Ꜥꜥֶָ֢⛓️ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo 3O
JungKook jadeó, sorprendido por el beso que compartieron justo antes de entrar a la habitación. La tensión entre ellos era palpable, cargada de deseo y anticipación. La piel de TaeHyung parecía arder bajo sus manos, y el menor respondía con una pasión que lo dejaba sin aliento.
— No sabía que te verías tan sexy peleando por mí — Dijo JungKook, su corazón palpitando al ritmo de la excitación, sus ojos negros brillando con intensidad mientras absorbía cada detalle.
TaeHyung sonrió con picardía mientras extendía una pierna, permitiendo que JungKook se apoyara en él. La presión entre ellos era eléctrica, cada contacto aumentando la urgencia de sus movimientos.
— Soy sexy haciendo cualquier cosa, amo — Murmuró, atrayéndolo hacia él para otro beso ardiente. La urgencia los consumía como si cada segundo sin tocarse fuera una tortura.
JungKook se movió con rapidez, quitándole la chaqueta a TaeHyung y luego arrancándole la camisa con impaciencia. La mirada del mayor no podía apartarse del menor, observando cada centímetro de su piel mientras la ropa caía al suelo con un susurro apenas audible.
Con la misma intensidad, TaeHyung despojó a JungKook de sus ropas. Ambos se arrodillaron en la cama, sus cuerpos fundiéndose mientras se besaban con avidez, manos explorando y acariciando sin restricciones.
Luego, TaeHyung empujó a JungKook hacia atrás sobre la cama, tomando el control de la situación con una sorpresa que el mayor disfrutó sin protestar.
Con un beso húmedo, TaeHyung intensificó el contacto, sus labios buscando cada parte del rostro adverso con una voracidad que hablaba de una pasión sin límites.
JungKook introdujo un dedo en la entrada rosada de TaeHyung, besándolo con ternura mientras el menor fruncía el ceño, su cuerpo respondiendo con temblores de anticipación y placer contenido.
Dos dedos más tarde, TaeHyung comenzó a gemir por el placer creciente mientras JungKook lo preparaba con cuidado. El menor movió las caderas, cada vez más necesitado, mientras era observado con una intensidad que era pura seducción, sus ojos recorriendo el cuerpo de TaeHyung como si quisiera memorizar cada reacción, cada respiración entrecortada.
JungKook empezaba a impacientarse, pero TaeHyung lo detuvo con una sonrisa traviesa que encendió aún más la chispa entre ellos.
— No tan rápido, amo — Susurró, arrastrándose hacia atrás, jugó con el tatuaje en la línea v antes de dejar un chupetón en él, JungKook tenia su mirada desafiante y su sonrisa invitándolo a seguir adelante.
— Maldita sea, bebé, no me hagas esperar así — Gruñó JungKook, incapaz de ocultar su frustración y deseo.
— Es tu castigo por ponerme celoso, amo — Le lanzó una mirada juguetona, provocando que JungKook tragara saliva involuntariamente mientras su mente se llenaba de imágenes tentadoras.
TaeHyung tomó el pene de JungKook en sus manos y comenzó a acariciarlo. El mayor cerró los ojos y apretó los dientes mientras su cuerpo reaccionaba al estímulo, su respiración acelerándose ante el tacto.
Orgulloso de sí mismo, TaeHyung lamió desde la base hasta la punta del miembro, provocando una reacción visceral y vocal del mayor, cuyos gemidos se volvían más intensos con cada movimiento de la lengua.
— ¡Mierda! — JungKook gimió mientras el líquido preseminal escapaba de él, sus caderas arqueándose instintivamente hacia la boca de TaeHyung en busca de más contacto.
El menor rió suavemente cuando JungKook reaccionó con un gemido al morder su glande, su expresión audaz y traviesa mostrando cuánto disfrutaba de tener el control.
— Mírame, amo — Desafió TaeHyung mientras continuaba con sus provocaciones, su voz entrecortada por el deseo y la excitación que compartían.
Luego, dejó que el pene de JungKook entrara profundamente en su boca, saboreando la reacción del mayor con una mezcla de habilidad y devoción. Los gemidos de JungKook llenaron la habitación, mezclándose con el sonido de su respiración entrecortada mientras se entregaba al placer.
— Mm, eres tan bueno, cariño — Jadeó JungKook, disfrutando del momento y de la conexión íntima que compartían. TaeHyung continuó, enfrentándose al desafío de manejar el tamaño con maestría, aunque su mandíbula empezaba a doler por la tensión acumulada.
JungKook finalmente perdió el control, moviendo las caderas con urgencia mientras TaeHyung permitía que abusara de su boca. Lágrimas de placer escaparon por las mejillas de TaeHyung mientras el azabache alcanzaba su clímax, llenando la boca del menor con su semen. Sin embargo, el rubio pronto lo escupió sobre las sábanas.
Preocupado, JungKook notó la reacción y preguntó:
— ¿Bebé, estás bien?
— S-sí — TaeHyung respondió con dificultad, su voz aún cargada de emoción y el esfuerzo de contener el deseo que los consumía.
JungKook decidió ralentizar las cosas, no solo por el deseo desbordante que los había llevado hasta ese punto, sino también por el amor que sentía por TaeHyung. Tiró suavemente de él hacia sí y lo besó con ternura, expresando todo su afecto en ese gesto sincero y reconfortante.
Cambiaron de posición, con JungKook dejando al menor debajo de él. Con cuidado, extendió las piernas de TaeHyung y comenzó a dejar besos en su cuello y pecho con suaves marcas, deteniéndose brevemente en la cicatriz en forma de J que sus labios acariciaron con reverencia.
TaeHyung disfrutaba de cada momento, sintiéndose amado y cuidado por JungKook, quien no dejaba de demostrar su ternura incluso en los momentos más apasionados. La habitación se llenaba con el sonido de sus jadeos y susurros, creando una sinfonía de amor y deseo compartido entre ellos.
— Deja de ser tan cuidadoso, no me voy a romper — Bromeó TaeHyung, acariciando las mejillas de JungKook con ternura mientras lo instaba a dejarse llevar por el deseo compartido.
— Eres demasiado preciado para mí, TaeHyung, no puedo evitar ser cuidadoso — Respondió, capturando la mirada sincera del menor y sonriendo ante su belleza deslumbrante.
— Tómame, JungKook — Suplicó, su voz cargada de deseo pero también de una conexión profunda que iba más allá del simple anhelo físico.
JungKook asintió con una sonrisa cálida y amorosa, acariciando con suavidad el cuerpo de TaeHyung mientras se deleitaba en la textura de su piel bajo sus dedos. Cada caricia era un gesto de amor y pasión contenida, una promesa silenciosa de entregarse completamente el uno al otro.
Rompiendo el beso con delicadeza, JungKook se colocó entre las piernas abiertas de TaeHyung, sintiendo la tensión y la anticipación palpitar en el aire. Con movimientos cuidadosos y medidos, deslizó su miembro en la entrada del menor, buscando el contacto íntimo que los uniría más allá del placer físico.
TaeHyung gimió suavemente al sentirlo dentro de él, su cuerpo respondiendo con una mezcla de ardor y alivio. JungKook besó cada lágrima que escapaba de los ojos de TaeHyung, ofreciendo consuelo y deseo en cada gesto.
Comenzó a moverse lentamente, sus embestidas eran un baile sincronizado de pasión y ternura. TaeHyung envolvió sus piernas alrededor de la cintura de JungKook, arañando su espalda con uñas temblorosas mientras se entregaba por completo al placer compartido.
Los gemidos y susurros llenaban la habitación, creando una sinfonía de intimidad compartida mientras se movían juntos en un ritmo que era tanto apasionado como lleno de afecto.
El tiempo parecía detenerse mientras se perdían en el éxtasis del momento, el mundo exterior desapareciendo ante la intensidad de su conexión.
JungKook continuó sus embestidas, profundizando el lazo entre ellos con cada movimiento. El placer crecía y se expandía, envolviéndolos en una espiral de sensaciones que los dejaba sin aliento. Cada roce era una caricia sagrada, cada gemido era una melodía de amor y entrega.
Finalmente, sus cuerpos se unieron en un clímax compartido, la culminación de su pasión y deseo. Sus corazones latían al unísono mientras alcanzaban el éxtasis juntos, fundiéndose en la experiencia íntima que solo ellos podían compartir.
JungKook se recostó junto a TaeHyung, atrayéndolo hacia su pecho mientras el sonido de sus respiraciones agitadas llenaba la habitación. Después de un beso rápido y apasionado, se apartó para limpiarse con la manga de su camisa desordenada por la urgencia.
— Estoy cansado — Susurró TaeHyung cuando JungKook terminó de vestirlo. Estuvo a punto de decir algo más, pero la puerta se abrió de golpe, interrumpiéndolos bruscamente. YoonGi irrumpió en la habitación, con una expresión de alerta grabada en su rostro, sosteniendo firmemente un arma.
— Hyung, ¿qué diablos...? — JungKook frunció el ceño, mirando a YoonGi en busca de respuestas.
— ¡JungKook, cállate y llevate a TaeHyung rápido! — YoonGi ordenó con urgencia. JiMin apareció detrás de él, con el ceño fruncido por la confusión y la preocupación por su mejor amigo.
— ¿Qué está pasando? — Preguntó TaeHyung, con la voz temblorosa y los ojos llenos de inquietud.
— Están aquí — YoonGi declaró con voz grave y determinada. Ante sus palabras, JungKook apretó la mandíbula con fuerza y, sin dudarlo, tomó a TaeHyung en brazos, siguiendo a YoonGi fuera de la habitación con paso rápido y seguro.
— ¿Dónde están los demás? — Preguntó en un intento por coordinar la situación mientras corrían por el pasillo.
— ¡JungKook, abajo! — YoonGi gritó repentinamente, deteniéndolos bruscamente mientras disparaba a un hombre que emergía de la oscuridad tras ellos.
— ¡Mierda! JiMin, ve a la izquierda y busca el auto — YoonGi arrojó las llaves a JiMin, quien las atrapó torpemente entre sus manos temblorosas.
— ¡Pero, Hyung, no puedo dejarte aquí! — JiMin protestó, su voz entrecortada por el pánico.
— Escucha, Min, sé que estás preocupado, pero por favor, lleva a TaeHyung y vete ahora mismo — Instó con voz firme, mientras le daba un rápido beso en la mejilla a JiMin. Aunque confundido y a punto de desmoronarse, el castaño asintió.
— ¡No! ¡No voy a dejar a JungKook! — TaeHyung se aferró desesperadamente a JungKook, quien lo sostuvo con firmeza pero con un nudo en la garganta. A pesar de la resistencia de TaeHyung, sabía que no podía permitirse vacilar más tiempo. Sin embargo, cuando vio a los hombres acercándose por el pasillo, su corazón dio un vuelco de angustia.
— ¡TaeHyung, ve con JiMin ahora mismo! ¡No estoy bromeando! — JungKook lo miró con ojos llenos de determinación.
Las lágrimas empezaron a rodar por las mejillas de TaeHyung mientras asentía y dejaba que JiMin se lo llevara, desgarrándose por dentro al separarse de su amado en medio del caos.
— Hyung, no tengo un arma — Comentó JungKook y prontamnete YoonGi se encargo de arrojarle una — ¿Cuántos hombre?
— Muchos — Suspiró y empezaron a correr en otra dirección para darle más tiempo a JiMin y TaeHyung.
Por otro lado, JiMin jadeaba mientras colocaba apresuradamente a TaeHyung en el asiento del copiloto del auto.
— ¡No, JiMin, nos van a matar! — TaeHyung entró en pánico, agarrando el borde del asiento con fuerza.
— Tae, cálmate, no es bueno para el bebé — Subió rápidamente al asiento del conductor, intentando mantener la calma y la compostura.
— ¡No puedo! Él... — TaeHyung comenzó a hiperventilar, luchando por contener el miedo que amenazaba con abrumarlo.
— Oye, escucha, cálmate Tae. No sé qué está pasando exactamente, pero YoonGi sacó un arma cuando comenzaron a disparar. Hyung encontrará la manera de resolver esto — Trató de ofrecer palabras reconfortantes mientras acariciaba suavemente la mejilla de TaeHyung, buscando desesperadamente tranquilizarlo en medio del caos abrumador.
— Sí, tienes razón — TaeHyung asintió con determinación, intentando aferrarse a cualquier hilo de esperanza que pudiera encontrar en aquel momento de incertidumbre y miedo — Pero no los dejaré aquí.
— Yo tampoco.
JungKook apretó la garganta de un hombre exhausto, exigiendo respuestas con ojos llenos de furia contenida.
— ¿Quién te envió? — Escupió las palabras, sus dedos apretando con fuerza la carne del cuello del hombre, buscando desesperadamente entender el origen de la tormenta que los envolvía.
— El señor Hyuk-Jang — El hombre jadeó, su voz apenas un susurro tembloroso bajo el férreo agarre de JungKook.
— Él lo sabe todo, maldición — JungKook rugió, girando bruscamente el cuello del hombre, cuyo cuerpo cayó al suelo con un golpe sordo y definitivo.
— Mierda, tenemos que irnos ahora mismo. No podemos dejarlos solos, están tras ellos — YoonGi advirtió con urgencia, su mirada y su voz llenas de determinación mientras se preparaban para enfrentarse a un enemigo incierto pero implacable.
JungKook, con los ojos enrojecidos por la ira y el corazón latiendo con la urgencia de proteger a los suyos, se lanzó hacia adelante, dispuesto a luchar hasta el final.
Matando a varios más en su camino, finalmente emergieron fuera del edificio, solo para encontrarse con una docena de figuras oscuras vestidas de negro que los esperaban en la oscuridad de la noche, sus siluetas apenas visibles bajo la luz de la luna que brillaba implacablemente sobre ellos.
Los hombres de traje negro cerraban filas rápidamente, rodeándolos mientras las balas escaseaban y la adrenalina aumentaba.
— Quiere matarnos — Murmuró YoonGi, moviendo la lengua dentro de su boca.
— Hyuk-Jang sabe lo buenos que somos. No será fácil para él deshacerse de nosotros, por eso ha enviado a tantos hombres — JungKook gruñó entre dientes, los ojos oscuros centelleando de furia mientras evaluaba la situación.
JiMin, menos preocupado por el peligro que rodeaba, se lanzó hacia adelante con el auto, ignorando los obstáculos humanos que bloqueaban su camino. TaeHyung se aferraba al asiento, tratando de no ser arrojado por la conducción temeraria de su amigo.
El estruendo de los disparos llenaba el aire, mezclado con el rugido de los motores y el chirrido de neumáticos sobre el asfalto. YoonGi, con la mirada fija en los hombres que se acercaban, disparaba con determinación mientras JungKook vigilaba cada movimiento de los adversarios.
— ¡A la mierda! ¡Luchemos hasta el final! — Exclamó YoonGi.
JiMin maniobró entre los autos en la calle, enfrentando a los hombres de Hyuk-Jang con valentía, aprovechando cada oportunidad para abrirse paso.
— ¡Entren! — Gritó JiMin mientras TaeHyung ya estaba abriendo la puerta.
Pronto JungKook y YoonGi se subieron y pudieron observar otro vehículo que se acercaba rápidamente. Reconocieron a YuGyeom y Jackson, quienes disparaban con precisión, cubriéndolos y abriendo fuego contra los hombres de Hyuk-Jang sin vacilar.
Se aseguraban de que sus disparos protegieran a quienes viajaban con ellos. JiMin, con una sonrisa salvaje, continuaba manejando de manera peligrosa pero efectiva, derribando a sus perseguidores con precisión. TaeHyung se sostenía en el asiento, con los ojos abiertos de par en par, mientras los eventos vertiginosos se desarrollaban a su alrededor.
YuGyeom y Jackson los cubrieron mientras escapaban, lanzando una granada que mantuvo a raya a los hombres de Hyuk-Jang.
— ¡Eso fue emocionante! — Exclamó JiMin, riendo mientras aceleraba aún más.
— ¡JiMin, eso fue peligroso! — Reprendió YoonGi, agachándose para recoger algo de los restos de su auricular.
JungKook miró hacia atrás, viendo cómo YuGyeom y Jackson cambiaban de dirección para asegurarse de que estuvieran fuera de peligro.
— ¿Estás bien, Hope? ¿Y los demás? — Preguntó YoonGi con preocupación.
— Estamos bien, YoonGi. Nos dirigimos a casa. Nos reuniremos allí — Respondió HoSeok, concentrado en la carretera.
— ¿No es peligroso estar allí? — Preguntó YoonGi, preocupado por la seguridad del lugar.
— No, si supieran dónde vivimos, habrían atacado allí en lugar de hacerlo en público — Explicó NamJoon, tratando de calmar a YoonGi.
— Está bien, vamos para allá — Suspiró YoonGi, apartando su auricular dañado.
JungKook miraba a TaeHyung con una mezcla de furia contenida y preocupación.
— TaeHyung, te dije que te fueras —Dijo en voz baja y amenazadora.
— Yo... yo no podía — Balbuceó, incapaz de sostenerle la mirada.
JungKook respiró hondo, esforzándose por controlar su ira. Una palabra mal dicha y estallaría. A su lado, YoonGi se sumó a la tensión del momento, sus emociones reflejadas en su voz.
— ¡Min, eso fue peligroso! Te dije que te fueras, podrías haber muerto tratando de actuar como un héroe allí — Expresó YoonGi, su voz resonando con preocupación y frustración.
— ¿Pensaste que TaeHyung y yo los dejaríamos morir allí? No, no — Dijo JiMin, riéndose ligeramente.
YoonGi bufó, claramente exasperado.
— Conduce a casa.
— Está bien, pero tenemos que hablar de todo esto — JiMin, adoptando un tono más serio, respondió mientras miraba por el espejo retrovisor del auto en el que estaban.
— Sí — Murmuró YoonGi, su voz apenas un susurro.
Mientras tanto, TaeHyung se miró en el espejo retrovisor y, al ver la mirada fulminante de JungKook, rápidamente desvió la vista, tragando saliva nerviosamente y mordiéndose los labios. La tensión en el aire era palpable, cada uno de ellos lidiando con el peso de sus decisiones y las consecuencias que estas podrían traer.
Al llegar a casa, JungKook ignoró a TaeHyung mientras cerraba la puerta detrás de ellos. El ambiente tenso era palpable cuando entraron.
— ¡Oh, mi bebé! ¡Te lastimaron de nuevo! ¡La próxima vez los mataré a todos! — Gritó YoonGi, con lágrimas fingidas.
— Estoy bien, Hyu- — Intentó decir JiMin, pero fue interrumpido.
— Te haré reparar pronto bebé, no te preocupes — YoonGi besó su auto.
— Eso fue descortés. ¡Vete a la mierda con tu auto! — Protestó JiMin.
TaeHyung se mordió el labio inferior, nervioso por lo que vendría cuando JungKook lo enfrentara por quedarse atrás.
— Tae, ¿estás bien? — Preguntó JiMin con preocupación, notando el nerviosismo del chico.
— S-sí — Balbuceó, tragando saliva mientras su corazón latía con fuerza.
— ¡TaeHyung! ¡JiMin! ¿Están bien? ¿No están heridos? — SeokJin los abrazó a ambos, aliviado de verlos a salvo.
— Hyung, estamos bien, no te preocupes. Nos extrañaron-
Un estruendo resonó cuando JungKook golpeó la pared con furia, su mirada ardía de ira contenida mientras los miraba fijamente.
— ¡Oh, mierda! ¡NamJoon! — Exclamó YoonGi, viendo cómo NamJoon intentaba calmar a JungKook, mientras los demás observaban con temor y confusión.
— ¡No me toques, joder! — Gritó JungKook, apartando bruscamente la mano de NamJoon antes de volverse hacia JiMin.
— J-JungKook — tartamudeó JiMin, nervioso por la reacción explosiva de JungKook.
— ¡¿Por qué estás tan tranquilo?! ¡Podrían haberlos matado a los dos! — La voz resonó con furia contenida.
JungKook avanzó con paso firme hacia TaeHyung, cuyos ojos se llenaron de lágrimas mientras retrocedía, sintiendo la mirada intensa sobre él. YoonGi se interpuso rápidamente entre ambos, sus ojos avellana fijos en JungKook con determinación.
— ¡JungKook, no te atrevas! — Exclamó YoonGi, su voz resonando con autoridad y preocupación.
Sin embargo, parecía incapaz de detenerse. Empujó bruscamente a YoonGi y a JiMin a un lado, agarrando a TaeHyung por los hombros con una fuerza que hizo que gimiera de dolor.
— ¿¡QUÉ PUTAS TE DIJE!? ¡RESPONDE! — La voz de JungKook retumbó en la habitación, cargada de rabia.
— D-debía i-irme — Tartamudeó TaeHyung, su voz temblorosa mientras luchaba por mantener la compostura.
— ¿¡Entonces!? — La voz de JungKook era un gruñido, sus manos apretando los hombros de TaeHyung con fuerza.
El aire se tensó aún más cuando JungKook luchaba por contener el torrente de emociones que amenazaba con desbordarse. SeokJin se acercó rápidamente, preocupado por la situación que se estaba descontrolando.
— ¡Déjalo, JungKook! ¡No le grites así!— Intervino SeokJin, empujando suavemente a JungKook para separarlo de TaeHyung.
— No te metas, SeokJin. Esto es entre nosotros — Respondió entre dientes, sus ojos oscuros fijos en TaeHyung.
— ¿¡O sino qué!? — El mayor frunció el ceño, su voz cargada de desafío y preocupación.
— Oh, no querrás saberlo. Confía en mí — Dijo JungKook, inclinando la cabeza con una sonrisa amarga que no llegaba a sus ojos.
TaeHyung sintió un escalofrío recorrer su espalda, reconociendo ese gesto como una advertencia clara y peligrosa.
— ¡H-Hyung! Es e-entre nosotros — Balbuceó TaeHyung, tratando desesperadamente de proteger a su hermano de cualquier confrontación.
NamJoon se aproximó rápidamente, colocándose al lado de SeokJin y tratando de calmar las aguas turbulentas que amenazaban con desbordarse.
— Jin, cálmate. Necesitamos resolver esto sin más peleas — Murmuró NamJoon, sus ojos oscuros llenos de preocupación mientras observaba a JungKook.
— J-JungKook, mírame. Estoy bien — Dijo TaeHyung con voz temblorosa, sus ojos azules buscando desesperadamente los de JungKook.
— ¡Podrías haber muerto allí! ¿¡Sabes cómo se siente pensar que podría haber perdido a la persona que más amo!? — JungKook soltó un grito desgarrador, su enojo mezclado con el miedo palpable en sus ojos — ¡No, joder! ¿¡Sabes cómo me
sentí cuando llegué a esa maldita casa y no te encontré!? ¡Dos años! ¡Dos años te busqué como un loco! ¡Y ahora que te encontré, vuelves a arriesgar tu vida! — Gritó JungKook mientras arrojaba un jarrón contra la pared.
— ¿Q-qué acabas de decir? ¿Dos años? — Preguntó SeokJin, su voz temblorosa de emoción contenida mientras luchaba por comprender lo que se revelaba.
— J-Jin — NamJoon titubeó, sintiéndose atrapado en medio de la revelación que cambiaba todo.
— Soy Bunny — Declaró JungKook con amargura, su voz resonando con una mezcla de desesperación y determinación.
SeokJin se quedó sin palabras, su mente dando vueltas mientras intentaba procesar lo que acababa de escuchar.
— ¡Maldito imbécil, arruinas la vida de todos, hijo de puta! ¿¡Qué hicimos nosotros para merecer esto!? — Lanzó un golpe hacia JungKook impulsado por la ira y el dolor acumulados.
NamJoon intervino rápidamente, separandolo antes de que la situación pudiera empeorar aún más.
— ¡Déjame, NamJoon! ¡Voy a matarlo! — Gritó, luchando por liberarse mientras su ira amenazaba con desbordarse.
JiMin, cuyo corazón latía con fuerza, finalmente entendió la gravedad de la situación.
— ¿Bunny es el que lastimó a Tae? — Preguntó con voz firme, su rostro reflejando una mezcla de incredulidad y enojo mientras observaba a JungKook con intensidad.
YoonGi actuó rápidamente, poniendo una mano firme sobre el hombro de JiMin para detenerlo antes de que pudiera actuar impulsivamente.
— Esperen un maldito segundo. TaeHyung, ¿por qué estás tan callado? ¿Y ustedes por qué están tan tranquilos? — Inquirió SeokJin, su mirada penetrante buscando respuestas entre los rostros evasivos — TaeHyung, ¿Lo sabías?
Con la cabeza gacha, TaeHyung asintió levemente, confirmando la verdad que había permanecido oculta durante tanto tiempo.
— NamJoon, ¿tú también lo sabías? — Continuó SeokJin, su voz temblorosa de decepción.
— S-sí — Murmuró NamJoon, sintiendo el peso abrumador de la culpa sobre sus hombros.
— ¡Así que lo sabían todos! ¡Y aún así nunca me lo dijeron! ¿¡Saben lo que hizo este imbécil!? — Gritó SeokJin, su voz llena de desesperación y angustia.
— H-Hyung, él ha cambiado — Murmuró TaeHyung, buscando desesperadamente una salida pacífica de la situación.
— ¿¡CAMBIADO!? ¡ÉL JODIDO IMBECIL ESTABA A PUNTO DE LASTIMARTE, TAEHYUNG! — Exclamó, su voz llena de dolor y rabia mientras sus emociones se desbordaban.
— ¡Deja de gritarle! — Gruñó JungKook, interponiéndose nuevamente entre ambos hermanos con una determinación feroz.
— ¡No me digas qué hacer, hijo de puta! — Lo apuntó con un dedo tembloroso, sus palabras cortando el aire tenso con una ferocidad palpable — NamJoon, ¿y tú? ¿Sabías de todo esto?
NamJoon exhaló profundamente antes de responder, sus palabras cargadas de una pesada carga emocional.
— JungKook, Hoseok, YoonGi y yo... formamos parte de una banda, una de las más reconocidas: BTS. Nos dedicamos a actividades ilegales, como robos y... asesinatos — Confesó, su voz apenas un susurro en el espacio tenso.
JiMin miró a YoonGi con una expresión herida y traicionada, sintiéndose profundamente afectado por la mentira que su novio había guardado.
YoonGi, incapaz de enfrentar la mirada intensa de JiMin, desvió la mirada con pesar, sintiendo que había perdido algo irremediable.
SeokJin volvió su atención hacia JungKook, su rostro reflejando una mezcla de incredulidad y desdén mientras absorbía la impactante verdad revelada.
— ¿Qué estás mirando? ¡No mereces a TaeHyung! ¡No mereces vivir después de todo lo que has hecho a nuestras vidas! — Las palabras de SeokJin cortaron como cuchillas afiladas, resonando en la mente de JungKook y avivando un fuego interno de dolor y rabia.
"No mereces vivir, arruinas mi vida..." el eco de las palabras de su padre resonó en la mente de JungKook, desencadenando una tormenta de emociones que amenazaba con abrumarlo.
Sin pensarlo, actuó impulsivamente, empujando a TaeHyung con fuerza. El sonido sordo de su cuerpo al golpear el suelo resonó en la habitación, seguido por el grito angustiado de JiMin.
Pero JungKook ignoró todo a su alrededor, su atención ferozmente centrada en TaeHyung.
— ¡TaeHyung es solo mío! ¡Solo yo puedo tocarlo! ¡Si alguien intenta llevárselo, los matare a todos! ¡Lo juro por mi maldita vida!
En ese momento, JungKook había olvidado completamente que todos tienen límites.
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