Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

XI. UNA NAVIDAD MUY WEASLEY, PARTE DOS

CAPÍTULO ONCE:
UNA NAVIDAD MUY WEASLEY, PARTE DOS.


      Nova estuvo muy sorprendida cuando recibió un fuerte abrazo por parte de un recién llegado en la puerta.

      Habían sido meses desde que había visto a Remus Lupin en persona, aunque mantuvo contacto con él por cartas. Primordialmente le preguntaba cómo le iba en la escuela, y siempre terminaba con una pregunta sobre cómo le iba a Harry. No importaba cuántas veces contestara que ya no hablaba mucho con Harry; Remus seguía preguntando.

      — ¿Cómo has estado, Nova?—, preguntó él, luciendo más andrajoso y cansado que lo había lucido cuando fueron al Ministerio.

      —Bien, ¿y usted?—, preguntó ella con cortesía, moviéndose para que la señora Weasley pudiera tomar las bolsas y ponerlas en la habitación designada para él esa noche.

      —Bien—, dijo él, no demostrándolo en lo absoluto. Ella no mencionó su estado. Él probablemente estaba consciente de ello.

      Ella y los gemelos habían vuelto del pueblo e inmediatamente habían comenzado un juego de Snap Explosivo. Nova no jugó, pero observó a los gemelos e incluso a Ginny jugar a las cartas, riendo en los momentos apropiados. Sin embargo, sus ojos siempre estaban sobre el varón más joven de la familia Weasley, quien estaba sentado con Bill y Fleur, mirando amargamente a los gemelos. Harry estaba hablando con el señor Weasley, mientras la señora Weasley cantaba al ritmo de una canción navideña. Lupin le dio a Nova otra pequeña sonrisa antes de acercarse a Harry y al señor Weasley, quienes miraron solemnemente a Nova.

      Nova saltó ante sus miradas, enviándole una interrogación a Harry con los ojos. Él la miró antes de volver a girarse para hablar con el señor Weasley.

      No fue la primera vez en esa noche que Harry la miró de forma extraña. No podía pensar en nada que había hecho como para molestarlo, ya que casi ni había interactuado con él desde la fiesta de Navidad de Slughorn, pero tal vez su mejor amigo finalmente lo había convencido con un par de sucias mentiras sobre ella y su amistad. No pensó que Ron fuera capaz de hacer eso, pero debía admitir que ya no lo conocía tan bien como antes. George palmeó su pierna ligeramente para recuperar su atención, habiendo ganado el juego.

      — ¿Te diviertes?—, preguntó.

      No quería decirle que estaba un poco incómoda. Su familia era dulce, no había duda sobre ello, pero se sentiría mucho mejor si estuviera en el departamento, envuelta con una cobija. No podía relajarse en la Madriguera, y la Navidad estaba hecha para eso —. Sí—, mintió, asintiendo. Sus ojos viajaron hacia la mesa, donde la señora Weasley estaba levitando todo mientras seguía cantando, y casi se le paró el corazón. Iba a sentarse y cenar junto con todos, y se esperarían que hable. Ya estaba atemorizada.

      Fue demasiado pronto que la señora Weasley comenzó a llamarlos, anunciando que la cena ya estaba lista. Nova se levantó tímidamente, caminando hasta la mesa en la cocina. Se adueñó del asiento entre Fred y Ginny, el primero habiendo palmeado la silla con una sonrisa perversa. La movió para ella, entonces la alejó aún más cuando ella intentó sentarse, provocando que su cuerpo se inclinara hacia atrás.

      Dos brazos fuertes la atraparon por el cierre de sus hombros antes que pudiera acabar en el suelo —. Idiotas—, dijo la voz detrás de ella, soltándola casi inmediatamente. Reconoció la voz, y se giró lentamente para mirar a Ron —. ¿Estás bien?

      La forma en que la estaba mirando fue como si le estuviera preguntado por más que la broma estúpida. Le estaba preguntando si estaba bien después de su separación, después de pasar el verano sin su familia, después de ver a Katie Bell ser maldecida, y después de descubrir que él la había superado tan rápido. Le estaba preguntando si estaba bien, y ella tragó el nudo en su garganta.

      —Estoy bien—, dijo con un tono tranquilo, girándose y sentándose en su lugar.

      La cena fue memorable. Mientras que las cenas en la mansión Nott eran silenciosas y breves, las cenas en la Madriguera eran animadas y energéticas. Habían al menos cuatro conversaciones al mismo tiempo, la cabeza de Nova girando de un lado al otro para intentar mantener el hilo. Fleur estaba murmurando algo en francés que Nova logró traducir a "¿dónde está el foie gras?" Los gemelos charlaban con Bill sobre las aventuras de su hermano Charlie en Romania, Harry hablaba con Ron y Ginny, y los adultos discutían cosas entre ellos. Nova era la forastera, sentada y observando la escena mientras comía delicadamente piezas de pavo y cerdo.

      —Tú también tienes un mellizo, ¿no, querida?—, una voz de repente cortó las conversaciones. Nova, tan absorta en no interrumpir a nadie, no notó que fue dirigida a ella hasta que Fred la codeó. Cuando alzó la cabeza, encontró que toda la mesa la estaba observando, y se percató que la señora Weasley le había hecho una pregunta.

      —Sí. Er, sí, madame—, se corrigió, balbuceando la respuesta con sorpresa.

      — ¿Son cercanos?

      Tragó con dificultad —. Mucho.

      — ¿Y qué planean hacer tú y tu mellizo después de la escuela?

      Harry de repente rió contra su bebida. Ron le disparó una mirada de advertencia, pero al Chico Que Vivió no pareció importarle —. Sí, Nova, ¿qué les gustaría hacer a Theo y a ti después de la escuela?

      Si esperaba que tomara la carnada, iba a estar decepcionado —. Me gustaría ser profesora. No tengo preferencia por ninguna materia en particular. Theo quiere ser un Sanador—, ni siquiera estaba segura de si podía seguir siéndolo, pero era mejor que la otra alternativa. No iba a arruinar la cena de la señora Weasley al hablar sobre su hermano siendo un Mortífago.

      — ¡Profesora! Encantador—, la señora Weasley parecía inconsciente de la tensión en la mesa. Fred y George estaban mirando mal a Harry, como si estuvieran molestos con él por intentar provocar a Nova. Mientras tanto, Nova los miraba a los tres, sin ver que la señora Weasley probó una porción de la torta que había preparado para ella e inmediatamente la escupió en su servilleta.

      — ¿Algún problema, Harry?—, preguntó Fred mientras su madre se disolvía en otra conversación con Remus.

      —Sí, en realidad, lo tengo. ¿Por qué estabas hablando con Snape y Malfoy sobre Mortífagos la noche de la fiesta de Slughorn?—, susurró Harry, mirando alrededor para asegurarse que ninguno de los adultos en la habitación lo escucharan.

      El tenedor de Nova resonó contra su plato, y sus ojos se abrieron. Entonces, se molestó —. ¿Estabas escuchando una conversación privada, Potter?

      — ¿Entonces lo admites?

      —En caso que lo hayas olvidado, desde que fui a ayudarte en el Ministerio, no tengo permitido hablarle a mi hermano. Snape y Draco son los únicos que me dan actualizaciones sobre cómo está. Tendría mucho cuidado si fuera tú—, los ojos de Nova brillaron con frialdad, su voz deteniendo cualquier discusión que él podría tener en la punta de la lengua —. Piensa lo que quieras de Draco. No puedo detener tus opiniones. Pero no intentes poner tus ideas en mi cabeza cuando arriesgué todo por ayudarte en el Ministerio.

      Cuando Harry abrió la boca para replicarle, George lo miró mal —. No lo intentes, Harry. No puedo creer que estés haciendo esto. ¿Qué? ¿Vas a acusar a Nova de ser una Mortífaga?

      Ginny rió —. Bastante estúpido de tu parte, Harry.

      Las mejillas de Harry se tornaron increíblemente rojas, y Nova miró entre él y Ginny. Él la estaba mirando como si ella acabara de golpearlo en la cabeza, sus ojos bajando cuando ella jugó con su cabello. Nova mantuvo las observaciones para sí misma, simplemente tomando un trago de agua e incómodamente aclarando su garganta. Deseó ser lo suficientemente mayor como para Desaparecer, así podría estar en cualquier lugar excepto esa mesa. Tal vez podría convencer a George y Fred de llevarla de vuelta al departamento.

      Tan pronto como la cena terminó, Nova pidió permiso para retirarse a la habitación en la que se quedaría. Podía adivinar qué lado era el de Ginny y cuál el de Fleur, ya que la preciosa mujer francesa tenía más baúles llenos de ropa que Ginny. Había un pequeño colchón en el suelo que Nova asumió era suyo, debido a que su bolsa de dormir estaba sobre el. Se quitó el vestido para colocarse el pijama que los gemelos le habían traído a escondidas, contenta de ver que al menos no eran vergonzosos.

      Ginny ingresó tan pronto como Nova terminó de cambiarse —. Qué lista, ponerte el pijama. Lamento que Harry haya sido un idiota en la cena. Ron le reclamó cuando te fuiste.

      — ¿Él hizo eso?

      —Por supuesto. Harry estaba siendo un estúpido. ¿Me pasarías los pantalones de franela?

      Nova le alcanzó los pantalones verdes y rojos. Ginny abandonó la habitación por un momento para cambiarse en el baño, y volvió con su propio pijama puesto. Lucía más festivo que el de Nova, pero ya que los gemelos habían elegido el de ella, no iba a quejarse —. ¿Vas a volver a bajar?—, preguntó Nova.

      —Sí. ¿Vienes?

      Nova negó —. Estoy muy cansada y... bueno, no me siento muy bien. ¿Le dirías a tu mamá por mí?

      Ginny la miró con simpatía —. Seguro. No dejes que lo que dijo Harry te moleste, ¿sí? Es solo un chico estúpido.

      —Gracias, Ginny.

      La pelirroja le sonrió y dejó el lugar, cerrando la puerta detrás de ella para darle a Nova un poco de privacidad. Tan pronto como Ginny se fue, Nova se arrojó sobre el colchón y colocó las sabanas hasta la altura de su barbilla, cerrando los ojos contra las lágrimas violentas que amenazaban con salir.


──────────────


      —Silencio.

      Nova conjuró el hechizo a su alrededor y lentamente se sentó sobre su colchón. Había estado dormida cuando Fleur y Ginny regresaron a la habitación, pero se despertó en el medio de la noche y fue incapaz de volver a dormirse. Era descortés bajar a fisgonear en la cocina de los Weasleys. Lo sabía. Pero desesperadamente quería tomar algo, de lo contrario no podría conciliar el sueño. Por lo tanto, conjuró el hechizo silenciador sobre ella y sus pies se movieron hasta la puerta, recorriendo el camino lentamente escaleras abajo.

      Las sobras de la cena seguían en el refrigerador, pero Nova tomó una taza de la alacena que la señora Weasley le había mostrado ese mismo día y la llenó con agua, apoyándose contra la mesada. Seguía sin poder creer que estaba de pie en la casa de los Weasleys, una proeza que hubiera vuelto loco a su padre. Varios meses habían pasado desde que solía importarle lo que él pensara, pero ahora estaba reflexionando sobre la pura furia en su rostro si la viera conversando con ellos, quedándose en el hogar de los "traidores a la sangre."

      — ¿No puedes dormir?

      Nova saltó, casi perdiendo su agarre de la taza de té, pero la atrapó antes que se rompiera contra el suelo. Ron estaba de pie al otro lado de la habitación, sobándose la nuca como tendía a hacerlo cada vez que estaba nervioso —. No—, respondió vacilante, insegura de si debería siquiera preguntarle. Cuando él la miró confundido, se percató de su error —. Oh—, agitó su mano, desvaneciendo el hechizo —. Perdón. Hechizo silenciador. No quería despertar a nadie.

      —Está bien—, dijo él, incómodo —. ¿Quieres una taza?

      — ¿Hm?

      Él se movió alrededor de ella, tomando una caja de la alacena. Cuando la alzó, ella quiso estallar en lágrimas —. Mamá compró más. ¿Quieres que prepare un poco para nosotros?

      —Seguro.

      Él comenzó a preparar el té de calabaza, usando la tetera con una habilidad que Nova no poseía. Aún no entendía los artefactos muggle y, cuando quería té en la mansión Nott, Rinks se lo preparaba —. Estás siendo extrañamente amable—, comentó él.

      —No me gustaría ser echada de tu casa en Navidad.

      —Mamá no te echaría.

      Nova mordió sus labios para no responder. La señora Weasley no echaría a ninguno de sus hijos, pero el padre de ella sí. Ron pareció percatarse de su error, si podía basarse en la expresión de simpatía en su rostro, pero afortunadamente no dijo nada. Solo mantuvo sus ojos sobre la tetera mientras observaba el agua hervir.

      —Perdón por Harry—, dijo después de un par de momentos —. Intenté hacerlo darse cuenta de lo loco que sonaba, hablando de tú siendo una Mortífaga con Malfoy.

      —Es lo que es. Las cosas entre nosotros cambiaron en solo un par de meses.

      Eso colgó en el silencio entre ellos por un par de momentos. Ella no había podido siquiera soportar la Navidad pasada, ellos habían compartido su primer beso, cortesía de la broma de sus hermanos. Ahora, estaban actuando como si fueran desconocidos, sentados uno frente al otro y esperando a que el agua hirviera. Sin ser pedido, la imagen de él envuelto alrededor de Lavender en la Sala Común de Gryffindor llegó a su mente y cerró los ojos, intentando pelear contra ella. No quería pensar en él besando a Lavender, tan obviamente feliz con alguien más cuando ella seguía tratando con su corazón roto.

      — ¿No podemos solo... ser amigos?—, preguntó él en voz baja, su espalda aún encarándola —. Fuimos amigos antes. Tal vez no éramos muy buenos en eso, pero lo fuimos.

      —Yo...—, no pudo encontrar las palabras correctas. Sentía que su boca estaba llena de algodón —. No sé si puedo ser solo amigos contigo.

      —Lo entiendo.

      La tetera de repente soltó un silbido, y él fue rápido para soltar una maldición y lanzarle un hechizo silenciador con prisa antes que despertara a toda la casa. Sin otra palabra, sirvió una taza y se la pasó, sus dedos rozándose ligeramente y enviando lo que se sintió como electricidad por los dedos de Nova. El olor del té de calabaza volvió a traer recuerdos, sentada en las cocinas con él mientras hablaba sobre su último partido de Quidditch, sus manos unidas. Rápidamente tomó un trago, contenta con que su lengua quemara con el calor y la distrajera de los recuerdos.

      —Yo, er... te compré algo.

      Ella alzó la cabeza, sorprendida —. ¿En serio?

      —Sí. En realidad lo compré... ya sabes... antes, y estaba pensando en no dártelo, pero lo compré para ti, ¿no? Así que, creo que deberías tenerlo.

      Nova se encontró congelada por primera vez en su vida. Su boca se abrió y cerró, buscando algo que decir, pero las palabras no salían —. No te compré nada.

      Él se encogió de hombros —. Está bien. No esperaba nada, honestamente. Déjame ir a buscarlo.

      Se fue de la cocina, apurado, y tomó otro trago de su té para calmar sus nervios repentinos. Cuando regresó, tenía una pequeña caja entre sus manos, sin papel de envoltorio —. No tuve tiempo para envolverlo. Perdón.

      —Está bien—, ella tomó la caja con sus dedos temblando.

      Lo abrió y vio un pequeño objeto de vidrio descansando en el fondo. Cuando lo sacó, le envió una mirada interrogante al chico pelirrojo —. ¿Qué es?

      Las mejillas y orejas de él se tornaron un poco rojas —. Es un Sneakoscope. Se supone que detecta la magia oscura. Originalmente te lo compré antes de todo lo sucedido en el Ministerio, solo porque... bueno, porque quería que te sintieras a salvo.

      El objeto era alrededor del mismo tamaño de su palma. Lo levantó y lo examinó, sonriendo suavemente hacia el. Su corazón dolió en su pecho al imaginarlo sentado y pensando en un regalo perfecto para ella, finalmente decidiéndose por algo que la haría sentir protegida —. Gracias. En realidad es... perfecto.

      Esto pareció calmarlo —. Diablos, fue jodidamente difícil pensar en un regalo para ti.

      — ¡No soy tan difícil!

      —Era mi primer Navidad con una novia, no iba a cagarla—, los dos soltaron pequeñas carcajadas antes de percatarse de lo que realmente había dicho. Técnicamente, ésta era su primer Navidad con una novia, pero no era ella.

      —Bueno—, habló ella con quietud, intentando mantener el dolor fuera de su voz —. Sigue siendo tu primer Navidad con una novia. Lograste la hazaña.

      —Nova... sobre Lavender...

      No quería escuchar los detalles asquerosos —. Estoy muy cansada. Voy a volver a la cama—, posó la taza de té sobre la mesada y le dio una sonrisa severa —. Gracias por el Sneakoscope. Y ya es más de medianoche supongo, así que... feliz Navidad.

      —Feliz Navidad, Nova.

      Forzó a su cuerpo a moverse, llevándose escaleras arriba y de vuelta al dormitorio de Ginny. Fleur estaba durmiendo plácidamente, su mano colocada debajo de su almohada y ningún sonido escapando de ella. Ginny estaba sobre su estómago, su cabeza en dirección hacia el colchón de Nova con un poco de saliva cayendo por su barbilla. Cuando Nova pasó a su lado, soltó un pequeño ronquido.

      Con cuidado, volvió a acostarse. Sostuvo el Sneakoscope entre sus manos y cerró los ojos para hacerle la embestida a sus emociones. Gentilmente, susurró "reducio" y lo observó encogerse, adoptando casi el mismo tamaño que la esmeralda del collar de su madre. Se quitó el collar y deslizó el Sneakoscope por la cadena, observándolo caer al lado de la esmeralda. 

      Volvió a colocar el collar alrededor de su cuello y cerró la traba, cayendo dormida para soñar con un asombroso chico pelirrojo conociendo a su madre.








nova: estoy aquí porque fui invitada así no pasaba unas fiestas horribles
harry: mOrTíFaGa

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro