Los ojos de Tsuna se abrieron de miedo cuando unas afiladas garras cayeron sobre él, sintiendo su cuerpo tensarse de terror.

Esas garras parecían brillar peligrosamente en el sol de la tarde, el resplandor rojo rebotaba ominosamente a pesar de la sangre que ya estaba sobre ellos.

Sus ojos estaban pegados a ellos, incapaces de mirar a otro lado. Era como si fuera todo lo que podía ver, todo en lo que podía concentrarse. Si tuviera que voltear por un momento, no sería capaz de esquivarlo o intentarlo y esas garras podrían hundirse profundamente en su cuerpo y terminar con su vida patética.

Era un pensamiento aterrador y por eso continuó mirando mientras esas garras lo rodeaban, giraban y crujía cuando se topaba con la piel. Sus ropas estaban completamente hechas pedazos, apenas colgando de los hilos.

En el fondo, podía oír esta risa terrible que parecía sonar en sus oídos, una y otra vez. Y luego hubo más cuchilladas, la sangre se esparció por el suelo como la lluvia y Tsuna pudo sentir que goteaba por su cuerpo, brotando de sus heridas. Ya no podía recordar cuál era el color original de su ropa, empapado en su propia sangre, y su cuerpo tembló por la pérdida, su cabeza giraba de dolor.

-¡Mátalo! ¡Mátalo!- La voz se rió y el Assurer atacó una y otra vez de acuerdo, desgarrando más la piel de Tsuna, y le dio una fuerte patada al estómago del chico, enviándolo a volar por el campo.

Tsuna rodó por el suelo, haciendo una mueca y tosiendo mientras trataba de orientarse sobre la situación antes de esquivar otro ataque.

Por un momento, su ojo bueno miró sus manos, su piel teñida de rojo, viendo como el líquido goteaba de su carne rota. La suciedad cubría su cuerpo, pegándose a él como pegamento, y por mucho que quisiera limpiarlo, sabía que no serviría de nada. Simplemente causaría más dolor debido a la naturaleza de sus heridas.

Su brazo derecho estaba retorcido terriblemente desde el momento en que lo habían agarrado, girado y arrojado a un lado. Se había estrellado contra una pared, deslizándose hacia abajo, antes de desplomarse en el piso en agonía antes de levantarse para moverse una vez más.

El dolor era horrible, pero no podía gritar, su garganta estaba dolorida por todos los gritos que ya había hecho por el día.

Su otro ojo estaba herido, su visión era de un rojo rubí, y cerró ese ojo con la esperanza de detener el terror que tenía delante. Hubo más risas, más de esas garras afiladas cayendo sobre él, y más dolor.

Gritó una y otra vez hasta que ya no había más sonido escapando de sus labios. Y, finalmente, rompió a llorar lastimosamente, pidiendo al Capturer que se detuviera, excepto que no salió ningún sonido. No había lágrimas bajando por sus ojos o no se podía ver debido a la sangre y solo picaba insoportablemente cada vez que parpadeaba.

La audiencia que los miraba estaba en silencio e incluso el personal tenía los ojos muy abiertos. Nunca habían visto actos tan terribles en su vida, tales masacres y tormentos. Tsuna quería arrastrarse, quería correr, ¿pero a dónde? El moreno hizo una pausa, ¿a dónde podría correr? ¿Casa? Él no era bienvenido. ¿A su dormitorio? Solo pudo esconderse allí durante tanto tiempo antes de ser obligado a salir.

Lloró un poco más, sintiendo que le daban patadas en el cuerpo, le salía más sangre hasta que yacía en un charco propio.

Hubo más risas y si escuchaba con atención, hubo aplausos en esa multitud, aplaudiendo al Capturer por sus actos. Fue entonces cuando la audiencia comenzó a moverse, el personal salió corriendo para ayudarlo por fin. Pero ya era demasiado tarde, el Capturer, el matón, ya había hecho su pedido final.

-¡Ahórcalo! ¡Quiero ver la luz desaparecer de sus ojos!-

Tsuna se levantó de su cama jadeando, su único ojo estaba completamente asustado. Un sudor frío recorrió su cuerpo, temblando ante nada más que el recuerdo que continuaba repitiéndose dentro de su cabeza.

Sus respiraciones eran irregulares y su corazón latía dolorosamente en su pecho, capaz de sentir cada palpitación como si su órgano intentara salir de la cavidad.

Le dolía la cabeza, todo le dolía.Esa pesadilla ... Tsuna negó con la cabeza. Él no quería recordar. No quería revivir ese momento una vez más.

Cerrando su ojo para bloquear todo, trató de recostarse, pero se vio incapaz de hacerlo, incapaz incluso de moverse. No quería irse a dormir, no ahora, no después de revivir su ataque. Tsuna quería llorar, pero su ojo estaba demasiado seco y abierto para hacer cualquier cosa. Miró a su alrededor solo para apretar fuertemente su cuerpo con la esperanza de calmarse.

Pero nada parecía ayudar. El mundo a su alrededor solo empeoró las cosas. La oscuridad de la habitación, que no le resultaba familiar, inquietó sus nervios y la luz de la luna que entraba por la ventana parecía jugarle una mala pasada a su frágil mente.

Las ramas en los árboles desde fuera de su habitación parecían crear sombras de caras sonrientes, burlándose de él, burlandose de él.

Quería acurrucarse y desaparecer bajo las sábanas.Era demasiado aterrador, el mundo era demasiado aterrador.

"¿Tsuna?"

El moreno casi gritó al escuchar eso, se dio la vuelta y vio una figura en la puerta. En su estado de terror, retrocedió, casi a punto de caerse de la cama cuando la persona se movió, extendiéndose hacia él y le agarró con fuerza justo antes de caer de costado.

El humano se retorció en el agarre, desesperado por dejarse ir, hasta que se vio envuelto en un tierno abrazo.
Tardó un momento en darse cuenta de quién era esa persona, esa oscuridad conocida y esa fuerte colonia que parecía sacarlo de su estado frenético.

Conocía a esta persona, solo había una persona que tenía este aroma único. Tsuna siguió repitiéndose esas palabras, calmándose lentamente y relajándose en sus brazos. Sus ojos miraron curiosamente, parpadeando cuando una sola lágrima brotó en su párpado, simplemente cayendo cuando la cerró.

Hubo algunos sonidos 'shh' provenientes de Reborn y luego un brazo frotando su espalda suavemente mientras que el otro lo mantenía quieto, presionándolo más contra él.

-Está bien. Fue solo una pesadilla- Esa voz profunda calmó aún más al moreno, acercándose más y más con la innegable calidez y seguridad que Reborn siempre parecía ofrecer.

El moreno tenía su cara enterrada en esa camisa de vestir suelta, sus lágrimas caían por sus mejillas, y se frotó más cerca, consciente de que estaba humedeciendo la camisa. A él no le importaba demasiado, solo quería estar cerca de alguien, y como Reborn aún no lo había rechazado, al cuervo tampoco le importaba demasiado.

Hubo algunos sonidos de alguien arrastrando los pies al lado de ellos y Tsuna se asomó inquieto al ver a Fong acomodarse en la cama también, su rostro retorcido por la preocupación.

-Solo cierra el ojo e intenta relajarte. Quiero que respires profundamente y lo sostengas-

Tsuna tomó aliento mientras lo decía, tratando de llenar sus pulmones tanto como fuera posible, y lo sostuvo, esperando que Fong le dijera qué hacer después El zorro sonrió ante eso, contento de que el chico obedeciera, llegando a acariciar esos mechones de color caramelo.

-Ahora libera-. Cuando el moreno hizo eso, pudo sentir que parte de la tensión de su cuerpo se escabullía lentamente, y se agachó aún más contra el cuerpo de Reborn, usando su brazo libre para devolverle el abrazo.

-Ahora de nuevo-

Después de la tercera respiración profunda, Tsuna finalmente se había calmado lo suficiente para igualar su respiración, los dolores finalmente desaparecieron de su cuerpo, acurrucándose contra Reborn felizmente con una sonrisa ahora en sus labios.

Estaba completamente en paz, el efecto de su pesadilla ahora desaparecía de su mente.

-Parece que finalmente se calmó- Reborn murmuró, su aliento le hacía cosquillas en la oreja a Tsuna, sin soltar ni una sola vez su agarre ni detener el masaje en la espalda.

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Yo escribiendo este capitulo
(/□＼*)・゜
Vendetta!!! No fue suficiente escarmiento
(T⌓T) Quien esta conmigo???