No estás hablando en serio, ¿verdad?
—Estoy hablando muy en serio.
—¿Entonces no te vas a alejar de él?
Me parece increíble que estemos peleando a causa de Erwan.
—No lo voy a hacer.
—¿Estás segura de que no te vas a arrepentir después? —su pregunta me inquieta.
—Espera, ¿estamos hablando de lo mismo? —cuestiono— ¿Qué piensas hacer, Max?
—¿Yo? Nada. —bufa.
Los recuerdos de lo que me dijo Alexa hace unos días, llega a mi mente como un flash repentino: "Ahora, si él quiere puede besar a otra chica solo porque tú lo hiciste. Y no le vas a poder reclamar nada."
No será capaz, ¿cierto?
—Max. —mascullo en un tono tenso— Yo no te he sido infiel con Erwan. Espero que esa parte te haya quedado claro.
—Sí, claro. Como digas.
—Solo para aclarar, te besas con otra por venganza y no te lo voy a perdonar. —inquiero. Su entrecejo se frunce y me muestra una media sonrisa incrédula.
—¿Quién te crees que soy? Yo no soy de los que toman venganza. Nunca haría algo así.
<Lo va a hacer.>
No, no lo hará.
<Después no digas que no te lo advertí.>
—Tengo que irme. —se acerca a mí, y titubea antes de dejar un beso corto en mis labios.
—Nos vemos. —no le digo "amor" porque creo que aún no estamos en buenos términos. Esperaré a qué se le pase el cabreo por sí solo.
En el momento en que Max cierra la puerta tras de él, casi me caigo de culo cuando visualizo a Alexa salir del otro lado de la alacena con un pote de Nutella en la mano.
—Joder. —me llevo la mano al pecho— ¿Qué hacías ahí?
Ella forma un puchero con los labios.
—Vine a buscar la Nutella al refri, y cuando Max apareció por la puerta, me asusté por lo que había pasado con el Agente 007, y me escondí aquí. —señala hacia abajo— Iba a salir cuando te escuché, pero me fijé que el ambiente estaba tenso y tuve que quedarme en donde estaba para no interrumpir.
—Te pasas. —sonrío.
—¿Quieres hablar del tema? —pregunta.
—Nop. —aclaro— Solo quiero encerrarme en mi habitación a ver Netflix.
—Está bien, entonces. Yo me voy a mi cuarto para poder comerme la Nutella tranquilamente. Si necesitas algo, solo toca la puerta.
Y dicho eso, ambas nos movemos a nuestras habitaciones.
Lo primero que hago al entrar, es agarrar los binoculares y ponerme a espiar a mi vecino a través de mi ventana. Sé que es raro que después de la pelea con mi novio, solo me apetezca ver al chico de la moto en vez de lanzarme a la cama a llorar, pero es algo que no controlo.
Cuando lo vi recostado a la pared de su edificio hace unos minutos, me di cuenta de lo mucho que extrañaba su rostro. Incluso más que el de Max.
<¿Si quiera extrañabas el rostro de Max, o solo lo dices para quedar bien contigo misma?>
Niego con la cabeza, alejando esos pensamientos.
Las cortinas están cerradas como siempre, y por más que trato de ojear algo por alguna pequeña abertura, no hay rastros de él. No obstante, las telas negras se separan de pronto como si fuera el telón de un teatro, y mi corazón se desestabiliza cuando veo al chico tatuado mirando en mi dirección fijamente.
Me siento en suelo debajo de mi ventana, escondiéndome con rapidez.
¿Me habrá visto?
—Ay madre, qué vergüenza. —murmuro para mí misma, escondiendo el rostro con mis manos.
Desde dónde estoy, estiro la mano para cerrar mi ventana con movimientos lentos pero seguros, para luego poder levantarme sin que me vea y encerrarme en el baño a darme una ducha caliente para quitarme todo el estrés del día.
✘⛓✘
Decidí pasar la noche en la sala de estar disfrutando de una película en la gran pantalla frente a mí y con un tazón de palomitas de maíz como aperitivo. No tengo el volumen muy alto, puesto que mi compañera de piso está descansando en su cuarto. Al parecer, había tenido un día muy ajetreado.
Llaman a la puerta cuando casi estoy terminando de ver la película e iba por la parte más buena. A pesar de eso, le pongo pausa y dejo mis palomitas a un lado.
Cuando abro, no veo a nadie. Solo está el descansillo vacío con la luz en el techo alumbrando. Miro hacia los lados, pero nada.
—¿Hola?— hablo y nadie me responde de vuelta. Me dispongo a dar un paso para ver las escaleras, pero mis pies chocan con algo sólido antes de que pueda moverme mucho. En el suelo hay una caja con una etiqueta por fuera que dice Para LEAH.
Cojo la caja en mis brazos y cierro la puerta luego de entrar de nuevo en casa. Me siento en el sofá con la caja entre mis pies, dudando si abrirla o no. No tiene remitente y eso me inquieta. Pero como siempre, la curiosidad gana.
En cuanto la abro, mis manos la dejan caer al suelo por consternación ante lo que mis ojos captaron. Su interior está repleto de fotos de personas muertas, o mejor dicho, de personas que fueron brutalmente asesinadas.
Mi padre. Es lo que primero que me llega a la mente cuando veo las biblias abiertas cerca de cada cadáver. Su modus operandi nunca lo voy a olvidar.
Mis manos tiemblan mientras hago a un lado cada foto, torturándome con el recuerdo. La sangre, las heridas, los golpes, las lágrimas, los gritos, todo vuelve a mí de forma abrumadora.
Primero la llamada de mi padre hace unos días, y ahora esto. ¿Quién demonios está jugando conmigo?
Al final de la caja, encuentro un sobre grueso con la etiqueta de: ABRIR.
Caigo arrodillada al suelo cuando saco un martillo ensangrentado desde su interior. El arma preferida de mi padre.
Lo siguiente es lo que provoca que mis ojos se llenen de lágrimas incontrolables.
Una imagen. Una imagen capaz de desestabilizarme por completo.
La foto muestra a una niña de rostro perfilado con apenas unos 7 años, de pelo castaño, labios carnosos y mirada perdida, resaltando un par de ojos de diferentes matices: uno es azul y el otro es color miel.
Al otro lado de la imagen, se haya una un pequeño texto, el cual leo en voz baja.
—Espero que te haya gustado mi regalito, pequeña. Alguien necesitaba recordarte de quién eres hija. No te avergüences de tu pasado y sobre todo, no olvides a tu hermana. —se me quiebra la voz— Su rostro es algo que no puedes olvidar.
El corazón se me parte en dos y un gemido ahogado escapa de mis labios cuando leo la posdata.
—Ni se te ocurra llamar a la policía, o tu madre pagará tus malas decisiones. Besos y abrazos para mi niña. Firmado: "The Bible Killer".
Mi padre.
✘✘✘✘✘✘✘✘✘✘
¡Holiss!
Bienvenidos a un #MartesDeControl
Opiniones del capítulo por aquí.
No voy a extenderme mucho con la nota porque ando leyendo 7v7
Os amo y espero vuestros comentarios.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro