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XIV. AHORA NO

CAPÍTULO CATORCE: AHORA NO.


      Desde que fue desconocida y su acceso a los fondos familiares fueron cortados, Nova no tenía dinero para gastar en algo nuevo que usar.

      Fred y George le pagaban decentemente, pero no tanto como a Verity porque ellos le dejaban quedarse en la habitación extra del tercer piso sin pagar nada. No se estaba quejando, ni cerca. Pero significaba que todo el dinero que conseguía era destinado a cosas que necesitaba para la escuela, como libros y plumas.

      El dinero que conseguía no era para vestidos para el Baile de San Valentín.

      Era la semana antes del Día de San Valentín y Nova aún no había encontrado un vestido decente dentro de su rango de precios, a pesar de las revistas que Daphne le había prestado. Todos ellos estaban un poco muy caros para ella. Así que, se resignó al hecho que solo tendría que usar algo que ya tenía. Tal vez si contenía el aire, le entraría el vestido que había usado para el Baile de Navidad. Estaba en algún lugar en su habitación en los gemelos, y estaba segura que ellos se lo enviarían si se los pedía.

      Dahpne había elegido un vestido con corazones dorados y rosados por doquier—. Todos creerán que eres una Gryffindor —Nova señaló, admirando la forma en que los corazones dorados brillaban cuando Daphne se movía. Ella lo sostenía por delante de su cuerpo, examinándolo frente al espejo para asegurarse que fuera la decisión correcta. Pansy y Millicent, que habían sido muy buenas con Daphne esta semana porque ella había preparado toda la fiesta, no estaban en ningún lado. No que Nova se quejara.

      Daphne rió—. O creerán que soy festiva —gentilmente movió su varita y el vestido se colgó con cuidado—. ¿Entonces, qué vas a usar?

      Nova se encogió de hombros—. No tengo dinero. Estaba pensando que George y Fred podrían enviar el vestido que usé para el Baile de Navidad.

      Aunque quería que Nova fuera festiva (y la mayoría habían sido pedidos usar rojo, púrpura, rosa o blanco y negro para los chicos que estaban inseguros por usar esos colores-Nova no tenía tiempo para estos chicos en particular), Dahpne también entendía que encontrar un vestido tan tarde en el juego con su dinero sería imposible—. Estarás preciosa —ofreció, mordiéndose la lengua. Nova apreció que Daphne ocultara su disgusto.

      Así que le envió una lechuza a Fred y George, contenta cuando obtuvo una respuesta tan rápido. Solo había asistido a un par de clases para el momento en que la lechuza había regresado. También tenía algo atado a su pata, y en cuánto lo inspeccionó, Nova vio una pequeña bolsa de hilo. Daphne y Astoria la miraron con curiosidad.

      Dentro habían veinticinco galeones.

      —¡Mierda! —dijo Astoria, sonriendo salvajemente.

      —¡Stori! ¡Lenguaje!

      —Oh, como si tú no estuvieras pensando lo mismo. Los Weasleys deben tener éxito si están dando esa cantidad de dinero.

      Nova fue rápida para abrir la nota.

Nott,
Haznos un favor y consíguete un lindo vestido. Toma el dinero, tonta. Espero los detalles de lo increíble que te ves y lo molesto que Ron se ponga cuando te vea. Diviértete y no hagas nada que yo no haría.
-Forge

      —Bueno —dijo Daphne, leyendo la nota por sobre el hombro de Nova—. Será mejor que vayamos de compras.

      Que fue lo que las llevó a las tres a mirar catálogos y buscar los costos de envío por casi tres horas seguidas.



      Nova nunca había visto tanto rosa, rojo, blanco y púrpura en su vida.

      El Comedor había sido hermosamente transformado, justo como lo había sido para el Baile de Navidad dos años atrás. Sin embargo, en lugar de las decoraciones de nieve y las esculturas de hielo, había confetti con forma de corazones cayendo del cielo antes de evaporarse de vuelta hacia el techo, repitiendo el ciclo. El gigante árbol de Navidad había sido transfigurado a un corazón gigante que luciría desagradable en cualquier otro lugar, pero aquí encajaba. Las mesas alineadas con lindos manteles rosas y rojos, y Dumbledore se las había arreglado para conseguir una banda a último minuto, ya que Nova la escuchó al segundo en que ella y Neville llegaron.

      Ella lo había encontrado frente al retrato de la Dama Gorda exactamente a las siete. Él lucía bastante atractiva en su traje, y soltó con cortesía—. Te... te ves her... realmente hermosa, Nova —cuando ella apareció. Ella y las hermanas Greengrass se las habían arreglado para encontrar un lindo vestido rosa pálido adonrado con lo que lucía como hiedra verde alrededor de sus hombros y cintura. No estaba por completo relacionado con San Valentín, pero era lo suficientemente hermoso como para que no importa. Notó que la corbata de moño de Neville era del mismo color que su vestido, y se preguntó si Daphne o Astoria le habían avisado.

      —Gracias, Neville. Tú también estás apuesto —mencionó, estirando su brazo. Él lo tomó con gracia, guiándola al Comedor. Él habló sobre sus padres mientras caminaban, un tema serio para un evento tan ligero, pero no parecía molesto hablando como a veces lucía. Sonaba contento porque alguien entendía por lo que estaba pasando, incluso si había sido años atrás que la madre de Nova había estado en San Mungo. Entraron al Comedor, Nova observó las decoraciones, y Neville aclaró su garganta con timidez.

      —¿Te gustaría bailar? —preguntó él.

      Honestamente, Nova solo quería sentarse en algún lugar y tomar ponche. Pero había aceptado ir con Neville, y Neville era una buena persona. Quería asegurarse de estar presente para él—. Claro.

      Él la llevó a la pista de baile, donde ella inmediatamente notó a Astoria bailando con su cita. Astoria lucía preciosa en su conjunto rojo y rosa en forma de corazón, su falda inflándose cada vez que su cita la giraba. Ella cruzó miradas con Nova y la saludó, una gran sonrisa en su rostro. Su hermana estaba bailando cortésmente con su cita, Daphne lucía completamente hermosa en su vestido rosa pálido. Nova no pudo inmediatamente ver a Blaise, pero supuso que pronto lo encontraría.

      —Debó advertirte —dijo Nova—, no soy una buena bailarina —terminó su oración justo cuando Neville comenzó a moverse de adelante hacia atrás. Estaba feliz por ver que, en los últimos par de años, él había perdido un poco de esa timidez que parecía seguirlo a todos lados.

      —Yo... en realidad, soy bastante bueno —dijo él, nervioso, sus mejillas rosadas un poco—. Mi abuela me hizo tomar clases y practiqué para el Baile de Navidad un par de años atrás.

      Él la giró con gentileza y ella le dio una sonrisa suave, girando hacia su brazo (de forma respetuosa, su brazo nunca bajando hasta su cintura. No que ella estuviera particularmente preocupada por eso con Neville, pero seguía siendo considerado de su parte)—. Yo también tuve clases cuando era chica. Pero no me acuerdo.

      —¿Tuviste mucho de eso? —Neville preguntó y ella torció la cabeza, confundida—. Lecciones de cosas que los sangre-puras deberían saber cómo hacer. Mi abuela me hizo tomar clases de etiqueta y cosas como esas, aunque supongo que ahora somos traidores a la sangre.

      —Ser un sangre-pura está sobrevalorado de todas formas —dijo ella, intentando alejar el dolor de su voz—. Pero sí. Muchas clases de etiqueta y cosas así. Sobre bailar, recuerdo pararme sobre los pies de mi madre mientras ella intentaba enseñarme.

      —Ella suena increíble.

      —Lo era —Nova replicó, sonriendo—. ¿Tú...? ¿Recuerdas algo sobre tus padres?

      Ella sabía que era más afortunada que Neville porque realmente tenía recuerdos de su madre. Neville había sido tan joven cuando sus padres fueron atacados. Aún, la pregunta no pareció molestarlo. Él le sonrió, y nuevamente Nova fue golpeada por la sensación que Neville algún día haría feliz a una chica con suerte—. No mucho, pero siempre tuve este sentimiento de conforte cuando me sentaba con ellos. Me escuchaban parlotear. No sé si me podían escuchar, pero a veces ayuda pensar que sí.

      —Estoy segura que te escuchan. Seguro están orgullosos de ti.

      Más rosado en las mejillas. No respondió, pero continuó danzando con ella alrededor de la pista de baile, girándola una y otra vez hasta que los pies de Nova dolían un poco. Él pareció darse cuenta que ella necesitaba un descanso y la llevó a una mesa, decorada con manteles rojos brillantes con corazones blancos y rosas por doquier. Neville ofreció traerle una lemonada y se fue a buscarla, permitiendo que Nova escaneara la habitación para observar lo que sucedía.

      —Te ves hermosa, como siempre —dijo Blaise, sentándose a su lado. Él lucía apuesto  en su traje negro, que claramente había sido comprado para la ocasión—. Creo que voy a irme pronto. De repente me siento muy mal y debo volver a mi habitación. Tu hermano, un santo, valientemente se ofreció a cuidarme en mi momento de necesidad.

      —Muy valiente —Nova rodó los ojos—. Manténgalo limpio.

      —¿Qué tiene eso de divertido? —él se levantó, ofreciéndole su mano—. Neville está bailando con Luna porque su cita fue al baño, así que creo que esta canción la tienes libre, señorita Nott.

      —En realidad, creo que de repente me ssiento muy mal y debo volver a mi habitación —ella bromeó, tomando su mano y poniéndose de pie. Era cierto, Neville estaba bailando con Luna al ritmo de una canción acelerada. Nova estaba agradecida que logró bailar con ella. Era bastante obvio que le gustaba la chica Ravenclaw. Antes que pudiera comentarlo, Blaise ya la estaba girando con elegancia, y movió sus cejas de arriba a abajo.

      —Hazme un favor —dijo Nova después de un par de momentos que transcurrieron bailando. Blaise era un bailarín completamente distinto a Neville, igualmente bueno pero con un estilo diferente—. Sé gentil con Astoria Greengrass. Está loca por ti y no quiero que esté con el corazón roto cuando las cosas no funcionen.

      —¿Le gusto a Stori? —dijo él, sus cejas alzadas.

      —Sí, y se está volviendo mi amiga, así que quiero que siempre esté feliz. Una Astoria Greengrass triste es una imagen horripilante.

      Blaise suspiró, acercando a Nova—. ¿Por qué todo tiene que ser tan complicado? ¿Por qué no podemos simplemente ser felices?

      Nova se preguntaba lo mismo constantemente. ¿Por qué era justo que un grupo de chicos de dieciséis y diecisiete años tuvieran que ser miserables todo el tiempo? Suficiente maldad acechaba fuera de las paredes de Hogwarts, ¿por qué su lugar seguro debía ser infiltrado también? Nova se encogió de hombros, incapaz de responder.

      —Algo bueno tiene que suceder. Así es la vida. Balanceada y eso —Blaise continuó. Su rostro parecía dudoso, y volvió a girarla, más lento esta vez—. No discutas conmigo ahora, ¿sí? Solo... imaginemos. ¿Qué harías si toda esta mierda no estuviera sucediendo?

      —Pero esta mierda está sucediendo.

      —Hazme feliz, Nova. Podríamos hacer cualquier cosa y ser quién queramos. ¿Qué harías?

      Ella lo pensó por un momento. Cuando fue llevada a la oficina de Snape un tiempo atrás para discutir sus opciones de carrera, le había dicho sin mucho interés que quería ser profesora. Creía que podía hacerlo. Sería una de esas profesoras estrictas pero queridas, de las que los niños se quejan pero a la que también buscaban cuando necesitaban ayuda o consejo—. Theo y yo obviamente podríamos hablar. Y ambos seríamos felices. Viviríamos en algún lugar lindo, como una playa o algo. Y ambos podríamos relajarnos. Tú estarías ahí, obviamente. Y Fred y George irían a visitarnos. Seguro le dirían muchas cosas a Theo pero, con el tiempo, entenderán por qué hizo lo que hizo.

      —Suena hermoso —dijo Blaise, y reposó su mejilla sobre la cabeza de ella—. ¿Y Weasley estaría allí?

      La pregunta había sido esperada, pero seguía doliendo igualmente—. Probablemente. Podríamos ser solo Nova y Ron. Ninguna mierda de Slytherin y Gryffindor ni bueno y malo.

      —Entonces Nova... deberías estar con él. Si realmente te hace feliz, necesitas pelear por él.

      —Es más complicado que eso, Blaise. Él--.

      —No es más complicado. Te dijo que te ama. Rompió contigo porque no quería lastimarte. Admito que lo hizo todo mal, pero he visto la forma en que te mira, Nova. ¿No has vivido bastante de tu vida haciendo lo que otros querían que hagas?

      —Olvidas un pequeño detalle —ella dijo secamente justo cuando Blaise se giró a ella. Fue entonces que lo vio, como si el universo los hubiera escuchado hablando de él y haya decidido poner un reflector sobre él. Solo que eso no era cierto. Nova solo... sentía dónde estaba. Si había una habitación llena de personas, sabía que tenía que buscarlo. Era algo aterrador para una adolescente de dieciséis años percatarse de eso.

      Ese pequeña detalle tenía la forma de Lavender Brown. Él estaba bailando con ella, y mientras lucía confundido como si alguien lo hubiera encantado, ella sonreía. Llevaba un vestido rojo bastante feo, pero lo usaba con confianza, sabiendo que el chico con el que bailaba realmente gustaba de ella. Él se rió un poco de algo que ella había dicho.

      —¿Qué hay de ti? ¿Cómo sería para ti? —preguntó ella.

      Él se encogió de hombros—. No muy distinto de lo tuyo. Solo quiero que tú y Theo sean felices. Y yo también. Creo que nos merecemos un poco de felicidad egoísta.

      El hecho que él había puesto la felicidad de ella y de Theo por sobre la de él hizo que sus ojos se cristalizaran—. Te amo, Zabini. Lo sabes, ¿cierto? Eres el mejor amigo que he tenido.

      —No te pongas cursi —dijo él, pero acercó más a Nova y le dio un abrazo—. También te amo, Nova.

      Cuando su baile terminó, él presionó un rápido beso contra su frente antes de salir del Comedor, presumiblemente yendo a encontrarse con Theo como tenían planeado. Neville seguía bailando con Luna, pero cuando notó a Nova sola, se separó de la rubia para acercarse—. Perdón —dijo con timidez—, eso fue descortes de mi parte.

      Nova lo calmó—. Ve a bailar con Luna, Neville. Fue dulce de tu parte que me invitaras, pero sé que quieres bailar con ella. Estaré bien, lo prometo.

      Las mejillas de él se tornaron rosadas—. No... es muy grosero...

      Nova tomó sus manos—. Me enojaré contigo si no vas.

      Él le dio una sonrisa agradecida—. Bueno, no puedo tener a mi amiga enojada conmigo —enderezó sus hombros y arregló su ropa—. ¿Cómo...? ¿Cómo me veo?

      —Increíble. Ahora ve a bailar, Neville.

      Neville volvió a Luna con emoción, quien le dio una sonrisa soñadora. Ella aceptó bailar, y Nova observó a ambos moverse por la pista de baile.

      A medida que los ojos de Nova se movían por el Comedor, sentía que estaba mirando desde afuera. Daphne y Astoria se estaban divirtiendo, riendo y bailando. Theo y Blaise se estaban divirtiendo incluso más. Harry bailaba con Hermione, aunque no lucía romántico, y Nova notó que los ojos de él se desviaban a Ginny Weasley y Dean Thomas repetidamente. Todos tenían su lugar, y Nova ya... no.

      Tomó un trago de su limonada y se levantó, sus tacones resonando al salir del Comedor.

      Esquivando decoraciones, llegó al vestíbulo cuando escuchó a alguien llamar su nombre. Justo cómo sabía dónde estaba, también conocía su voz. Considerando que habían sido... civiles en Navidad, no sabía exactamente cómo estaban. Todo lo que sabía era que ella estaba emocional y se sentía un poco sola, y verlo no iba a ayudarla.

      Igualmente lo miró.

      Él le había dicho una vez sobre el horrible traje heredado que su madre le había hecho usar para el Baile de Navidad. Por supuesto, eso fue antes que ella prestara atención a algo de lo que los Gryffindors hacían, así que solo tuvo que creerle. Parecía que no necesitó ese traje esta noche, ya que llevaba un traje precioso. Se preguntó cortamente si Fred y George también le habían dado dinero.

      —Hola —dijo él con cautela, tomando otro paso en su dirección.

      —Hola —dijo ella, tomando un pausa hacia él. Él lo tomó como una buena señal.

      —Te vi yendote temprano y solo... bueno, le diré a Neville. Debería estar bailando contigo si te invitó —soltó.

      —No. Podía ver lo mucho que quería bailar con Luna y básicamente se lo ordené. Era ella a quien quería invitar, pero ya había sido invitada por uno de los chicos Scamander —ella se encogió de hombros, como si no doliera ver que todos parecían tener a su persona y ella estaba sola sentada a un lado.

      —Bueno, igualmente. Él debería asegurarse que te estés divirtiendo.

      —No me hubiera divertido de todas formas —replicó—. Este tipo de cosas no son divertidas para mí —él la observó por un momento, y ella sintió que el silencio le golpeaba como una maldición—. Tú... ¿necesitas algo?

      —Solo... —vaciló, sus mejillas tornándose rosadas. Ella recordó besarlo, separándose y riéndose de su sonrojo—. Solo quería asegurarse que estabas bien.

      —Estoy bien, Weasley —dijo suavemente—. Lo superaré.

      No se percató que, durante su conversación, se las arreglaron para acercarse más. Ahora estaban a menos de un metro, aún separados, pero más cerca de lo que habían estado en un rato. Las palabras de Blaise volvieron a su cabeza, rogándole que intentara porque se lo merecía. Y sabía que tener a Weasley en su vida seguramente era mejor que no tenerlo en lo absoluto—. En realidad, he estado pensando. Sobre lo que dijiste en Navidad. Y me gustaría... intentar. Ser amigos.

      —Eso me gustaría, Nova.

      Ella alzó su barbilla—. Pero debes saber que tenías razón cuando rompiste conmigo. Voy a elegir a Theo. Sé que crees que es tonto, pero también sé que tienes hermanos. Hermanos gemelos. No puedo imaginar a George sin Fred, y sé que tú tampoco. Así es con Theo y yo. Nosotros... somos dos partes de un entero. Y debo estar allí para él. Puede significar hacer cosas que no te gustan. Podría significar que te enojes conmigo. Pero debo hacerlo, ¿de acuerdo? Debo hacerlo.

      Sus ojos se entrecerraron, pero asintió—. Entiendo Nova, pero... por favor, ten cuidado. No te mereces ninguna maldad que él se buscó.

      Ella asintió—. Bien. Me alegra que nos entendamos. ¿Amigos, entonces? —estiró su mano hacia él y él la observó por un momento antes de entrelazar sus manos. Hubo un choque, y entonces calma. Como si su cuerpo supiera, ah, recuerdo cómo era ser tocada por él. Que él es seguridad y amabilidad.

      —Amigos —asintió él, pero no sonaba complacido con la palabra, como si fuera cenizas en su lengua.

      Nova alejó su mano y fue a girarse—. Bueno, estoy cansada —dijo, comenzando a moverse hacia los dormitorios—. Nos vemos, Weasley.

      Avanzó un par de pasos antes que él la volviera a llamar. Cuando se giró, tenía una expresión suave en el rostro. Perdón, parecía decir. Ojalá fuera distinto—. Te ves muy linda, Nova.

      Se preguntó qué le respondió su rostro. También lo siento. Lamento que no sea suficiente—. Gracias, Weasley.

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