Capítulo 7
Jungkook.
Al fin obtuve lo que quería.
Taehyung había aceptado que lo haga mío y sólo a cambio de unos miles de wones extra.
Como adoraba ser jodidamente rico.
Toqué la pequeña campana que utilizaba para llamar a Taehyung y él no tardó en ingresar a mi habitación. Sus ojos se encontraron con seis fajos de billetes ubicados sobre mi escritorio y luego se desviaron hacia mí. Mi mano sostenía un billete de diez mil wones.
–¿Qué es esto? –preguntó extrañado.
Incliné mi cabeza y sonreí. Se veía tan tierno preguntando tonterías.
–Lo que me pediste, tu aumento.
Taehyung abrió sus ojos grandes y dio unos pasos, algo inseguro. La forma en la que actuaba me causaba tanta satisfacción, él en serio me temía.
Y a mí eso me excitaba.
Cuando intentó tomar el billete que le extendía, rápidamente quité mi mano y la escondí detrás de mi espalda. Taehyung me miró, la confusión era clara en su rostro.
Él realmente parecía un cachorro babeando ante su juguete favorito. Pero como todo animal, debía ser domesticado por su amo.
–Si lo quieres, arrodillate.
La expresión anonadada de Taehyung era digna de una obra de arte. Esperaba que le dijera que era una broma, pero claro que no lo era.
–P-pero...
–No lo diré dos veces.
Derrotado, Taehyung obedeció y se puso de rodillas. El rubor en sus pómulos me hacían saber lo avergonzado que estaba.
–Buen chico –Acaricié las hebras de su cabello– .Ahora, boca abierta.
Taehyung quiso hablar, pero pareció retractarse de inmediato. Era consciente de que yo jamás sentiría pena por alguien como él, podía hacerle lo que quisiera sin sentir ningún tipo de remordimiento.
Él volvió a obedecer y entreabrió sus carnosos labios. Saqué mi lengua deseando probarlos, sin embargo, aún era muy pronto para algo tan emocional como un beso. Por esta vez, solo me sacaría las ganas que le tenía.
Coloqué uno de los billetes en su boca y aplaudí entusiasmado.
–Te lo ganaste.
Los ojos de Taehyung se oscurecieron, podía reconocer el odio que había en ellos con facilidad y joder, era tan divertido.
Taehyung guardó el dinero en su bolsillo y cuando estaba a punto de levantarse lo tomé del mentón.
–Aún no hemos terminado, ¿crees que ese billete será suficiente para ti?
Mi mirada y la de Taehyung se dirigieron a los fajos de billetes sobre el escritorio.
–¿Qué tengo que hacer?
Relamí mis labios al verlo tan dispuesto, mi entrepierna estaba dura de solo verlo y oírlo.
Y ni siquiera lo había follado aún.
Sintiendo la felicidad sacudirme el pecho, lo tomé del mentón y le acaricié la comisura de su perfecta boquita.
–Por ahora, solo reclamaré tu boca, pero mañana será tu cuerpo.
Sin más, bajé el cierre de mi pantalón liberando mi miembro. Taehyung tragó saliva, consciente de lo que debía hacer a continuación. Sus manos temblorosas lo tomaron y demostrando toda su inexperiencia comenzó a practicarme sexo oral.
Estuvo así como veinte segundos sólo enfocándose en la punta hasta que me harté y tiré al suelo uno de los fajos de billetes.
Taehyung abrió sus ojos y quiso juntarlo, no obstante, le abofeteé la mano.
–Si no quieres perder más dinero, has bien tu trabajo.
Las lágrimas en los ojos de Taehyung amenazaban con llenar su rostro, sin embargo, captó mi orden y llevó más a su boca. Cansado de su lentitud, lo tomé del cabello con rudeza y le follé la boca sin piedad. Lo hice con tanta desesperación que la punta llegaba a su garganta.
No era mi culpa, era culpa de Taehyung por darme una imagen tan sexy. Su cabello despeinado, su rostro rojo y labios hinchados, junto a su inexperiencia sólo conseguía ponerme más caliente.
Finalmente, llegué al orgasmo y me vine en la cara de Taehyung. Lo dejé libre y él comenzó a tocer.
Que débil era. No aguantaba nada.
Feliz de la vida, me acomodé mis vaqueros y le arrojé los billetes a Taehyung.
–Cuéntalos si quieres –Sonreí– .Aunque sinceramente tu mamada no valió ni la mitad de este dinero.
Taehyung recogía los billetes del suelo mientras yo pisaba algunos en mi camino al baño.
Necesitaba una ducha.
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