
X. UNA NAVIDAD MUY WEASLEY, PARTE UNO.
CAPÍTULO DIEZ:
UNA NAVIDAD MUY WEASLEY, PARTE UNO.
Nova Nott le debía la vida a los gemelos.
No solo le habían dado un lugar en el que quedarse durante el verano y los recesos de invierno, sino que también la hacían sentir más feliz y mantenían su mente alejada del estúpido de su hermano cada vez que se molestaba. Si había una cosa en la que Fred y George eran buenos, era en distraerla. Más veces de las que podía contar, había sido animada con bromas divertidas o con la idea de un nuevo producto.
Sin embargo, al encontrarse de pie en el medio del departamento que compartía con ellos, tirando nerviosamente de la falda de su vestido, decidió que los detestaba por completo.
Le habían dicho que no necesitaba arreglarse, pero los ignoró. Ésta era la primera vez que iba a conocer a su madre. No iba a aparecerse en su hogar luciendo como un gnomo descuidado. Ellos estaban relajados, vistiendo un par de jeans y sus sweaters, pero Nova había buceado en su clóset en búsqueda de un vestido aceptable de manga larga. Era verde, como cada prenda que poseía, pero esperaba que a la señora Weasley no le importara.
—Oi, ¿segura que quieres usar verde?—, preguntó Fred al ingresar a la sala de estar, encontrando diversión en su incomodidad —. Nuestra madre puede creer que eres una Slytherin asquerosa que solo quiere poner en su lugar a los humildes Gryffindors.
— ¿Debería cambiarme?—, inquirió Nova salvajemente, ya encaminándose a su habitación. Sabía que el vestido había sido una mala idea. Había sudado terriblemente al colocárselo, y los chicos sí lucían más casual que ella. Tal vez una falda sería mejor, o-
—Deja de preocuparte, mujer—, George interrumpió su hilo de pensamientos, tomándola por el brazo. Ella sostenía un pastel de frutilla que había preparado para la señora Weasley, aferrándose a el como si fuera un salva-vidas. Había seguido una vieja receta que Fred y George le habían dado (le pertenecía a su tía Muriel) porque le habían dicho que la señora Weasley se había criado comiendo ese postre. Había salido de la cocina del departamento cubierta en harina, incluso después de no usar otra cosa que magia para prepararlo, y estaba bastante segura de que aún tenía harina en el cabello —. Mamá te amará, sin importar qué uses.
—En serio, puedo quedarme aquí—, discutió Nova, sacudiendo la cabeza —. ¡Incluso haré el inventario!
—No vas a hacer el inventario en Navidad, Nova.
Preferiría hacer el inventario. Aparte de estar nerviosa por conocer a los padres de Fred y George, también estaba nerviosa por estar en la misma casa en la que estaba su ex-novio, algo que mencionó pero los gemelos ignoraron. Y entonces, estaba el hecho que extrañaba a su hermano horriblemente, ya que era la primer Navidad que pasaba sin él. Él pasaría las fiestas con los Malfoys, justo como había pasado el último verano, pero Blaise lo había invitado a su hogar por una semana durante el año nuevo. Aunque sabía que Theo tendría una mejor Navidad que ella, seguía ansiosa al no tenerlo a su lado.
—De acuerdo—, habló, tomando una respiración profunda —. Háganlo antes de que pierda la razón.
— ¡Eso es! Suenas como una verdadera Gryffindor—, ella no miró para descubrir qué gemelo dijo aquello, sino que sus ojos se cerraron al sentir otro brazo rodeando el suyo.
Ya había hecho Aparición antes, pero nunca se acostumbraba a la sensación. La primera vez había sido con su padre, y tanto ella como Theo habían vomitado. Afortunadamente, ya había superado esa etapa, pero aún tambaleó un par de pasos cuando sintió el brazo de George liberarla. Los gemelos charlaron felizmente mientras avanzaban, acostumbrados ya que habían estado haciéndolo por un año. Pero Nova se detuvo.
La Madriguera, que era cómo los gemelos le recordaron que ellos llamaban a su hogar, era enorme. No era colosal y terrorífica como la mansión Nott, sino que era impresionantemente alta, con al menos cuatro pisos en base a lo que Nova podía ver desde afuera. Estaba inclinada, torcida un poco demasiado hacia la derecha en algunas áreas, y otro poco hacia la izquierda en otras. Los gemelos le habían explicado que se mantenía de pie gracias a la magia, lo que tenía sentido ya que Nova imaginaba que se caería al instante si no fuera por eso. Desde donde se encontraba, podía ver un par de animales de granja rodeando la propiedad, gallinas reían felizmente, ignorantes del repentino temor de Nova a entrar.
Venir fue un error.
Los gemelos parecieron notar que ella no los estaba siguiendo, y ambos se detuvieron para girarse en su dirección —. ¿Todo bien, Slytherin Rebelde?
—Yo... no puedo entrar—, susurró, su voz temblando. Odiaba lo débil y patética que sonaba, pero si eso la liberaba de ésta cena, no le importaba —. Venir fue un error.
—Sé que la casa está un poco descuidada, ¡pero no creí que te enviaría corriendo por las colinas!—, dijo Fred, retrocediendo hasta donde ella se encontraba y entrelazando su brazo con el de ella.
—Oh, ¡no es eso, y lo sabes! Tu casa en encantadora—, tartamudeó Nova, temiendo haber ofendido a los gemelos de alguna forma.
— ¡Genial! Puedes contarle a mamá lo mucho que te encanta cuando entres—, y entonces le dio un tirón a su cuerpo. Ella tuvo que elegir entre golpearse a sí misma para seguirlo o resistirse a su fuerza y arrojar el pastel que había pasado horas preparando.
Le permitió a Fred llevarla hasta la puerta principal, a lo que él la golpeó demasiado fuerte. Cuando la puerta se abrió y Nova creyó que iba a vomitar, se relajó un poco cuando se percató que este rostro era uno familiar.
—Era hora que aparecieran, idiotas—, dijo Ginny, dándoles una gran sonrisa —. Mamá estuvo preocupada por nuestra nueva invitada toda la noche—, los ojos de la pelirroja se movieron a donde se encontraba Nova, oculta detrás de los gemelos —. ¡Luces fantástica, Nova! A Ron le dará una aneurisma.
— ¡Pensamos lo mismo, querida Ginny!—, exclamó George, empujando a Nova hacia delante hasta que pasó el marco de la puerta.
El interior de la Madriguera era caótico. Había más gente de la que Nova había esperado (¿cómo diablos había olvidado que los gemelos tenían tantos hermanos?) y todos ellos tenían pilas de regalos en la sala de estar. Había un árbol gigante en el medio de la habitación, encantado para tener luces titilantes en distintos colores cada par de segundos. Habían zapatos y maletas por todos lados, como si los invitados nunca se hubieran molestado en desempacar antes de embarcarse en conversaciones. Mirando hacia arriba, podía divisar lo que parecían cinco o seis sets de escaleras, llevando a Nova a creer que había más de cuatro pisos como inicialmente había sospechado.
Charlas llenaban el espacio. A pesar que Nova no podía ver a nadie aún, podía escuchar la incontrolable risa, una cacofonía de sonidos que hacía doler su corazón porque nunca lo había experimentado antes. George y Fred tomaron turnos para despeinar el cabello de Ginny antes de dirigirse a la cocina, dejando a Nova atrás con la boca abierta.
—Ellos... ¿acaban de abandonarme aquí?—, cuestionó Nova, sin creerlo.
Ginny rió —. La mayoría de los hombres Weasley no tienen tacto. No sé por qué, mi papá es prácticamente un santo. Hablando de él, ¡vamos a presentarte!
Nova se preguntó si Ginny la arrastraría por el pelo si simplemente se rehusaba a ir a la cocina. Sabiendo lo fuerte que era Ginny debido al Quidditch, decidió no hacerlo. Probablemente resultaría en ella conociendo a la familia Weasley con partes de su cabellera faltantes. Así que, inspiró una bocanada de aire y siguió a Ginny, caminando hasta el comedor e intentó ocultar sus dedos temblantes con el pastel que cargaba.
La primer persona a la que vio fue Bill Weasley, a quien había conocido en Hogsmeade. Él sonrió, dejando su conversación con los gemelos para acercársele y darle un abrazo con un brazo —. Hola de nuevo, Nova. ¿Cómo has estado?
—Bien, gracias—, ella le devolvió el abrazo, incómoda, de la mejor forma que pudo ya que sostenía el pastel.
—Dejemos eso y vamos a presentarte con los demás, ¿sí?—, él tomó el postre de sus manos y lo colocó sobre la mesa, que estaba atiborrada de comida y cada vez se llenaba más. Se preguntó cuánta gente había sido invitada a la cena de Navidad. Justo cuando estaba contemplando esconderse en la primer habitación que encontrara, una rubia hermosa y algo familiar se aferró al brazo de Bill.
—Hola, Nova—, dijo la rubia con un fuerte acento francés.
El segundo en que empezó a hablar, Nova supo exactamente quién era —. Oh, hola. Fleur Delacour, ¿cierto?—, por un momento se preguntó por qué Fleur estaba allí, pero entonces notó la forma en que Bill la observó y comprendió —. Es bueno volver a verte—, estrechó su mano.
—Igualmente—, dijo Fleur, su voz cantando con el precioso tono en que los franceses hablaban —. Bill me contó que vendrías.
—Joyeux Noel—, murmuró Nova, feliz porque su padre al menos le había hecho estudiar un poco de francés cuando era pequeña.
Los ojos de Fleur se iluminaron —. Tu parles français?
—Un poco—, dijo Nova con timidez, nerviosamente colocando un mechón de su cabello detrás de su oreja. Estaba contenta porque no era la única usando un vestido, ya que Fleur lucía fabulosa con un vestido rosa pálido que caía hasta sus pies —. Pero no tengo fluidez.
—He estado practicando mi español—, respondió Fleur, sonriendo —. ¡Tu francés es muy bueno!
—Gracias. Tu español también.
Bill presionó un cariñoso beso sobre la frente de Fleur antes de gesticular hacia el resto del comedor —. Todos están aquí, excepto por Remus. Aparentemente va a venir. Vas a dormir con Ginny y Fleur esta noche, Nova.
Los ojos de Nova se abrieron —. Oh... Fred y George no me dijeron que planeaban quedarse a dormir.
El mayor solo sonrió —. Sí, me dijeron que no iban a mencionártelo. Dijeron que no vendrías si lo sabías. Te empacaron un pijama y lo enviaron por Floo hoy temprano. Lamento si está manchado con hollín.
Ella decidió justo entonces que iba a matarlos.
—Por supuesto—, aún, siguió ansiosa a Bill hasta que más y más personas comenzaron a aparecer. Habían al menos siete personas alrededor de la mesa, y al menos cuatro en la cocina, conversando entre ellos.
—Mamá—, llamó Bill, y Nova vio a la señora Weasley girarse —. Ya que Fred y George son demasiado vagos como para presentarla, ella es Nova.
La señora Weasley era una mujer muy hermosa. Lucía de su edad, pero no de una mala manera. Tenía arrugas alrededor de sus ojos y su boca por sonreír mucho, pero eso no distraía de su belleza. Su cabello no se había tornado gris por la edad, aún siendo de un rojo vibrante que le había heredado a sus hijos. Nova notó que su garganta se había secado a medida que la señora Weasley se le acercaba.
—Muchas gracias por invitarme—, Nova logró soltar —. No sé si lo vio, pero le hice un pastel. Probablemente no es muy bueno, pero– ¡uff!
El aire abandonó su cuerpo cuando la señora Weasley la abrazó fuertemente. Nova era más alta que la matriarca, así que la señora Weasley tuvo que colocarse en puntas de pie para envolver con emoción el cuello de Nova con sus brazos, pero a la Slytherin no le importó —. ¡Es maravilloso poder conocerte finalmente!—, dijo, sonriendo felizmente al separarse de Nova y jugar con las mangas de su vestido —. ¡Y eres tan hermosa!
Nova sintió su rostro ruborizarse —. Gracias. Su hogar es hermoso—, lo decía en serio. La Madriguera ya tenía diez veces más la luz y carcajadas que la mansión Nott alguna vez había poseído.
—Gracias, querida. Espero que no te importe compartir una habitación con Ginny y Fleur.
—En lo absoluto—, respondió Nova. Fleur lucía lo suficientemente amable, y ya estaba cómoda con Ginny.
—Bueno, ¿mis hijos te presentaron con todos o se fueron a hacer Merlín sabe qué ahora que pueden Aparecerse?
Nova sonrió —. La segunda opción es lo más probable.
La señora Weasley tomó el brazo de Nova y comenzó a caminar —. Veo que ya conociste a Bill y Fleur—, tenía una mueca amarga en el rostro cuando mencionó a la mujer francés —, y ya conoces a Ginny, por supuesto. Mis hijos Charlie y Percy no pudieron venir este año, pero estoy segura que los conocerás—, lucía dudosa, y Nova de repente recordó la conversación sobre Percy y lo imbécil que era con su familia. Optó por no preguntar.
—Nova, él es mi esposo, Arthur.
El señor Weasley estaba observando a Nova con vacilación en los ojos. Nova inmediatamente se endureció, dándole una sonrisa titubeante. Ésta era la reacción que había estado esperando. Parecía que sería cortés con ella, pero no estaba listo para confiar en ella aún. No obstante, le dio una sonrisa y estiró su mano en su dirección —. Es un placer conocerte, Nova. Mis hijos me dijeron que eres una genia natural en la tienda.
—Ellos son los genios naturales—, respondió Nova, entonces recordó que estaba frente a ellos y no quiso darles más cumplidos —. También es un placer conocerlo, señor Weasley.
— ¡Nada de eso!—, soltó el señor Weasley —. Nos llamarás Molly y Arthur, querida. He estado intentando decirle a Harry que nos llame así por años, pero ese chico nunca aprende...
Durante su discurso, la señora Weasley había vuelto a tomar el brazo de Nova y la llevó hasta la cocina, donde los gemelos estaban sentados, riéndose de Harry que estaba intentando cortar algo al estilo Muggle. Cerca de Harry, Nova podía ver la señal de cabello rojo, y sintió su respiración atraparse en su garganta, recordando con fervor por qué no había querido venir en primer lugar.
Él se encontraba lanzándole un cuchillo a Fred en ese momento. Fred simplemente lo transformó en un avión de papel.
— ¡Ron!—, la señora Weasley gritó, furiosa —. ¡No vuelvas a dejar que te vea tirando cuchillos!
Él se giró para responder, pero entonces vio a Nova detrás de su madre y su boca se cerró, sus ojos abriéndose cósmicamente. Ella hubiera reído si no quisiera golpearlo en la mandíbula. Cada vez que lo miraba, todo lo que veía era su cuerpo alrededor de Lavender, besándola como si su vida dependiera de ello. No sabía si Ginny le había dicho que ella había estado en la Sala Común de Gryffindor durante ese incidente en particular, pero por la forma en que se paseaba por el castillo con Lavender aferrada a él, era imposible que pensara que Nova no sabía que ahora estaba con Lavender.
—Remus vendrá esta noche—, la señora Weasley le dijo a los gemelos, lidiando con algo que se estaba cocinando antes de girarse hacia ellos —. Así que Bill tendrá que dormir con ustedes dos. Lo siento, chicos.
—Está bien, mamá—, respondió George —. ¿Dónde se quedará Nova?
— ¿Se va a quedar?—, preguntó Ron, tartamudeando.
—Con Ginny y Fleur, obviamente.
George y Fred notaron la mirada asesina en el rostro de Nova —. Oh, sí, ¿olvidamos mencionar que te quedarás aquí esta noche, Slytherin Rebelde? Qué tontos.
Tenían suerte que su madre estaba allí, o ella los arrastraría afuera por las orejas.
— ¿Percy definitivamente no vendrá, entonces?—, preguntó George.
Los labios de la señora Weasley formaron una fina línea. Nova la observó volver a girarse hacia el horno cuando contestó, seguramente para no dejar que los gemelos vieran que estaba mal —. No, está ocupado. En el Ministerio.
—O es el mayor idiota del mundo—, murmuró George bajo su respiración mientras la señora Weasley dejaba la cocina —. Una de las dos—, de repente, tomó a Nova por la cintura y la atrajo a su costado, causando que ella soltara un pequeño chillido —. Bueno, ¿deberíamos irnos, entonces?
— ¿Irnos?—, preguntó Nova. Los ojos de Ron no se movieron de sobre el brazo de George alrededor de su cintura, y se entrecerraron cuando George la acercó aún más y ella no se movió para alejarse —. ¿A dónde vamos?
—Al pueblo—, respondió Fred, despeinando a Nova —. Hay una chica muy linda en la papelería–.
— ¿Angelina y tú no están saliendo?—, cuestionó Ron, luciendo feroz.
—Y ella cree que mis trucos de carta son mágicos—, continuó Fred, sin ser afectado por la mirada de Ron que sugería que iba arrojarle otro cuchillo —. Además, ¡tenemos que presumir a nuestra Slytherin Rebelde!
—No soy un premio para ser presumido—, murmuró Nova, rodando los ojos.
—Slytherin Rebelde, ¡vales más que todo el oro en el mundo! ¡Eres la luz de nuestras vidas! ¡El viento bajo nuestras alas!—, George lo estaba disfrutando, colocándose de pie y girando a Nova mientras hablaba. Ella tuvo que agarrarse de la mesada para no marearse y caer mientras los gemelos juntaban sus cosas, listos para irse. George convocó una bufanda y la colocó alrededor del cuello de Nova, luego cubrió su cabeza con un gorro de lana.
—No puedo ir con solo este vestido, me congelaré—, dijo ella. Tenía medias para mantener sus piernas cálidas, pero sabía que estaría temblando y chasqueando los dientes en cinco minutos afuera.
—No iba a dejar que salieras con solo eso, Nova, en serio—, dijo George, rodando los ojos. Convocó un sweater marrón con una enorme 'G' al frente. Nova tenía su propio sweater enterrado en su baúl, pero el de George era mucho más cómodo. Simplemente porque había sido usado, y no se había encontrado abandonado en el fondo de un frío baúl —. ¡Ahí está! ¡Completamente calentita! Vámonos.
Nova gritó una apresurada despedida a la familia Weasley mientras los gemelos la arrastraban fuera de la Madriguera y se preparó para Aparecer cerca de Ottery St. Catchpole. Nova pestañeó e intentó no dejar que su estómago rodara al aterrizar sobre sus pies, George seguía tomándola por el codo.
El pueblo Muggle estaba decorado con tintineantes luces de Navidad, todas iluminando en rojo, verde y blanco incandescentes. Nova nunca había estado en un lugar Muggle antes. Sus ojos estaban abiertos de par en par mientras caminaba alrededor, observando a los niños fuera de una pequeña juguetería, riendo y bebiendo chocolate caliente. Los gemelos rieron ante su expresión de sorpresa mientras ella seguía caminando, esquivando a los Muggles que pasaban cerca de ella.
— ¿Alguna vez viste una televisión, Nova?
— ¿Una qué?
Ellos la guiaron hasta lo que sea que fuera una televisión (lo que era una pequeña pantalla que tenía imágenes que se movían). Nova hubiera estado contenta con quedarse de pie, observándola por horas, pero ellos la empujaron y le mostraron más invenciones Muggles que ellos aparentemente ya habían planeado mostrarle. La juguetería tenía cosas tontas que ellos solían coleccionar durante sus años viviendo en la Madriguera, incluyendo un pequeño cubo colorido que llamaban cubo Rubik.
—Bienvenida al lado Muggle, Slytherin Rebelde—, dijo Fred, guiñándole un ojo mientras ella seguía sin poder creerlo.
— ¿Realmente inventaron todas estas cosas?—, Nova estaba impresionada. Por la forma en que su padre hablaba sobre los Muggles, creyó que estaban eones detrás de los magos en términos de sociedad e invenciones. Pero observando un pequeño niño Muggle conducir un pequeño auto (que Fred y George le dijeron que era el nombre de una pequeña cosa sobre cuatro ruedas que se movía de un lado al otro) con nada más que un pequeño control remoto (otra cosa que los gemelos le contaron) en sus manos.
—Sí. Los Muggles no son inútiles—, bromeó George, codeando su costado.
La llevaron a la papelería, donde había una chica que en realidad coqueteó con George y no Fred, pero observó a Nova de reojo como si se estuviera preguntando si coquetear con George era una buena idea. Cuando George felizmente le siguió la conversación, Nova se acercó a Fred —. ¿Por qué esa chica me está mirando así?
—Cree que tú y George son pareja. Estás usando su sweater—, dijo él, guiñando un ojo.
Nova solo asintió, comprendiendo la situación, antes de percatarse de algo más —. Espera... ¿estaban intentando causarle celos a su hermano? ¿Es por eso que George estaba de repente tan cariñoso?
La única respuesta que recibió fue una sonrisa astuta.
Si Fred y George Weasley no fueran unos jodidos Gryffindors, serían unos Slytherins brillantes.
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