/10/LA MANO
Nota de autor: Este cap lo subí ayer pero por alguna razón me sale en borrador así qué lo publique nuevamente.
PD: espero que sí alguien lee esto le guste mucho ❤ saludos.
CAPÍTULO 10: LA MANO
HANSSEL
La risa Millesk se hace escuchar interrumpiendo mi perturbación.
El esqueleto le hace una reverencia a Mila y Millesk, se inclina tanto que su cabeza casi llega al suelo, donde arrastra su túnica blanca y pulcra, para luego seguir su camino tranquilamente cómo si nada, lo sigo con mi vista consternado mientras se aleja haciendo un ruido fuerte y constante de sus pasos contra el puente, hasta que estuvo muy lejos para poder verlo.
Un característico, repentino y muy desagradable líquido amargo se precipita a mi garganta por la impresión del impactante y anormal suceso; pongo mi mano rápidamente sobre mí boca tratando de contenerme para no vomitar.
—No creo que sea bueno ensuciar la preciada ciudad de de Mila, Hanssel —comenta Millesk, la mencionada se limita a poner los ojos en blanco.
—Encárgate de él y enséñale todo —ordena Mila.
—¿Por qué yo?
—Porque yo lo digo.
—Esta bien, lo haré si me prometes que luego haremos algo juntos.
—No, sabes que estoy ocupada, igual lo harás ¿Verdad?
—Si —Mila desaparece luego de recibir la aceptación dejándome solo con Millesk y la silenciosa presencia de Jariel.
—Muy bien Hanssel, enseñate todo —es sorprendente su descaro.
—No me...—y me deja con la palabra en la boca cuando desaparece, miro ansiosamente ese hermoso sitio en el que todo parece ser perfecto, esperando encontrarme con otro esqueleto en cualquier momento, me fijo en las pocas personas caminando al rededor por los inmaculados puentes y no entiendo cómo pasaron desapercibidas hasta ahora; me enfoco en cada una dandome cuenta que no son seres normales y que todos tienen características extrañas o al menos los que parecen medianamente humanos.
¿Debería intentar hablar con alguno o sería demasiado peligroso?. Noto a Jariel que aparenta estar tranquilo a mi lado, pero cuando me fijo en el noto que se rasca furiosamente los brazos.
—¿Estás bien?
—Si, señor —por más que quisiera hacer algo más por el no puedo.
Los murmullos de personas hablando a lo lejos nos sacan de nuestra conversación, más allá de nosotros en lo que parece una zona común noto que se desarrolla una discusión ¿Por qué siempre me pasaban este tipo de cosas? ¿Por qué siempre tenía que hacercarme? No es que fuera curioso, no lo era, pero me preocupaba y si no me acercaba no podía evitar sentirme culpable.
Se trataba de un idioma distinto, no era sorprendente, lo que si lo era, es que podía entenderlo a la perfección.
—¡Suelteme! No van a poder callarme, Jheasmee está maldito —se agitaba nervioso de un lado a otro y parecía ido sin enfocar su vista en nada —todo se va acabar por su culpa.
—¡Cállate estúpido loco! —una mujer excesivamente gorda y medianamente alta golpeó al hombre a puño cerrado en la cara, las pocas personas que estaban cerca solo se limitaban a mirar mientras está le daba una golpiza sin que este hiciera nada para defenderse.
—¡Jheasmee esta maldito, no puenden callarme ni ocultarlo más! —gritaba el hombre.
La escena era retorcida y daba escalofríos.
Corrí hacía ellos y cuando estuve cerca me metí en medio de la mujer y el hombre. Ya frente a ella es que pude fijarme en sus razgos, su piel era blanquecina y cuarteada, ojos redondos y la trompa hacía afuera recordandome a un oso. Me miró confundida.
—¿Quién eres? —pregunto en su idioma con esa particular tonada gruesa que compartían todos, la pregunta era ¿Si podía entenderlo, podía hablarlo?
—Disculpeme, permítame presentarme, soy Hanssel ¿Por qué está golpeando a este hombre? —mis palabras se escucharon un poco torpes, pero en realidad no fue difícil para mí, era como si fuera un idioma que ya hubiese conocido antes y solo necesitaba practicarlo.
La mujer me miró entre sorprendida y asustada por mis palabras y se fijó en mi ropa que ya no era más que un trapo de lo que fue una elegante camisa.
—¡No es gracioso! ¡Todos acá sabemos que no se debe jugar con eso! —¿de que hablaba esta mujer?
—¡Es él! ¡Es él! ¡Es Hanssel! —el sujeto atrás mío me tomo por los hombros tan fuerte que fue doloroso, me volteo a la fuerza y me miró embelesado, podría ser considerado alguien atractivo con esos ojos verde oscuro y brillantes como estrellas, si no fuese por esa expresión ida que daba miedo, de repente como si hubiese recordado algo importante me mira preocupado —¡No confíes en la matrona! ¡No confíes en ellos! ¡No dejes que te cambien, tú eres nuestra esperanza! ¡Jheasmee esta maldito! —de nuevo esa frase.
—¡Basta! ¿Cómo se atreven a mentir así y usar ese nombre tan a la ligera para mostrar un punto? —dice la mujer con razgos de oso, me fijo en como más personas se acercan, como una manada de lobos a punto de atacar.
—¡Se están burlando de nosotros! —gritó alguien en la multitud que se estaba formando, me sorprendía la facilidad con la que entendía todo.
—¡Hay que castigarlos! —se quejó alguien más.
—¡Si! ¡Hay que hacerlo! —todos empezaron hablar y protestar, supe que esto se estaba poniendo peligroso para mí, Jariel estaba conmigo, siguiéndome como siempre ¿Y si salía herido por mi culpa? Lo miré desde dónde estaba y le murmuré entre labios sin pronunciar un sonido ¡Aléjate! Él vio a todos lados nervioso dándose cuenta de la situación, lo ví de nuevo haciendo ese gesto inconsciente de rascarse los brazos ¡Aléjate! Le repetí, tenía que irse ya.
Una remolino de agua aparece frente a mí y me explota en la cara causando la risa de unos pocos, más de eso remolinos me explotan en el cuerpo.
Un extraño sujeto que parece echo de ojas aparece en la multitud, arrastrando a Jariel con el, no, por favor, no, no.
—Este niño también andaba con él.
—El no tiene nada que ver en esto, no le hagan nada por favor —les pido asustado, les rogaría si fuera necesario.
—Si está contigo tiene algo que ver.
—No, no es así, no hemos hecho nada, yo solo quería detener la pelea.
—Y burlarte de nosotros, por eso, ahora nosotros nos burlaremos de tí —declara, todos empiezan a gritar al unisón una palabra.
—¡Achaji!
—¡Achaji!
—¡Achaji!
Castigo.
No sabía muchas cosas, pero sabía algo...
Nos iban a matar acá y ahora y era tan injusto y peligroso.
Temo por Jariel.
No habíamos hecho nada malo ¿Qué les pasaba a estas personas?
Corro hacia Jariel empujando a la mujer oso y pateo al sujeto de ojas en la pierna e impacto mi puño en su nariz, las hojas en su cuerpo empiezan a tragarse mi mano.
—¡No! —grito desesperado tratando de liberarme, las ojas se van comiendo mis dedos uno por uno hasta que llegan a mi muñeca, siento como van arrancando mis partes dolorosamente.
—¡Suéltalo! —el cuerpo de Jariel empieza a arder en llamas y se tira encima del hombre hoja, ambos se convierten en fuego y es cuando puedo liberar mi mano.
Pero ya era muy tarde, no quedaba nada de ella, nada, solo un muñón sangriento de lo que antes fue mi mano.
La sangre cae manchando todo a su paso.
La tomo con mi mano derecha y la pongo contra mi pecho fuertemente mientras me inclino hacía delante en un acto insconciente por el dolor. La cantidad de sangre que brota es abundante, escandalosa, y perturbadora. La mano que nunca podré usar en el futuro, me duele solo pensar en el futuro, y no puedo llorar por mí, porque Jariel arde frente a mí junto al hombre hoja, mi vista se va haciendo borrosa y los sonidos distorsionados como si escuchara a través de un túnel.
Si caigo inconscientemente acá estábamos acabados.
—¡Jariel! ¡Jariel! —este me mira con los ojos ardiendo en llamas que regresan a la normalidad en el instante que me miran, dejando ver su color amarillo natural y progresivamente su cuerpo deja de arder y cae atrás del sujeto.
—¡Ayuda! —es el hombre hoja,su voz se corta y se oye ronca, se mueve desesperado, lo que solo parece hacer que las llamas aumenten, ese fuego no hará bien en este puente de madera. El olor del humo solo hace que me mareé aún más y mis ojos piquen.
Siento un empujón haciendo que caiga al suelo, la mujer oso me toma por los cabellos dolorosamente.
—Tú...—dice con mucha rabia, parece que le dará un ataque en cualquier momento, todos observan sin hacer nada para ayudarme.
Su pesada mano impacta contra mi cara en una fuerte cachetada que me voltea el rostro, ya me daba cuenta de algo, está mujer era pura fuerza bruta. Escucho alguien del público hasta ahora pasivo murmurar algo, y luego mis prendas explotan dejándome completamente desnudo frente a todos, lo gritos y risas se hacen escuchar.
Por un momento quise que todos ardieran en este puente.
Esa vez, yo no gané.
Esa vez, solo perdí.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro