II. ENCANTO POR EL DRAMA.
CAPÍTULO DOS:
ENCANTO POR EL DRAMA.
Aunque Nova había creído que que los Slytherins la observaran a ella y a Theo para reportarle a su padre era una idea ridícula, la tenía lo suficientemente paranoica como para no sentarse a su lado durante el viaje en carruaje. Probablemente era su imaginación, pero creía que Bulstrode y Parkinson ya los estaban mirando demasiado, y con el nuevo conocimiento de que Malfoy y Parkinson habían terminado, no tenía dudas de que Pansy quería que Nova sufra. Hacía mucho que Nova ya no se preocupaba por lo que le pasaba a ella, pero nunca podría dejar de preocuparse por Theo. Así que, en lugar de sentarse con Theo y Blaise, se dirigió a un carruaje con Slytherins de quinto año que se alejaron de ella en cuanto la vieron. No estaba segura si fue porque había salido con un traidor a la sangre el año anterior, o porque escucharon que la Reina del Hielo de Slytherin había vuelto. Pero Nova estuvo agradecida, sea cuál fuera la razón.
Cuando llegó a Hogwarts, se bajó del carruaje y encontró a Malfoy fácilmente, con una sonrisa traviesa que sugería que no tenía nada bueno entre manos —. ¿A qué se debe la sonrisa?—, preguntó, media nerviosa y media exasperada de escuchar su respuesta —. ¿Ya estás causando problemas?
—Solo digamos que estoy emocionado por este semestre—, mencionó Malfoy vagamente. A Nova no le gustó cómo sonaba eso. La embargó la misma sensación que había tenido en el tren, como si Malfoy estuviera flotando más y más lejos y no pudiera ayudarlo —. Vamos adentro. Te estás congelando.
—Estoy bien—, respondió Nova, desafiante, alzando su mentón a la defensiva. Él solo rodó los ojos antes de volver a tomar su mano, arrastrándola entre los de primer año que fácilmente logró empujar fuera de su camino. Cuando llegaron al Comedor, la llevó hasta un asiento. Nova inmediatamente golpeó su brazo —. No vuelvas a agarrarme así, Malfoy—, espetó fríamente, acariciando su muñeca con sus dedos —. ¿Qué pasa con este repentino cambio de humor?
Malfoy se encogió de hombros, pero una sonrisa seguía tirando de las esquinas de sus labios. Nova se giró hacia el Sombrero Seleccionador sentado sobre su usual banco frente a las cuatro mesas. No le prestó atención a los estudiantes de primer año, y no se molestó en aplaudir cada vez que alguien era enviado a Slytherin. Algo le decía que a ellos no le importaría. Cuando Dumbledore se paró frente al podio para hablar, Nova se encontró desvariando en su mente, con su cabeza apoyada sobre su mano y permitiéndose cerrar los ojos por un segundo. No había dormido mucho la noche anterior, especialmente después de la carta que le había llegado.
Abrió un ojo y lo colocó sobre Malfoy, quien tampoco estaba escuchando una palabra de lo que Dumbledore decía. La manga de su uniforme cubría cada centímetro de piel de su brazo izquierdo, que ella necesitaba ver para comprobar la veracidad de la carta de Theo. Pero sabía que estaba allí. La misma pesadez que había aparecido en su corazón la noche en que Theo había recibido la Marca Oscura estaba presente ahora. Quería limpiar su piel, asegurarle que no necesitaba al Señor Oscuro para ser importante o significante. Él era suficiente por sí solo.
Pero no lo era, ¿cierto? ¿No era eso lo que Nova siempre había insinuado? ¿Que Malfoy no era lo suficientemente bueno para ella, pero alguien como Ron Weasley sí? De repente, deseó haber hecho énfasis en lo mucho que significaba su amistad con Malfoy, para que él supiera que aunque ella no se sentía de esa forma, él sí le importaba. Él seguía siendo importante para ella. Las palabras siempre se atascaban en su garganta justo cuando estaban a punto de salir. Lo siento. Significas mucho para mí. Fui yo quién la cagó, no tú. ¿Esas palabras serían suficiente si ella intentaba decirlas ahora?
Mientras Dumbledore continuaba con su discurso, sus ojos viajaron por sobre los estudiantes en el Comedor. Vio a su hermano y a Blaise en la punta contraria de la mesa de Slytherin, hablando en susurros e ignorando el discurso. Sus ojos fueron más allá de la mesa de Ravenclaw y la de Hufflepuff, y aterrizaron en la mesa repleta de las personas que la habían aceptado y aplastado con sus manos.
Ninguno de ellos había cambiado mucho. Podía ver a Ginny, que se había vuelto incluso más bonita durante el verano, si era posible. El rostro de Neville había adelgazado ligeramente, luciendo más como un adolescente, y dejando atrás su cara de niño que llevaba al final del semestre anterior. El cabello de Hermione estaba menos tupido de lo que Nova lo había visto antes, cayendo apenas por debajo de sus hombros. El ceño de Nova se frunció cuando notó que Harry no estaba con ellos. ¿Dónde diablos estaba Harry Potter? Sus ojos volvieron a Malfoy y, de repente, su sonrisa se volvió sospechosa.
—Noté que Potter no está en la mesa de Gryffindor—, susurró Nova a Malfoy. Los labios de él se alzaron en entretenimiento, solidificando la sospecha de que Malfoy definitivamente le había hecho algo al Elegido.
— ¿En serio? No me había dado cuenta.
— ¿Qué hiciste, Malfoy?—, cuestionó Nova, su voz saliendo con un tono acusador. Cuando él la miró, ella suspiró —. Malfoy, no me gusta la idea de que empieces a crear problemas en menos de una hora entrado el semestre. Especialmente porque—, Nova se interrumpió, siendo incapaz de terminar su oración. Decirlo en voz alta lo volvía real, y que Malfoy fuera un Mortífago era algo que ella preferiría que no lo fuera.
—Relájate—, dijo Malfoy, su sonrisa oscureciéndose y cayéndose de su rostro por completo —. Aparentemente está bien—, gruñó. Cuando Nova volvió a mirar a la mesa de Gryffindor, se encontró con un sangrante Harry Potter sentándose al lado de Hermione.
— ¿Esa sangre es tuya?—, inquirió Nova. Crabbe y Goyle, que habían decidido unirse a la conversación en ese mismo instante, estaban tan ansiosos por escuchar la respuesta de Malfoy como Nova lo estaba.
— ¿Estarías molesta si lo fuera?—, cuestionó él, alzando una ceja.
— ¡Cuéntanos cómo lo hiciste, Malfoy!—, demandó Crabbe antes de que Nova pudiera responderle. Malfoy estuvo complacido de obedecer, simulando golpear a Harry en la nariz. Varios estudiantes de Slytherin notaron el gesto de Malfoy y comenzaron a reír, su volumen creciendo hasta que la mesa completa estaba soltando carcajadas. Nova no rió, sino que alzó su cáliz y tomó un trago de su jugo de calabaza para evitar que sus compañeros le preguntaran qué iba mal. No que les importara. Las únicas dos personas que se preocupaban por ella estaban sentadas en la punta de la mesa, y podía ver a su mellizo intentando luchar contra la risa mientras Blaise lo codeaba para pararlo. Nova intercambió una mirada con Blaise y ella vio la disculpa en sus ojos.
Nova simplemente se encogió. Tendría que acostumbrarse.
— ¡Les deseo la mejor de las noches!—, gritó Dumbledore, de repente, por sobre todas las conversaciones. Nova no tuvo otra opción que mirarlo, su volumen capturando su atención. Sin embargo, cuando miró al director, notó la piel oscurecida de su mano, como si la hubiera puesto bajo el fuego hasta quemarse. Anticipando que los estudiantes hablarían sobre ello, Dumbledore bajó su manga para ocultar su mano —. Nada de qué preocuparse—, sacudió la cabeza —. Ahora, para nuestros nuevos estudiantes, ¡bienvenidos! Y para nuestros viejos estudiantes, ¡qué bueno es tenerlos de vuelta! Otro año lleno de educación mágica los espera. Como siempre, el Bosque Prohibido está fuera de los límites, y el señor Filch me pidió que les recuerde que cualquier objeto de bromas comprado en la tienda llamada Sortilegios Weasley están prohibidos—, Nova recordó los cientos de productos de SW que los gemelos habían metido en su mochila y sonrió para sí misma.
—Aquellos que deseen jugar para los equipos de Quidditch de sus casas deberán dar sus nombres a las Cabezas de sus Casas, como es costumbre. También estamos buscando un nuevo comentador para los partidos, que deberá hacer lo mismo. Estamos encantados de recibir a un nuevo miembro en nuestro staff este año. El profesor Slughorn es un colega mío que ha aceptado regresar a su viejo puesto como profesor de Pociones.
Los ojos de Nova brillaron ante aquella particular pieza de información. ¿Enseñaría Pociones? Pero Snape seguía sentado con el resto de los profesores, luciendo aburrido y horroríficamente molesto como siempre.
—Mientras tanto, el profesor Snape tomará la posición de profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras.
Jadeos provinieron de todo el Comedor, pero Nova no se unió al resto en la sorpresa. No después de lo que había visto en el Pensieve, cuando él le prometió a su madre que mantendría a Edgar Nott alejado de problemas. Era incapaz de mirarlo a los ojos, sabiendo que él y su mamá habían sido... amigos, como mínimo. Tus hijos serán afortunados de tenerte, le había dicho a Elizabeth, todos esos años atrás antes de que el amor de Elizabeth por Edgar acabara con su vida demasiado pronto. Antes de que su amor por un hombre que no la merecía condenara a sus hijos a crecer sin una madre que los protegiera de Edgar.
—Ahora, como todos los presentes lo saben, Lord Voldemort y sus seguidores han vuelto y están ganando fuerzas—, los ojos de Nova no se posaron en Dumbledore ésta vez, sino que en Malfoy, que estaba sentado a su lado, levitando un tenedor con su varita. Nova se detuvo de tomar su manga y bajarla para ver si realmente la marca estaba allí, pero entonces él la miró y le envió una mirada perfectamente inocente que hizo hervir su sangre.
—No puedo enfatizar lo suficiente lo peligrosa que es nuestra situación actual, y lo importante que es que nos cuidemos los unos a los otros aquí en Hogwarts para mantenernos a salvo. Las protecciones mágicas de este castillo han sido endurecidas durante el verano, estamos protegidos de nuevas y más poderosas formas, pero aún debemos tener una guardia cuidadosa contra la despreocupación de cualquier estudiante o miembro de nuestro staff. Les insisto, por lo tanto, que se acaten a cada restricción de seguridad que sus profesores les impongan, sin importar lo molestas que les parezcan (en particular, la regla de que no deben salir de la cama después de la hora de dormir.) Les imploro, en caso de que noten algo extraño o sospechoso dentro o fuera del castillo, que lo reporten a un miembro del staff inmediatamente. Confío en que van a conducirse, como siempre, con gran cuidado respecto a su seguridad y a la de otros.
La seguridad no importaba. No cuando tu hermano y tu amigo estaban bajo el control del Señor Oscuro. En esta declaración en particular, Nova se encontró mirando a Dumbledore con la misma aura desinteresada que Malfoy le estaba dando.
Si había algo que había aprendido de su pequeño viaje al Ministerio de Magia el semestre pasado, fue que estaba preparada. Estaba lista para que su vida termine. Y en su mente, después de todo el dolor y maldad que la rodeaba, ¿morir por su hermano no era un acto de compasión? ¿No era más de lo que ella se merecía? El pequeño discurso de bienvenida de Dumbledore no la pudo convencer de lo contrario.
—Pero ahora, sus camas los esperan, tan calidas y cómodas como ustedes desean que lo sean, y sé que su prioridad será estar descansados para sus lecciones de mañana. Déjenme, por lo tanto, desearles las buenas noches. ¡Pip pip!—, los bancos chillaron y se movieron para que los estudiantes pudieran salir del lugar.
Nova se quedó atrás mientras los estudiantes de Slytherin salían del Comedor, listos para ir a sus dormitorios y enlistarse para ir a la cama. Vio a Theo abandonar la compañía de Blaise y, por el rabillo del ojo, notó a Blaise caminar hacia ella —. Vamos, Nott—, animó tranquilamente, estirando su mano para ayudarla a levantarse. Sus movimientos fueron secos —. ¿Estás bien? Podía escuchar a Malfoy riéndose desde el otro lado de la mesa.
— ¿Por qué debería importarme lo que haga en su tiempo libre? No debería importarme si golpea a Potter en la cara. Soy la Reina del Hielo de Slytherin, sin emociones, ¿recuerdas?—, pero incluso ella no podía negar el enojo que había sentido cuando vio a Malfoy riéndose por golpear a Potter en la cara. Y la resignada confusión interna la había consumido durante toda la cena.
—Sabes que eso no es cierto. Ya no más.
Pero ella quería que lo fuera. Quería que aquella sensación de vacío en su pecho se fuera y pudiera regresar a como todo era antes —. Será cierto si puedo hacerlo—, dijo tranquilamente. Los dos caminaron hacia la salida, deteniéndose para dejar a un par de estudiantes pasar antes que ellos. Cuando salieron al pasillo principal, Blaise le envió una pequeña sonrisa —. Gracias por preocuparte—, le susurró, como si admitir sus sentimientos fuera a romper la imagen que estaba intentando mantener. Podía contar con los dedos de una mano las personas en que confiaba y le importaban. Hasta ahora, consistía en Blaise, su hermano y, tal vez, medio dedo por Draco Malfoy, si dejaba de actuar como un idiota. Dos dedos y medio, pensó. Ese era un comienzo para la Reina del Hielo de Slytherin.
Él arrojó un brazo por sobre sus hombros afectivamente. Ella lo hubiera alejado antes, pero ahora estaba lo suficientemente cómoda con Blaise para que no le molestara —. ¿Para qué están los amigos?
Nova soltó una carcajada seca —. Qué par de amigos somos, ¿uh? Yo, la hija de una madre muerta sin corazón convertida en un corazón roto, y tú, el novio de un Mortífago que también es el hijo de un convicto.
Blaise le dio una pequeña sonrisa y se encogió de hombros —. Sí, somos bastante mierda, ¿uh?—, entonces él estaba repentinamente colocándose frente a ella y hundiendo sus nudillos en su cabello, moviéndolo para que cayera en mechones enredados. Nova soltó un pequeño chillido de sorpresa antes de la que la risa comenzara, sus manos alzándose para tratar en vano alejar sus manos de su cabeza. Blaise dejó caer sus manos cuando escuchó los pasos acercándose y Nova comenzó a arreglarse su cabello, una sonrisa minúscula en su rostro y una respuesta astuta en la punta de su lengua antes que sus ojos se alzaran y se encontraran con el dueño de los pasos.
Su sonrisa se desvaneció en un segundo.
Él había crecido durante el verano. No mucho, pero lo suficiente para que ella lo notara. Su cabello estaba un poco más corto, y supuso que su madre finalmente había logrado poner sus manos sobre las cabezas de sus hijos, considerando que sus hermanos habían tenido su cabello recortado la semana anterior en que ella había estado en la tienda. Apenas notó a Harry parado a su lado, mirando a ambos, incómodo, y alejándose un poco como si Nova fuera a darle a Weasley el privilegio de tener un altercado. Weasley tuvo la audacia de mirar entre Blaise y ella con un brillo acusador en sus ojos. Mientras el rostro de Nova se endurecía y su mirada se transformaba en una lo suficientemente fría para congelarlo, su corazón simultáneamente saltó y se rompió en su pecho. Quería correr a sus brazos y reír por su ruptura porque, mirándolo ahora a los ojos, ciertamente no podía ser real, ¿no? Solo era un sueño que la había atormentado por meses y ellos finalmente estaban despiertos, juntos y felices.
Y entonces, él tuvo que abrir su estúpida boca.
—Nova—, mencionó, las palabras saliendo en un balbuceo cuando sus ojos se posaron sobre ella.
La mención de su nombre por parte de sus labios hizo a su corazón caer fuera de su cuerpo y en algún lugar cerca de sus pies, roto en un millón de pequeños pedazos. Ella sintió a Blaise tomar su brazo, pero casi rompió su costilla para alejarse, dándole a Ron Weasley una mirada tan fría que él se movió incómodo en su lugar —. Weasley—, siseó, intentando asegurarse que su voz sonara indiferente y fría en lugar de disgustada, como si él fuera la mugre del fondo del Lago Negro —. Potter—, agregó, reconociendo al azabache parado al lado de la última persona que quería ver —. ¿Cómo está tu nariz?
El corazón de él se estiró en búsqueda de la chica parada frente a él. La había escuchado en el tren, notó el vacío en su voz cuando hablaba con sus amigos —. Bien, no gracias a Malfoy—, respondió Harry. Nova asintió. La sangre ya se había ido por completo, excepto por un par de manchas en su camisa. Nova consideró por un momento preguntarle sobre lo sucedido en el tren, pero no se molestó en hacerlo.
En su lugar, asintió —. Me disculparía por su comportamiento, pero no soy su dueña.
—La mesa de Slytherin pareció encontrarlo muy divertido—, dijo Weasley, su tono severo mientras sus ojos se desviaban a Zabini. Incluso aunque sabía que se dirigía a su amigo y no a ella, el comentario encendió un fuego en su interior y su rostro se volvió rojo por la ira.
—Podemos reírnos de lo que queramos, muchas gracias—, espetó Nova fríamente, dándole una mirada como retándolo a que desafiara sus palabras.
Weasley balbuceó —. Solo es un poco descortés, ¿no?—, mencionó, su mirada ahora dirigida a ella. Esto, sabía, estaba dedicado a ella. Como si no hubiera sido él el que terminó con su relación. Como si él hubiera esperado que ellos estuvieran en buenos términos. Y ella podía verlo, mirándolo ahora, que él honestamente creía que ellos estaban bien. Había genuina sorpresa en sus ojos ante el tono de su voz y sus palabras. Y la sorpresa la enfureció más de lo que ya lo estaba.
— ¿No lo sabes, Weasley?—, cuestionó ella, fríamente —. Eso es lo que los Slytherins hacemos mejor.
Fred y George le contagiaron su encanto por el drama, porque giró su cuerpo con gracia y se alejó de los chicos de Gryffindor en una forma que hubiera llenado de orgullo a los gemelos.
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