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VI. SOLEDAD.

CAPÍTULO SEIS:
SOLEDAD.


      Por alguna razón desconocida, Malfoy quería que Nova vaya a las pruebas de Quidditch.

      Ella no sabía la razón. No le gustaba mucho el Quidditch. Era bastante buena jugándolo, si sus competiciones en el patio con Theo decían algo de su habilidad, pero mayormente jugaba en casa cuando Theo quería. Por su lado, no le interesaba el deporte. Lo que era por qué estaba tan confundida cuando Malfoy arregló que Daphne la despertara para poder ir al campo de Quidditch.

      —No me preguntes por qué quería que vengas—, dijo Daphne tranquilamente, dándole una mirada a Nova —. Solo hice lo que dijo así se callaba.

      Nova no culpó a Daphne por hacer lo que Malfoy decía. Al final, era más sencillo que discutir con él.

      Las dos chicas se dirigieron a las gradas, preparándose para las pruebas de Slytherin. Gryffindor seguía en el campo con sus pruebas, así que Nova pudo ver a Hermione sentada en las gradas un poco más alto de donde ella estaba. Hermione le envió un saludo cauteloso, como si no estuviera segura de si Nova respondería. Enviándole la sonrisa más ligera, Nova asintió y se volvió a girar a Daphne.

      —No sabía que McLaggen estaba haciendo las pruebas este año—, mencionó Daphne.

      Y cómo lo estaba haciendo. Él estaba contra Weasley, a partir de lo que Nova sabía. Y a pesar de que todo le decía que no debía importarle, ella encontró sus ojos pegados al campo para ver qué sucedía. Vio a Ginny intentando ganar un puesto también, su cabello atado en una coleta baja. Daphne le dio a Nova una sonrisa pura.

      —La familia luce agradable—, mencionó Daphne después de un par de momentos. Si notó a Nova aferrándose a la banca tan fuerte que sus nudillos se volvieron blancos, no dijo nada al respecto —. Nunca les hablé mucho. Realmente no les gusta afiliarse con Slytherins—, Nova emitió un sonido para demostrar que estaba de acuerdo, sus ojos seguían en el campo —. Tú... ¿aún lo amas?

      Aquello hizo a Nova girar a la cabeza. Miró a Daphne, quien estaba mordiendo su labio inferior —. Solo te pregunto porque parece que lo has superado y... estoy celosa, supongo. Sigo intentando superar a Theo, y ni siquiera salimos por tanto tiempo. Te veo a ti y luces como si tuvieras todo arreglado, y quiero eso para mí.

      Nova no pudo evitar soltar una carcajada —. Sí, claro—, ante la mirada confusa de Daphne, le explicó —. Daphne, no lo superé en lo absoluto. Sigo enojada y molesta, y tengo el corazón roto. Solo he decidido que es un desperdicio de tiempo sentirme así. Él tomó su decisión y debe lidiar con eso—, observó a McLaggen atrapar la Quaffle antes de que ingresara al aro y Nova mordió su lengua para evitar gritar una maldición.

      —Nunca lo supe—, dijo Daphne en voz baja —. Luces tan bien todo el tiempo.

      Nova nunca se había sentido menos bien. Su hermano era un Mortífago y no debía ser visto con ella. Su ex-novio y buen amigo era un Mortífago. Ella era la razón por la que su padre estaba en la cárcel. La razón por que la que su propio padre estaba en la cárcel. Sin importar lo horrible que fuera Edgar Nott con sus hijos, eso no calmó la pequeña y diminuta parte de ella que se sentía culpable por haberlo mandado allí. Si no era por ella, entonces por Theo. Además, estaba el problema de Weasley. Cada vez que lo veía quería gritar por la frustración, o llorar.

      —No lo estoy, lo prometo. Pero tampoco soy estúpida. No tengo el tiempo ni la energía para lidiar con problemas de chicos.

      Y esa sí que era la verdad. Nova no podía seguir lidiando con aquella sensación de pesadez. Un corazón roto era como una capa pesada, que cuelga de tus hombros y te hace sentir diez veces más letárgico y pesado de lo que te sentirías sin ella. Nova Nott tenía un montón de arrepentimientos. Se arrepentía de no haber estado para Theo, para que él sintiera que tuviera otra opción. Se arrepentía por no estar al lado de Malfoy porque, antes de la incomodidad de su ruptura, él era su amigo. Y se arrepentía de haber dejado que Weasley le rompiera el corazón, después de que había pasado tanto tiempo pretendiendo que no tenía uno.

      Si no tuviera un corazón, se sentiría mucho mejor.

      McLaggen era impresionante en el campo. Pero no lo era tanto en conversación, debido al hecho que el tema favorito de McLaggen era McLaggen, aunque Nova podía admitir que tenía talento. Y cuando miró el rostro de Harry, él lucía preocupado, como si McLaggen fuera a hacerlo mejor que Weasley —. McLaggen parece ser bueno—, opinó Daphne, pero no de la manera en que sugería que le gustaba. Sino que de la forma en que Nova lo veía. Como si el fuera a patear el trasero de Weasley en las pruebas de Quidditch —. Aunque no sería bueno para el equipo. Demasiado temperamental.

      —No creo que esa sea razón suficiente para no ponerlo en el equipo si es genuinamente mejor.

      Hasta el momento, él había atajado tres de los cinco tiros que Ginny Weasley le había arrojado. Cuatro, se corrigió Nova cuando él atrapó otra Quaffle. Casi sin querer, sus ojos se desviaron a su ex-novio, quien observaba a McLaggen con una expresión en su rostro que sugería que iba a vomitar su desayuno. Sabía lo importante que el Quidditch era para él. Habían pasado varias noches despiertos, hablando sobre cómo ser el Guardián le había proveído más confianza.

      Sabiendo esto, Nova observó a Ginny Weasley prepararse para arrojar la Quaffle con terror. Podía jurar que lo odiaba, que lo quería fuera de su vida, pero eso no era cierto. Solo quería que su dolor en el pecho se fuera. No quería verlo aplastado y derrotado. Entonces, con Daphne mirando nerviosa a Ginny estirar su mano hacia atrás para arrojar la Quaffle, Nova susurró "Confundus" bajo su respiración.

      McLaggen se deslizó en la dirección contraria a la que Ginny había apuntado.

      Daphne rió bajo su respiración ante la sorpresa en el rostro de McLaggen —. Se lo merecía—, le dijo a Nova en un susurro —. Patán arrogante.

      A Nova no le importó si Malfoy quería que se quedara para las pruebas de Slytherin. Dejando a Daphne atrás con una expresión confundida en su rostro, se levantó y volvió al castillo.


──────────────


      Nova no había vuelto a las cocinas desde la noche en que se había encontrado con Ginny Weasley. Nova Nott nunca admitiría temerle a algo, pero como una cobarde, eso era lo que había estado haciendo. Era demasiado consciente del hecho de que el trío de Gryffindor frecuentaba las cocinas, y no estaba esperando el día en que se los cruzara. Afortunadamente, esta noche no parecía ser esa noche.

      Se sentó, tomando cerveza de mantequilla y estudiando para algunas clases. Aunque muchos creían que el sexto año era el año para holgazanear porque estaban entre sus T.I.M.O.s y E.X.T.A.S.I.S., Nova sabía que no podía hacerlo. Además, con todo lo que pasaba en su vida, estaba agradecida por tener tarea que la distrajera. Por el momento, estaba trabajando en su tarea de Pociones. Decidió que Slughorn no era un profesor terrible. Pero odiaba que Snape fuera profesor de Defensa.

      Aunque podía discutir que su odio por Snape era repentino debido a lo que había visto en el Pensieve (la promesa rota a su madre en que protegería a sus hijos), sabía que iba a pasar en algún momento. En realidad, odiaba tanto a Snape porque le recordaba a su propio padre. Débil, manipulador, y un cobarde.

      Mientras bajaba su pluma para darle un descanso a su mano, la puerta se abrió.

      Era Ginny Weasley otra vez, pero ésta vez no estaba sola. Ella agarraba la mano de Dean Thomas, con Neville Longbottom y Seamus Finnigan justo detrás de ellos. Ginny se iluminó cuando vio a Nova, ahora que sabía que ella no tenía ningún resentimiento en su contra —. Oye, Nova. Te vi hoy en las pruebas. ¿Por qué estabas allí?

      —Las pruebas de Slytherin estaban justo después de las tuyas. Malfoy quería que vaya—, Dean Thomas le dio una sonrisa precavida. A pesar que había sido parte de la A.D. el año anterior, él y la mayoría de las personas que habían participado en el grupo seguían siendo cautelosos. Neville, por el otro lado, sonrió cuando vio a Nova. En un movimiento que no hubiera hecho un año atrás, colocó una silla al lado de ella y se sentó.

      — ¿Cómo estuvo tu verano, Nova? Estuviste brillante en SW. Nunca vi a nadie moverse tan rápido.

      Nova no había tomado la generosa oferta de Fred y George a la ligera. Decidida a probarles que podía hacer su trabajo eficiente y rápidamente, dio lo mejor de sí para lidiar con la multitud de personas que atraía SW. Recordó el día que Neville visitó la tienda. Solo había tenido unos cincuenta segundos para enviarle un rápido hola antes de correr al lado contrario de la tienda para ayudar a otro cliente.

      —Gracias, Neville. Mi verano transcurrió mayormente como ese día que me viste—, pero no podía decir que le había molestado. Trabajar rápido evitaba que pensara en Theo, en Draco y en Weasley. Hubiera dicho que también había evitado que piense en su padre, pero no había pensado mucho en él durante todo el verano, decidida a que no iba a dejarle arruinar algo bueno —. ¿Cómo estuvo el tuyo?

      —Estuvo bien—, Neville había crecido un poco más durante el verano. La mayoría de la grasa de bebé de su rostro se había disipado, dejándolo sorprendentemente atractivo. No que Nova dudaba que alguien ya lo considerara atractivo antes. Solo era una diferencia obvia que había estado sorprendida de ver aquel día en su trabajo  —. Bastante tiempo siendo la tercera rueda de Dean y Ginny.

      — ¡No fuimos tan malos!—, se quejó Ginny, tirando una pequeña galleta a la cabeza de Neville. Aterrizó sobre su cabello antes que él se la quitara de encima.

      —Nos encontramos para cenar y a ustedes dos les tomó cuatro minutos enteros notar que estaba allí—, contó Neville.

      Ginny rodó los ojos, pero no discutió —. Cómo sea, ¿qué pensaste de las pruebas, Nova? ¿Viste a McLaggen perder el último tiro por completo? Harry y yo reímos sobre ello cuando terminamos. Es un idiota.

      Nova asintió, no queriendo mencionar nada más sobre McLaggen —. Lo vi. ¿Cómo fueron el resto de las pruebas? No me quedé hasta el final.

      —Katie Bell, Demelza Robins y yo somos las nuevas Cazadoras. Jimmy Peakes y Ritchie Coote son los nuevos Golpeadores. Y Ron es el Guardián otra vez. ¿Tú...? ¿Viste las pruebas de Ron?

      Nova negó —. Me fui justo antes. Me alegra que haya mantenido la posición.

      Ginny alzó una ceja —. Eso es extrañamente maduro de tu parte.

      Ella se encogió de hombros —. Supuse que era mejor que decir que deseo que se pudra en el infierno.

      Los cuatro Gryffindors rieron —. Pero realmente fue raro que McLaggen no haya atrapado la última. Estaba nerviosa por Ron porque estaba segura que Cormac iba a tener cinco de cinco.

      —Sí, fue raro—, asintió Nova, tomando un trago de la cerveza de mantequilla que un elfo doméstico le había traído.

      —Honestamente lucía como si alguien le hubiera lanzado un Confundus.

      Era justo su suerte que todo de lo que Ginny quería hablar era de las pruebas de McLaggen. Aún, Nova permaneció callada y continuó tomando su cerveza de mantequilla. Sabía que Ginny no iba a descifrar su pequeña asistencia. Probablemente ni siquiera cruzaría su mente. Nova sabía que no tenía nada de qué preocuparse... pero igualmente. La idea de Ginny percatándose de que Nova seguía haciendo cosas buenas por Weasley congeló a Nova. Lo último que quería era lucir como la ex-novia patética que no lo dejaba vivir su vida sin ella.

      Mientras Neville, Dean y Seamus comenzaban a discutir sobre Quidditch, Ginny se sentó al otro lado de Nova y se le acercó —. ¿Cómo te va? Con todas las cosas de tu papá, me refiero—, ante la mirada confundida de Nova, Ginny hizo una mueca —. Acaban de publicar un artículo sobre las búsquedas en las casas de los arrestados. Mi... mi papá está a cargo de ellas, de hecho—, miró a Nova para saber si la había molestado, pero Nova se encogió de hombros.

      —Ya no me importa lo que le pase. Estoy concentrada en Theo. Y Draco—, ante la nariz arrugada de Ginny, Nova suspiró —. Prometo que no es tan horrible como parece. Es producto de cómo fue criado.

      —Tú fuiste criada igual y aún lograste encontrar el lado correcto.

      —Bueno, eso es porque soy infinitamente más lista que cualquier hombre.

      Ginny soltó una carcajada —. Cierto, cierto. Olvidé el gran poder del cerebro de Nova Nott. ¿Irás a la fiesta de Slughorn, entonces?

      Nova pestañeó —. No fui invitada.

      —Sí, pero eres amiga de Zabini, ¿no? Probablemente va a invitarte a ti.

      Eso no era exactamente falso. Por las apariencias, no iba a invitar a Theo, y ya que Draco había estado criticando a Slughorn desde el día que llegó, Blaise probablemente tampoco lo invitaría a él —. Si Blaise pregunta, probablemente iré. ¿Tú irás?

      —Tal vez. No estoy segura. Sé que Harry y Hermione fueron invitados, pero Harry tiene detención.

      Nova tuvo que físicamente morder su lengua para evitar preguntar por el hermano de Ginny. Si él iba a asistir a la fiesta, de ninguna manera iría.

      —Sí, y no hay forma de que Snape vaya a dejar a Harry librarse del castigo—, dijo Dean, uniéndose a la conversación. Parecía que los chicos habían terminado de tener su charla privada y estaban volviendo a incluir a las chicas. Nova pensó que era divertido cómo, ante la mención de Harry por parte de Ginny, Dean había comandado conversar, pero tampoco podía culparlo. Ginny había estado estúpidamente enamorada de Harry Potter por años. Incluso cuando salió con Michael Corner el año anterior, ella miraba a Harry demasiado tiempo como para poder convencer a alguien de que lo había superado —. Pero tal vez te veremos allí, Nova.

      —Tal vez.

      Dean pasó su brazo por sobre los hombros de Ginny y ella posó su cabeza sobre él —. Bueno, me voy a la cama porque yo realmente trabajé hoy en las pruebas, a diferencia de ustedes, holgazanes. ¿Vienen, chicos?

      Tanto Seamus como Neville estuvieron de acuerdo con su oferta. En un movimiento que la sorprendió profundamente, Neville le dio otra sonrisa rápida y palmeó su hombro —. Nos vemos luego, Nova.

      —Nos vemos.

      Todos salieron, y Nova estaba sola nuevamente en las cocinas. Debatió escribirle a Fred y George, ya que querían una actualización semanal, pero decidió que primero terminaría su cerveza de mantequilla. No sabía exactamente cuándo consideraría que había terminado, porque ya iba por su tercer vaso, pero supuso que se detendría después del quinto. Estaba a punto de pedir otro cuando la puerta de las cocinas se volvió a abrir.

      — ¿Olvidaste algo?—, la molestó, creyendo que sería Ginny.

      Cuando Ron Weasley cruzó la puerta, la sonrisa cayó de su rostro.

      —No soy quién esperabas—, dijo con un tono de molestia, marchando hacia la mesada y desplomándose sobre ella. Tres asientos los separaban, pero ella podía sentir el calor irradiando de su cuerpo —. Sí, tú y todos en esta maldita escuela.

      — ¿De qué diablos hablas, Weasley?—, no sabía por qué estaba haciendo esto, por qué estaba conversando con él, volviendo a caer en la trampa de Ron Weasley tan fácilmente como la había escapado. Solo que eso era una farsa. Porque nunca lo había escapado realmente.

      —Nada—, replicó. Nova le gruñó.

      —Si esto se trata de nuestra ruptura, no tienes derecho a hablarme de esa forma. Especialmente porque fue tu culpa.

      — ¡Sé que fue mi culpa!

      — ¡Entonces, deja de ser un idiota!

      Él golpeó su cabeza contra la mesa en un movimiento estúpido. Ella escuchó el golpe. Él no volvió a alzar la cabeza, pero ella escuchó su gruñido de dolor y tuvo ganas de estrangularlo. Con una maldición bajo su respiración, le pidió a un elfo doméstico que trajera una bolsa de hielo. El pequeño elfo regresó rápidamente, con una bolsa de hielo en mano, y Nova marchó hacia Weasley —. Levanta la cabeza, pedazo de imbécil.

      Él alzó su cabeza con cautela y ella colocó la bolsa de hielo sobre su frente. Él soltó un chillido de sorpresa, pero a ella no le importó —. Debes ser la persona más exasperante que he conocido. No puedo creer que te haya--.

      —Yo tampoco—, interrumpió él, pero todo su enojo parecía haberse ido de su cuerpo. Ahora, la miraba como si ella lo hubiera derrotado. Como si ella hubiera ganado.

      Si así se sentía ganar, ella no lo quería.

      Los dos permanecieron en silencio por un momento, Nova sostenía la bolsa de hielo para que no cayera y Weasley la observaba como si ella fuera una criatura alienígena. Justo cuando estaba a punto de explotar y demandarle qué diablos quería, él habló —. Mi papá acaba de hacer una búsqueda en tu casa.

      —Lo sé. He sido informada.

      —Pasó por tu habitación. Le pedí que guardara todo lo que pudiera. Así, si lo quieres, él simplemente puede enviártelo.

      La garganta de Nova se cerró —. Eso no fue necesario. No necesito nada de esa casa.

      —Lo sé. Solo quería que tuvieras la opción.

      No quería tener la opción. Quería deshacerse de él, deshacerse de la sensación de estar caminando sobre huevos, deshacerse de la forma en que su corazón se encogía en su pecho, y deshacerse de la forma en que se sentía mientras él la miraba y su rostro se volvía apenado. Antes de que él pudiera abrir la boca, ella negó —. No lo hagas. Si vas a disculparte, no lo hagas. No quiero escucharlo.

      —Lo sé—, pero seguía allí, en sus ojos. Deseaba poder odiarlo. Creyó que, en el verano, finalmente había llegado al punto en el que el amor había sido tapado por el odio. Se había engañado creyendo que sería sencillo verlo este año escolar. Ahora, podía ver lo estúpido que había sido su razonamiento. Él había sido el que había abierto su corazón, quien le había mostrado un nuevo camino. No podía olvidar eso, incluso si lo intentaba.

      Y probablemente siempre iba a haber una pequeña parte en su interior que lo amara.

      —Me llevé la mayoría de las cosas que quería con Fred y George, de todas formas—, mencionó rápidamente, odiando la forma en que él la estaba mirando —. Así que, dile a tu papá que no se moleste.

      —No le importa.

      —A mí sí—, replicó, soltando la bolsa de hielo. Él se apuró a tomarla antes de que cayera a la mesada —. Ya no puedes hacer cosas como esas por mí.

      —Solo porque no estamos juntos no significa que no me importas.

      —Sí—, siseó —. Eso es lo que significa. Significa que te importó más esta estúpida guerra que siquiera intentar por nosotros.

      —Nova, rompí contigo porque intentaba protegerte. Theo es un Mortífago. Harry básicamente está apostando su dinero en que Malfoy es un Mortífago. Esas son dos personas que te importan mucho, aunque Merlín sabe por qué—, antes que ella pudiera interrumpirlo, él alzó su mano. Ella entrecerró los ojos, pero lo dejó continuar —. Personas de mi lado no van a dudar en lastimarlos o detenerlos cuando llegue el momento. ¿Honestamente podrías perdonarme a mí, o a Ginny, o incluso a Fred y George, si tuviéramos que entregar a Theo a las autoridades?

      —No lo sé, ¡pero podríamos haberlo solucionado!—, exclamó ella, pasando sus manos por su cabellera en frustración —. ¡Pero ni siquiera nos diste la oportunidad para descifrar esas cosas porque te rendiste en nosotros!

      —Nunca me rendí en nosotros. No intentes decir que lo hice.

      Estaba a punto de contradecirlo cuando finalmente digerió sus palabras —. Espera. Dijiste las personas de tu lado—, él asintió, no viendo a dónde se dirigía —. Te refieres a personas que no son como yo.

      —Nunca dije eso—, pero su rostro demostraba su miedo.

      Ella había creído que su corazón no podía romperse más de lo que ya lo había hecho —. Entonces todas las conversaciones en que decías que creías en mí, en que me decías que creías que finalmente estaba del lado correcto, todo eso solo fueron... ¿mentiras? Sigues creyendo, después de todo lo que pasó, ¿que voy a entregar a Harry a los Mortífagos? ¿Crees que realmente voy a pararme al lado de mi padre? ¿Con Voldemort?

      — ¿Para proteger a Theo? Sí, Nova, lo creo.

      Él apenas se cubrió a sí mismo del vaso de cerveza de mantequilla que ella envió volando en su dirección —. ¡Absoluto idiota! ¡Tu cerebro es del tamaño del de un pájaro! ¡Pobre excusa de hombre!—, estaba hirviendo mientras buscaba algo más, cualquier cosa que pudiera arrojarle —. Me conozco y sé qué haría o no por Theo. ¡Tú no puedes decidir eso! ¡Solo yo puedo hacerlo! ¿Cómo te atreves a asumir que me conoces? ¡No sabes nada de mí! ¡Crees que porque salimos, de repente conoces todas mis ideas y sentimientos! ¡Pero estás equivocado!—, Merlín, podría abofetearlo. Realmente podría hacerlo. Pero él la estaba mirando como si ella acabara de tirarle un balde de agua fría y le tomó demasiado tiempo percatarse que había lágrimas corriendo por sus mejillas. Las limpió con la manga de su camisa, molesta, mientras lo miraba.

      —Nova--.

      —Déjame sola—, se desplomó sobre su silla, sosteniendo su cabeza entre sus manos —. ¿No puedes solo dejarme sola?

      Le tomó minutos calmar su respiración, pero se sintieron como horas. Sabía que él no se había ido. Él solo estaba parado allí, mirándola mientras ella estaba en su estado más vulnerable. Intentó ocultar sus lágrimas de él, pero no tenía sentido ahora que ya las había visto. Intentar esconderlas era una pérdida de tiempo.

      —Te dejaré sola, si eso es lo que realmente quieres—, susurró después de un par de momentos en que ellos transcurrieron respirando el mismo aire. Ella seguía sosteniendo su rostro entre sus manos, en parte para mantener el resto de sus lágrimas en control, y en parte porque no quería mirarlo.

      —Lo es.

      —Bueno—, probablemente solo había sido su imaginación cuando escuchó el corazón roto en su voz. A él no le importaba ella, no realmente —. Me iré ahora. Yo... te amo.

      Era curioso lo mucho que había querido escuchar esas palabras seis meses atrás. Ahora, quería que él no las volviera a decir. No se molestó en responderle mientras escuchaba la puerta de la cocina abrirse y cerrarse, señalando que finalmente estaba completa y absolutamente sola.

      Si era honesta consigo misma, estaba aterrada que así lo estaría por el resto de su vida.

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