
𝟬𝟬𝟴 old school
CAPÍTULO OCHO:
vieja escuela.
—Papá me prometió que iríamos a Disney World por mi graduación, y en lugar de eso, estoy en el medio de una batalla—, hablaba Cassadee con su novio, mirando el campo rodeado por el bosque mientras Bella y Edward los alcanzaban —. Esto es completamente lo contrario al lugar más mágico de la Tierra.
—Me aseguraré que vayan cuando esto haya acabado—, prometió Jasper a la castaña antes de besar su frente.
—Jasper dijo que podría ser de ayuda—, mencionó Bella cuando las dos parejas se encontraron la una a la otra. La atención se giró al vampiro rubio y él, en silencio, maldijo a la Swan menor cuando notó el rostro de su novia.
—No necesitamos tu ayuda—, aseguró Edward a Bella —. Con los lobos, es algo fácil. El resto de nosotros no tendremos mucho que hacer.
—Está bien. Entonces, es tan peligroso que debo esconderme o es tan fácil que ustedes no van a tener que hacer nada. ¿Cuál de las dos es en realidad?
—Es peligroso para ti, pero fácil para nosotros—, aclaró Edward.
Bella rodó los ojos y miró a su hermana —. Cassie, ¿puedes ayudarme?
Cassadee se cruzó de brazos, mirando a Bella y Edward mientras dejaba guiarse por sus instintos. Cuando no sintió nada malo, decidió hablar —. ¿Estás segura que quieres hacerlo, Bells?—, preguntó, sus ojos suaves mientras su tono demostraba su preocupación. No le importaba saber que nada malo sucedería, siempre se preocuparía por Bella.
—Sí—, asintió Bella —. Quiero ayudar en cualquier forma que pueda.
—Bien—, suspiró la Igualadora y pasó una mano por su cabello antes de mirar a su hermana a los ojos —. Pero vas a quedarte conmigo, no importa qué. ¿Me entiendes?
Bella rodó los ojos —. Sí, mamá.
—No creo que ella esté más segura contigo—, negó Edward —. Tienes a Victoria detrás de ti, ¿realmente crees que es una buena idea que Bella esté contigo?
Cassadee lo miró perpleja y colocó sus manos sobre su cintura —. ¿Preferirías tenerla donde hay solo un vampiro o donde hay un ejército?
— ¿Pueden todos parar de actuar como si no estuviera aquí?—, casi gritó Bella, mirando a su hermana y su novio.
Cassadee se dio la vuelta para mirarla, y notó por reflejo a Jacob se acercarse —. ¿Preferirías estar conmigo o con Edward?
Bella tragó saliva, sin esperar tener que elegir entre las dos personas que más amaba —. Lo siento, Edward—, se disculpó antes de mirar a Cassadee —. Pero Cass siempre ha estado allí para mí. Ella me hace sentir más segura.
—Estoy debatiendo entre decir "te lo dije" ahora o después—, murmuró Cassadee a Jasper, una traviesa sonrisa en su rostro mientras miraba a Edward.
—Tu rostro lo dice todo, Cassie—, contestó Edward molesto, causando que la sonrisa de Cassadee creciera.
—Como sea—, Jacob rodó los ojos, hablando por primera vez —. Solo díganme el plan.
—Este campo nos dará una ventaja en la batalla—, contó Jasper —. Necesitamos enloquecer a los neófitos con la esencia de Bella, pero necesitamos que termine aquí.
—Edward y yo vamos a estar en el campamento—, dijo Bella, mirando el suelo en lugar de a Jacob —. Aunque él me cargara, aún sentirían mi esencia.
—En cambio, la tuya es repugnante—, continuó Edward.
—Realmente no quieres comenzar a comparar hedores—, replicó Jacob.
—Quiere decir que tu esencia cubrirá la mía si me cargas—, intervino Bella, intentando alivianar la situación.
—Hecho.
—Esta no es una buena idea—, negó Edward.
—Nada es una buena idea si no estás incluido—, señaló Cassadee rodando los ojos —. Me estoy cansando de tu mierda, Eddie.
—Edward, ellos no querrán acercarse a su hedor—, insistió Jasper, mirando a Jacob con asco.
—Ok, intentemos—, asintió Bella, caminando hacia Jacob.
—Perfume de lobo en camino—, bromeó Jacob al tomar a Bella entre sus brazos, levantándola en forma de novia.
—Corre—, ordenó Edward, aún molesto.
— ¿Siquiera sonríes?—, inquirió Cassadee a Edward por curiosidad —. Todo lo que haces es deprimirte y quejarte cuando no tienes razón. Lo que sucede, tal vez, una vez cada mucho tiempo.
La irritación de Edward creció inclusive más por lo que, cuando Jasper rió y él lo miró, el rubio se limitó a encogerse de hombros —. Mi novia nunca se equivoca.
♦
— ¿Qué diablos hace Alice aquí?—, cuestionó Cassadee, apagando el motor y viendo a Charlie y Alice sonreírse el uno al otro y riendo mientras caminaban por el pequeño porche —. Nunca había visto a papá sonreír cerca de uno de los Cullen. Es raro.
—Creo que hemos abandonado la normalidad desde que llegamos aquí—, murmuró Bella, bajándose de la camioneta.
—Creo que eso fue cuando nacimos—, agregó Cassadee bajo su respiración, imitándola.
—Bueno, Alice, no seas una extraña—, advirtió Charlie a la vampira con una sonrisa.
—Bueno—, sonrió de vuelta Alice antes de mirar a las mellizas.
—Sus coartadas para la batalla están arregladas. Le dije a su padre que toda la familia va a ir a acampar este fin de semana. Ustedes vendrán a tener una pijamada conmigo—, informó Alice antes de encogerse de hombros —. De todos modos, Charlie va a ir a pescar.
Las mellizas Swan fruncieron sus ceños antes de hablar en unisono —. ¿Charlie? ¿Ustedes se llaman por sus sobrenombres ahora?
—Yo, a él le gusta—, la sonrisa de Alice creció mientras miraba a las hermanas —. Y no las he escuchado hablar al mismo tiempo en años, ¡es justo como los viejos tiempos!
—Seguimos haciéndolo todo el tiempo—, volvieron a hablar simultáneamente las mellizas antes de mirarse la una a la otra —. ¡Deja de hacer eso!
—Cómo sea—, rió Alice, mirando a Bella —. Tú y Edward tienen la casa para ustedes hoy.
— ¿Solos?
Alice asintió —. Nosotros vamos a ir a cazar. Ganar energía para la batalla—, cuando Bella no dijo nada, Alice casi río —. De nada—, se dio la vuelta y volvió a caminar en dirección a su vehículo —. Te veré luego, Cass—, sonrió antes de subirse al Porsche amarillo canario que Edward le había regalado al volver a Forks —. ¡Vamos a celebrar!—, gritó feliz por la ventana antes de acelerar.
— ¿Celebrar qué?—, inquirió Bella, mirando a Cassadee.
—Diablos, si supiera—, masculló la vampira al darse vuelta y caminar dentro de la casa —. Ella siempre sabe algo que el resto no—, terminó antes de entrar a la cocina.
—Oigan—, saludó Charlie a sus hijas mientras sacaba condimentos del refrigerador —. ¿Quieren un sándwich?
—Nop—, contestaron al unísono, Bella apoyándose en el mostrador al lado de Charlie y Cassadee tomando asiento.
—Bueno, me cae bien su hermana—, comentó el padre, mirándolas.
—Sí, Alice es genial—, asintió Bella. Hubo una larga pausa durante la que ella miró sus manos.
—Escúpelo, Bella—, animó Cassadee, sabiendo que quería decir algo, pero no sabía cómo.
Bella alzó la cabeza hacia Charlie —. Papá, me preguntaba... ¿por qué no te volviste a casar?
Charlie y Cassadee pausaron, sin esperar la pregunta —. No lo sé—, contestó el hombre honestamente, mirando a Bella antes de volver a encargarse de su aperitivo —. Supongo que aún no he conocido a la indicada, ¿por qué?
—No lo sé—, Bella se encogió de hombros —. Pensé que solo te habías rendido en toda la institución del matrimonio. Pero, ¿crees que tiene algún valor?
—Sí, el matrimonio tiene valor—, asintió Charlie, desviando su mirada a Cassadee antes de volver a mirar a su hija menor —. Cuando eres mayor. Muy mayor, como tu madre. Pareció funcionarle la segunda vez, luego en su vida—, continuó mientras Cassadee se levantaba de su asiento y tomaba una Pepsi del refrigerador —. Quiero decir, definitivamente no tienes que casarte porque no fuiste cuidadosa.
Cassadee se congeló cuando se dio cuenta de lo que hablaba su padre. Tomó otro sorbo antes de pensar que sería mejor si actuara como si no escuchara nada. Ella y Charlie eran cercanos, no había duda sobre ello, pero tener una charla de sexo con él provocaba que todas las fiestas fueran incómodas.
— ¿Qué?—, preguntó Bella, confundida.
—Oh, por Dios—, murmuró Cassadee, casi golpeándose a sí misma.
—Mira, tú sabes de lo que estoy hablando. Hay cosas que necesitas pensar si van a ser físicamente íntimos—, continuó Charlie, avergonzado.
—Santo Dios sagrado—, exclamó Cassadee, acercándose a la pared y golpeando su cabeza lo suficientemente suave para no romperla —. Papá, por favor, no tengas la charla con nosotras.
Charlie alzó las manos en rendición —. Bueno, es tan incómodo para mí como lo es para ustedes.
—Dudo eso—, replicó Bella instantáneamente, alejándose del mostrador —. Y no te molestes, porque mamá ya te venció como hace diez años.
—Bueno, no tenías novio hace diez años—, señaló Charlie.
—Estoy segura de que las cosas funcionan de la misma forma.
—Entonces, ustedes están siendo precavidos y--.
—Ok, papá, por favor, no te preocupes por ello—, suplicó Bella —. Edward es de la vieja escuela—, informó mientras Cassadee paraba de golpearse la cabeza para tomar un sorbo de su bebida.
—Vieja escuela. Genial, ¿qué es eso? Como... ¿un código para algo?—, preguntó Charlie, provocando que Cassadee se ahogara y casi escupiera la bebida.
—Oh por Dios, papá, ¡soy virgen!—, le contó Bella a su padre, alzando el pulgar.
— ¡Ok! ¡Bien! Qué bueno que hablamos sobre esto.
—Yo también—, asintió Bella, dándose la vuelta y subiendo las escaleras.
—Virgen—, musitó Charlie, cortando a la mitad su sándwich —. Me gusta Edward un poco más.
—Eso hace uno de nosotros—, Cassadee rodó los ojos antes de volver a colocar la tapa a la botella.
—Por favor, dime que tú y Jasper están siendo precavidos--.
— ¡Soy pura como una monja, papá!—, exclamó Cassadee, saliendo de la cocina antes de subir las escaleras —. Al menos en ese sentido—, terminó bajo su respiración, dirigiéndose a su habitación —. No te escuché entrar—, dijo cuando abrió la puerta y miró a Jasper sentado frente a su escritorio.
—Llegué cuando casi te ahogas hasta la muerte—, rió Jasper y Cassadee cerró la puerta antes de acercársele.
—Ese fue uno de los momentos más mortificantes de mi vida—, Cassadee casi rió y se montó a horcajadas al regazo de Jasper, sus piernas colgando a cada lado de su cintura —. Y ese sería el momento justo en el que entraste.
— ¿Estás asustada?—, preguntó Jasper, preocupado. Sus manos viajaron por los muslos de Cassadee antes de detener sobre su cintura.
Cassadee rió —. Si no le temía a James cuando era humana, ¿qué te hace creer que lo haré ahora?
Jasper se encongió de hombros —. Solo pensé que tenía que asegurarme.
—Nada malo sucederá, no hay necesidad de preocuparse—, aseguró la Igualadora, colocando sus manos alrededor del cuello de Jasper —. Ésta es probablemente la última vez que vamos a estar solos hasta terminar la batalla. Así que, no hables más—, acercó a Jasper a ella y lo besó. Ambos se acercaron más el uno al otro, y sus labios se movieron con fervor.
—Espera—, Jasper se alejó, ambas partes gruñendo ante la pérdida de contacto —. Planeé pedírtelo diferente, pero qué diablos—, dijo, más para sí mismo que para Cassadee, y sacó una caja del bolsillo de su chaqueta.
— ¿Eso es lo que pienso que es?—, cuestionó la castaña con los ojos abiertos, separando las manos del cuello de Jasper.
—Ya le he preguntado a tu padre y me ha dado su aprobación. No estaba muy feliz, pero aún así me dio permiso—, asintió Jasper mientras miraba la caja y la abría, revelando el anillo con un gran diamante sobre éste y unos más pequeños alrededor.
Cassadee jadeó al ver el hermoso anillo. Incluso sin mucha luz en la habitación ella podía notar lo brillante que era —. Ok, es hermoso y no quiero arruinar el momento ni nada, pero ya sé que eso cuesta mucho más que mi educación.
—Bueno, acabas de arruinar el momento, pero puedo trabajar con eso—, rió Jasper, sacando el anillo y mirando a Cassadee a los ojos —. Te amo, Cassadee Nicole Swan. Amo lo protectora, atrevida, y terca que eres, aunque a veces sea un dolor en el culo. Amo que puedas bromear en cualquier situación y que seas brutalmente honesta sin importar qué suceda. Te amo tanto que duele. Quiero pasar el resto de mi vida contigo a mi lado. ¿Me harías el hombre más feliz de la existencia al casarte conmigo?
—La parte lógica de mí dice que esto es una locura. Literalmente acabamos de volver ayer y me estás pidiendo que me case contigo. Solo hemos salido unos cuatro meses, ¿no te parece apurado? Pero aún así, no escuché a mi parte lógica cuando me contaste que eras un vampiro. Me repetía que tenía que gritar y correr, pero no lo hice—, divagó Cassadee antes de que Jasper tomara su rostro entre sus manos.
—Pero, ¿qué te dice tu corazón?—, inquirió, acariciando sus mejillas.
—Ya conoces la respuesta—, Cassadee sonrió y golpeó en forma de broma a su novio.
—Sí—, asintió Jasper, riendo —. Solo quiero escucharte decirlo.
Cassadee mordió su labio para contener la sonrisa, aunque falló mientras Jasper colocaba el anillo en su dedo —. Sí.
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